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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entramos en la cueva del Fantasma, el secreto mejor guardado de Atapuerca

Fantasma

Es lo que tiene ser periodista y contar con buenos amigos. Disfrutar de privilegios únicos como poder acompañar a los científicos en sus exploraciones por las cuevas más desconocidas de Atapuerca (Burgos).

Mi relación con este formidable yacimiento arqueológico, cuna y patrimonio de la humanidad, me viene de la infancia, cuando antes de ser famoso lugar en el que con justicia se ha convertido hoy, yo ya acudía en busca de laberintos y fósiles.

Más tarde logré mis primeras exclusivas gracias al apoyo de Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, quienes apiadados de mi bisoñez como plumilla de Diario 16 me contaban lo que no decían a nadie.

Esta semana he vuelto, 20 años después, pero el entusiasmo de ellos (y el mío) sigue siendo el mismo. También el especial trato de favor recibido de Mila y Gloria, dos grandísimas profesionales, siempre pacientes con preguntones como yo, y que me han permitido visitar la cueva del Fantasma, llamada a convertirse en el nuevo yacimiento estrella de la Atapuerca del futuro si se confirma que en sus estratos se acumulan fósiles de hace al menos 300.000 años.

Interior FantasmaEl lugar es impresionante. Una pequeña cavidad orientada al sur, oculta en el interior de un intrincado encinar, convertida en cantera en 1953 como confirma el grafiti que encontramos a la entrada hecho por uno de sus trabajadores, de nombre Valeriano.

Muchos son sus misterios, empezando por el nombre de la cueva. ¿Había un fantasma en ella? Quién sabe.

Lo que sí sabemos es que está repleta de huesos, como los de un gran caballo fósil que localizamos en un derrubio.Valeriano

Presenta además unas extrañas pinturas rojas en las paredes ¿antiguas, recientes?

Y su interior está literalmente rayado pero no por garras de animales, sino más bien por alguna rascadera como para extraer blanquecina tiza, vaya usted a saber si hace 50 o 5.000 años y para qué fin.

José María Bermúdez de Castro explica en su blog la importancia que debió tener la cueva durante el Pleistoceno y por qué ahora parece tan poquita cosa:

Desde la entrada de la cueva podría controlarse parte del territorio, incluyendo posibles lagunas donde acudían a beber los animales. La cueva se fue rellenando y su techo terminó por derrumbarse. En la actualidad, los restos de ese techo forman un empedrado, donde crecen matorrales y esconden a la vista la existencia de un posible yacimiento. Nadie diría que allí existió aquella cavidad, salvo por la presencia de sedimentos fosilíferos en uno de los  rincones que quedaron libres del derrumbe. Ese pequeño rincón permitió el hallazgo de la cueva hace muchos años. Sin embargo, nadie puede saber el potencial de este lugar, salvo que se utilicen los métodos y las técnicas adecuadas.

¿Excavamos entonces? Por supuesto que no.

Aunque sería el sueño de los codirectores de Atapuerca, son conscientes de la complejidad de todos los muchos frentes abiertos, lo que imposibilita aumentar aún más el esfuerzo de trabajo. Sin embargo, pensando en el futuro y en los próximos codirectores que les heredarán, seguramente aventajados alumnos suyos forjados en la sierra burgalesa, este año han empezado a prepararla. Se ha abierto una pista de acceso (en mi opinión excesiva y poco respetuosa con el entorno) y se ha retirado la primera capa de escombros.

Un primer estudio con georrádar y tomografía de la resistividad eléctrica del terreno ha permitido detectar al menos dos rellenos sedimentarios, como explica en su blog Bermúdez de Castro. Y añade el investigador:

Los datos obtenidos permitirán tener una imagen en tres dimensiones del subsuelo, al menos hasta una cierta profundidad. Esta primera aproximación ya nos permite decidir el lugar donde una máquina perforadora extraerá testigos y podrá averiguar la profundidad de los sedimentos. Este es un segundo paso para conocer si la excavación de la cueva puede ser rentable en términos científicos. Los sedimentos extraídos por la perforación podrán dar información sobre su antigüedad. De este modo, los arqueólogos y paleontólogos del futuro tendrán datos sobre un nuevo lugar hacia donde dirigir sus investigaciones, en un complejo de yacimientos que parece no tener fin.

Lo corroboró Arsuaga en rueda de prensa. Atapuerca es un libro escrito en varios tomos del que estamos empezando a leer el primer volumen. Trabajo y sorpresas para muchas generaciones de científicos no van a faltar.

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6 comentarios

  1. Dice ser El Dóctor

    Atapuerca o como tirar el dinero buscando huesos y perdiendo el tiempo. Es super importante para la humanidad saber lo que hacian nuestros ancestros hace miles de años, si si.

    24 julio 2015 | 10:02

  2. Dice ser JM Laguna

    Para dóctor…entonces para tí ¿que es importante?
    La mejor forma de no repetir errores en el futuro es conocer bien nuestro pasado….para alguno de nosotros, apasionante. No sé si de «dóctor», pero de doctor tienes poco

    24 julio 2015 | 11:02

  3. Dice ser Fer

    Pues nada «El Doctor». vamos a dejar de gastar dinero en conservar el patrimonio. Tiramos el acueducto de Segovia porque por ahi va mejor una carretera de doble carril. La catedral de Burgos es un buen emplazamiento para oficinas. Y dejamos Altamira como lugar de culto para los grafiteros.
    En fin.

    24 julio 2015 | 11:20

  4. Dice ser gurlis

    acojonante …. en fin, la pena esq aun estamos rodeados de retrasados como el licenciado este …..no cayeran todos en una fosa bien ragadita de cal…..

    24 julio 2015 | 11:46

  5. Dice ser Belen esteban

    Para el Doctor.
    Anbda y vete a ver Salvame, que te parecera mas importante. Asi nos va, con gentuzilla como esta

    24 julio 2015 | 12:34

  6. Dice ser ¡Es la cueva del Fantasma de Valeriano!

    …Quienes vivimos en Burgos llamamos a la cueva del Fantasma “La cueva del Fantasma de Valeriano”, por las extrañas sucesos que, tras la muerte de Valeriano en accidente fortuito, comenzaron a producirse en el interior de la cueva. Apariciones, ruidos, tocamientos, embarazos no deseados entre las arqueólogas, etc. En los años 70, los periodistas Santayana y Vicente Talón estuvieron por los pueblos de la comarca indagando; hicieron muchas preguntas, sacaron algunas fotos y, después de comprobar la coincidencia del rayado con los dientes de la rascadera de Valeriano, publicaron la siguiente historia en el Diario Pueblo. Resumiendo mucho:
    .
    …Valeriano Arriaza y Picón nació en Orbaneja (Burgos) en 1938. Su padre era temporero y tratante; su madre, cerera y vendedora de harina de otro costal. Con 6 años el chiquillo quedó paralizado de los 2 brazos de resultas de una pleuritis purulenta y esa circunstancia le sumió en una infancia eterna. Sus padres le vestían, bañaban a diario, peinaban con agua de colonia y llevaban a la escuela, donde el pobre Valeriano solía permanecer de brazos caídos. Por las tardes una criadilla medio prima le daba de merendar y le pelaba la fruta, mientras los Arriaza terminaban las faenas del campo.
    .
    …Como Valeriano resultaba inútil para el trabajo, a la edad de 14 años los Arriaza lo mandaron a la ciudad a estudiar oficios de poco trajín físico, como maestro de escuela, portero de delegación pública o cura. A Valeriano le dieron a elegir. Valeriano escogió entonces el oficio de cura, sin pensar que se cebarían con él en el cuarto oscuro del seminario al no ofrecer nunca resistencia. Con 19 años, y ya harto de tanta cebadura, se escapó del seminario sin tener hecho el curato y con una idea muy distinta del mundo.
    .
    …Llegó disfrazado de cura a Orbaneja (traje negro, gafas ahumadas y alzacuellos) y la familia celebró su nueva dignidad matando a un chivo para el almuerzo. Después de comer, se fue a pasear a las inmediaciones de Atapuerca donde había –y hay– muy buenas encinas dulces. Llevaba Valeriano para la ocasión una rascadera en la frente, unida al cráneo con una presilla, para recoger alguna bellota si el hambre le apretaba. Y efectivamente en una de sus envestidas a las ramas para coger el preciado fruto, se golpeó la cabeza con el tronco y calló al suelo. Antes de perder el conocimiento, se le apareció la Vírgen levitando dentro de una aureola dorada y le encomendó rezar el rosario y construir en su memoria un altar en la cueva de Altamira, hoy Cueva del Fantasma.
    .
    …Cuando despertó del sueño, corrió a la cueva y con la rascadera rayó la pared de la entrada con tan mala fortuna que se derrumbó y el joven quedó dentro. Un vecino que pasaba por allí oyó el ruido y acudió rápido a quitar los escombros hallando enseguida un anillo de oro, un cáliz y otros objetos litúrgicos de gran valor. “¡Milagro, milagro del Santísimo!, gritó el paleto y fue al pueblo a buscar ayuda. Llegó la Guardia civil, la policía nacional y los bomberos, pero, aunque desescombraron toda la entrada, no hallaron ni rastro de Valeriano. Otras búsquedas por parte del Obispo tampoco dieron con el desgraciado. Desde entonces se oyen en el interior de la cueva pisadas y se ven extrañas sombras. En 1958 se abrió una mina en el yacimiento en memoria de Valeriano. De ahí su nómina en la roca, amigo César-Javier.

    26 julio 2015 | 02:57

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