Archivo de septiembre, 2020

¿De dónde surge decir que alguien benevolente tiene ‘manga ancha’?

Se dice que alguien tiene ‘manga ancha’ cuando es benevolente y poco exigente con algo o alguien.

¿De dónde surge decir que alguien benevolente tiene ‘manga ancha’?

La expresión ‘tener manga ancha’ proviene de los ambientes eclesiásticos y hace alusión al tamaño y amplitud de las mangas de las sotanas y hábitos utilizados por los religiosos y la benevolencia que algunos de estos tenían, a veces, a la hora de dar la absolución de los pecados a un feligrés, en el momento de la confesión, e imponerle una penitencia menor.

También podemos encontrarnos con quien señala la posible procedencia de la expresión en el mundo de la judicatura, debido a que las togas usadas por los magistrados también tienen las bocamangas anchas (aunque proporcionalmente menores a las de los religiosos). A hora de imponer una condena, si esta es menor de lo esperado se dice que el juez ha tenido manga ancha con el acusado.

 

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¿Por qué al espacio de información meteorológica se le conoce como ‘el tiempo’?

A través de mi cuenta @curiosisimo en la red social TikTok, un usuario me pregunta por qué se conoce como ‘el tiempo’ al espacio que, en los medios de comunicación, habla sobre información meteorológica, ya que, a su entender, el tiempo es el periodo que transcurre entre un momento a otro y lo que informa sobre si llueve, hace sol o frío en un estado atmosférico y quizá sería mejor ser llamado ese espacio como ‘el clima’.

¿Por qué al espacio de información meteorológica se le conoce como ‘el tiempo’?

El espacio o programa dedicado a los pronósticos meteorológicos en los medios de comunicación (que nos indicará las condiciones atmosféricas que tenemos en ese momento, hemos tenido recientemente o nos encontraremos en los próximos días) es conocido como ‘el tiempo’ y suele ser uno de los más seguidos (tanto en radio, tv, prensa escrita e incluso a través de aplicaciones móviles).

Debemos tener en cuenta que el término ‘tiempo’ abarca un gran número de conceptos; tantos que el propio diccionario de la RAE llega a darle hasta 18 acepciones diferentes, siendo la primera la de ‘Duración de las cosas sujetas a mudanza’ y encontrándonos en la posición 12 la que indica que también hace referencia al ‘estado atmosférico’, siendo precisamente éste del que hablaré hoy en esta entrada.

El ‘estado atmosférico’ al que se refiere el término ‘tiempo’ son aquellas situaciones meteorológicas que se presentan en un determinado momento. Se puede hacer referencia hablando de la temperatura, presión, viento o nubes que ha hecho, hace o hará en un futuro inmediato (pronóstico).

Para ser más exactos dicho espacio debería denominarse como ‘tiempo atmosférico’ o ‘tiempo meteorológico’, pero desde hace muchos años se acortó simplemente a tiempo. De hecho, en el Diccionario de Autoridades de 1739 ya aparece recogido el término, dándole por aquel entonces un total de 15 acepciones y encontrándonos que en séptimo lugar se le define como ‘Vale assimismo constitución, ò temperamento del áire’.

Otro detalle importante a tener en cuenta es que también debemos diferenciar entre ‘tiempo’ y ‘clima’, vocablos que normalmente suelen utilizarse como sinónimos el uno del otro, cuando en realidad hacen referencia a situaciones diferentes.

El tiempo (atmosférico), tal y como indico unos párrafos más arriba, hace referencia a aquellas situaciones meteorológicas que se presentan en un determinado momento (temperatura, presión, viento, nubes, lluvia, tormentas, olas de calor…).

Por su parte el clima se refiere al conjunto de condiciones atmosféricas propias de una zona geográfica y por las cuales ese lugar se caracteriza. Estas agrupan los resultados de la medición de la presión, temperatura y otros valores atmosféricos, analizados y recogidos durante un periodo largo de tiempo (años) y que dan como resultado el saber qué tipo de temperatura y condiciones nos encontraremos en un determinado sitio (por ejemplo, el ‘clima mediterráneo’ se caracteriza por ser caluroso y seco en verano y templado y lluvioso en invierno).

Así como nos podemos encontrar que en un determinado lugar (por ejemplo la isla de Mallorca) vamos a tener un clima típicamente mediterráneo en el que en el mes de agosto sabemos que tendremos días soleados y calurosos, después existen algunas variantes excepcionales que pueden provocar que en una determinada jornada se presenten lluvias y bajada de temperaturas, y es a esto último a lo que precisamente llamaremos ‘tiempo’.

 

 

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¿De dónde sacó la empresa ‘Duralex’ el nombre para su marca?

¿De dónde sacó la empresa ‘Duralex’ el nombre para su marca?

Durante los últimos 75 años numerosísimos han sido los hogares en los que la vajilla ha estado formada por vasos, platos, bandejas o ensaladeras que tenían un curioso y característico diseño, además de destacar sus dos colores predominantes verde y ámbar (aunque también el transparente se utilizó muchísimo).

Su fabricante era la empresa francesa ‘Duralex’, la cual, después de tres cuartos de siglo de vida, ha anunciado recientemente la quiebra de la misma.

Unas piezas de vajilla que, al pensar en ella los que ya tenemos cierta edad, nos devuelve a nuestros años de infancia y juventud, siendo las décadas entre 1960 y finales de 1980 fue el periodo de mayor esplendor de este fabricante (en la fantástica serie de televisión ‘Cuéntame cómo pasó’ pudimos ver a la familia Alcántara utilizarlas).

La resistencia y dureza de estas piezas (realizadas en vidrio moldeado que se calienta a 600 grados centígrados para después enfriarlo muy rápidamente) hicieron que las vajillas Duralex tuviesen una duración dos veces y medio mayor que las del resto de fabricantes.

Uno de los datos curiosos es de dónde sacó la empresa ‘Duralex’ el nombre para su marca, siendo éste inspirado por un famoso lema en latín y utilizado en el Derecho Romano, del que tomó la primera parte, y que decía: ‘Dura Lex, Sed Lex’ (La ley es dura, pero es la ley).

 

 

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¿De dónde surge decir que una persona fuerte está ‘robusta’?

Entre los muchos sinónimos que se le aplican al término ‘robusto’ están la de fuerte, vigoroso, duro, fornido, saludable o corpulento (entre otros muchos).

¿De dónde surge decir que una persona fuerte está ‘robusta’?

Etimológicamente el término proviene del latín ‘robustus’, con el mismo significado, y éste derivaba del vocablo (también latino) ‘robur’ el cual era el nombre dado al árbol que nosotros conocemos como ‘roble’.

Y es que ya en la antigüedad se tenía el convencimiento que el roble (robur) era uno de los árboles más fuertes que existían, dando lugar al término con el que se define las mencionadas condiciones.

Decir que una persona está robusta es equivalente a las famosas expresiones ‘estar como un roble‘ o ‘estar fuerte como un roble’.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

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¿De dónde proviene la expresión ‘Ser más conocido que el pupas’?

Se denomina como ‘pupa’ a una herida cutánea o a la erupción que puede aparecer en los labios. Este término parece ser la transformación del vocablo ‘buba’, el cual proviene etimológicamente del latín medieval ‘bubo’ y hacía referencia a un pequeño tumor. Llamar ‘pupas’ a una persona era referirse a esta como alguien con mala suerte y propensa a los infortunios.

¿De dónde proviene la expresión ‘Ser más conocido que el pupas’?

En nuestro rico vocabulario de frases hechas, refranes y expresiones populares podemos encontrar que existe una locución que dice ‘Ser más conocido que el pupas’ y durante mucho tiempo se ha tenido el convencimiento que ese ‘pupas’ al que se refería la expresión provenía del vocablo descrito en el párrafo anterior.

Pero muchos son los expertos y etimólogos que, desde hace un tiempo, apuntan a que realmente esa referencia fue una libre adaptación que se hizo en castellano del seudónimo de un famosísimo médico y ocultista francés (de origen español, ya que nació en A Coruña) llamado Gérard Anaclet Vincent Encausse y que firmaba sus escritos y obras como ‘Papus’.

Este personaje se hizo inmensamente popular durante las últimas décadas del siglo XIX y dos primeras del XX, gracias al auge y afición que hubo hacia el ocultismo en toda Europa (llegó a trabajar para el zar de Rusia).

Parece ser que en el camino se juntó dos expresiones diferentes: ‘Más conocido que el Papus’ y ‘Más desgraciado que un pupas’ y que con el tiempo la primera se modificó como ‘Más conocido que el pupas’.

 

 

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¿De dónde proviene la expresión ‘Conseguir algo bajo cuerda’?

A través de mi cuenta @curiosisimo en la red social TikTok, me preguntan de dónde proviene la expresión ‘Conseguir algo bajo cuerda’.

¿De dónde proviene la expresión ‘Conseguir algo bajo cuerda’?

Se dice que se ha ‘conseguido algo bajo cuerda’ cuando se hace de manera poco lícita, a través de un favor o sin que otras personas se enteren.

Esta expresión nació en relación a un juego muy similar al tenis que se practicaba en el siglo XVII y en el que había una cuerda que colgaba y dividía el terreno que ocupaban los jugadores (lo que hoy conocemos como la red).

Entre las reglas de dicho juego estaba la prohibición de pasar la pelota por debajo de la mencionada cuerda, pero algunas eran las ocasiones en las que un jugador la colaba de ese modo para intentar ganar un punto decisivo. Esto lo hacía aprovechando un despiste de su contrincante o que los posibles espectadores no estuviesen mirando en ese momento e incluso que estos hicieran la vista gorda para dejarle ganar dicho punto, al tratar el jugador tramposo de alguien importante (el rey, un aristócrata…).

De ahí que aquello que se obtiene de manera poco legal se le denomine como hacer o conseguir algo  ‘bajo cuerda’ o ‘por debajo de cuerda’.

 

 

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¿De dónde surge la expresión ‘Pedir árnica’?

La expresión ‘Pedir árnica’ está prácticamente en desuso pero durante mucho tiempo fue utilizada para hacer referencia a aquella persona que solicitaba algún tipo de compasión (el diccionario de la RAE define la locución como ‘Solicitar compasión, explícita o implícitamente, al sentirse inferior en ideas o acciones’).

¿De dónde surge la expresión ‘Pedir árnica’?

La árnica a la que se hace referencia es una planta que, a partir de la Edad Media y durante varios siglos, se utilizó frecuentemente (sobre todo en Centroeuropa) para elaborar medicamentos, bálsamos y ungüentos a los que se les atribuía todo tipo de propiedades (una especie de ‘panacea universal’).

El hecho de ser considerada como un ‘cura-todo milagroso’ es lo que dio pie a que aquellos que solicitaban algún tipo de compasión (perdón, clemencia, un favor…) se les señalada como que pedían árnica, popularizándose la expresión durante varios siglos.

 

 

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¿De dónde proviene la expresión ‘entonar el mea culpa’?

A través de la cuenta de este blog en Instagram @yaestaellistoquetodolosabe2 recibo una consulta donde me preguntan de dónde proviene la expresión ‘entonar el mea culpa’ para indicar que alguien reconoce que ha cometido un error.

¿De dónde proviene la expresión 'entonar el mea culpa'?

La expresión ‘entonar el mea culpa’ proviene de un fragmento de una famosa oración que se rezaba en latín y que era conocido como ‘Confiteor’. Éste decía del siguiente modo:

Confiteor Deo omnipotenti, et vobis, fratres;
quia peccavi nimis cogitatione, verbo, opere et omissione:
mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa.
Ideo precor beatam Mariam semper Virginem,
omnes angelos et sanctos et vos, fratres,
orare pro me ad Dominum, Deum nostrum. Amen

 

Desde el siglo XVI y hasta mediados del XX, era habitual que las misas se realizaran por el conocido ‘Rito Romano’, por el cuál la mayor parte de la ceremonia religiosa se realizaba en latín (incluyendo las oraciones). El Confiteor (traducido como ‘Yo confieso’ o más popularmente como ‘Yo pecador’) era una de las más utilizadas durante el culto religioso. Dependiendo de tu edad, posiblemente su traducción al castellano te suene algo más que en latín:

Confieso ante Dios todopoderoso, y ante vosotros, hermanos:
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra, y omisión;
por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa.
Por eso, ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los Ángeles, a los Santos, y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Amén.

En el momento de pronunciar la oración, era habitual que al llegar al fragmento del ‘mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa’ se hiciera dándose unos leves golpes con la mano o el puño cerrado sobre el pecho, dando lugar esa escenificación de devoción y admisión de los pecados  como una entonación del mea culpa, quedando asociada dicha locución  al acto de reconocer los errores propios.

 

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¿De dónde surge la expresión ‘Estar en capilla’?

A través de la cuenta de este blog en Instagram @yaestaellistoquetodolosabe2 he recibido un mensaje en el que me consultan de dónde surge la expresión ‘Estar en capilla’.

¿De dónde surge la expresión ‘Estar en capilla’?

La popular expresión ‘Estar en capilla’ es utilizada para señalar el momento previo al que una persona debe someterse a algo realmente importante y decisivo (contraer matrimonio, presentarse a un examen, realizar una entrevista de trabajo…).

La mayoría de expertos y etimólogos apuntan que esta locución se originó alrededor del siglo XIV en los ambientes estudiantiles de la Universidad de Salamanca. En aquel tiempo, aquellos a punto de licenciarse o que estaban doctorando debían presentar su trabajo final de carrera o  tesis doctoral ante el correspondiente tribunal en la ‘Catedral Vieja’ de la capital salmantina.

La noche previa a tal exposición, el alumno solía pasarla recogido en la capilla de Santa Bárbara, lugar en el que repasaba sus notas, meritaba y se preparaba para el gran día.

Era precisamente esa noche que pasaba en vela y a la espera de someterse al tribunal universitario la que dio origen a la expresión ‘estar en capilla’. Una vez realizada la prueba, si el universitario era aprobado salía por la puerta principal, si por el contrario no la superaba, entonces debía abandonar la catedral por una de las puertas traseras (conocida ‘puerta de carros’).

Cabe destacar que circula otro posible origen de la locución que indica que, en tiempos del reinado de Felipe II, el monarca dispuso que todas las prisiones debían de disponer de una capilla en la que los presos que debían ser ejecutados pudiesen pasar su última noche en aquel lugar, orando y arrepintiéndose de sus pecados y delitos.

Aunque se sabe con certeza que esta práctica se llevó a cabo, no es posible que se la que diera origen a la expresión, debido  que Felipe II reinó en la segunda mitad del siglo XVII y existe constancia del uso de la locución en los ambientes estudiantiles de Salamanca tres siglos antes.

También debo indicar que, en alguna enciclopedia o libro dedicado a la tauromaquia, se indica que la mencionada locución hace referencia a los momentos previos que un torero pasa rezando en la capilla de la plaza de toros antes de salir al ruedo, aunque estas referencias son de finales del siglo XIX y, por tanto, debería descartarse como posible origen.

 

 

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El curioso origen del término ‘ámbar’

Es utilizado el término ‘ámbar’ para hacer referencias a diversas cosas, entre ellas un color (amarillo tirando a anaranjado y que habitualmente es como se define al disco de un semáforo que está entre el rojo y el verde), también hace referencia a una resina con la que se realizan algunas joyas.

El curioso origen del término ‘ámbar’

También podemos encontrar que pueda hacer referencia al conocido como ‘ámbar gris’, una sustancia grisácea y vetas amarillentas que se obtiene de las vísceras del cachalote y utilizada desde la antigüedad para elaborar perfumes o ungüentos medicinales.

Fue precisamente la referencia al animal cetáceo lo que dio origen al término ‘ámbar’.

El vocablo llegó al castellano desde el árabe hispánico ‘ánbar’ y a éste del árabe clásico ‘anbar’, significando literalmente ‘cachalote’.

Y es que antiguamente se tenía el convencimiento de que el pigmento amarillento utilizado para pintar o teñir algunas telas se obtenía de los desechos de las vísceras de los cachalotes, motivo por el que con el paso del tiempo empezó a usarse también para hacer referencia a la resina fósil obtenida de ciertos árboles.

Cabe destacar que, siglos atrás, a esta resina también  se la conocía como ‘succino’, término que provenía del latín ‘succĭnum’, de idéntico significado.

 

 

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