Archivo de febrero, 2015

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Te quiero más que ayer, pero menos que mañana’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Te quiero más que ayer, pero menos que mañana’?

A lo largo de muchísimas décadas la expresión “Te quiero más que ayer, pero menos que mañana” ha estado estrechamente ligada con el Día de San Valentín o cualquier otra celebración especial entre enamorados. Muchos son los objetos que llevan estas palabras grabadas, entre ellos la famosa “medalla del amor”,  destinada para ser regalada a la persona amada como máximo exponente del amor eterno.

También hemos podido ver infinidad de tarjetas decoradas con encarnados corazones y en las que aparecía esta amorosa frase.

Para encontrar el origen de la misma hemos de viajar en el tiempo 125 años, concretamente hasta 1890, año en el que la escritora francesa Rosemonde Gérard publicó un libro de poemas titulado “Les Pipeaux” y en el que aparecía unos versos que decían:

«Pues ya ves que cada día te amo más,
hoy más que ayer y mucho menos que mañana»
(Car vois-tu, chaque jour je t’aime davantage,
Aujourd’hui plus qu’hier et bien moins que demain)

Pero esta frase, en la forma de “Hoy más que ayer, pero menos que mañana” (y sus múltiples variantes) no se popularizó, como santo y seña del amor sin fin, hasta 1907 en el que a Alphonse Augis, un prestigioso joyero de Lyon, se le ocurrió hacer unas medallas en las que aparecía dicha expresión y donde las palabras “más” y “menos” habían sido sustituidas por los símbolos “+” y “-“ con pequeñas piedras preciosas (diamantes y rubíes).

Hacia mediados del siglo XX la frase era mundialmente conocida y se comercializaba adherida en infinidad de productos, quedando definitivamente vinculada con la festividad de San Valentín.

No te pierdas el episodio #2 del podcast «Ya está el listo que todo lo sabe» dedicado a las curiosidades de San Valentín y el amor


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Día de San Valentín

Fuentes de consulta: adin / linternaute / theiloveyoublog
Imagen modificada por Alfred López y obtenida de: Seyed Mostafa Zamani (Flickr) con licencia Creative Commons

¿De dónde surge el hecho de disfrazarse durante el carnaval?

¿De dónde surge el hecho de disfrazarse durante el carnaval?

Para la mayoría de personas el término carnaval va asociado con el hecho de disfrazarse y pasar unos días de fiesta y jolgorio, pero esta celebración que lleva tantísimos siglos realizándose no siempre estuvo vinculada al hecho de ponerse un disfraz sino que es el resultado de una mezcolanza de fiestas y tradiciones, provenientes de distintas culturas, que en un punto de la Historia fueron unificándose para acabar siendo el festejo que hoy en día conocemos.

Por un lado, existen evidencias de que los sumerios ya se divertían pintarrajeándose o colocándose máscaras alrededor de una hoguera para ahuyentar a los malos espíritus y tener buenas cosechas y pedir a los dioses que sus tierras fuesen fértiles.

Otras civilizaciones posteriores como los griegos o los egipcios también practicaron el hecho de disfrazarse en sus homenajes a sus deidades o incluso las Saturnales que celebraban los romanos que es la primera semilla de lo que hoy en día es el carnaval tal y como lo conocemos. Unos días en los que se conmemoraba a Saturno, el dios de la agricultura y en los que estaban permitidos todo tipo de excesos y desmadres, por lo que algunos eran los que optaban por camuflarse bajo máscaras y otras ropas para preservar sus identidades.

Tal y como explicaba en el post que publiqué en 2014 sobre por qué el carnaval cae cada año en una fecha distinta, a partir del siglo IV, la imposición del catolicismo como única religión válida a raíz de la decadencia del Imperio Romano, hizo que las saturnales dejasen de ser una fiesta pagana para convertirse en una celebración previa a la Cuaresma que precedía a la Semana Santa, por lo que eran los últimos días en los que se podía comer carne (de ahí la etimología de ‘carnaval’: quitar la carne) antes del  ayuno y abstinencia obligados durante los cuarenta días que llevaban hasta la celebración religiosa. Desde entonces el carnaval empieza el ‘Jueves lardero’ y termina el siguiente Miércoles de Ceniza con el ‘entierro de la sardina’.

Evidentemente, durante un buen puñado de siglos los festejos más relacionados con el desmadre dejaron de realizarse públicamente, ante el temor de sufrir represalias por parte de los jerarcas eclesiásticos, pasando a ser una celebración de carácter familiar y religiosa que se hacía en el campo y donde se compartían distintas viandas. Aquellos que se atrevían a continuar haciéndolo como jolgorio preferían asegurarse que sus identidades quedaban en el anonimato, hecho que propició que los disfraces y máscaras cogieran un significativo protagonismo.

Pero si debemos destacar cuándo y dónde el carnaval tuvo su momento culminante de eclosión ese fue durante la Edad Media en Venecia, en el que la ciudad italiana se convirtió en el centro social, cultural y artístico de Europa y donde la aristocracia de la época acudía con asiduidad. El hecho de colocarse máscaras y disfraces y poder mezclarse con la gente llana del pueblo, camuflándose entre ella como uno más, sin ser reconocidos, es lo que dio un empuje definitivo a los carnavales siendo rápidamente exportados hacia un gran número de poblaciones de todo el continente.

A lo largo de los siguientes siglos la celebración del carnaval sufrió varios altibajos, siendo festejados mayoritariamente en entornos privados donde cada vez fue cogiendo más protagonismo el hecho de preservar la identidad.

 

No te pierdas el episodio #3 del podcast «Ya está el listo que todo lo sabe» dedicado a las curiosidades del carnaval

 

Fuente de la imagen: pixabay

¿Cuál es el origen de la palabra ‘disfraz’?

¿Cuál es el origen de la palabra ‘disfraz’?

Llega carnaval y cientos de miles son las personas que se colocan un disfraz y salen a disfrutar de unos días de fiesta y jolgorio por todo el planeta.

El término ‘disfraz’ (vestimenta que oculta la apariencia de una persona y que se usa, entre otras ocasiones, para asistir a fiestas y carnavales) proviene del verbo disfrazar (y éste de su forma antigua ‘desfrezar’) utilizado para indicar la acción de disimular o encubrir alguna cosa.

Su etimología está discutida e incluso el propio Diccionario de la RAE no se atreve a dar un origen exacto de dónde procede ese ‘desfrezar’. A pesar de ello, muchos son los expertos y fuentes que indican que su procedencia está en el prefijo ‘des’ (deshacer) y ‘frezar’ (huella dejada por un animal). La unión de ambas nos daría el significado ‘deshacer o hacer desaparecer una huella o el rastro dejado por un animal’ y, como tal, nacería como sinónimo de camuflar, enmascarar, ocultar, encubrir y, como no, disfrazar algo o a alguien.

Así pues, el hecho de disfrazarse, en su origen, no es más que el acto de ocultar algo (en este caso la identidad) para pasarlo bien y poderse desmadrar sin tener que dar explicaciones. Pero el porqué y de dónde surge el hecho de disfrazarse durante el carnaval os lo explicaré en el próximo post

No te pierdas el episodio #3 del podcast «Ya está el listo que todo lo sabe» dedicado a las curiosidades del carnaval

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Fuentes de consulta: RAE 1 / RAE 2 / etimologias.dechile / neetcurioso / muyhistoria
Fuente de la imagen: Loli López – Asociación de Carnaval de Clariana [Castellet i La Gornal]

¿Cuál fue el primer espectáculo de striptease de la historia?

¿Cuál fue el primer espectáculo de striptease de la historia?

Posiblemente hace cientos de años ya hubo hombres y mujeres que se desnudaron frente a otras personas al ritmo de una música sugerente, pero el que está considerado como el primer striptease en una sala comercial frente a espectadores (del que se tiene constancia), tuvo lugar en el Moulin Rouge de París el 9 de febrero de 1893, cuatro años después de abrir sus puertas.

Ese primer striptease o effeuillage (como se le llama en francés) corrió a cargo de una bailarina, recién contratada en el Moulin Rouge, llamada Mona y a la que el propietario del local, el barcelonés Josep Oller, encargó entretener a un grupo de jóvenes estudiantes que habían acudido al cabaret.  Fue entonces cuando a la artista se le ocurrió realizar frente a los muchachos un baile en el que se iba quitando la ropa poco a poco, mientras simulaba que buscaba una pulga que le estaba picando por todo el cuerpo.

Las autoridades parisinas impusieron una multa de 100 francos a la joven exhibicionista por realizar una acción impropia en un lugar público.

Cabe destacar que en 1893 también se producía otro sonado striptease en este mismo local parisino y  que fue realizado por una modelo llamada Sarah Brown durante la fiesta de disfraces ‘Bal des Quat’z’Arts’ y en la que iba vestida de Cleopatra. La policía se presentó en la fiesta, disolviéndola y multando a la artista, esto provocó que se organizase una importante manifestación de protesta en el barrio Latino.

Un año más tarde los stripteases eran un número más que, junto al cancán, se convirtieron en seña de identidad del Moulin Rouge.

 

Lee en este blog otras curiosidades relacionadas con el sexo

 

Portada 6ª edición Ya está el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Ya está el listo que todo lo sabe” (Una curiosidad para cada día del año) de Alfred López
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Fuentes de consulta: moulinrouge / The Desirable Body de Jon Stratton / Dictionary of Artists’ Models de Jill Berk Jiminez y Joanna Banham / Satie the Bohemian de Steven Moore Whiting / The Ladies’ Room Reader Revisited de Alicia Alvrez
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

Comparación entre desodorante y antitranspirante ¿qué es mejor usar? [#Infografía]

¿Qué es mejor usar: un desodorante o un antitranspirante?

La higiene personal es uno de los factores más importantes que tenemos que tener en cuenta, debido a que si la descuidamos podemos llegar a tener serios problemas, siendo los más leves un desagradable olor corporal y los más graves enfermar y en casos extremos fallecer.

Desde pequeños nos enseñan una serie de hábitos para realizar a diario con lo que nos protegemos de posibles infecciones, además de no causar malos olores.

Debido a las más de 2,5 millones de glándulas sudoríparas que tenemos repartidas por nuestra dermis expulsamos el agua que le sobra a nuestro organismo entrando en contacto con las bacterias que están alojadas en la superficie de nuestra piel y vello corporal, adquiriendo el sudor ese desagradable olor. Es por ello que desde la antigüedad los seres humanos hemos procurado camuflar esos malos olores a base de crear rudimentarios desodorantes: hace cinco mil años en el Antiguo Egipto ya se elaboraba un ungüento a base de canela y limón que se aplicaba en las axilas para desprender un olor aromatizado.

Hoy en día nos encontramos que la gama de desodorantes que existen es extensísima y, si teníamos poco lío para poder escoger cuál es el que más nos conviene, surgió el antitranspirante (inventado a finales del siglo XIX, pero muy de moda en las últimas décadas).

Entre ambos productos existen ciertas diferencias y aunque lo principal que debemos saber es que los desodorantes desodorizan y los antitranspirantes se encargan de inhibir la transpiración; llegados a este punto nos preguntamos ¿además de esto, qué diferencia hay entre un desodorante y un antitranspirante? ¿cuál es más aconsejable usar?

A través de la siguiente infografía podréis ver cuál es la diferencia entre uno y otro producto y seguro que os aclarará mucho las dudas que tengáis a la hora de ir a comprar y utilizar.

¿Qué es mejor usar: un desodorante o un antitranspirante?

 

Echa un vistazo en este blog a otras curiosas infografías

 

Fuentes de la imagen e infografía: Wikimedia commonsperspirex

 

¿De dónde proviene la superstición del espejo roto y los siete años de mala suerte?

¿De dónde proviene la superstición del espejo roto y los siete años de mala suerte?

Como bien es sabido, una superstición es aquel acto o conducta que condiciona la vida de cualquier individuo que hace o deja de hacer algo ante el convencimiento que, de lo contrario, le podría ocurrir una desgracia.

La práctica totalidad de supersticiones que hoy en día existen provienen de hechos históricos que nada tuvieron que ver en su origen con el infortunio, enfado de Dioses o extrañas maldiciones. Ha sido el transcurrir del tiempo, y el pasar oralmente de una generación a la siguiente, lo que ha hecho que acabe siendo común y rutinario para muchísimas personas creer en el ‘mal fario’ de algo, sólo porque sus antepasados ya lo creían así.

Hecha esta  introducción debo señalar que la superstición que indica que si se rompe un espejo es sinónimo a tener siete años de mala suerte es tan solo consecuencia de un preciso momento histórico, situado en la Venecia de finales del siglo XV y principios del XVI, en el que comenzó a ponerse de moda los grandes espejos realizados con vidrio y en los que se le ponía una lámina de plata en la parte posterior, haciendo que las personas y cosas situadas delante pudieran reflejarse. Hasta entonces, y desde la antigüedad, los espejos solían ser piezas de metal donde mirarse e incluso se utilizaban vasijas en las que se echaba agua y la persona quedaba reflejada.

La llegada del nuevo modelo de espejo a la vida de los ricos aristócratas venecianos hizo que fueran muchos los que quisieran tener uno bien grande y carísimo en los salones de sus palacetes.

Y es precisamente el altísimo coste económico de esos espejos lo que hacía que se comparase su valor con el del salario de varios años de cualquier sirviente, por lo que se les advertía que tuvieran sumo cuidado a la hora de limpiarlo ya que en caso de romperse deberían trabajar sin cobrar a lo largo de los siguientes años.

Y qué peor desgracia para un sirviente el tener que trabajar durante un indeterminado número de años sin percibir su salario, lo que le auguraba, sin lugar a dudas, un largo periodo de tiempo viviendo penurias y, posiblemente, alguna que otra desgracia. Esto hizo que corriese la advertencia que se hacían los unos a los otros, convirtiéndose con los años en la superstición que ha llegado hasta nuestros días, a pesar que desde 1835 los espejos tal y como hoy los conocemos aparecieron y, por lo tanto, su valor era ínfimo en comparación con los realizados hasta entonces; pero, después de tres siglos de propagarse, ya estaba enquistada en la sociedad la creencia de la mala suerte que se tendría por su rotura.

Para terminar, cabe añadir que en un principio no se indicaba lo de los siete años de mala suerte, ya que el periodo de tiempo simplemente estaba sujeto al valor del espejo y al salario que percibía el sirviente, por lo que en cada caso era diferente.

Pero como ocurre con la transmisión oral de cualquier cosa, fue a posteriori cuando se le quiso dar un tiempo específico a ese periodo de mala suerte que decía el dicho popular, por lo que se le adjudicaron los famosos siete años, debido a que desde la antigüedad este número tenía una simbología especial en infinidad de cosas: los días de la semana, las notas musicales, los pecados capitales, los colores del arcoíris, los brazos del candelabro judío, los chakras, los arcángeles, los sacramentos, los sabios de Grecia, las maravillas del mundo o las vidas de un gato.

Así que ya lo sabes… en caso de que se te rompa un espejo preocúpate únicamente de no cortarte al recoger los trozos, por lo demás no te espera ningún tipo de maleficio ni mala suerte, por mucho que puedan advertirlo este tipo de absurdas supersticiones y algún que otro vidente trasnochado.

 

Lee y descubre más historias como esta en el apartado ‘Destripando Mitos, Leyendas Urbanas y Supersticiones’ de este blog

 

 

Fuente de la imagen: Alejandro Hernandez (Flickr)

¿De dónde surge decir que a alguien ‘le ha tocado la negra’ como sinónimo de mala suerte?

¿De dónde surge decir que a alguien ‘le ha tocado la negra’ como sinónimo de mala suerte?

Desde la antigüedad el blanco y el negro son colores que han estado destinados para designar la buena y mala suerte, la vida y la muerte. Dependiendo de la cultura y civilización le daban (y siguen dándole) un sentido u otro.

En el post que publiqué tiempo atrás sobre la expresión ‘pender de un hilo’ ya os explicaba cómo en la mitología romana, griega y nórdica (por citar tres ejemplos) existían unos personajes llamadas las Parcas en la Antigua Roma (Moiras para los griegos y Nornas para los escandinavos) que hilaban el ‘hilo de la vida’ (valga la redundancia). Dependiendo de lo feliz o desdichada que sería la vida de cada individuo lo hilaban de color blanco o negro, colores asociados a la dicha y la desdicha respectivamente.

Respecto a la expresión ‘tocar la negra’, que suele decirse como sinónimo de mala suerte, encontramos que su origen proviene de cuando se preguntaba a los dioses, al oráculo o simplemente se quería echar algo en suerte a través de coger unas piedras (blancas y negras) que se encontraban dentro de un recipiente. Dependiendo de la pregunta que se formulaba y el color que salía la respuesta era positiva o negativa.

En el caso de las antiguas Roma y Grecia el blanco quería decir fortuna y buena suerte y el negro infortunio y desgracia.

En estas civilizaciones existía la costumbre de elegir a algunos de sus representantes públicos (magistrados, senadores…) a través de meter piedras blancas y negras en una vasija (también se utilizaban habas) y cada candidato a ocupar el cargo metía la mano para sacar una. Aquellos que cogían la blanca eran los elegidos y por tanto les sonreía la fortuna, sin embargo ‘al que le tocaba la negra’ tenía el infortunio de no ser elegido y quedar fuera.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Fuente de la imagen: Yamanaka Tamaki (Flickr)

La excusa perfecta de Enrique de Borbón ante sus infidelidades [Anécdota]

La excusa perfecta de Enrique de Borbón ante sus infidelidades [Anécdota]Como era costumbre en la época, a Enrique de Borbón (heredero al trono de Navarra) le concertaron un matrimonio de conveniencia con Margarita de Valois, hermana del rey Carlos IX de Francia. El joven príncipe se casó en contra de su voluntad y no sentía ningún tipo de atracción por la que sería su esposa a partir del 18 de agosto de 1572, día en el que se celebró la solemne ceremonia en el atrio de la Catedral de Notre Dame de París,

Desde el primer momento el esposo, que fue coronado ese mismo año como Enrique III de Navarra, se sintió desdichado y decidió buscar consuelo en el lecho de otras mujeres.

El monarca fue infiel a su esposa con numerosas cortesanas y en 1589, poco antes de ser coronado rey de Francia como Enrique IV, Enrique de Borbón y Margarita de Valois se separaron tras 17 años de infeliz matrimonio.

En el 1600 Enrique se casó en segundas nupcias con María de Médici con la que tampoco se sentía plenamente feliz y a la que también fue infiel en numerosísimas ocasiones, llegando la noticia hasta oídos del confesor real que decidió finalmente tomar cartas en el asunto y reprochar las aventuras extraconyugales al monarca.

Por mucho que intentó explicar al religioso su desdicha y motivo por el que cometía el adulterio, el confesor desaprobaba dicha conducta sermoneándolo continuamente, hasta que al rey se le ocurrió un plan perfecto para hacerle entender sus motivos: invitarlo a comer.

Se dispuso una gran mesa en la que se le sirvieron, uno detrás de otro, platos únicamente cocinados con perdiz. Pero llegó un momento en el que el religioso parecía estar cansado de comer todo el rato lo mismo, por lo que el monarca le preguntó si no era de su agrado la comida y el confesor contestó algo angustiado:

«Majestad… siempre perdiz…»

A lo que el rey replicó:

«¡Siempre reina!»

 

Enrique de Borbón no tuvo hijos con su primera esposa, seis con la segunda y se le atribuyen once hijos ilegítimos nacidos de sus múltiples infidelidades.

 

 

Lee y disfruta de más anécdotas e historias curiosas como esta en el apartado Anecdotario de este blog

 

Fuentes de consulta: Del hecho al dicho de Gregorio Doval / Curistoria
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿De dónde surge la expresión ‘no doler prendas’?

¿De dónde surge la expresión ‘no doler prendas’?Muy posiblemente has jugado en alguna ocasión a las prendas, un juego en el que tras hacer girar una botella, sacar una carta o incluso fallar una pregunta hay que dar una prenda de vestir y para recuperarla se debe hacer algún tipo de prueba, que puede ir desde dar un simple beso a alguien del grupo, beberse una copa de un trago, pasear en ropa interior (o desnudo) por la calle o cualquier otra trastada que se le pueda ocurrir a los compañeros de juego.

De este simple hecho surgió llamar ‘prenda’ a todo aquello que se deja en depósito o como pago provisional, ya sea una pieza de vestir –como era originariamente- o cualquier objeto personal (un reloj, anillo, carné de identidad, etc…). Frecuentes son frases como ‘te dejo esto en prenda y voy un momento a buscar el dinero’.

El acto de pagar o realizar algún tipo de trabajo con el fin de recuperar ese objeto dejado como prenda fue lo que originó la expresión ‘no doler prendas’ (o en la forma ‘no doler prendas a alguien‘) y  aunque hoy en día está cada vez está más en desuso, todavía se utiliza  para referirse a aquel que satisface un pago y cumple con su deber sin importarle el esfuerzo que hace por ello.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Fuente de la imagen: Martina Gabrielli (Flickr)