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Origen y significado de la Cuaresma

La Cuaresma es el período de cuarenta días antes de Semana Santa (entre el Miércoles de Ceniza y el Domingo de Ramos), el cual se origina como una tradición cristiana, remontándose a los primeros siglos, cuando los cristianos realizaban un tiempo de ayuno y penitencia en preparación para la celebración de la Resurrección de Jesús.

Origen y significado de la Cuaresma

El término ‘Cuaresma’ proviene del latín tardio quadragesĭma, que significa ‘cuadragésimo’, refiriéndose a los cuarenta días que Jesucristo pasó en el desierto, según los Evangelios sinópticos (Mateo 4:1-11, Marcos 1:12-13, Lucas 4:1-13). Durante este tiempo, Jesús ayunó y se preparó espiritualmente para su ministerio público. Además, evoca los cuarenta años que los israelitas vagaron en el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida y fue establecido formalmente en el Concilio de Nicea I en el año 325 d.C.

La Cuaresma invita a los fieles a practicar la penitencia, el ayuno y la oración intensificada como una forma de renovar su relación con Dios y de arrepentirse de los pecados, siendo un período de purificación espiritual y de preparación para la celebración de la Resurrección de Cristo.

 

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Origen de la tradición del conejo y el huevo de Pascua

La tradición del conejo y el huevo de Pascua tiene sus orígenes en antiguas celebraciones paganas que se remontan a siglos atrás y que nada tenían que ver con la Semana Santa o la celebración de la Pascua.

Origen de la tradición del conejo y el huevo de Pascua

Muchas son las culturas en las que antiguamente los huevos eran símbolos de fertilidad, asociados con el comienzo de la primavera y la renovación de la vida.

Podemos encontrar que en la antigua Persia (actual Irán), se celebraba el Nouruz, el Año Nuevo persa, durante el equinoccio de primavera, donde se regalaban huevos decorados como símbolo de fertilidad y renovación.

También encontramos que en la cultura germánica, los huevos se utilizaban en las celebraciones de la diosa de la primavera, Ostara, (Eostre en inglés antiguo, de donde se cree que viene el término ‘Easter’, el modo en el que los anglosajones llaman a la Pascua). También en la antigua mitología germánica podemos encontrar que se asociaba con la mencionada deidad de la primavera a los conejos, siendo símbolo de fertilidad y abundancia.

Según consta, en el siglo XVIII se popularizó en Europa la tradición del huevo de Pascua, especialmente en Centroeuropa (y más concretamente en Alemania), donde se decoraban huevos, para posteriormente regalarlos durante los días de Pascua.

El traslado de numerosos inmigrantes alemanes hacia los Estados Unidos a finales del siglo XIX llevó consigo numerosas de sus tradiciones, entre ellas el mencionado huevo y conejo de Pascua, popularizándose la tradición por toda Norteamérica y volviendo de vuelta hacia Europa y otros países del continente americano.

La tradición de esconder huevos de Pascua por la casa o el jardín es una forma de celebrar la llegada de la primavera, la renovación de la vida y un momento de reunión familiar. Se trata de una actividad muy divertida y emocionante para los más pequeños de la casa, pero también para los adultos, ya que unos disfrutan decorándolos y escondiéndolos y los otros buscando y encontrar los huevos ocultos.

Durante gran parte del tiempo se realizaba con huevos de gallina, u otras aves, cocidos (los cuales eran decorados y pintados manualmente), pero desde hace algunas décadas se utilizan huevos de chocolate (ya sean de realización propia o comprados en confiterías u otros comercios).

 

 

 

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¿De dónde surge hacer ayuno o abstinencia durante la Cuaresma?

La práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma se originó en los primeros siglos del cristianismo. Durante este tiempo, los devotos creían que el ayuno y la abstinencia eran una forma de prepararse para la celebración de la Pascua y de renovar su fe en Cristo. También se creía que dicho sacrificio eran una forma de mostrar solidaridad con los menos afortunados y de recordar las enseñanzas de Jesús sobre la humildad y la renuncia.

¿De dónde surge hacer ayuno o abstinencia durante la Cuaresma?

La Cuaresma es un periodo de seis semanas que comienza el Miércoles de Ceniza y finaliza el Domingo de Ramos, aunque ya es tradicional alargarla hasta el Jueves Santo (por lo que duraría exactamente 44 días). Durante este tiempo, los fieles se preparan para la Semana Santa mediante el arrepentimiento, la reflexión y la penitencia.

El ayuno consistía en tomar a lo largo de toda la Cuaresma (exceptuando los domingos) una sola comida principal al día y estaban obligadas a hacerlo todas aquellas personas que hubiesen cumplido los siete años (actualmente es a partir de los 14) hasta los 59. También quedaban exentos los enfermos y las parturientas.

Por su parte, la abstinencia marcaba la prohibición de comer carne ningún viernes durante toda la duración de la Cuaresma.

Además, desde 1966, el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo eran los días en el que se debía practicar conjuntamente el ayuno y la abstinencia.

A lo largo de los siglos, la práctica del ayuno y la abstinencia en la Cuaresma ha evolucionado y ha sido objeto de debate y revisión por parte de la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas.

 

No te pierdas el episodio 9 del podcast «Ya está el listo que todo lo sabe» que hemos dedicado a un buen puñado de curiosidades relacionadas con la Semana Santa

 

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Algunos datos sobre el capirote usado por los penitentes durante las procesiones de Semana Santa

Dentro de la iconografía relacionada con la Semana Santa hay un elemento característico que no puede faltar en ninguna de las procesiones que se celebran durante esta festividad religiosa: el capirote.

Algunos datos sobre el capirote usado por los penitentes durante las procesiones de Semana Santa

Se trata de un cucurucho de cartón o rejilla cubierto de tela y que llevan puesto los penitentes, nazarenos o cofrades (quienes suelen ir vestidos con una túnica a juego). La tela que cubre el capirote (llamada capuchón) y que cubre hasta los hombros, tiene un par de agujeros por los que solo deja al descubierto los ojos, evitando así que se le vea el rostro de quien lo porta y guardándose de ese modo su identidad.

Esto es así debido a que, originalmente, muchos de los participantes en una procesión de Semana Santa deseaban permanecer en el anonimato (sobre todo en localidades pequeñas en las que todo el mundo se conoce).

Siglos atrás, muchos fueron los presos, condenados por algún delito, que eran obligados a participar en las procesiones religiosas, portando un capirote y en el cual iban inscritos los delitos que había cometido cada uno.

Muchos son los expertos que apuntan que ese fue el origen de llevar el capirote durante las procesiones de Semana Santa.

Etimológicamente el término ‘capirote’ proviene de ‘capirón’ y este del latín ‘cappero’, cuyo significado es ‘prenda que cubre la cabeza’.

 

 

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¿Cuál es el origen de la expresión ‘La procesión va por dentro’?

Numerosas son las ocasiones en las que una procesión no ha podido realizarse por las calles de una población a causa de inclemencias meteorológicas, algo que compungía y llenaba de tristeza a todos los miembros de la cofradía, quienes llevaban todo el año esperando la llegada de ese día.

¿Cuál es el origen de la expresión ‘La procesión va por dentro’?

Por tal motivo dicha procesión terminaba realizándose dando vueltas por el interior o claustro del convento o templo religioso donde se guardaban las imágenes y se intentaba hacer con el mayor fervor y sentimiento posible, a pesar de la enorme pena que sentían los procesionarios que participaban en ese acto.

Esto es lo que dio origen a la expresión ‘La procesión va por dentro’ (en clara alusión al reguardado recorrido religioso que debía realizarse por el interior del edificio) y que, con el tiempo, sirvió para señalar a aquella persona que a pesar de estar pasando por un mal momento intenta disimularlo y no exterioriza el dolor.

 

 

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¿Por qué en Navidad también se felicitan las ‘Pascuas’?

¿Por qué en Navidad también se felicitan las ‘Pascuas’?

A través del apartado de contacto recibí un correo de Ewa Hącia-Galdamez, desde Varsovia, en el que me pregunta por qué muchas personas felicitan la Navidad deseando ‘Felices Pascuas’.

Se conoce como Pascua a una de las celebraciones más importantes que existen en el calendario de tradiciones judías. Con ella se conmemora la liberación del pueblo judío del cautiverio de Egipto guiados por Moisés en el siglo XIII a.C., dicha festividad tiene lugar a mediados del mes de Nisán, en el calendario hebreo (que viene a coincidir con el mes de marzo o abril en el calendario Gregoriano, de ahí que varíe cada año la fecha en la que cae la Semana Santa).

Y es que tiene mucho que ver esa fecha con la Semana Santa (también conocida como Pascua Florida o Pascua de Resurrección) debido a que, según los Evangelios, la Última Cena de Jesucristo con los Apóstoles se realizó coincidiendo con el 14 de Nisán (día en el que tradicionalmente las personas que profesan la religión judía realizan la cena con la que conmemoran la festividad de la Pascua –o liberación- que se inicia el día siguiente).

El término Pascua está fuertemente discutida por expertos y etimólogos. Por un lado tenemos a un gran número de ellos (y el propio judaísmo) que defienden que el vocablo proviene directamente del hebreo ‘Pésaj’ cuyo significado literal es ‘pasar’ (en referencia al paso del pueblo judío por Egipto), de ahí derivó al griego pasja’ (πάσχα) y éste se transformó en el vocablo latino ‘pascae’ (ambos de exacto significado) que fue el que derivó al castellano Pascua. Por otro lado (entre ellos la RAE) señalan que deriva del latín vulgar ‘pascuum’ (lugar de pastos) el cual hacía alusión a la finalización de periodo de ayuno durante la Cuaresma.

El hecho de que surgiera la tradición de felicitar la Pascua durante las fiestas de Navidad surge del simbolismo de la liberación judía y de la resurrección y nacimiento de Jesús (cabe destacar que originalmente Jesucristo era judío) haciendo una analogía de esas tres fechas.

Y es que debemos tener en cuenta que la mayoría de las conmemoraciones cristianas se basan en celebraciones cuyo germen eran las fiestas de otras religiones y culturas (por ejemplo la mencionada Pascua Judía o paganas de la antigua Roma e incluso Celtas).

Así pues, a partir de la Edad Media, una vez sustituidas todas las fiestas de otras culturas en el calendario católico, se comenzó a conmemorar (y felicitar) la Pascua Navideña (que va desde el 25 de diciembre al 6 de enero) como anuncio del nacimiento del Mesías, Epifanía (de los Reyes Magos) y de ahí saltar a la siguiente Pascua (en Semana Santa) con la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús.

 

 

Lee y descubre en este blog otras Curiosidades Navideñas

 

 

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Fuente de las imágenes: Biblioteca Nacional de España (BNE)

Algunas curiosas y conocidas expresiones relacionadas con la Semana Santa

Media docena de curiosas expresiones relacionadas con la Semana Santa

Nuestro lenguaje cotidiano está lleno de frases hechas que las utilizamos comúnmente para referirnos a innumerables situaciones.

Las hay de todo tipo: relacionadas con la meteorología, la agricultura, los distintos oficios, el santoral, de hechos históricos, religiosos… y es que de estos últimos hay un buen puñado que están relacionados (directa o indirectamente) con la Semana Santa. Aquí tenéis algunas:

 

‘Estar pasando un calvario’

Proviene del monte en el que fue crucificado Jesús, llamado Monte Calvario (calvarium en latín quiere decir calavera) ya que en aquel lugar era donde se amontonaban las calaveras de todos aquellos condenados que habían sido ejecutados.

En referencia al sufrimiento de Jesús en la cruz, se utiliza la expresión ‘estar pasando un calvario’ para referirse a las penurias y desgracias por las que atraviesa una persona.

 

‘Hacer una barrabasada’

La expresión tiene relación con Barrabás, un personaje que, según los evangelios, estaba preso a la espera de ser ejecutado en la cruz. Cuando Jesús fue apresado, Poncio Pilatos (jefe militar de la provincia romana de Judea) dio a elegir a la multitud a quién querían que indultase y la multitud eligió a Barrabás, por lo que Jesús acabó crucificado.

De esa toma de decisión desacertada surgió el término ‘barrabasada’ como  aquel acto que provoca un gran daño o perjuicio.

 

‘Ser un tonto de capirote’

El capirote es el gorro en forma de cucurucho invertido que portan sobre la cabeza los nazarenos.

Antes de ser usado por  los penitentes que desfilan en las procesiones de Semana Santa, el capirote lo utilizó la Santa Inquisición para colocárselo (a modo de escarnio público) en la cabeza a todo aquel al que acusaba de algún delito, pecado o herejía. Esto provocaba que el ‘populacho’ hiciera burla del reo, llamándole entro otras cosas ‘tonto’.

Durante las primeras procesiones religiosas (en la Edad Media) era muy común que algunos de los penitentes que en ellas desfilaban fuesen los presos mencionados en el párrafo anterior, quienes, arrepentidos de sus actos, querían arrepentirse de sus pecados, motivo por el que se incorporó esta pieza a este recorrido religioso.

 

‘No ser nada del otro jueves’

La tradición católica marcaba que durante la Cuaresma y Semana Santa, los viernes debía llevarse a cabo lo que es conocido como ‘abstinencia’ y que consistía en no poder comer carne y ciertos alimentos durante esa jornada. Eso llevó a que, aquellos que se lo podían permitir, el día anterior (el jueves) comieran opíparamente.

Esto era muy común en el Jueves Santo, ya que al día siguiente no solo debía realizarse la abstinencia sino que también se tenía que hacer ayuno de cualquier alimento (estar todo el Viernes Santo sin comer, a excepción de pequeñas porciones de dulces que le aportaran energía.

Pero no todos los jueves podían realizarse un banquete de exquisiteces, habiendo algunos jueves en el que el menú no era mucho más abundante o sabroso que otros. De ahí que surgiera la expresión ‘No ser nada del otro jueves’, al no haber diferencia entre uno y otro día.

 

‘Llorar como una Magdalena’

Algunas personas erróneamente pronuncian esta expresión diciendo ‘llorar como una madalena’, pero no, nada tiene que ver ese pequeño y redondeado bollo de repostería con la expresión original.

La Magdalena a la que se refiere el dicho es ‘María Magdalena’, personaje bíblico salvada por Jesús de ser lapidada cuando la acusaron de adultera (según el evangelio de Juan) y que estuvo presente durante la crucifixión, llorando amargamente la muerte del Mesías.

Este hecho es el que dio origen a la expresión para referirse a aquella persona que llora mucho y desconsoladamente.

 

 

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El origen de la expresión ‘dar la matraca’ y su relación con la Semana Santa

El origen de la expresión ‘dar la matraca’ y su relación con la Semana Santa

Una matraca es un instrumento de madera en el que cuelgan unos mazos que, al hacerlos girar, produce un sonido molesto de mucha intensidad y muy repetitivo que desde la Edad Media se encuentra en muchos conventos siendo utilizado desde entonces a primerísima hora de la mañana, en el momento más temprano del amanecer, para convocar a la oración matutina (conocida como maitines).

Era tal el ruido y resultaba tan desapacible que la matraca se convirtió en sinónimo de algo molesto e incordio, acuñándose la expresión ‘dar la matraca’ para referirse a aquellas personas pesadas e insistentes en alguna cosa y que termina cansándonos e incluso sacándonos de nuestras casillas.

Durante la Semana Santa y ante la costumbre de no realizarse toques de campana, debido a que por tradición éstas enmudecen durante los días centrales de ese periodo litúrgico (del Jueves Santo al Domingo de Resurrección) se convocaba a los feligreses a acudir a los santos oficios a través de las matracas, algo que se convertía en ensordecedor, molesto y repetitivo.

También cabe destacar que son utilizadas en un gran número de procesiones de Semana Santa las carracas, que vienen a ser unos pequeños instrumentos de madera que al hacerlos girar producen un sonido ensordecedor similar a la matraca.

En el siguiente vídeo podréis comprobar cómo es el sonido de una matraca

Y en este enlace encontraréis otro vídeo en el que podréis visionar la sección que realizo en el programa ‘Ben trobats’, junto a Clara Tena, en la Xarxa de Televisión Locals de Catalunya, donde (a partir del minuto 1;30) explico un puñado de curiosidades relacionadas con la Semana Santa (en catalán) http://www.alacarta.cat/ben-trobats/capitol/setmana-santa-curiosa

 

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El Padre Putas y la tradición del Lunes de Aguas en Salamanca

El Padre Putas y la tradición del Lunes de Aguas en Salamanca

Actualmente el Lunes de Aguas es una tradicional y popular fiesta que reúne a familias y grupos de amigos de Salamanca que realizan una salida al campo donde allí hacen una merendola a base del típico hornazo (empanada que suele ir rellena de jamón, chorizo, lomo, huevo…), cantan, ríen y pasan una agradable y lúdica jornada.

Este día se celebra el lunes siguiente al Lunes de Pascua y sus orígenes se remontan a mediados del siglo XVI, pero por aquel entonces nada tenía que ver la celebración ni sentido de ésta con la que se realiza hoy en día.

Por aquel entonces lo que comenzó a celebrarse ese día fue una jornada de desmadre (sobre todo sexual) con motivo de la finalización del periodo de Cuaresma y la Semana Santa y el regreso a la ciudad de las prostitutas que habían permanecido alejadas de ésta desde el Miércoles de Ceniza (inicio de la Cuaresma).

Todo esto se inició a partir de 1543, cuando Felipe II llegó a Salamanca para contraer matrimonio y comprobó el desmadrado modo de vida que llevaban muchos de los estudiantes de la universidad (se calcula que por aquel tiempo el número de universitarios en Salamanca era de 8.000 –todos varones-).

A pesar de la corta edad del monarca (16 años) era profundamente religioso y no vio con buenos ojos es desmán continuo de los jóvenes estudiantes, por lo que decretó un edicto en el cual obligaba a abandonar la población a todas las prostitutas durante todo el periodo que durase la Cuaresma y Semana Santa y podrían regresar la semana siguiente a la Pascua de Resurrección.

Durante todo ese tiempo las prostitutas estarían alojadas en una mancebía al otro lado del río Tormes y custodiadas por un sacerdote, quien no tardó en recibir el sobre nombre de ‘Padre Putas’ (algunas fuentes indican que su verdadero nombre era Padre Lucas, pero no hay demasiada información fiable alrededor de la identidad de este personaje).

El Padre Putas velaba por las meretrices durante todo ese tiempo, dándoles consejo espiritual y confesión durante los casi dos meses que permanecían allí.

Pero cuando llegaba el lunes siguiente al término de la Semana Santa centenares eran los jóvenes estudiantes (y habitantes de Salamanca) que acudían entusiasmados a recibir a las prostitutas en la otra orilla del río Tormes, lugar donde se celebraba una gran fiesta y había todo tipo de desmanes.

Con el transcurrir de los siglos, esa jornada que fue bautizada como ‘Lunes de Aguas’ fue transformándose poco a poco en la celebración de carácter familiar y lúdica que hoy en día conocemos y que poco tiene que ver con todos aquellos desmanes licenciosos que la originaron (aunque algunos aprovechan para desmadrarse un poco).

 

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La curiosa procesión profana conocida como ‘El entierro de Genarín’

La curiosa procesión conocida como 'El entierro de Genarín'

El 28 de marzo de 1929, Jueves Santo, Jenaro Blanco ‘Genarín’ cenó una sopa de ajo, un trozo de bacalao y lo regó todo ello con unos buenos lingotazos de orujo, bebida de la que era un gran aficionado. Tras cenar decidió realizar su habitual recorrido por las diferentes tacas del casco antiguo de León (población donde residía) empezando por las que se encontraban en la Plaza de Santa María del Camino, popularmente conocida como ‘Plaza del Grano’.

Cuando llevaba un buen rato bebiendo y, como era habitual en él, decidió ir a orinar junto a la muralla que delimita el casco antiguo (conocido como ‘Barrio Húmedo’) con tal mala fortuna que, cuando se encontraba miccionando, pasó el camión de la basura y se lo llevó por delante, con el fatal desenlace de fallecer a causa del atropello. Según parece, una prostituta que por allí rondaba y que era conocida como ‘la Moncha’ fue testigo de lo ocurrido, acercándose hasta el cuerpo ya sin vida de Genarín y, según cuentan las crónicas, cubriéndolo con las hojas de un periódico.

Un año después, en la noche del Jueves al Viernes Santo (madrugada del 17 al 18 de abril de 1930), cuatro compañeros de juergas de Genarín (que con el tiempo fueron conocidos como ‘los evangelistas’) quisieron homenajear a su añorado amigo y decidieron hacer el mismo recorrido que él hizo en su última noche. Cenaron lo mismo que Jenaro y visitaron las mismas tascas, mientras recitaban poesías y cantaban alguna que otra copla en su memoria.

Así fue como poco a poco y año tras año ese homenaje a Jenaro Blanco en la madrugada del Jueves al Viernes Santo se fue convirtiendo cada vez más popular e incorporándose nuevos integrantes a esa cada vez más multitudinaria ‘procesión profana’.

Parece ser que con el paso de los años y la popularización de este particular homenaje, el carácter festivo que tenía el mismo no sentó demasiado bien a algunas influyentes personalidades de la vida política, social y, sobre todo, religiosa de la ciudad de León, motivo por el que se presionó al gobernador civil para que la prohibiese, algo que se consiguió en 1957 y que duró (dicha prohibición) hasta finalizada la dictadura franquista.

Cofradía de Nuestro Padre GenarínDos décadas después, con la llegada de la democracia, se retomó la peculiar procesión del entierro de Genarín y con el correspondiente ritual de la ‘última cena’, el recitado de poesías y la ronda de bar en bar tomando orujo y otros licores, a la que con el tiempo se le agregó unos muñecos de cartón piedra que representaban al homenajeado Genarín, a la Moncha y una cuba e incluso cuatro cabezudos que representan a los ‘evangelistas’, los cuatro amigos de Genarin que iniciaron en 1930 este curioso homenaje que a día de hoy reúne en la Semana Santa leonesa a miles de fieles devotos que participan en la más famosas de las procesiones profanas y que es organizada por la conocida como ‘Cofradía de Nuestro Padre Genarín’.

 

 

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Web de la ‘Cofradía de Nuestro Padre Genarín’
Fuentes de las imágenes: Wikimedia commons / ‘Cofradía de Nuestro Padre Genarín’ en twitter: @cofradiagenarin