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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Ser buitre negro no es nada fácil, que se lo digan a Ramón

Cabeza de un buitre negro. Foto: Shutterstoc, SEO/BirdLife

Los buitres negros son inmensos, los más grandes que vuelan en Europa, casi tres metros de punta a punta del ala. Tan especiales que crían sobre los árboles, donde hacen nidos tan grandes como los de una cigüeña. Tienen un único pollo al año, al que cuidan con mimo durante meses hasta que aprenden a volar. Después, que se busquen la vida. ¿Qué pasa con ellos? ¿A dónde van? ¿De qué viven y de qué mueren?

Para responder a tantas incógnitas, 52 ejemplares han sido vigilados durante 20 años por el gran hermano de la tecnología GPS. Un diminuto dispositivo alimentado por el sol y adosada a sus espaldas ha permitido a los expertos conocer su errático deambular gracias al análisis de más de un millón de localizaciones. Eran buitres de todas las edades (adultos, inmaduros y pollos) y de los dos sexos, repartidos por las grandes colonias del suroeste ibérico y puntos donde han sido reintroducidos recientemente (norte de Castilla y León y Cataluña).

¿Qué se ha descubierto? Pues que no son tan sedentarios como se pensaba. Y que se mueven mucho más de lo que nos creíamos. Que se lo digan a Ramón y Singratella, los dos únicos buitres negros estudiados que rechazaron el sedentarismo instintivo de la especie y decidieron dar el salto a África para pasar el invierno en Senegal, a 4 000 kilómetros de su lugar de nacimiento. El pobre Ramón seguramente murió envenenado y no regresó. Singratella tuvo más suerte y, tras su viaje heroico, ahora está de nuevo por Extremadura buscando comida y seguramente pareja.

Buitre negro en vuelo. Foto: Tatavasco

Monografía científica  

La nueva monografía del programa Migra de SEO/BirdLife Comportamiento espacial de la población española de buitre negro recoge el estudio más detallado hasta ahora sobre los movimientos de la especie. Con ellos trata de dar respuesta a las numerosas incógnitas relativas a los movimientos de sus poblaciones, desde su dispersión juvenil, al paso ocasional de individuos por el estrecho de Gibraltar, o las diferencias de las áreas de campeo de los adultos según sexo entre los periodos de cría y no cría. 

Los marcajes han facilitado un conocimiento espaciotemporal preciso de los movimientos de los individuos durante su ciclo de vida, incluyendo dispersión juvenil, ecología espacial durante las épocas de cría e invernada, rutas migratorias, movimientos posreproductivos, territorialidad, etc.

La población española de buitre negro se ha estudiado de diversas formas, existiendo una amplia tradición en el estudio de su reproducción, relación con el hábitat y espacios protegidos, fisiología, envenenamientos y relación con otros impactos antrópicos. También existen algunos estudios de su ecología espacial por medio de telemetría satelital/GPS, sin embargo, no existe un estudio exhaustivo y a gran escala del uso del territorio por parte del buitre negro en la península ibérica que permita esclarecer con detalle los patrones de movimientos de la población.

Uno de los mayores condicionantes de los movimientos de los individuos adultos es la reproducción. En el buitre negro, el periodo reproductivo se extiende de febrero a septiembre, lo que condiciona de forma importante esos movimientos. Los buitres negros adultos (más de 5 años de edad) se mantuvieron más ligados al territorio compartido por la colonia. Pese a la elevada variabilidad y ciertas diferencias estacionales, en términos generales los adultos repiten con mucha frecuencia sus áreas de campeo.

El parámetro donde más diferencias se pudieron encontrar entre los distintos periodos es en el de la distancia mensual acumulada, es decir, en la extensión de los desplazamientos que se producen. Durante el periodo de crianza de los pollos la distancia acumulada (11.035 ± 31.267 km2) prácticamente se duplicó respecto a las épocas de incubación y no cría. En estas épocas también aumentaron ligeramente las áreas de campeo estimadas.

de buitre negro: Autor:Tatavasco

Los ejemplares juveniles van a su aire

Los ejemplares jóvenes acostumbran a realizar movimientos dispersivos a lo largo de grandes extensiones de territorio. Los datos de 41 buitres negros jóvenes (desde la edad juvenil hasta la edad subadulta, en el cuarto año de vida), realizaron movimientos de gran extensión en torno a su lugar de origen, abarcando frecuentemente grandes sectores de la península Ibérica y el sur de Europa.

Normalmente, los juveniles abandonan el área parental unas semanas o meses después de su salida del nido para viajar cientos de kilómetros antes de volver a la misma. Esta tendencia se fue reduciendo progresivamente conforme aumentaba la edad de los individuos, tendiendo a la estabilidad en los inmaduros y subadultos. De esta forma, se produce una segregación espacial en el buitre negro en función de la edad, probablemente debido a que los adultos, de mayor tamaño, son los primeros en acceder a las carroñas y los más jóvenes han de desplazarse a lugar más alejados de la colonia donde no existe tanta competencia por el recurso.

Las hembras, en todas las edades, tuvieron áreas de campeo y distancias al nido mayores, es decir, se dispersaron más que los machos. Esta circunstancia, compartida con otras especies de buitres ibéricos como el buitre leonado, puede deberse al mayor tamaño de las hembras, obligadas a prospectar mayores extensiones del territorio para conseguir el alimento necesario, pero también a la segregación espacial entre sexos, al igual que ocurre entre edades.

Buitre negro en su nido. Dibujo: Juan Varela, SEO/BirdLife

El peligroso viaje transahariano de los pollos migradores

La migración es una estrategia poco frecuente en la población española del buitre negro, pese a ser común en otras poblaciones alrededor del mundo. Se tenía constancia del paso anual de algunos individuos de esta especie a través del estrecho de Gibraltar en época de paso migratorio. Pese a ello, se desconocían cuáles eran las rutas seguidas, la fenología exacta y las áreas de invernada.

En este estudio, se analiza la migración transahariana de dos ejemplares desde su área natal en España hasta sus cuarteles de invernada en Senegal, en la parte más oeste del Sahel. La migración de otoño duró alrededor de un mes, en la que recorrieron 4.032 y 4.980 km en total, respectivamente (158 ± 85 y 146 ± 87 km al día)

Dicha migración comenzó a principios de noviembre. Atravesaron el estrecho en torno a mediados del mismo mes, y alcanzaron los cuarteles de invernada en África a principios de diciembre. Únicamente se produjeron dos días de parada (sin desplazamientos migratorios significativos) en ambos buitres durante la migración de otoño. Los individuos invernaron en la parte centro y sur de Senegal, alternando entre reservas silvopastoriles y la zona del delta del río Saloum. En estas zonas se encuentran numerosas especies de buitres europeas y africanas, por lo que parece altamente favorable para su desarrollo.

Uno de los ejemplares, Ramón, falleció allí y el otro, Singratella, volvió a España a través de una ruta migratoria más poniente que en la migración de otoño (migración tipo loop o lazo). No regresó a su colonia catalana, sino que detuvo el movimiento migratorio en las sierras del interior de Cádiz tras cruzar el estrecho. Se siguió durante un año más en el que realizó una dispersión similar a la de sus homólogos inmaduros que no salieron de la península, campeando zonas de las sierras del interior de Cádiz, Sierra Morena o Extremadura.

Dos de los más de 50 ejemplares marcados con dispositivos facilitaron señales durante más de una década, cuando habitualmente no se cuenta con series de más de 4 ó 5 años. Estos dos buitres facilitaron el conocimiento de su vida desde los primeros días de su salida del nido, su periodo de dispersión y alejamiento de sus progenitores y zona de nacimiento, sus movimientos durante sus años de edad juvenil y varios años de su instalación como reproductores y adultos en colonias diferentes a las que nacieron.

Gran hermano digital 

Además de la información detallada del estudio, cuya versión en formato PDF se puede descargar gratuitamente en este enlace, los viajes de los buitres marcados se pueden igualmente consultar en la página web interactiva Migración de aves. En la misma se pueden visualizar los viajes de todos los ejemplares, activarlos y ver cómo avanzan en el tiempo, individualizarlos, seguirlos en detalle con distintas capas cartográficas, ponerlos a distintas velocidades, con distintos grosores de líneas, se pueden convertir en áreas geográficas ocupadas según mapas de calor, etc.

También, desde esta web se pueden consultar los viajes de otras ocho especies de aves con análisis semejantes. Y viajar a través de ella para consultar más información de movimientos en otras páginas web como el atlas europeo de migración, y sobre su biología y distribución gracias al Atlas de aves en época de reproducción en España, libros rojos a distintas escalas geográficas e incluso guías de aves.

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