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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El ave marina más pequeña del Mediterráneo en realidad no es mediterránea

Paíño europeo. Foto: Júlio Reis

Es como una gaviota del tamaño de un gorrión y color oscuro. Pero pocas aves son capaces como ella de luchar contra tempestades, olas gigantescas, vientos huracanados. Pocas son capaces de vivir en el mar sin pisar tierra firme durante meses, comiendo, bebiendo y hasta durmiendo en sus aguas.

Esta pequeña maravilla con alas se llama paíño europeo. Y una reciente investigación española acaba de descubrir que sus poblaciones en el Mediterráneo no son exclusivamente mediterráneas como se pensaba hasta ahora. Para un bicho así no hay fronteras. Y el inmenso océano Atlántico le es tan familiar y cercano como nuestro Mare Nostrum.

Te cuento su historia porque es interesantísima.

Paíños europeos volando sobre el mar. Foto: Richard Crossley

Sorpresa científica

Siempre se había pensado que la población mediterránea del paíño europeo, el ave marina más pequeña de todo el Mediterráneo, pasaba todo el año en este mar, y que solo una pequeña parte de la población migraba hacia el Atlántico durante el período de invernada. Ahora, un estudio revela que la mayoría de los paíños nidificantes en el Mediterráneo occidental se desplazan todos los inviernos hacia el océano Atlántico.

Los resultados, publicados en la revista International Journal of Avian Science (IBIS), contrastan con el patrón migratorio conocido hasta ahora en el Mediterráneo central y perfilan un nuevo mapa migratorio en esta pequeña ave marina.

El paíño europeo es una especie pequeñita pero longeva. Tiene una baja tasa de reproducción y una edad de madurez sexual relativamente tardía, a partir de los 4-5 años. Viajero incansable, solo pisa tierra firme para reproducirse. A pesar de ello, cuando llega para criar sufre mucho la predación por ratas y gatos, por lo que las colonias de cría se asientan en islotes o tramos de costa inaccesibles y libres de estos carnívoros.

Se conocen dos subespecies de paíño europeo, la que nidifica en el mar Mediterráneo (Hydrobates pelagicus melitensis) y otra más abundante que lo hace en distintas islas europeas en el Atlántico (Hydrobates pelagicus pelagicus).

Toda la información está en la luz solar

Hasta el momento, los datos de recuperación de anillas y avistamientos en mar abierto a bordo de barcos sugerían que la subespecie atlántica podría migrar hacia aguas meridionales del continente africano. «En la subespecie mediterránea, que es mayor, los datos biogeoquímicos y de geolocalización señalaban una invernada mayoritaria en la cuenca de este mar», apunta el profesor Raúl Ramos, del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales.

Pero la investigación ha demostrado algo que nadie se esperaba. En el estudio, el equipo ha empleado modernos geolocalizadores que, colocados en el tarso de las aves y no en la espalda, registran la intensidad solar durante cerca de un año. Esta metodología permite obtener también datos como la conductividad del agua salada, temperatura del mar, etc.). «Nuestros resultados permiten entender mejor los patrones de actividad de las aves marinas durante todo el período de invernada, cuando están volando o descansan en el agua, una información desconocida hasta ahora», apunta la investigadora Teresa Militão, primera autora del estudio.

Durante todo el período de invernada, la especie pasa más tiempo descansando en el agua durante el día que por la noche. Esto indica que la especie es nocturna. «Y que se alimenta probablemente de zooplancton y pequeños peces que migran a la superficie marina sólo durante la noche», destaca la investigadora.

Conocer para proteger

El trabajo de la revista IBIS mejora el grado de conocimiento sobre la ecología de una especie y su distribución durante su ciclo vital. «Conocer las áreas de invernada de esta especie contribuirá a identificar las variables ambientales que condicionan su distribución», indican los autores.

Este tipo de estudios son decisivos para entender el solapamiento existente entre las áreas exploradas por la fauna marina y las amenazas que el hombre provoca en el medio marino. El paíño es una especie amenazada en tierra firme por la introducción de depredadores invasores (ratas, gatos, etc.) que pueden depredar huevos, pollos y adultos. La destrucción o modificación de los hábitats de nidificación, la contaminación lumínica (luces de barcos, estaciones petroleras, etc.), el cambio climático o los fenómenos climáticos extremos (ciclones, tornados, etc.), también pueden afectar al éxito reproductor y la supervivencia de estas pequeñas aves marinas que habría que proteger.

A ello se unen los problemas ambientales de los mares, donde la contaminación, especialmente por plásticos, y la sobrepesca, están poniendo en peligro este hábitat fundamental para la supervivencia de la biodiversidad planetaria.

En el estudio, que lideran los investigadores Raúl Ramos y Teresa Militão (UB-IRBio), del Grupo de Ecología de Aves Marines de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio), también han participado Ana Sanz-Aguilar y Andreu Rotger, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB).

Artículo de referencia: Militão, T.; Sanz-Aguilar, A.; Rotger, A.; Ramos, R. «Non-breeding distribution and at-sea activity patterns of the smallest European seabird, the European Storm Petrel (Hydrobates pelagicus)». IBIS, abril de 2022. Doi: 10.1111/ibi.13068

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