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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El boom del aceite de oliva desahucia a las últimas avutardas andaluzas

Dos machos de avutarda pelean en un llano cerealista español. Foto: SEO/BirdLife

Date un paseo por el campo andaluz y lo comprobarás. El mar de olivos cada día es más extenso, más industrial, más artificial, menos cultura y paisaje, más agronegocio. Porque el boom del consumo de aceite de oliva ha disparado el cultivo de olivos en España, su primer productor mundial, casi 1,4 millones de toneladas al año.

Esos «viejos olivos sedientos bajo el claro sol del día» que admiraron al poeta Antonio Machado, esos «olivares polvorientos del campo de Andalucía», ya ni son viejos (cuanto más jóvenes mayor producción de aceituna) ni polvorientos (son ahora cultivos intensivos de regadío). Son los tiempos, es verdad. Pero con su avance imparable retroceden silenciosos los animales que antes ocupaban esos campos de secano, como las avutardas y sus primos los sisones.

Los nuevos olivares superintensivos están acabando con el olivar tradicional.

Nuevos paisajes

Es la conclusión a la que han llegado investigadores españoles de la Universidad de Córdoba y de la Universidad Técnica de Manabí (Ecuador) en un artículo de investigación publicado en la revista científica Bird Conservation International. El aumento de la extensión de olivar en Andalucía está reduciendo el cada vez más exiguo hábitat disponible para el sisón y la avutarda, dos especies típicas de los agroesteparios en preocupante declive.

En las últimas dos décadas las áreas dedicadas al olivar en Andalucía han aumentado en 115.000 nuevas hectáreas en el hábitat de distribución de estas especies. Y esto tiene consecuencias negativas para las aves estudiadas ya que el olivar es un cultivo perenne, no anual. Su impacto es permanente. Además, el olivar intensivo y superintensivo frente al tradicional supone mucha mayor densidad de arbolado. Estas características acaban generando un hábitat inadecuado para el sisón y la avutarda, que solo pueden vivir en ambientes más abiertos.

Macho de sisón en vuelo. Foto: SEO/BirdLife

Más olivos intensivos, menos avutardas

Los autores del estudio han analizado la expansión del olivar en Andalucía, donde al igual que en muchos puntos de la cuenca mediterránea, este cultivo ha experimentado una gran expansión durante las últimas dos décadas, particularmente ocupando campos cerealistas y campiñas. Según los investigadores, “la conversión de estos campos abiertos a cultivos leñosos podría afectar a la calidad del hábitat de las aves esteparias asociadas a estos cultivos y a los pastos naturales”.

Para ello han evaluado la presencia de nuevas superficies de olivar en áreas donde se distribuye la población de avutarda euroasiática y sisón común en Andalucía, la mayor región olivarera del mundo. Posteriormente, han comparado el porcentaje de los diferentes usos del suelo entre los años 2000 y 2018 usando datos del Corine Land Cover, que muestra los mapas de hábitats sobre el territorio.

Los investigadores destacan que, en este intervalo de 18 años, los nuevos olivares ocuparon el 2,14% y 2,61% del área de distribución de la avutarda euroasiática y el sisón común, respectivamente, en Andalucía. Esta regresión en las tierras de labor y el incremento en cultivos leñosos han sido los principales vectores en los cambios de composición del paisaje durante el periodo de estudio. También subrayan que el índice de fragmentación en tierras de labor fue superior en el año 2018 que en 2000.

El olivar tradicional permite la convivencia de su cultivo con otras especies de aves.

Espacios a proteger

Como explica José Guerrero Casado, investigador del Departamento de Zoología de la UCO participante en el estudio, “es necesario tomar medidas para preservar los hábitat de estas aves” ya sea evitando implantar olivares en zonas sensibles para las dos especies, como las zonas de nidificación o de reproducción, o replanteando la utilidad de las IBAs, Áreas Importantes para las Aves y la Biodiversidad establecidas por Bird Life international como un reconocimiento a zonas que se deberían conservar para proteger a las poblaciones de aves. De hecho, este estudio ha demostrado que miles de hectáreas de olivar han sido plantadas dentro de las IBAs que fueron diseñadas con el fin de proteger el hábitat de la avutarda y el sisón entre otras especies. Esto les lleva a plantear que «la política de conservación debería ser revisada y mejorada para prevenir que los cambios en el uso del suelo sean perjudiciales para las diferentes especies”.

Por este motivo, subrayan que es urgente regular las nuevas plantaciones de olivar para preservar los hábitats esteparios y las aves asociadas a este agrosistema. Por ejemplo, señalan que deberían evitarse nuevos cultivos en marcos de plantación de alta densidad sobre “puntos calientes” para la avutarda y el sisón, como son los lugares de cortejo y nidificación. “Sin embargo, –lamentan los autores– la ausencia de un marco legal de protección para la mayoría de las IBA dificulta limitar la expansión de olivar hacia estos campos de labor». Y por ello proponen que la Política Agraria Comunitaria para el periodo 2023-2027 «podría contemplar medidas para proteger y mejorar el estado de conservación de los campos abiertos de cultivo en las IBA, junto con subsidios para que esos terrenos no sean reconvertidos a olivar intensivo, generalmente más rentables”.

Artículo de referencia: Guerrero Casado, J., Rivas, C.A. y Tortosa, F. S. The expansion of olive groves is reducing habitat suitability for the Great Bustard Otis tarda and the Little Bustard Tetrax tetrax in Southern Spain: could Important Bird Areas (IBAs) reduce this expansion? (2021). Bird Conservation International, 33: 1-15.

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