Cuando la graja vuela bajo, hace un frío del carajo (en León)

Ejemplar de graja en la colonia de Villadangos del Páramo (León). Foto: Javier García Fernández

Asegura el periodista leonés Fulgencio Fernández que las tres cosas más típicas del mundo rural leonés son la patata, la guardia civil y la graja. De las dos primeras no tengo datos. Y de la tercera no hay duda. Pero claro, no confundamos graja con grajo. Este último nombre identifica malamente, con escasa precisión, tanto en Castilla como en León, a todo córvido negro que surca los cielos, ya sea corneja, grajilla, chova o cuervo. Dice el refrán que «cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo».

Pero graja (Corvus frugilegus), la única y típica graja, así, en femenino, es una prima de la corneja con una curiosidad que la hace fácilmente identificable: tiene la mitad de la cara blanca, algo así como claros morrillos emplumados. Y canta con un tono tan lúgubre que, debo reconocerlo, mete miedo si la escuchas un atardecer en una chopera perdida del páramo.

Lo de que barrunta el frío como todo grajo que se precie es más que probable. Con esas heladas no hay pájaro que tenga fuerzas y ganas para hacer florituras en el aire.

¿Y lo de su exclusividad leonesa?

Pues porque a pesar de ser una especie muy abundante en toda Europa, que suele llegar en invierno en grandes bandos a la Península, en España solo cría en la provincia de León.

Rectifico, criaba. Según la última monografía de SEO/BirdLife dedicada a esta ave, «La graja en España. Población reproductora en 2021«, toda la población nidificante hispánica se concentra actualmente en unas pocas comarcas del sureste de la provincia de León (1.720 parejas) y en la ciudad de Figueras, donde en 2018 se instaló una pequeña colonia que en la actualidad suma 8 parejas.

Distribución de las colonias de graja en la provincia de León, según último censo SEO/BirdLife.

En León, que es donde se conocen colonias al menos desde 1950, en el pasado ocupó otras comarcas leonesas como la Ribera del Órbigo, el Páramo Leonés, la Vega del Esla, El Payuelo, Tierras de León y Tierra de Campos, aunque actualmente se concentra, principalmente, en algunas localidades del páramo leonés y en el entorno de las ciudades de La Bañeza y León.

Conflicto urbano

La cercanía de las colonias a los pueblos y ciudades de León ha propiciado frecuentes conflictos con sus habitantes que han provocado numerosos vaivenes en su número. Por ejemplo, las habituales talas de las arboledas que albergan las colonias de reproducción al finalizar los turnos de aprovechamiento maderero de las plantaciones de chopos. Pero también por una fuerte presión por parte del desarrollo urbanístico, o por continuas molestias e incluso disparos.

Dada la situación actual de la graja, teniendo en cuenta que presenta una distribución geográfica que ocupa tan solo 357 km2 y con una población que varía en torno a las 1.000-2.000 parejas, concentradas en un número de localidades inferior a cinco, debería catalogarse esta especie como “En Peligro” según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Así la cataloga ya el nuevo Libro Rojo de las Aves de España de SEO/BirdLife, de reciente publicación.

Si talas los árboles desaparecen las colonias

Sobre una muestra de 127 emplazamientos históricos analizados en el nuevo estudio sobre la graja, se ha podido confirmar que la causa de la desaparición de las arboledas es el principal factor que ha hecho que desaparezcan  en 54 colonias.

En general, la tala se llevó a cabo para aprovechamiento maderero, aunque hubo otras causas, como la poda de los árboles en un parque de la ciudad de León o la corta de un enorme chopo que albergaba una colonia en un solar de La Bañeza, donde poco después se construyó un bloque de viviendas.

Bando de grajas leonesas en vuelo. Foto: Javier García Fernández

La graja en el mundo

La graja tiene una población mundial estimada en entre 50 y 100 millones de ejemplares. Pueden parecer muchas, pero recientemente ha pasado en Europa a estar catalogada como Vulnerable por la UICN, debido a la fuerte reducción de su tamaño poblacional en gran parte de su área distribución europea (un descenso en torno al 30% en países como Polonia, Francia, Rusia o Países Bajos), provocada principalmente por la persecución que sufre esta especie y la desaparición continua de colonias.

En Europa, la población reproductora supera los 10 millones de parejas y hay varios países donde crían más de un millón de individuos. A pesar de su reciente catalogación, del declive de sus poblaciones y de su estado de conservación desfavorable, la especie podría ser objeto de caza en varios países como Bulgaria, Estonia, Francia, Lituania, Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Suecia y el Reino Unido.

Peligro de extinción en la península ibérica

Dado el valor ecológico de la población leonesa, su rareza en la península ibérica, y su singularidad genética a nivel global, SEO/BirdLife considera recomendable incluir a la graja en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, con la categoría de En Peligro de Extinción. Esta catalogación dotaría a la gestión de la especie de una figura de protección en la normativa estatal.

El cambio conllevaría una protección adecuada y efectiva de las arboledas que albergan colonias durante la época de reproducción, aseguran los ornitólogos, lo que limitaría que el desarrollo urbanístico, perturbaciones y molestias no afecten a sus colonias ni a su reducida área de distribución.

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