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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Inauguran en Cantabria el primer ascensor español para salmones

Vista superior del ascensor para salones y otros peces.

Las personas sufrimos las barreras arquitectónicas que nosotros mismos construimos y los peces las barreras naturales que también nosotros levantamos.

Los embalses que con tantos oropeles inauguraba el dictador Franco son barreras infranqueables para peces que, como los salmones cantábricos, llevan décadas tratando de superarlas para llegar a esas cabeceras de los ríos donde se reproducen. No pueden criar en otro sitio. Y por eso apenas hay salmones en los ríos del norte español.

Para romper esas barreras sin romper los embalses, ACCIONA ha puesto en marcha un ascensor para salmones en la presa de Palombera, en el río Nansa (Cantabria).

La instalación permitirá a la especie acuática remontar los 20 metros de desnivel del embalse y regresar a la zona histórica de desove de Cosío.

El regreso al mar se hará a través de una escala de peces rehabilitada para el descenso. Hacía más de 70 años que algo así no ocurría.

Presupuesto millonario

El proyecto ha tenido un presupuesto de 1,7 millones de euros. Junto con el resto de acciones desarrolladas, el gasto final supera los 3 millones de euros.

Incluye, además del ascensor, dos escalas en los azudes (presas pequeñas) de Celis y Vendul, un sistema de monitorización del caudal ecológico en tiempo real y una estación de registro y medida de los caudales en la cabecera del río.

Salmón atlántico. Foto: Wikimedia Commons

¿Cómo funciona el ascensor?

El ascensor se sitúa en la margen derecha del río Nansa, en el sentido de circulación del agua. Los salmones atraviesan pequeñas balsas artificiales o artesas para introducirse en una cabina metálica sumergida en el agua que es elevada mediante un sistema de raíles hasta la parte superior de la presa. En este punto, se pueden observar, medir y documentar las características del salmón, antes de depositarlo mediante una red de canaletas en el embalse de Palombera.

El sistema de artesas en cascada genera un “efecto llamada” que atrae a los salmones para que se introduzcan en la cesta del ascensor. La frecuencia de subida automática de la cesta se programa teniendo en cuenta el índice de paso de ejemplares y las distintas épocas del ciclo vital del salmón.

Una vez en el embalse, los salmones pueden nadar aguas arriba a través de las escalas construidas en los azudes de Celis y Vendul, alcanzado así las áreas de desove documentadas en el curso medio del Nansa y sus afluentes, Lamasón y Vendul.

También se ha habilitado la antigua escala de peces, sin funcionalidad durante décadas, para el descenso de las crías de salmón desde el embalse hasta la desembocadura del río Nansa en el Cantábrico.  Con ello, se completa un sistema integral de paso de Palombera para el regreso de los jóvenes salmones hacia el mar hasta la madurez, cuando remontarán al lugar de nacimiento.

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