Un naturalista acaba de ser condenado en Francia a pagar 7.300 euros de multa por molestar la primavera pasada a una pareja de quebrantahuesos. Quería filmarlos con una cámara de vídeo en su nido, localizado en las montañas pirenaicas del Alto Garona, el primero en la región en más de un siglo. Seguramente con tan buena voluntad como inexperiencia, se acercó tanto que los adultos asustados abandonaron la incubación de su único huevo durante más de una hora, un lugar extremadamente frío a 1.700 metros de altitud. Al final el pollo nació, pero para morir poco tiempo después. Y este año la escarmentada pareja ha trasladado el nido a un lugar mucho peor, donde probablemente fracasará de nuevo.
“Hay amores que matan”, asegura el refrán, y éste es un buen ejemplo de ello. Todos tenemos derecho a disfrutar del vuelo del águila, del canto del ruiseñor, de las acrobacias del abejaruco. Pero nadie tiene derecho a molestar innecesariamente a las aves, a poner en peligro su bien más preciado, su prole.
Es tiempo de nidos, aunque por suerte ya no se puede salir a coger huevos y pollos como hacían antes los niños, por el mero placer de coleccionarlos o intentar criarlos en casa.
Mis abuelos siempre me lo advirtieron: “Si tocas un nido los pájaros lo aborrecen y lo abandonan”. ¿Por qué lo hacen? Por prudencia. No hay nada más peligroso para un ave que la nidificación; nunca estarán más indefensos que incubando. Por eso sólo el instinto de supervivencia puede romper los estrechos lazos paterno-filiales, obligándolos muy a su pesar a abandonar los huevos, o a dejar sin su calor protector a las crías durante horas, a merced de depredadores oportunistas. Cada desamparo de un nido es una pequeña catástrofe. Pensémoslo cuando nos encontremos uno. ¿Lo mejor? Irnos rápido y no molestarlos.
Un ejemplo más de este amor incontrolado por las aves lo podemos ver en la red. Desde Galicia, un aficionado está controlando diariamente y fotografiando la evolución de un nido de verderón (Carduelis chloris), imágenes que luego sube a su página. Dice que no los molesta pero, ¿hacía falta meter una pila en el nido para hacernos una idea de su tamaño?
Vaya forma de «estudiar» , que dirá el ave cuando vea una pila dentro de su nido? bárbaro….. podrias ir a estudiar otros huevos..
16 mayo 2008 | 07:39
Ayer andaba por mí Sierra y ha nacido un yerbazal altísimo y espeso, y fue a un escaso metro donde nos miramos a los ojos, una pájara echada… se me heló la sangre, sin dejar de mirarnos, la rodeé y me alejé de su nido, cuando lo había hecho quince metros no pude reprimir un : Biennnnnnnn!!!!!!. Qué maravillosa es la naturaleza. He aprendido, “En estas fechas es mejor no salirse de los caminos”.
16 mayo 2008 | 07:45
No conocia el caso,pero como vereis es cun claro ejemplo de que un naturalista no siempre es bueno para la naturaleza, como el que un cazador no siempre es malo para la misma….
16 mayo 2008 | 08:49
Los cazadores son una desgracia para la naturaleza. Alteran los hábitats a su antojo para adaptarlos a su conveniencia: cebos envenenados, cepos y trampas o directamente a escopetazos, con los «competidores» naturales. Una vez estos han sido exterminados, se arrogan el papel de «controladores del equilibrio».Eso para no hablar de vallas cinegéticas, maltrato de sus perros-herramientas etc. etc.
16 mayo 2008 | 09:02
Quien quiera ver en vivo y en directo SIN MOLESTAR ni MOLESTARSE, no tiene más que enlazar con ésta web: http://www.aguilaimperial.org/. Gracias a la labor de SEO/BirdLife y al Ministerio de Agricultura…, que colocaron una cámara cerca de un nido de águila imperial, en la época previa a la nidificación.Y podrá observar a un magnífico pollo de águila imperial desarrollándose, gracias a la labor de sus trabajadores progenitores.Pero también podemos seguir en sus desplazamientos anuales a Logie ¿verdad César?.Saludos
16 mayo 2008 | 09:32
Llevo mucho tiempo quejándome de las molestias de mis vecinos. Más o menos 1 año. Nadie me hace caso.
16 mayo 2008 | 10:29
Me parece una buena medida, asi la proxima vez no molestara a los pobres animales.
16 mayo 2008 | 12:58
DESGRACIALa gran desgracia, es que no te des cuenta que el verdadero problema de la naturaleza es el ser humano en general y no los cazadores en particular.No tienen nada que ver los cebos envenenados y las tranpas,con la practica de una caza sostineble y necesaria para el medio.Con respecto a la alteracion de habitas,igualmente somos todos responsable o crees que la casa donde vives o el sitio donde trabajas simpre han estado hay,ese sitio era un medio natural el cual nosotro hemos modificado para vivir,tambien modificamos a nuestro antojo los terrenos de siembra, mezclanzo cultivos de secano y regadio desequilibrando todo el ecosistema y todo lo que conlleva eso, un ejenplo,topillos por doquier,pero bueno como diria CRONICA VERDE tendrian que realizarse estudios serios para determinar si es bueno o malo tal densidad de eso pequeños y simpaticos ratoncillos.(Cronica Verde,esto ultimo es sin animo de ofender)Por ultimo ten en cuenta siempre una cosa lo natural siempre es bueno,y lo natural hoy y siempre sera cazar,la practica de una caza sostenible, equilibrada y racional sera imprescindible para conservar la naturaleza,como la hemos conocido siempre,esto es asi, por mucho que tu lo pongas en duda
16 mayo 2008 | 14:13
Aqui os dejo esta noticia
17 mayo 2008 | 22:04