Por qué la ciencia no refuta las pseudociencias, y por qué debería dejar de testarlas

La actriz y empresaria de éxito Gwyneth Paltrow, que ha construido un imperio de 250 millones de dólares promocionando las pseudociencias y vendiendo pseudoterapias inútiles o perjudiciales para la salud (y que ya ha sido denunciada y multada por ello), justificaba así las propuestas de su portal Goop: «La ausencia de pruebas científicas no prueba nada si no se han realizado estudios».

Es decir, que según Paltrow, mientras alguien no demuestre que es falsa, uno puede proponer absolutamente cualquier proclama pseudoterapéutica como auténtica.

(Inciso: Y venderlas. Y lucrarse con ellas. Y acusar veladamente de machismo a quienes la critican. Y fomentar la quimiofobia porque «todo» es cancerígeno, pero al mismo tiempo promocionar bebidas con alcohol, un reconocido carcinógeno. Y culpar al aluminio de todos los males, pero al mismo tiempo vender productos que contienen aluminio. ¿A qué huele todo este montaje pseudosaludable?).

Gwyneth Paltrow con su negocio Goop en la portada de The New York Times Magazine del 29 de julio de 2018.

Gwyneth Paltrow con su negocio Goop en la portada de The New York Times Magazine del 29 de julio de 2018.

Pero a lo que vamos: ¿Tiene razón Paltrow? ¿Para negar la validez de la homeopatía, la quiromancia, el reiki, la acupuntura o cualquiera de los cientos de remedios que ella vende, es necesario demostrar que no funcionan?

El problema con este tipo de afirmaciones es que se puede caminar sobre el fango y hundirse hasta las trancas, sin saber que otros ya han explorado ese terreno y conocen perfectamente por dónde cruzarlo. Por ejemplo, un actor diletante podría pensar que ha inventado una nueva y magnífica técnica de interpretación, ignorando que otros como la propia Paltrow ya han recorrido antes mil veces ese camino y saben infinitamente más de ello. De igual modo, Paltrow se lanza al diletantismo del argumento (pseudo)lógico sin tener la menor idea de que eso en lo que ella se permite aventurarse alegremente es algo sobre lo cual filósofos, epistemólogos y científicos han reflexionado durante siglos.

Y la respuesta es NO, como voy a explicar. O mejor dicho, las respuestas, concretamente tres:

  1. La ciencia NO puede demostrar que las pseudociencias no funcionan. Pero…
  2. Para descalificar las pseudociencias NO es necesario demostrar que no funcionan.
  3. Por lo tanto, la ciencia NO debería intentar demostrar si funcionan o no.

Vayamos punto por punto.

1. La ciencia no puede demostrar que las pseudociencias no funcionan.

A menudo se escucha por ahí que es imposible demostrar un negativo. Es decir, que no puede probarse que algo no existe, ya sean los unicornios, los dragones o los alienígenas. O la validez de la homeopatía, la quiromancia, el reiki o la acupuntura.

Lo cierto es que existe una cierta confusión a este respecto: para los filósofos y los matemáticos, la supuesta imposibilidad de demostrar un negativo es una sandez, un mito popular sin fundamento; la lógica se apoya en gran medida en la demostración de proposiciones negativas. Para quien quiera saber más, este pequeño artículo lo explica. Pero baste mencionar que muchos teoremas matemáticos se basan en la demostración de negativos.

Sin embargo, otro caso distinto es el terreno práctico de la ciencia empírica. Por ejemplo, si miramos los innumerables estudios que han evaluado los efectos de la homeopatía con rigor científico y sin sesgos, encontraremos que los equiparan a los de un placebo. Pero la conclusión suele formularse en términos similares a estos: «No hemos podido encontrar efectos positivos…». Nunca, jamás de los jamases, se encontrará un estudio científico serio con la siguiente conclusión: «Por tanto, demostramos que la homeopatía no funciona».

¿Por qué? Porque, sencillamente, los datos no pueden sostener esta conclusión. Por lo tanto, es cierto: por muchos estudios que se hagan, la ciencia es incapaz de demostrar formalmente, con carácter definitivo y sin resquicio de duda, que las pseudociencias no funcionan. Lo cual, obviamente, personas como Paltrow interpretan como un argumento en su favor. Pero se equivocan; si indagaran un poco más en ese cenagal en el que se están hundiendo por desconocimiento, descubrirían que, en realidad…

2. Para descalificar las pseudociencias no es necesario demostrar que no funcionan.

En 1952, el filósofo Bertrand Russell escribió una analogía llamada desde entonces la tetera de Russell:

Muchas personas ortodoxas hablan como si fuera la tarea de los escépticos refutar los dogmas recibidos, y no la tarea de los dogmáticos el demostrarlos. Esto es, por supuesto, un error. Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte existe una tetera de porcelana girando en torno al sol en una órbita elíptica, nadie sería capaz de refutar mi afirmación, siempre que yo me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña para ser vista incluso con los telescopios más potentes. Pero si yo continuara diciendo que, puesto que mi afirmación no puede refutarse, es una presunción intolerable de la razón humana dudar de ello, correctamente se me acusaría de decir tonterías.

La tetera de Russell. Imagen de Odeleongt / Wikipedia.

Parodia sobre la tetera de Russell. Imagen de Odeleongt / Wikipedia.

Russell concibió su analogía en referencia a la discusión sobre la existencia de Dios, pero puede aplicarse y de hecho se ha aplicado a otros ámbitos, como las pseudociencias. En su libro El mundo y sus demonios, Carl Sagan planteaba un ejemplo parecido, hablando de la supuesta presencia de un dragón en su garaje:

Pues bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe fuego sin calor, y la inexistencia del dragón? Si no hay manera de refutar mi afirmación, si no existe un experimento concebible que pueda rebatirla, ¿qué sentido tiene decir que mi dragón existe?

Tanto Russell como Sagan se referían a esa imposibilidad científica práctica de demostrar un negativo sin resquicio de duda. Pero la solución en ambos casos está en que la obligación de la demostración, la carga de la prueba, no depende de que una proposición sea positiva o negativa, sino que recae en quien sostiene la propuesta menos plausible: la tetera orbital y el dragón en el garaje son ideas implausibles, no avaladas por la razón ni por ningún conocimiento existente. Por el contrario, su inexistencia cuenta, si no con una demostración definitiva, sí con una plausibilidad objetiva y con suficientes indicios a su favor como para que se acepte la proposición sin necesidad de aportar más.

En resumen, Paltrow está equivocada: la ausencia de pruebas científicas basta para desechar en principio una idea que carezca de la menor plausibilidad, como el dragón o la tetera. Son quienes sostienen tales ideas quienes deben aportar pruebas, y no exigirlas a sus oponentes. Que el agua conserve el fantasma de sustancias pasadas (homeopatía), o que una especie de energía inmensurable circule por unas vías corporales invisibles e indetectables (acupuntura), son ideas implausibles, no avaladas por la razón ni por ningún conocimiento existente; y por tanto, pura fantasía, mientras no se demuestre lo contrario.

Y como consecuencia, dado que la ciencia no puede demostrar la invalidez de las pseudociencias, tal vez…

3. La ciencia debería dejar de evaluar la validez de las pseudociencias.

En el movimiento anti-Ilustración hay quienes acusan a la comunidad científica de arrogancia; lo manifiestan, entre otras maneras (algunas menos sutiles), acusando de «cientifistas» a quienes simplemente defienden la razonabilidad y la plausibilidad sobre la irrazonabilidad y la implausibilidad.

Sin duda entre los científicos y los escépticos los hay arrogantes, como entre los charcuteros o los lampistas. Pero acusar a la comunidad científica en su conjunto de arrogancia frente a las pseudociencias es ignorar que a lo largo de la historia se han gastado ingentes cantidades de dinero en tratar de evaluar científicamente la validez de pseudociencias como la homeopatía, la acupuntura y otras.

Algo que, como hemos visto, es superfluo, por lo que es sencillamente un malgasto. La razón de este malgasto ha sido precisamente la falta de arrogancia, la preferencia del conocimiento real sobre el dogma y de la prueba sobre la presunción, la necesidad de experimentar para saber incluso prescindiendo de la plausibilidad (que también en ocasiones puede estar contaminada por paradigmas incompletos o erróneos).

Pero hay quienes piensan que ya basta: que los cientos o miles de estudios infructuosos sobre la homeopatía o la acupuntura deberían cerrar ya este capítulo de la búsqueda del conocimiento. Por supuesto que esto no va a disuadir a los y las Paltrow del planeta (que tienen sus propias razones de peso, o de dólar). Pero como escribía en 2010 el psicólogo clínico Pete Greasley:

La evaluación empírica de una terapia normalmente asumiría una base racional plausible sobre su mecanismo de acción. Sin embargo, el examen de los antecedentes históricos y los principios subyacentes a la reflexología, iridología, acupuntura, acupuntura auricular y algunas medicinas herbales revela un fundamento basado en el principio de correspondencias analógicas, que es una base común del pensamiento mágico y de las creencias pseudocientíficas como la astrología y la quiromancia. Donde este sea el caso, se sugiere que someter estas terapias a evaluación empírica puede ser equivalente a evaluar el absurdo.

(Una pequeña explicación: el «principio de correspondencias analógicas» al que se refiere Greasley no es un invento suyo, sino la base de pseudociencias como la astrología, que da a los astros características derivadas de su significado mitológico a su vez basado en su aspecto, o algunas medicinas herbales, en las que se supone que una planta con la forma de una parte del cuerpo debe servir para curar esa parte del cuerpo; esto deriva, dice Greasley, de la idea de un diseñador inteligente que ha dispuesto jeroglíficos en la naturaleza para que el ser humano los descifre. La homeopatía, «lo similar cura lo similar», procede de esta misma fantasía).

Ilustración fantástica de la raíz de la mandrágora, un ejemplo del principio de correspondencias analógicas. Imagen de pixabay.

Ilustración fantástica de la raíz de la mandrágora, un ejemplo del principio de correspondencias analógicas. Imagen de pixabay.

En resumen, prosigue Greasley, «dedicar un tiempo y unos recursos significativos a la evaluación mediante ensayos clínicos y revisiones sistemáticas puede ser un error».

Pero de forma más gráfica y contundente que Greasley lo expresa la ginecóloga Jen Gunter, que desde su blog ha dedicado ingentes esfuerzos a analizar y desmontar sistemáticamente las proclamas del negocio de Paltrow. Y a propósito de la idea defendida por la actriz de que el sujetador causa cáncer de mama, Gunter escribía esto:

¿Qué puedes ganar de propagar entre las mujeres la mentira de que el sujetador causa cáncer de mama? ¿Alguna vez has tenido a una superviviente de cáncer en tu consulta llorando por pensar que ella misma se provocó el cáncer llevando sujetadores durante 20 años? Probablemente no. Yo sí. Cuando en tu plataforma cuentas teorías imbéciles sobre sujetadores y cáncer de mama, estás literalmente jodiendo a las supervivientes de cáncer de mama. ¿Te parece divertido? ¿Es esta tu mejor arma? Y no, no es una «teoría alternativa» ni «respaldada por investigaciones». Esta manera de fomentar el miedo causa tanta angustia que los investigadores tienen que hacer estudios especiales, incluso si la idea es biológicamente implausible y no está avalada por los miles de estudios disponibles. Puedo pensar en mejores maneras de gastar esos dólares de la investigación del cáncer de mama.

En definitiva, una razón de peso para aconsejar que la ciencia abandone de una vez por todas la evaluación de las pseudociencias es que se está desperdiciando tiempo y dinero en la lucha contra las enfermedades; tiempo y dinero que estarían mejor invertidos en investigar lo que realmente puede funcionar. Tal vez después de todo la comunidad científica sí debería ser un poco más arrogante, y dejar de discutir con quienes nunca jamás van a aceptar que la razón valga más que la sinrazón.

20 comentarios

  1. Dice ser María

    FUNDAMENTALISMO CIENTÍFICO Y MUCHA ARROGANCIA. Por muchos títulos académicos que tengas no tienes
    la mente ni las competencias para ser un buen investigador.

    21 febrero 2019 | 22:14

  2. Dice ser Isabella

    El problema es que los actuales científicos ponen enormes trabas para investigar las pseudociencias

    21 febrero 2019 | 22:47

  3. Dice ser Isabella

    El Premio Nobel en medicina 2008 , el Dr. Luc Montagnier ha sido salvajemente defenesteado perdiendo sus dotes económicas a sus investigaciones que demuestran las bases científicas de la Homeopatía. Ha descubierto que ciertas zonas de ADN son susceptibles de cambiar la estructura del agua y que esto se puede registrar mediante ondas electromagnéticas. Ahora sigue haciéndolo en una universidad muy prestigiosa de Shangai

    21 febrero 2019 | 22:51

  4. Dice ser zzz

    Gracias por el artículo!

    Marías e Isabellas, chonis iliteradas al poder…

    22 febrero 2019 | 00:52

  5. Dice ser Fenrir

    Gran artículo. Claro y preciso. Felicidades. A mi se me murió un padre por la jodida acupuntura. Asco ya de charlatanes.

    22 febrero 2019 | 03:10

  6. Dice ser Flare

    El Montagnier va de mal en peor desde que dijo que las vacunas mataban bebés. Con lo que ha sido ese hombre,… Lástima.

    22 febrero 2019 | 03:12

  7. Dice ser Thorin

    Grange Javier. Fenomenal argumentación. Gran importancia la de leer antes de comentar.

    22 febrero 2019 | 03:15

  8. Dice ser Rompecercas

    – No les llaman cientifistas por defender «la razonabilidad», les llaman así por lo contrario, precisamente por mantener un postura irracional, ya que es irracional pretender que absolutamente todo puede ser explicado y demostrado científicamente, lo cual es algo invalidable, no es más que una idea filosófica, aceptada por que sí.

    -Es lo que tiene el método inductivo, no se puede demostrar la inexistencia de algo. ¿Ahora se van a quejar? Si no pueden, señores, no pueden. Ahí tenemos la prueba de que la razón no lo puede todo… jaja

    Ahora bien, la idea la estás aplicando mal, porque no es algo aplicable al conjunto de una disciplina, sí a cada producto concreto, según lo que se hace con cualquier medicamento. Claro que se puede demostrar científicamente si un producto funciona o no. Se ha hecho, y les sale algo que ellos llaman un placebo.

    – Pero aparte de lo anterior, es que la efectividad de un producto no tiene por que corresponder a los parámetros científicos que se han establecido. Hay otros parámetros difíciles de controlar. Si Escohotado dice que el tabaco le da la vida, ustedes se lo van a negar, ¿verdad?… ¿cómo se controla ese parámetro?

    – El problema, a mi me parece, es que la ciencia lo que quiere es eliminar cualquier cosa que desafíe su lógica plana, o no pueda controlar, algo tan sencillo como la relación con la salud de los pensamientos, sentimientos, sensaciones humanas, símbolos…. Esto le sobra a la ciencia porque no lo puede controlar bien, y de ahí la cruzada contra todo ello. Y de camino, eliminamos también cualquier disciplina incontrolable por las jerarquías científicas.

    23 febrero 2019 | 00:52

  9. Dice ser Rompecercas

    Se pone a una actriz famosa como representante de las terapia alternativas, para ponerlas a parir, pero sobre el negociazo y la carnicería de la cirugía estética todavía aquí no escuché nada. Claro, eso sí lo controla el médico titulado y le da abundante dinero al gremio.

    https://www.antiaginggroupbarcelona.com/medicina-y-cirugia-estetica/

    24 febrero 2019 | 00:21

  10. Dice ser Pergamo

    Fenomenal articulo Javier.

    Ciertamente es una disyuntiva interesante.

    25 febrero 2019 | 00:20

  11. Dice ser Polux

    La Paltrow no es esa que decia que los enemas de cafe eran lo mejor del mundo?? XDXDXDXD

    Como putas cabras

    25 febrero 2019 | 00:21

  12. Dice ser Corinto

    Comparto en mis redes, si no te importa. Ole y ole.

    25 febrero 2019 | 00:24

  13. Dice ser vicente

    Excelente artículo, análisis y recomendaciones. Expuesto a un nivel adecuado para,que lo entienda cualquiera (hasta chonis,chonos y magufos). Marca la diferencia entre ciencia y creencia.

    25 febrero 2019 | 19:26

  14. Dice ser Charles

    Me encanta como lo explica. Una inmensa ovación por mi parte.

    26 febrero 2019 | 02:07

  15. Dice ser Rompecercas

    Nadie sabe seguro cuales son los datos, pero aquí al menos un intento: 15 muertos el año 2017 por cirugías estéticas hechas por los médicos. Deben ser más.

    https://www.diariodemallorca.es/sucesos/2017/03/14/15-personas-han-muerto-espana/1197447.html

    26 febrero 2019 | 15:27

  16. Dice ser Castor

    Ein?? Que tienen que ver la cirugía estética con el artículo?

    Grande Javier. Si no te importa lo xcomparto en mis redes. A mis alumnos les va a encantar.

    27 febrero 2019 | 02:09

  17. Dice ser Castor

    Ein? Y qué tiene que ver con la cirugía estética el artículo?

    Grande Javier. Con tu permiso lo comparto en mis redes. A mis alumnos les va a encantar.

    27 febrero 2019 | 02:12

  18. Dice ser Sena

    Muy buena la reflexión final sobre presupuestos y la idoneidad evaluada del propósito de los mismos.

    Un saludo.

    27 febrero 2019 | 02:15

  19. Dice ser Rompecercas

    El caso de la tetera de Russell es muy fácil de rebatir. ¿Por qué la Nasa sigue erre que erre con encontrar vida extraterrestre? Siguen gastándose dinerales en algo que por más que lo intentan nada de nada.

    Bueno, ellos dirán: es que hay indicios; la lógica además dice que hay una alta probabilidad estadística de que exista vida, incluso seguridad. Vale, pero pruebas no tienen. Y ahí siguen.

    «la carga de la prueba, no depende de que una proposición sea positiva o negativa, sino que recae en quien sostiene la propuesta menos plausible: la tetera orbital y el dragón en el garaje son ideas implausibles, no avaladas por la razón ni por ningún conocimiento existente. »

    En fin, pues ya está rebatido. Depende de de lo que se considere más o menos plausible, que es un concepto subjetivo. La tetera en el cielo es implausible; Dios para mucha gente, soprendentemente, es más plausible; los extraterrestres o la vida extraterrestre, bastante plausibles, para los científicos… y aquí tenemos, que la homeopatía es también plausible para mucha gente, por la práctica.

    Ninguna de estas cosas se pueden de momento validar científicamente, pero para mucha gente son cosas más o menos plausibles…por tanto, siempre que cuenten con algún grado de plausibilidad para alguien(concepto subjetivo) , siguen ahí hasta que cambie el estado de la cuestión, o se pueda demostrar algo. La mayoría de las prácticas humanas que mantienen a la humanidad no tienen por qué tener una validación científica detrás, para usarse, o para funcionar, así que de momento llamemoslas «prácticas», que no ciencias, ni falta que hace …

    03 marzo 2019 | 23:55

  20. Dice ser Pompon

    Magnífica pieza Javier. Muy bien expuesto. Una redacción de 10

    04 marzo 2019 | 03:40

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