Con esto de la alimentación sana, cada vez que vemos algo con colorantes nos asustamos. Y no es para tanto. Sobre todo si el origen de estos tintes es natural. Muy especialmente si se trata de rojo carmín procedente de la cochinilla (Dactylopius coccus). Toma buena nota. Es el conocido como E-120.
La cochinilla es un blanco y regordete pulgón procedente de México y Perú. Animal parásito, para vivir necesita plantas del género Opuntia, las conocidos como chumberas, tuneras o higos picos. Hace más de 2.000 años ya se usaba en América para teñir vestidos y dar color a la comida. En el siglo XVI los españoles la introdujeron en Canarias, donde su cultivo se convirtió en un importante recurso económico para las islas.
La aparición de los colorantes artificiales dio al traste con este comercio. Pero la reciente prohibición o limitación para uso alimentario y cosmético de algunos colorantes sintéticos ha vuelto a dar alas a una actividad que, en la actualidad, se haya relegada en Canarias al norte de Lanzarote.
No te das cuenta, pero yogures y refrescos de fresa, helados, incluso vino, también productos cosméticos, pinturas y ropa, presentan vivos colores gracias al carmín extraído de unos insectos. Un producto natural, sano, ecológico y sostenible, de gran interés para la educación, el arte, la moda, la gastronomía o el turismo. Un mundo por redescubrir, abierto a emprendedores, especialmente a los más jóvenes.
En Fuerteventura, donde vivo, los campos de tuneras están abandonados. Aunque hay interés por recuperarlos. Pero para ello es necesario consultar a los mayores, esos sabios de la Tierra que atesoran en su memoria el manejo de tan curioso producto.
Personas entrañables como Juan Cabrera (‘Juancito’), Eloísa Hernández, Prudencia Peña, Carmen González, Peña Perdomo, Estrella Espinel, Carmelo Vega, Trinidad Medina, José Cabrera o Pablo Cabrera, que este verano dieron clase ¡a sus años! de cómo se recoge la grana de la cochinilla.
Os dejo unas fotos enviadas por el Ayuntamiento de Antigua. Tradiciones populares en estado puro. Pero con un gran futuro.
En la imagen superior, Carmelo Vega y Trinidad Medina están en plena faena en la finca de El Obispo (Antigua). Sobre estas líneas, Eloísa Hernández recoge cochinilla con las típicas pinzas de madera.
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