El desarrollo de las energías renovables ha pasado de ser el sueño ecologista a convertirse en su pesadilla. Todos están de acuerdo en su necesidad urgente para iniciar la descarbonización de la economía, pero muy pocos tienen claro dónde instalar los cientos de parques eólicos y solares que son necesarios para sustituir a los combustibles fósiles. Sí que hay unanimidad en dónde no deberían instalarse bajo ningún concepto: aquellos espacios que pongan en peligro el paisaje, el mundo rural y la biodiversidad.
Aquí no. Es el lema principal de las principales protestas que surgen desde hace unos meses ante la avalancha de proyectos en enclaves con altos valores ambientales y paisajísticos como los de la Cordillera Cantábrica.
Actualmente son más de 6.000 los aerogeneradores que se encuentran implantados desde el norte de Navarra hasta las costas gallegas, la mayoría sobre áreas de alto valor natural, incluyendo Red Natura 2000. Y lo peor está todavía por llegar, como advierte este vídeo.