Einstein nunca dijo que sin abejas no hay paraíso

Aseguran que una vez dijo Albert Einstein:

Si las abejas desaparecieran del planeta, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida.

¿Cuatro años tan solo? Está claro que si lo dijo un intelectual de la talla de Einstein será verdad. Pero no lo es.

En realidad esta frase tan difundida por las redes sociales no la pronunció nunca el sabio alemán. Fue inventada por beligerantes apicultores belgas en 1994, 39 años después de su muerte, como original lema de una manifestación. A pesar de utilizar métodos torticeros, trataron así de convencer a los ciudadanos de que sin abejas no hay paraíso ni futuro. Porque al ser ellas las principales polinizadoras de las plantas en las que basamos buena parte de nuestra producción de alimentos, sin polinización no habría una amplia reproducción en las plantas, y sin plantas no podríamos alimentar a los animales que luego nosotros nos comemos.

Pero tampoco es cierto. La abeja de la miel es solo una de las miles de especies de abejas que hay en el mundo. Es verdad que la mayoría están igualmente muy amenazadas, todas ellas polinizadoras de plantas junto a otros insectos como abejorros, escarabajos, mariposas e incluso aves y murciélagos. Son las abejas de la miel, eso sí, las más numerosas y las únicas que controlamos y cuidamos como aliadas de los cultivos.

Y lo de los cuatro años de vida para una Humanidad sin insectos es tan solo un efectista brindis al sol sin el más mínimo respaldo científico.

230 años esperando la publicación de su libro

Esta reflexión es parte del libro que recientemente en publicado junto con el historiador Miguel C. Vivancos dedicado al apasionante mundo de las abejas y la miel. Se titula A la salud por la miel y ha sido editado por Editorial La Trébere.

Se trata de un manuscrito inédito escrito en 1783 por el botánico y boticario del monasterio de Santo Domingo de Silos fray Isidoro Saracha. Conocido desde antiguo, pero nunca antes publicado, su autor propone utilizar la miel en los hospitales, en lugar del azúcar, dadas sus altas propiedades medicinales. Lo justifica aportando eruditas citas al modo que era habitual entre estos primeros ilustrados españoles del siglo XVIII.

Más de 230 años después de ser escrito, este trabajo es de máxima actualidad en pleno siglo XXI al defender la alimentación sana y natural, al tiempo que critica los males derivados de un consumo elevado de azúcar.

En esta edición yo hago un estudio introductorio sobre la miel, las abejas y su importancia para la biodiversidad. También incluyo un apartado etnográfico relacionado con estos fascinantes insectos.

Por su parte Vivancos, que ha sido archivero y bibliotecario del monasterio de Silos, es autor de la transcripción completa del manuscrito de Saracha y traducción al castellano de los textos en latín. También ha escrito un texto con información histórica sobre la vida y obra del monje silense, así como del proceso de redacción de la Economía médico-salutífera, como se tituló originariamente la obra. Ha logrado además localizar en la biblioteca del cenobio la mayoría de los libros que cita el monje benedictino y que aún se conservan allí; algunos con el ex libris de Saracha que confirmarían su adquisición personal para poder documentar el trabajo.

La bióloga Odile Rodríguez de la Fuente, hija del famoso naturalista burgalés, firma un precioso prólogo cuya lectura igualmente te recomiendo. Para que, como ella misma destaca en su texto, nunca olvidemos el dulce mensaje de las abejas.

—

Si te ha gustado esta entrada quizá te interesen estas otras:

Tags: abejas, apicultura, Einstein, extincion, felix rodriguez de la fuente, miel, pesticidas, polinizacion, Saracha, silos | Almacenado en: Insectos