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Analizamos la comunicación no verbal de la chica agredida en un directo de Tiktok

Una chica llamada Simona recibió una bofetada por parte de su pareja en un directo de TikTok (noticia). El vídeo se hizo viral y tras la repercusión, la víctima ahora asegura que estaba todo preparado para ganar dinero y tener fama con ese supuesto show.

No podemos saberlo con absoluta certeza pero su comunicación no verbal sí que puede darnos ciertas pistas en un sentido u otro. Observemos el patrón de comportamiento de la chica durante la secuencia en vídeo.

En primer lugar, es llamativo que mire relajadamente a la persona que unos segundos después la va a agredir, orienta su mirada, su cabeza y su cuerpo directamente hacia su pareja, elevando la cabeza, descubierta y con los ojos bien abiertos, la boca cae relajada, sin presión.

Es una postura natural, carente de rigidez o tensión y descuidada. Así, su cuerpo no representa cierta alerta o defensa esperable en alguien que aguarda encajar un golpe, es decir, no hay reacción previa, ella está totalmente confiada y despreocupada.

Recibe el golpe en la cara y su primera reacción es abrir la boca y los ojos, una expresión compatible con la emoción de sorpresa, ésta se produce de forma inmediata ante una situación novedosa, extraña o ante acontecimientos inesperados y se desvanece rápidamente dando paso a otra emoción posterior, en este caso, la risa.

Pero mientras se ríe se tapa la cara, pone la mano donde ha recibido el golpe, baja la cabeza unos segundos y se mantiene así mientras continúa riendo.

Sin embargo, no se trata de una sonrisa espontánea de felicidad, se percibe que es una risa nerviosa con cierta vergüenza. A continuación, se muerde el labio y se tapa la boca, gestos que refuerzan el pudor de la chica.

¿Las emociones también se pueden fingir?

Por supuesto, pero si unimos todas las expresiones faciales, su reacción corporal y postural, sus gestos y su actitud, nos transmite la idea convincente de que Simona no había preparado la agresión que recibió y que para ella fue totalmente inesperada.

Además, el contexto que nos da el testimonio de los chicos que compartieron con ella el directo, es bastante descriptiva de la realidad que envuelve esta polémica.

Quizás sea la primera vez que ha sido agredida por su pareja, quizás no, quizás ella lo normalice, quizás le quite importancia, quizás no supo cómo justificar ese golpe, quizás tenga miedo o vergüenza… Solo ella lo sabe pero no me parece que Simona consintiera y esperara esa violencia contra ella.

 

Análisis no verbal: ¿Son estos los peores días de la vida política de Pablo Casado?

Tras el análisis de los gestos y palabras escogidas por Ayuso en su polémica comparecencia del pasado jueves, en el día de ayer llegó la esperada réplica de Pablo Casado emitida por el programa de Cope Radio, de la que por suerte también hay vídeo, aunque es cierto que el plano de perfil no ha facilitado la visibilidad de sus expresiones emocionales.

Como no podía ser de otra forma, Carlos Herrera ha formulado preguntas muy buenas, directas y de alto impacto emocional, de esas en las que se espera una reacción sí o sí y las palabras y formas escogidas para responder serán muy significativas.

Con esta cuestión se iniciaba la entrevista: «¿Son estos los peores días de su vida política?»

La primera reacción no verbal suele ser de las más interesantes, porque aún el cerebro no se ha acomodado al ‘modo entrevista’, está más frío y menos preparado y esa primera pregunta además tenía enjundia.

Pues bien la emoción predominante en Pablo Casado ante la pregunta, y que me hace inferir que es su estado predominante, en general, ante esta situación, ha sido la sorpresa.

Abre los ojos y arquea las cejas para verbalizar a continuación que: «La verdad es que estoy muy sorprendido». Esa es la emoción que prioriza, más que afectado, dolido o enfadado, está absolutamente descolocado con este escenario totalmente inesperado para él.

La sorpresa es una emoción neutra que nos mantiene expectantes y se traduce en el sentimiento de no controlar una situación. Curiosamente, esta es la experiencia interna que predomina en el líder del PP.

Sin embargo, el canal de comunicación no verbal que denota más afectación es la voz, sobre todo, durante la primera mitad del encuentro.

Le cuesta mantener un tono contundente y firme en su discurso, realmente el ritmo es lento y se escucha notablemente disminuida su frecuente fuerza en la voz, por momentos parece que no le salga del cuerpo, y en este sentido es donde más denota tristeza.

Al contrario que Ayuso, que aludía directa y constantemente a Pablo Casado, él sin embargo evita nombrarla directamente en la parte más crítica su discurso, es decir, cuando se refiere a la rueda de prensa de Ayuso.

En esos momentos, la nombra como la Presidenta y utiliza claras evasivas en frases como: «No entiendo por qué ayer se sale a decir…» «Ella, una persona que preside la comunidad de Madrid», o «Quien hace esto público en el día de ayer fue la Comunidad de Madrid» (como si la Comunidad fuera un sujeto).

Con tal de no nombrarla directamente le quedan esas frases impostadas. Este hecho parece ser un recurso estratégico basado en el distanciamiento para no mostrarse tan acusador, combativo o con ataques directos, no quiere proyectar tanto impacto, prefiere suavizar su discurso y sí ser más políticamente correcto.

Solo por las formas o palabras escogidas se percibe ya una clara diferencia entre la afectación más personal y pasional de Ayuso y la racionalidad y el enfoque más templado y profesional de Casado.

Todo ello en las formas y en la estética, porque Casado sigue dejando en el contenido verbal claras acusaciones y desconfianza plena hacia Ayuso, como cuando dice que lo ocurrido solo puede ser ilegal o no ejemplar, no da otra opción.

Parece que los dos ya tienen muy clara su postura y solo podrá quedar uno o una… Poca reconciliación posible parece tener este caso.

Leer las emociones en el rostro con mascarilla

Los seres humanos (y muchos animales) expresamos 6 emociones básicas con el rostro: alegría, miedo, ira, tristeza, asco y sorpresa. Su codificación facial es muy específica y universal. Una persona enfadada es fácilmente reconocible aquí y en cualquier parte del mundo. Si bien, es cierto que al llevar mascarilla (impuesta ahora por coronavirus) perdemos indicadores emocionales, también lo es que la parte más importante para el reconocimiento facial está en el tercio superior de la cara, así que no lo demos todo por perdido.

Mujer con mascarilla. Fotografía de pxfuel/Free for commercial use

Mujer con mascarilla. Fotografía de pxfuel/Free for commercial use

¿Qué emociones podemos descubrir en el otro, a pesar de que lleve mascarilla?

Realmente… ¡Todas!

Al contrario de lo que podamos pensar, sabremos si una persona está de verdad contenta si observamos sus ojos, no su boca. La sonrisa verdadera (o sonrisa Duchenne) implica la acción muscular del músculo cigomático mayor y menor de la boca (hace que se eleven las comisuras de los labios), pero además también debe activarse el músculo orbicular que rodea el ojo (hace que se eleven las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos, ‘patas de gallo’ más marcadas).

Esta combinación es la que realmente es genuina de felicidad, ya que la mayor parte de las personas no podemos contraer el área orbicular a voluntad.

Para detectar la emoción de asco, es cierto que la boca y el pliegue nasolabial es importante, pero también se activan unas arrugas propias de la repulsión que producen un cambio de apariencia entre los ojos, en la parte superior de la nariz. Solo tenéis que observaros en el espejo mientras posáis simulando asco.

La distinción entre el miedo y la sorpresa es compleja, ya que en ambas se produce una elevación de los párpados superiores y se arquean las cejas, en el miedo la musculatura es más tensa y enérgica que en la sorpresa, en la cuál el movimiento se describe más suave y relajado a nivel muscular, tendremos que ayudarnos del contexto para interpretar una u otra.

Con la tristeza lo tenemos super fácil, ya que su expresión típica es la de elevar la zona interior de las cejas, las esquinas sobre la nariz, formando así un triángulo con éstas, es muy difícil de fingir, os animo a que lo intentéis y veáis el movimiento.

Por último, igual ocurre con la ira. Se tensa la boca y la mandíbula, también se abren significativamente las fosas nasales, pero su gesto más reconocible es el ceño fruncido.

Vemos que no es tan difícil seguir leyendo las emociones de los más, es solo cuestión de práctica ante este nuevo panorama. La parte beneficiosa es que tener solo una visibilidad parcial del rostro nos proporciona un duro entrenamiento y aumentará nuestra habilidad, nos esforzaremos más en la observación y esto mejorará nuestras capacidades cuando nos veamos desprovistos de mascarilla por fin. Esperemos que sea muy pronto…

Y a vosotros, ¿os cuesta más ahora leer emociones?, ¿conocíais estos trucos? ¡Contádme! 🙂

 

Pablo Iglesias se ve sorprendido por Matías Prats #ComunicaciónNoVerbal

La forma más usual de expresar y reconocer la emoción básica de la sorpresa es a través de su expresión específica en el rostro: los ojos se abren como platos, pero con una acción muscular relajada, se arquean las cejas de forma suave o también cae la mandíbula, dejando entreabierta la boca.

Pero no, ayer no vimos este gesto facial en Pablo Iglesias cuando fue entrevistado por Matías Prats en el informativo. Sin embargo, fue otro canal de la comunicación no verbal el que reveló igualmente esta sensación sorpresiva e inesperada en la reacción del Vicepresidente del Gobierno.

En una intervención que dure pocos minutos (como fue el caso) se puede controlar el rostro, se pueden controlar los gestos con los brazos, incluso la postura, pero es muy difícil controlar la parte no verbal de nuestra voz, la prosodia emocional del mensaje (ritmo, velocidad, tonalidad, silencios, etc) y este canal fue el que dejó al descubierto la imprevista entradilla de Matías Prats para el entrevistado.

Solo tenéis que fijaros en el tono y la velocidad del habla que se suceden en el primer minuto de la respuesta de Iglesias y comparar ambos elementos  pero ya transcurridos unos minutos, cuando Iglesias ya ‘ha calentado’ y entra en materia.

Podemos observar como al principio baja la voz y estira las palabras, tanto de hecho, que le deriva como en un extraño acento. En ese momento se evidencia la sorpresa y la consecuente carga cognitiva que ha supuesto la primera apreciación de Prats:

«Vamos a iniciar la desescalada con la mayor tasa de víctimas mortales por habitantes del mundo, ¿qué ha hecho mal el Gobierno, del que usted es Vicepresidente, para arrojar esos datos?

Iglesias no sabe qué decir. La pregunta crítica inicial le pilla totalmente ‘fuera de juego’, desprevenido y necesita de todos sus recursos mentales para pensar y preparar rápidamente lo que va a contestar, algo que no ocurre posteriormente cuando ya se acondiciona al tono de la entrevista.

Se refuerza también este hecho con su ceño fruncido (ya marca registrada de Pablo Iglesias), se aprecia durante toda su aparición pero se intensifica también a medida que van avanzando los minutos. Este gesto facial, como forma parte de su patrón base habitual de expresión, no se interpreta tanto como ira, sino más bien como concentración e implicación emocional en lo que va diciendo con sus palabras

Al principio la acción muscular en el entrecejo es muy sutil y se va acentuando más y más, igualmente cuando va aclimatándose emocionalmente a una (parece que insospechadamente) tensa entrevista para él.

El rostro de la sorpresa genuina por un regalo de Navidad inolvidable

Los empleados de una inmobiliaria en EEUU nunca olvidarán la cena de Navidad de este año. Lawrence Maykrantz, presidente de la agencia inmobiliaria St. John Properties, ubicada en Baltimore, quiso sorprender a sus cerca de 200 trabajadores con un regalo inimaginable… 10 millones de dólares a repartir entre todos y vaya si lo consiguió.

Esta misma semana, durante la cena navideña, Maykrantz agradeció a todos sus empelados su esfuerzo y les entregó un misterioso sobre rojo. Cuando el ejecutivo finalizó su discurso de agradecimiento, pidió a su equipo que abriera el sobre y la sorpresa fue tan grande que varios rompieron en llanto.

Los rostros que podemos observar son toda una clase magistral sobre la emoción básica real de sorpresa. El asombro tan intenso dibuja una configuración facial muy específica que podemos apreciar perfectamente en las imagenes.

Recoge y analiza el momento mi compañero Aurelio Cortés, experto en coaching y comunicación no verbal: «La sorpresa es la más breve de las emociones básicas, por ello algunos científicos la califican como proto-emoción, ya que una vez que comprendemos lo que está ocurriendo, la sorpresa desaparece dando paso otras emociones como el miedo, la alegría, el alivio, la ira, etc, o también puede ocurrir que si lo que nos sorprende no tiene consecuencias, no le siga emoción alguna.»

La Sorpresa se observa en tres acciones musculares:

1º La elevación de las cejas en toda su longitud.

2º La elevación de los parpados superiores, originando la apertura total de ojos, conocido con el término cotidiano de ‘ojos como platos’.

3º La caída (descuelgue relajado) de mandíbula.

En el vídeo podéis observar la Sorpresa en los rostros de sus empleados.

«Especial interés tiene la expresión de la empleada de la foto, vemos cómo después de desplegar en su rostro la sorpresa, realiza además un ‘gesto adaptador‘, mas habitual en mujeres, al llevar su mano al hueco supraesternal de su cuello, que pretende aliviar la angustia, inseguridad, temor… originados por lo imprevisto de la situación».

¿No os parece precioso? La magia de las emociones básicas universales… 🙂

El gesto protagonista en el momento más tenso del debate político

La candidata por Barcelona del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo ha protagonizado uno de los momentos más tensos del debate electoral celebrado este martes en TVE junto a la candidata de Podemos, Irene Montero.

Además de la potencia de las palabras pronunciadas en ese momento, la comunicación no verbal también tuvo su protagonismo en ese instante. Cuando aumenta la tensión se produce un impacto emocional que provoca el descontrol de nuestro cuerpo y aquellos gestos y muecas que antes dominábamos se vuelven independientes.

Alvárez de Toledo realizó un polémico comentario en el que argumentaba que en caso de consentimiento de una mujer hacia un hombre era dudoso que hubiera un ‘Sí’ explícito hasta el final y recriminaba que el silencio fuera un ‘No’. Esto desató la ira de Irene Montero quién le recriminó duramente; mientras lo hacía es interesante observar el rostro de Álvarez de Toledo cuando la escuchaba, tiene mucha potencia no verbal.

Vemos cómo en un primer momento sonríe con la elevación unilateral de las comisuras labiales, en un desprecio y rechazo absoluto hacia lo que escucha de Irene Montero. Inmediatamente después se sorprende al escuchar su nombre en una acusación directa, abre los ojos sobremanera, no esperaba que el comentario fuera para ella y se coloca en posición de alerta.

 

Tras esta alerta, aprieta los labios y después se pasa la lengua por ellos. Fijaos lo importante que es el contexto, porque este mismo gesto puede expresar agrado, coquetería, deseo si la situación es propicia, pero en otro contexto como es en el que nos encontramos, transmite todo lo contrario, significa una profunda contrariedad, represión emocional y conductual (es un ‘tengo que callarme lo que realmente te diría en este momento’), está conteniendo su reacción más instintiva.

Relamerse el labio es un gesto apaciguador, auto-tranquilizador a causa de un nerviosismo extremo, estimulando el labio liberamos tensión emocional interna, ya que se trata de una zona erógena y muy sensible al tacto. Nos reconforta, nuestro cuerpo lo hace insconscientemente como medida de auto-protección en situaciones límite.

Es interesante apreciar la ira no solo con un ceño fruncido sino también con señales sutiles de nuestro cuerpo que manifiestan que algo no va bien en nuestro interior.

 

El rostro más polémico de los Goya

La noche de los Goya siempre da para mucho. Es un evento repleto de nervios, ilusiones, alegrías, pero también decepciones… y es que las emociones están a flor de piel y el lenguaje corporal no es capaz de reprimirse ante tanta intensidad.

Hubo una expresión facial espontánea que dio mucho de qué hablar, de hecho se viralizó en redes sociales. Al parecer, la actriz Anna Castillo era la favorita para llevarse el Goya a mejor actriz de reparto por la película ‘Viaje al cuarto de una madre’.  Sin embargo, todas las previsiones erraron y el galardón finalmente fue para Carolina Yuste.

En ese justo instante en el que se pronuncia el nombre de la ganadora, el rostro de Anna Castillo, que era tenso y expectante, se transforma por completo, dando lugar a una completa e intensa expresión emocional de sorpresa.

En un primer momento, se gira hacia la ganadora con los ojos muy abiertos y cara de asombro, para después acentuar aún más la expresión abriendo la boca hasta no poder más.

Esta insólita reacción hace ver que realmente ella creía también ser la ganadora y no esperaba, para nada, escuchar otro nombre para recoger la estatuilla. Su cara no ha dejado lugar a dudas.

Puigdemont contrariado, la alegría de Arrimadas, tristeza en el PP y alivio en Junts Per Catalunya

Inés Arrimadas celebra su victoria (EFE)

Las elecciones en Cataluña celebradas hoy, 21 de diciembre, han transcurrido en unas circunstancias atípicas bajo la aplicación del artículo 155 que interviene la autonomía, Puigdemont ‘afincado’ en Bruselas e incluso candidatos encarcelados.

Las ‘caras más largas’, sin duda, las del Partido Popular, Andrea Levy aparecía tras García Albiol con una profunda tristeza y decepción.

En Junts Per Catalunya era todo pura euforia pero Elsa Artadi, la jefa de campaña del partido, destaca además de por su entusiasmo, por las expresiones faciales de sorpresa y alivio. Al inicio de su aparición arqueaba constantemente las cejas asombrada y además inspiraba fuertemente, era muy visible, en señal de descanso.

El partido más votado fue el de Ciudadanos e Inés Arrimadas fue fiel reflejo de esa ventaja. La alegría en su rostro era intensa y sincera, sin atisbo de esa sensación agridulce que puede provocar la realidad del panorama de votos (mayoría de partidos independentistas). Sus gestos eran de triunfo y coraje, brazos alzados y puño apretado en señal de victoria, respaldados por Albert Rivera que reforzaba esta gestualidad tras ella en el escenario.

Carles Puigdemont, comparece ante los medios en último lugar, posición que protocolariamente se cede al ganador de las elecciones políticas, por tanto, este detalle ya indica su sensación de vencedor. Sonríe, pero nada tiene que ver con la sonrisa de Arrimadas, no hay una expresión real de alegría, es una sonrisa más posada, social. En su rostro sí puede apreciarse una emoción agridulce, entre luces y sombras, que evidencia sentimientos encontrados.

Y es que desde que aparece en escena y escucha la intervención del portavoz, su mirada está ausente, parece desubicado, con una comunicación algo débil al principio para después crecerse con expresiones de ira, rabia, con el gesto del dedo acusador, expresando furia contra Rajoy y el Gobierno y no felicidad y satisfacción por sus resultados.

 

Las insólitas emociones de Susana Díaz en su discurso tras la derrota

La candidata socialista, Susana Díaz, no convenció. En los debates Pedro Sánchez se crecía, y tras las tablas adquiridas en las elecciones generales, su comunicación no verbal fue mucho más natural, coherente, preparada sin artificio, conectando con el público a través de su mirada y expresiones faciales. Esto (supongo) no ha sido una variable determinante pero ya sabemos, todo cuenta.

Han sido muy elocuentes las reacciones de Susana Díaz durante la primera aparición pública tras conocerse los resultados de las Primarias del PSOE. En primer lugar, llama la atención que no nombre en ningún momento a Pedro Sánchez, evita referirse a él, eludiendo así, por tanto, cualquier vinculación o deferencia hacia su persona, se distancia totalmente del ganador, lo cuál sugiere un gran impacto emocional, para bien o para mal (por el resto de canales expresivos, debemos entender que para mal), pero desde luego no le resulta indiferente.

Su gestualidad, intensidad en su discurso y movimientos descienden notablemente en referencia a su línea base de comportamiento. Está totalmente abatida, bloqueada, lo que infiere que realmente sí ha sido una sorpresa para ella, y no esperaba un resultado tan desfavorable para ella.

Mi colega de profesión y amigo, Francisco Campos Maya, ha captado dos microexpresiones genuinas de Susana Díaz en esta comparecencia. Esta primera de intensa y profunda TRISTEZA, ejecutada en el momento en el que agradece la participación de los afiliados en estas Primarias. Como bien apunta el experto, «Es interesante fijarse en la elevación de barbilla, acción que corresponde con el «puchero«, que podemos observar en las niñas y en los niños más pequeños cuando están tristes.»

Esta segunda imagen correspondería con una expresión mixta entre la emoción de ASCO e IRA, justo cuando habla de la enhorabuena que ha trasladado a su principal rival, Pedro Sánchez (aunque no le nombra).

¿El error de los Óscar estaba preparado?

(GTRES)

Quedé aislada del mundo (sin internet) y ayer me encuentro con el revuelo producido por lo que ya se ha denominado el mayor desastre de la historia de la entrega de los premios Óscar. Faye Dunaway y Warren Beatty entregaban por error el premio a ‘mejor película’ a La La Land en lugar de a Moonlight. Muchos de vosotros me preguntábais si realmente las reacciones de presentadores, actores/actrices y los allí presentes fueron naturales y espontáneas ante el insólito acontecimiento.

Pues, sí, aunque la interpretación es lo suyo, y pudiéramos pensar que han actuado al más puro estilo hollywoodiense, las reacciones de sorpresa, confusión y duda fueron muy reales. A cuál más intensa por cierto. Aunque la estupefacción hecha persona fue sin duda el emisor de ese premio, Warren Beatty; el rostro de desconcierto que manifiesta cuando lee el nombre en el sobre fue de libro. Tal fue su duda y desconcierto que no se le ocurre otra cosa que pasarle el aprieto a su compañera Faye Dunaway para no ser el responsable de lo que allí pasara.

Cuando reconoce el error, su actitud y expresión facial eran de verdadera vergüenza y culpabilidad. Aunque solo se limitara a seguir adelante con lo que había leído denotaba por su expresión corporal la responsabilidad del desaguisado, observable por ejemplo en movimientos rápidos y descompensados, mirada evasiva y buscando apoyos visuales, risa nerviosa, o el volumen de la voz más alto y agudo de lo habitual en él.

Por último, tengo que decir que me encantó la reacción de Ryan Gosling (actor protagonista de La La Land) y estoy muy de acuerdo con el análisis en Vogue sobre el actor y su reacción ejemplar ante lo sucedido. ¿Os fijasteis en él? Lo cierto es que se mantuvo en un segundo plano, observando, sin hacer drama. Se limitó a sonreír y a tomar la situación con humor, dándole la importancia justa. ¡Bravo por Ryan!