De los pies a la cabeza y por fuera o por dentro, todas aquellas partes de nuestro organismo que podemos ver, y las que no, tienen un nombre, un término por el que son conocidas. Muchas son las ocasiones en las que nombramos algunos de esos órganos y, por mucho que estemos familiarizados con su nombre, desconocemos por qué y de dónde surge el que se denominen de esa forma.
Este post es una primera entrega con media docena de curiosos términos de partes de nuestra anatomía:
Glabela: La ‘glabela’ es el área que se encuentra situada entre el centro de la frente, en el punto justo entre las dos cejas (lo que llamamos comúnmente ‘entrecejo’) y por encima del hueso de la nariz. El término proviene del latín ‘glaber’ cuyo significado era ‘sin pelo’.
Occipucio: Parte de la nuca que une la cabeza con los huesos cervicales. Proviene del latín occiput y está compuesto por la unión del prefijo ob–, ‘en dirección a’, y caput, ‘cabeza’. A menudo podemos encontrar que se utilice el término occipucio para hacer referencia al cogote o parte posterior de la cabeza.
Columela: Piel que se encuentra en la base del tabique nasal y que separa los dos orificios (fosas nasales). Su origen etimológico es el término en latín ‘columella’ y su significado ‘la columna’.
Trago: Prominencia de la oreja situada inmediatamente delante del conducto auditivo. Es la parte por donde le asoma a algunas personas algunos pelos que le crecen en las orejas, de ahí su curiosa etimología, ya que el término trago proviene del latín ‘tragus’, con el mismo significado, y este del griego ‘tragos’, que hacía referencia al macho de la cabra y al pelo que a este animal le sobresalía de las orejas.
Filtrum: Se trata del surco que tenemos entre la nariz y el labio superior. También se llama filtro, surco subnasal o surco nasolabial. Etimológicamente proviene del latín renacentista philtrum y este del griego philtron. La razón por la que se le denominó de ese modo es ampliamente discutida y muchos son los expertos que señalan que proviene de antiquísimas fábulas.
Respigón: Pellejo que se levanta de la carne de los dedos situada junto a las uñas de las manos (también conocido comúnmente como padrastro). También se utiliza en veterinaria para indicar cierta llaga que se produce en la pezuña de un equino. El término respigón está formado por el prefijo re–, reiteración o énfasis de algo, y espigón, aumentativo de espiga, debido a que los pellejos sobresalientes recordaban a esa parte de los cereales.
Décimo tercera entrega de la serie de post dedicados a traer a este blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que, posiblemente, conocías pero con otro nombre distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.
Orto: Posiblemente, si eres de procedencia sudamericana (más concretamente de Argentina) te haya venido a la mente la palabra ‘ano’; pero no, el ‘orto’ al que me refiero en esta entrada nada tiene que ver con la anatomía sino con la astronomía, ya que hace referencia a la salida o aparición del Sol u otro astro por el horizonte.
Hoploteca: Se refiere al museo donde se guarda o exhiben armas antiguas.
Búcaro: Es la jarra o vasija hecha de arcilla en la que antiguamente se servía o bebía el agua. Su etimología proviene precisamente de la arcilla rojiza utilizada para realizarlas.
Contrahuella: Es el plano vertical que vemos en cada uno de los peldaños de una escalera.
Trinquis: Forma coloquial de llamar al acto de dar un trago de vino o licor.
Confuerzo: Hace referencia a los banquetes fúnebres. Seguro que en más de una ocasión habéis visto en alguna película o serie (sobre todo estadounidense) que tras un entierro los dolientes se reúnen en una casa donde se sirve de comer y beber (e incluso cada asistente lleva alguna cosa). Esta costumbre ya era realizada en la antigüedad, tanto en las culturas egipcia, griega como romana e incluso podemos encontrar referencias a ello en la Península Ibérica en los siglos XVI y XVII.
Pluscafé: Es la copa de licor que suele tomarse en la sobremesa, tras el café.
Andel: Huella o surco que deja el paso de la rueda de un carro (u otro vehículo) por un terreno (campo).
Gavilancillo: Es la punta curvada o pico que tiene la hoja de la alcachofa
Mitón: Guante hecho de punto que deja los dedos al descubierto.
Dextrógiro: Que gira o da vueltas en el mismo sentido que las agujas del reloj.
Levógiro: Al revés que el término anterior. Que gira o da vueltas en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Séptima entrega de la serie de post dedicados a traer al blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que conocías con otro nombre muy distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.
Escusón: Normalmente decimos que una moneda tiene ‘cara y cruz’ y se dice de esta manera porque antiguamente era común que en las mismas apareciera por un lado la cara del rey o emperador y por el reverso una cruz (normalmente cristiana). Pues bien, se le llama ‘escusón’ al reverso de la moneda cuando en ésta lo que aparece representado es un escudo.
Mador: Se conoce como ‘mador’ a aquella fina capa de humedad que en ocasiones cubre parte de nuestro cuerpo (proveniente por ejemplo del rocío de la noche), pero que no proviene de nuestras glándulas sudoríparas y por tanto no puede ser considerado como sudor.
Lanugo: El lanugo es el vello fino y casi imperceptible, parecido a la pelusilla, que cubre parte del cuerpo de los recién nacidos o que incluso algunas personas (ya adultas) tienen en algunas partes del cuerpo.
Beborrotear: Es el acto de ir bebiendo a pequeños sorbos y de manera continuada.
Vedija: Se le llama vedija a aquel mechón de pelo que está enredado y encrespado.
Lauto: Prácticamente en desuso, el término ‘lauto’ se ha utilizado durante mucho tiempo para referirse a alguien o algo que era ‘rico, espléndido, opulento’. Proviene de la palabra en latín ‘lautus’ que significaba ‘lavado’, en clara referencia a los baños (e higiene personal) que en la antigüedad solo podían ser privilegio de personas ricas.
Adiar: Fijar una fecha (día) para realizar cualquier asunto. Por ejemplo, quedar con antelación para verse con alguien en un día concreto.
Pegotear: Lo que hace el típico gorrón que se autoinvita a casa de los demás y siempre aparece justo a la hora de comer/cenar. A este tipo de personas se les suele llamar también ‘pegote’, debido a la acción de pegarse al prójimo con la intención de ser invitada o se le pague la consumición. Muy típico son aquellos que se presentan (sin haber sido invitados) a cualquier tipo de evento (por ejemplo una fiesta de cumpleaños, banquete de una boda…).
Escamondar: Se trata de la acción de limpiar algo a lo que se le quita lo superfluo o aquello que no le sirve, por ejemplo las ramas y hojas secas de un árbol.
Faetón: Un faetón es el carruaje de paseo, con cuatro ruedas, descubierto (aunque con una capota que se puede subir y bajar) y tirado por uno o dos caballos, muy típico en algunas ciudades con el que se pasea a los turistas.
Sangradura: Así es como se le llama a la parte del brazo que se encuentra opuesta al codo (la que queda hundida al doblarse). Se le denomina de ese modo porque es por donde se hace la incisión para extraer sangre (antiguamente las famosas ‘sangrías’ y en la actualidad donde se pincha la aguja para las donaciones o análisis).
Conticinio: Momento de silencio absoluto durante la noche, cuando todos duermen y no se escucha ni un solo sonido. Proviene del latín ‘conticinium’ el cual se utilizaba antiguamente para señalar el cese total de todos los sonidos debido a que era el momento de descansar.
Muchas son las veces en las que no sabíamos que existía un término concreto con el que llamar o definir a ciertas cosas. Y es que, en realidad, todo tiene un nombre pero en infinidad de ocasiones lo desconocemos, por eso en este post os voy a dar unos cuantos ejemplos de cosas, hechos y partes del cuerpo que tienen nombre y que seguramente la mayoría de vosotros desconocíais…
Luquete:
La rodaja de naranja o limón que se introduce en algunas bebidas
Lemniscata:
Nombre con el que se conoce al símbolo de infinito (curva plana similar a un ocho volteado)
Jeme:
Es una unidad de medida. Si separamos el máximo posible los dedos índice y pulgar, un jeme es la distancia que queda entre ambos
Petricor:
Es el característico olor de la lluvia cuando cae sobre una superficie seca
Trago:
Es la prominencia de la oreja que está situada delante del conducto auditivo
Filtrum:
El surco que tenemos situado entre nuestra nariz y el labio superior
Vagido:
Es el llanto o gemido de un recién nacido
Artejo:
Los nudillos de los dedos
Hallux:
Dedo gordo del pie
Recazo:
La parte del cuchillo que no corta (la opuesta al filo)
Agrafe:
Nombre que se le da a las grapas y piezas metálicas utilizadas para sujetar el cierre de las botellas
Escrupulillo:
La bolita que hay dentro de un cascabel para que suene
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