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Destripando mitos: la orina no alivia la picadura de una medusa

Destripando mitos: la orina no alivia la picadura de una medusa

En septiembre de 1997 (hace ya la friolera de 20 años) se emitía el primer capítulo de la cuarta temporada de la serie ‘Friends’, posiblemente la mejor sitcom que se ha emitido por televisión y que mejores resultados de audiencia ha tenido. Llevaba por título ‘El de la medusa’ y la trama se sitúa en que durante la estancia en la playa Mónica ha sufrido la picadura de una medusa y para mitigar el dolor Chadler orinó en ella, debido a que habían visto en Discovery Channel que era un remedio eficaz (al pie de este post tenéis un vídeo de YouTube con la mencionada escena).

Pero este famoso y conocido remedio no surgió de la mencionada serie (a pesar de que la mayoría de su millonaria audiencia así lo creyera y decidiera seguir el consejo a partir de entonces), sino que se trata de una costumbre que prevalece desde hace muchísimo tiempo (siglos) y que hemos heredado de los entornos más rurales, en los que antiguamente se le atribuía una serie de propiedades altamente curativas a la orina y que en realidad no era tan eficaz ni servía para todo (tal y como nuestros antepasado creían).

El hecho de orinar sobre la picadura de una medusa en realidad no sirve para nada y, según en qué ocasiones, incluso podría ser hasta contraproducente hacerlo (además de antihigiénico).

Por un lado hay que indicar que en la mayoría de los casos las medusas no pican, sino que el dolor nos lo produce el simple hecho de haber rozado nuestra piel con uno de sus tentáculos, los cuales van cargados de veneno que al contacto con la piel humana se convierte en tóxico.

El orinar sobre la herirá (que se localiza alrededor de la parte que ha entrado en contacto con el tentáculo y que produce un fuerte dolor y picor muy semejante a un quemazón) puede llegar a provocar que, al mezclarse con la toxina que la medusa ha dejado en nuestra piel, haga una reacción química que empeore y aumente el dolor.

Otra de las cosas que no debemos hacer es echar agua dulce ya que ésta puede provocar que los nematocistos adheridos a la piel, tras la picadura o roce de la medusa, liberen más tóxico, por eso es muy importante intentar quitar todo tipo de resto de tentáculos que pueda haber quedado pegado en nuestra piel, pero no debe realizarse frotando con un paño o con lo dedos sino intentar hacerlo con la ayuda de unas pinzas.

Tras haber recibido la picadura de una medusa lo primero que hay que hacer es salir del mar (con el fin de evitar un shock anafiláctico que podría provocarnos un ahogamiento). El siguiente paso será limpiar la herida con suero salino o en su defecto agua de mar (nunca agua dulce) y aplicar un poco de frío a través de hielo, el cual debe estar envuelto en un paño (jamás en contacto directo con nuestra piel).

Afortunadamente la presencia de personal de socorro en las playas es cada vez más numeroso y la rápida intervención de un socorrista puede mitigar en gran medida el dolor.

 

 

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Fuentes de consulta: scientificamerican / livescience / socorrismo.com / mapama.gob.es
Fuente de la imagen: apes_abroad (Flickr)

¿De dónde surge llamar ‘montera’ a la gorra usada por los toreros?

¿De dónde surge llamar ‘montera’ a la gorra usada por los toreros?

Se conoce como ‘montera’ a la peculiar gorra que utilizan los toreros y que está realizada con piel de astracán (piel de un cordero recién nacido) y en su interior cubierta con tafetán (tela de seda).

Erróneamente hay quien cree que el motivo por el que a ese tipo de gorra se le llama montera es debido a que era usado por los toreros para cubrirse la cabeza cuando iban a capear al monte.

En realidad la denominación deriva del apellido del torero Francisco Montes (conocido como ‘Paquiro’) que fue una de las grandes figuras de la tauromaquia durante la primera mitad del siglo XIX.

Paquiro, además de ser un matador entregado a su oficio en cada una de las corridas de toros en las que participó (dando lugar a que también fuera conocido con el sobrenombre de ‘el Napoleón de los toreros’), fue también uno de los que más cambios y mejoras aportó al mundo del toreo, entre ellos en la modificación del traje de luces y el uso de la mencionada gorra de astracán que acabó llamándose ‘montera’ en honor a él.

 

 

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Fuentes de consulta: plazatorosbilbao / curistoria / elsiglodetorreon (pdf) / abc
Fuente de la imagen: Wikimedia commons

 

Nota importante:
Tanto este blog,  su autor, como la web en la que se encuentra alojado (20minutos.es) mantienen por convicción propia y como línea editorial el no fomentar ni apoyar la tauromaquia. Ello no exime, al mal llamado ‘arte’, de haber proporcionado un sinfín de interesantes anécdotas y/o curiosidades a lo largo de la historia siendo dignas de su publicación en esta página, sin que esto pueda representar un cambio de actitud hacia la misma.

¿Por qué cambian de color los camaleones?

¿Por qué cambian de color los camaleones?

Los camaleones tienen la fascinante habilidad de cambiar de color, adoptando llamativos dibujos e incluso llegando a mimetizarse con el entorno en el que se encuentran.

Se ha generalizado la idea que indica que la causa principal del cambio de color de los camaleones es para poder camuflarse adoptando los colores de su entorno y así poder evitar algún peligro que les acecha.

Pero en realidad este es tan solo uno de los muchísimos motivos por el que los camaleones realizan ese peculiar cambio de color, debiéndose mayoritariamente a factores psicológicos o ambientales.

El estado de ánimo de estos reptiles influye en gran manera en que vayan cambiando el color de su piel, dando a entender cada tonalidad una cosa diferente: si se encuentra estresado, alterado, con miedo, en alerta, relajado, en fase de cortejo, etc…

La climatología también influye en gran manera en los cambios de color, adaptándolo dependiendo de la temperatura ambiente con el fin de autorregularse.

La razón por la que tienen la habilidad de ir cambiando de color se debe a las células pigmentarias que poseen bajo sus diferentes capas de la piel: cianóforos, cromatóforos, eritróforos, guanóforos, iridóforos, leucóforos, melanóforos y xantóforos. Cada uno de ellos se ocupa de dar un color y/o tonalidad dependiendo de la luz que se refleja, así como por la temperatura corporal y ambiente.

 

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Fuente de la imagen: Tambako the Jaguar (Flickr)

 

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¿Por qué las palmas de las manos y las plantas de los pies no se ponen morenas con el sol?

¿Por qué las palmas de las manos y las plantas de los pies no se ponen morenas con el sol?

Tal y como os explicaba días atrás en el post ‘¿Por qué cuando tomamos el sol nuestra piel se pone morena?’, el responsable de que nos pongamos morenos es un pigmento llamado ‘melanina’, la cual se produce  cuanto más sol está en contacto con nuestra piel, oscureciendo la misma como escudo protector con el fin de evitar que los rayos ultravioleta puedan alterar nuestro ADN.

Pero ¿por qué todos los rincones de nuestro cuerpo se ponen morenos al estar expuestos al sol excepto las plantas de los pies y las palmas de las manos?

El motivo esencial de que esto ocurra es por el grosor de la piel en esas dos partes de nuestro cuerpo, las cuales tienen un espesor que puede incluso triplicar el de otras zonas.

El melanocito (célula que produce la melanina),  se encuentra en la stratum basale, que es la última capa de la epidermis, inmediatamente superior a la dermis. Al ser más gruesa la piel de las palmas y las plantas de los pies es menor la radiación ultravioleta que llega o traspasa hasta llegar al melanocito y por lo tanto éste produce menos melanina que en definitiva es la encargada de que la piel se ponga morena si le da el sol.

¿Por qué las palmas de las manos y las plantas de los pies no se ponen morenas con el sol?Por otra parte, también hay que tener en cuenta que, tanto las plantas de los pies como las palmas de las manos, son dos de las zonas donde menos sol nos suele dar, al tenerlas habitualmente en posición hacia abajo. Pero, evidentemente, esto es circunstancial, ya que hay personas que al tumbarse para tomar el sol y querer que se le ponga morena la parte interior del brazo se colocan de modo que las palmas de las manos también quedan expuestas durante el mismo tiempo, pero por mucho rato que lo pongan no conseguirán que  las palmas adquieran el mismo tono de color.

Por último, destacar que si observáis a las personas de raza negra, éstas también suelen tener mayoritariamente sus palmas y plantas de los pies mucho más claras que las del resto del cuerpo y se debe por el mismo motivo de tener esas zonas con la piel más gruesa.

 

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Fuentes de consulta: elrincondeliumeg / eucerin
Fuentes de las imágenes: Ben Andreas Harding / Amrit… vía photopin cc

Algunas curiosidades sobre el cuerpo humano que quizás no sabías

Seguro que en más de una ocasión habrás dicho eso de que conoces tu cuerpo como la palma de tu mano. Pero no siempre uno sabe todo lo que esconde su organismo. En el post de hoy os traigo algunas curiosidades sobre el cuerpo humano que quizás no sabías.

  •  La huella lingual

Si deseas ocultar tu identidad no enseñes demasiado la lengua. Del mismo modo que ocurre con las huellas digitales, cada persona tiene también una impresión (huella) única en la lengua. Algunas empresas de seguridad están trabajando en crear lectores que sean capaces de identificar cada huella lingual, tal y como pasa con las de nuestros dedos.

  • La piel que mudamos

No solo las mascotas mudan su pelo. Los seres humanos arrojamos unas 600.000 partículas de piel cada hora que pasa. Eso equivale a alrededor de unos 700 gramos al año, por lo que la persona promedio ha perdido alrededor de 49 kilos de piel al llegar a los 70 años.

  •  El cómputo total de huesos

De mayores tenemos menos huesos que cuando somos bebés. Comenzamos la vida con un total de 350 huesos, pero, a raíz que vamos creciendo, éstos se van fusionando y/o soldando entre si y acabamos con tan sólo 206 al alcanzar la edad adulta.

  •  Continuo cambio de revestimiento estomacal

Cada tres o cuatros días en nuestro estómago se forma un nuevo revestimiento. Su función es para evitar que los fuertes ácidos que hay en el interior para digerir los alimentos no digieran también las paredes de nuestro estómago.

  •  Memoria olfativa

Evidentemente, nuestra nariz no es tan sensible ni está tan desarrollada como la de un perro o la mayoría de los animales, pero puede llegar a recordar la friolera de 50.000 olores diferentes.

  •  La longitud de los intestinos

El intestino delgado es, por norma general, cuatro veces más largo que la altura de un adulto (teniendo en cuenta una altura promedia de 1,70 m). Si el intestino no estuviera doblado hacia atrás y adelante sobre sí mismo, su longitud, que alcanza en muchos casos los 7 metros de largo aproximadamente, no cabría dentro de la cavidad abdominal.

  •  Invasión de bacterias

Esto posiblemente te haga estremecer: En cada centímetro cuadrado de piel del cuerpo humano hay unos 32 millones de bacterias. Pero para tu tranquilidad has de saber que, afortunadamente, la mayoría de esas bacterias son inofensivas.

  •  La fuente del olor corporal

La fuente del mal olor de pies así como de las axilas malolientes es el sudor.  Esto es conocido por todos, pero ¿sabes cuanta cantidad de sudor pueden llegar a desprender tus pies?  Un par de pies tiene medio millón de glándulas sudoríparas, pudiendo llegar a producir más de medio litro de sudor al día. Evidentemente hay que tener en cuenta factores climatológicos en los que dependiendo de la época del año en la que nos encontremos esa cantidad variará considerablemente.

  •  El estornudo veloz

El aire de un estornudo humano puede viajar a una velocidad de 160 kilómetros por hora (e incluso más). Esta es una buena razón para cubrirse la nariz y la boca al estornudar o esquivar la cabeza, cuando oyes uno viniendo hacia ti.

  •  La distancia que recorre la sangre

La sangre tiene un largo camino por recorrer: “estirados”, de extremo a extremo, hay cerca de cien mil kilómetros de vasos sanguíneos en el cuerpo humano. El duro trabajado del corazón es bombear unos 7.500 litros de sangre a través de los vasos todos los días.

  • Salivando

A lo largo de nuestra vida, cada persona produce un promedio de entre 25.000 y 35.000  litros de saliva, la cantidad suficiente  como para llenar dos piscinas.

  •  Los decibelios de un ronquido

Para muchas personas que lo tiene que soportar cada noche, el sonido de un ronquido les puede parecer ensordecedor. El promedio de un ronquido está en 60 decibelios (los mismos que una conversación en voz alta), pero puede llegar a alcanzar los 80dB. convirtiéndose en insoportable, si tenemos en cuenta que esos son los decibelios que produce un taladro eléctrico.

  •  El color del cabello y densidad

Dependiendo el color (natural) de pelo que tengas en la cabeza tendrás una mayor o menor densidad.  La cabeza humana media tiene 100.000 folículos pilosos, cada uno de los cuales es capaz de producir 20 pelos individuales durante la vida de una persona. Las personas rubias tienen un promedio de 146.000 folículos. Las de cabello negro tienden a tener unos 110.000 folículos, mientras que aquellos con el pelo castaño están justo en el promedio con 100.000 folículos. Los pelirrojos tienen el pelo menos denso, con un promedio alrededor de 86.000 folículos.

  •  El tamaño de la cabeza

Cuando somos bebés el tamaño de nuestra cabeza supone un cuarto de la longitud total de nuestro cuerpo, motivo por el que pesa y es difícil poder mantenerla erguida. Al hacernos adultos nuestra cabeza es una octava parte de nuestra longitud.

  •  La necesidad de dormir

Nuestro organismo está preparado para estar varias semanas sin comer, pero no lo está para no dormir.   El tope de tiempo que puede estar (por promedio) una persona sin dormir es de once días. Transcurrido este tiempo difícilmente se puede sobrevivir.

 

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Fuente de consulta: howstuffworks
Fuente de la imagen: Free Stock (Flickr)

¿Por qué se nos arrugan los dedos en el agua?

La piel está formada por dos capas principales, la dermis y la epidermis (la parte más externa), con un espacio intermedio entre ambas. La piel actúa como barrera de protección frente al exterior, aunque no es  totalmente impermeable y absorbe agua del aire, y también agua cuando nos bañamos, siendo este efecto más pronunciado en la piel de los dedos al ser más gruesa que el resto de la piel del cuerpo, en el cual no se da el  efecto de arrugamiento.

Esta absorción se produce por parte de la queratina, presente en la epidermis y provoca que ésta se hinche más y más separándose de la dermis y formando surcos especialmente en las yemas, que es donde las dos capas están más separadas que en las palmas y plantas; el interior de los dedos no sufre ningún abultamiento.

Pero también nos encontramos que, según la teoría publicada en la revista Brain, Behavior and Evolution, el neurobiólogo Mark Changizi  defiende que, la causa de que nuestros dedos se arruguen tras estar un tiempo prolongado en contacto con el agua, es debido a un sofisticado mecanismo de  defensa corporal que fue desarrollado por nuestros antepasados y que nos permite poder agarrarnos mejor a superficies húmedas, ya que las arrugas de las yemas crean canales que drenan el agua mientras presionamos los dedos contra una superficie mojada, permitiendo un contacto mayor y por tanto una mejor adherencia.

 

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Fuentes de consulta: medicinajoven / futuretech / muyinteresante

¿Por qué cuando te rozas con algo sale una ampolla en vez de producirse una herida sangrante?

¿Por qué cuando te rozas con algo sale una ampolla en vez de producirse una herida sangrante?

El órgano más extenso que poseemos y que recubre la totalidad de nuestro cuerpo es la piel. El grosor de la misma varía según el sitio en que se encuentre, pudiendo tener entre los 0,05 mm en los párpados hasta los 4 mm en el talón y es el responsable de que nos salga una ampolla o directamente una herida sangrante, algo que depende del lugar en el que se ha producido la rozadura.

Nuestra piel está compuesta por diversas capas que están una sobre la otra (epidermis, dermis, hipodermis). Nuestros pies y las palmas de las manos son las partes de nuestro cuerpo que poseen las capas más gruesas de piel, lo que provoca que, cuando tenemos un rozamiento con un calzado nuevo, estrecho o pequeño, o al utilizar una determinada herramienta (destornillador, martillo…) en lugar de salirnos directamente una herida sangrante, hace que la parte de piel que ha recibido dicha rozadura se separe y en su interior aparezca un líquido llamado linfa.

Esa protuberancia es lo que conocemos como ampolla y el continuo rozamiento sobre este mismo punto hace que esta se reviente, provocando un endurecimiento de esa piel y aparezca lo que acaba convirtiéndose en un callo.

Si esta fricción se produjese en otras partes del cuerpo en la que el grosor de la piel es mucho más fina, en lugar de ampolla nos produciría directamente una herida (en muchas ocasiones sangrante). Un ejemplo de cómo estos rozamientos pueden terminar en heridas son las heridas que se producen en los corredores de maratón por el simple roce de su camiseta sobre su pecho (para evitarlo utilizan tiritas o vaselina).

 

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Fuente de la imagen: pixabay

¿Por qué se produce la ‘piel de gallina’?

Tannya Rdz a través de Facebook me pregunta:

¿Por qué se produce la Piel de Gallina y cómo se quita?

Cuando tenemos frío, nos emocionamos, sentimos miedo, nos enamoramos o vivimos una experiencia diferente a las comunes sentimos que la piel se nos pone de gallina. Esto nos pasa a todos los seres humanos en mayor o menos medida, pero ¿por qué?…
Por un lado y, científicamente hablando, la “piel de gallina” se produce por un reflejo llamado “piloerección”, lo que provoca que los pequeños músculos que están en la base de cada capilar se contraigan y levanten así cada uno de los pelos o vellos que recubren la piel. Al mismo tiempo, se dilatan levemente los poros, lo que causa esa apariencia de tan particular de la “piel de gallina”.
Cuando los animales sienten frío, este reflejo les “abulta” su pelaje o plumas y los ayuda a mantener el calor en el cuerpo. En el ser humano es, en realidad, parecido: sería un “intento” de captar más calor, pero como el humano –a través de la evolución- ha perdido mucho de su vello, este reflejo ha quedado un poco sin propósito, por lo que no es más que una especie de “simulacro”.
Por otro lado, esta “piel de gallina” no es más que una respuesta física al miedo: así como cuando se comienza a sudar o el corazón se acelera por causa del miedo. Lo mismo sucede con los animales, cuando son asustados por algo, su pelaje también se eriza –pensemos en los gatos-, de algún modo, esto los hace ver más “feroces” para sus rivales.
Por último, también podemos decir que una música o alguna historia que escuchamos y nos emociona nos ponen “piel de gallina”. Como otras tantas reacciones reflejas a estímulos externos como el sonrojarse, ponerse pálido o las “mariposas en el estómago”, la “piel de gallina” es responsabilidad del sistema límbico del cerebro: está relacionado con lo fisiológico, no con lo físico.
La Piel de Gallina es imposible evitarla ya que un hecho orgánico que en mayor o menor función nos pasa a todos los seres humanos.

 

 

(Fuente de la info: vitadelia)

¿Por qué cuando nos ponemos alcohol en la piel sentimos una sensación fría?

Víctor Juan Puig me envía una pregunta a través del correo electrónico en el que quiere saber:
¿Por qué cuando nos ponemos alcohol en la piel sentimos una sensación fría?

Si mojamos con agua el dorso de la mano, sentimos cómo se refresca la piel, y si soplamos sobre la mano mojada, aumenta la sensación de frío, con lo que deducimos que la evaporación del agua produce frío. La evaporación del sudor del cuerpo también produce frío. Esa es nuestra defensa ante el excesivo calor. El alcohol es muy volátil y se evapora rápidamente en el aire, a la temperatura ambiente, y este cambio de estado se produce tomando calor del medio ambiente.

Si se frota la piel de la mano con colonia, el líquido se evapora, apoderándose del calor de la piel, cuya temperatura desciende tanto más cuanto más rápida sea la evaporación.

 

 

Extraído del libro: Fisiquotidianía de Cayetano Gutiérrez Pérez (Licenciado en Ciencias Químicas y Catedrático de Física y Química) con expresa autorización del autor.