Fernando Alonso se marchará de Ferrari a final de temporada (eso apuntan todos los indicios) y lo hará, no solo porque Ferrari haya sido incapaz de proporcionarle un coche competitivo en cinco años, sino porque, además, el equipo italiano nunca ha estado a la altura del mejor piloto de la parrilla.

Al margen de que los monoplazas rojos hayan sido un completo desastre en estos cinco años (solo las manos de Alonso lo han disimulado), Ferrari ha ido dinamitando su relación con el piloto asturiano a base de una mezcla de decisiones absurdas, negligencias y desidia, tanto en los circuitos como en los despachos.

Aquí va un repaso a los aguijones que Ferrari ha ido clavando en Alonso desde que el bicampeón español aterrizó en Maranello:

2010-LA FATÍDICA NOCHE DE ABU DHABI
Sin ser un coche ganador, el F10 fue, sin duda, el mejor Ferrari que ha pilotado Alonso. Y con aquel coche fue capaz de acariciar el título Mundial hasta el último momento, pero el sueño se desvaneció por un imperdonable error estratégico de su equipo en la última carrera de Abu Dhabi. La cosa fue así:

Tras la sesión de calificación en los Emiratos, Alonso solo necesitaba ser cuarto en carrera para ser campeón, ya que las posibilidades de que Mark Webber ganara el Gran Premio eran prácticamente nulas. Sin embargo, una configuración del coche extremadamente conservadora y una fatídica entrada en boxes en el peor momento dejaron atrapado a Fernando en medio del tráfico y sin opciones de recuperar posiciones. Alonso acabó séptimo y el título fue para Vettel.

A pesar del golpe recibido, Alonso salió en defensa de Ferrari y mantuvo la confianza en el equipo. Era el primer año de noviazgo y en esa época casi todo se perdona.

2011-FERRARI ACEPTA LEVANTAR EL VETO A LOS DIFUSORES SOPLADOS
Alonso se encontró en su segunda temporada en Ferrari con uno de los peores monoplazas de la historia de la marca italiana (aún no conocíamos el de este año), el 150 Italia, con el que su compañero Felipe Massa no pudo asomarse al podio en todo el curso. Alonso, en cambio, se las arregló para sumar con aquel trasto una victoria y nueve podios, pero que fueron insuficientes para plantar cara a los difusores soplados de Red Bull, que aquel año hicieron volar a Vettel.

El desencuentro de Alonso con Ferrari se produjo cuando el equipo italiano aceptó que la FIA volviera a permitir esos difusores soplados después de haberlos prohibido. Una decisión que pocos llegaron a comprender.

Vettel había ganado cinco de las siete primeras carreras del Mundial gracias a sus difusores soplados (en las otras dos fue segundo) y era líder destacado del Mundial. La FIA se dio cuenta entonces de que aquellos difusores incumplían la normativa y los limitó en el próximo GP de Valencia para prohibirlos totalmente en el siguiente GP de Gran Bretaña. El resultado fue que Alonso acabó segundo en Valencia y ganó la carrera de Silverstone.

El Mundial estaba cuesta arriba, pero aún había esperanzas. Sin embargo, esas esperanzas se diluyeron rápido porque la FIA decidió volver a permitir los difusores soplados después de consultarlo con todas las escuderías y de que estas, por unanimidad, aceptaran levantar el veto. Alonso (y casi todo el mundo) no entendió por qué Ferrari no se negó a levantar el veto a los difusores, que acabaron dando el título a Vettel.

2012-DESIDIA ANTE LAS BANDERAS AMARILLAS
En su tercer año con Ferrari, Alonso volvió a encontrarse con un monoplaza, el F2012, lejos de ser un coche ganador. A pesar de ello, y luchando en cada curva como si fuera la última, se las ingenió para liderar el Mundial durante buena parte de la temporada y para llegar con opciones a la última carrera de Interlagos.

Fue en aquel GP de Brasil donde se produjo el mayor desencuentro de Alonso con Ferrari hasta ese momento. Vettel, que acabó llevándose su tercer Mundial, adelantó en aquella carrera en una zona marcada con bandera amarilla, pero, para sorpresa de Fernando, Ferrari no supo reaccionar a tiempo y no presentó ninguna protesta formal.

Solo la presión de los aficionados, en las redes sociales y en algunos medios de comunicación hizo que Ferrari moviera ficha y solicitara una aclaración a la FIA una semana después. Evidentemente ya era tarde y no sirvió para nada.

2013-FERRARI PERMITE EL CAMBIO DE NEUMÁTICOS
La relación de Alonso con Ferrari ya estaba bastante tocada, pero 2013 arrancó con un F138 esperanzador, a pesar de sus limitaciones. Sin embargo, a mitad de temporada se produjo un nuevo episodio que tensó al máximo la relación entre la dirección del equipo y el piloto.

El equipo Red Bull llevaba presionando a la FIA desde principios de temporada para cambiar los neumáticos porque no se adaptaban a su monoplaza RB9. Ese cambio, sin embargo, suponía una flagrante vulneración del reglamento y, evidentemente, solo podía permitirse si existía unanimidad entre todas las escuderías.

La sorpresa se produjo cuando todos los equipos acabaron cediendo y aceptaron cambiar los neumáticos para volver a montar los de la temporada anterior. También cedió Ferrari, a pesar de que el F138 se adaptaba mucho mejor a los de 2013.

A partir de ese momento se acabó el Mundial porque Vettel ganó todas las carreras y se llevó su cuarto campeonato. Las quejas de Fernando por la falta de evolución en su monoplaza en la segunda mitad de la temporada solo sirvieron para que el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, le reprendiera públicamente.

El desencuentro entre Alonso y Ferrari ya era más que evidente y el fichaje de Kimi Raikkonen para la siguiente temporada solo echó más leña al fuego.

El asturiano aguantó en Ferrari confiando en que la escudería italiana hiciera honor a su fama de ‘motorista’ y en 2014 diera en el clavo con el motor turbo.

2014-FILTRACIONES INTERESADAS
El esperado motor turbo de Ferrari ha sido este año un completo desastre y el F14T es el peor monoplaza rojo que ha pilotado el asturiano. Fernando solo necesitó tres carreras para comprobarlo y decidir que tenía que abandonar Ferrari como fuera.

La nueva cúpula de Ferrari, formada por Mattiacci y Marchionne, se encargó de tensar aún más la relación, apoyada en determinados medios de comunicación italianos. Alonso estalló en el GP de Singapur acusando al equipo de realizar filtraciones interesadas a la prensa y Ferrari respondió cerrando el fichaje de Vettel en el GP de Japón.

PD. Es evidente que Alonso le ha dado a Ferrari mucho más de lo que Ferrari le ha dado al asturiano.