Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

Libros en guerra: Anthony Loyd, reportero y adicto a la heroína

Anthony Loyd quizás sea responsable de haber plasmado la descripción más acertada y lúcida jamás escrita sobre los reporteros que cubren conflictos armados:

“…dramáticos y actores de su propio dramatismo; preocupados y duros; la mayoría blancos, de clase media y sin hijos; egoístas en circunstancias pero casi siempre amables; a veces valientes, invariablemente grandes simuladores. Nosotros. Los corresponsales de guerra, para usar el término profesional”.

Tras cuatro meses de viaje, de regreso ya en Madrid, retomo la sección Libros en guerra. Y lo hago con una obra que me ha causado una profunda impresión cuando la leía en el Congo: Another Bloody Love Letter.

Heroína y verdad

Lo primero que sorprende es la estrategia narrativa de Anthony Loyd, que resulta tan inteligente como efectiva: desde los capítulos iniciales admite su abuso y dependencia de la heroína.

Una adicción que lo hunde en los lóbregos márgenes de la vida londinense, que lo lleva y lo trae con suerte desigual al centro de rehabilitación, cada vez que regresa de cubrir un conflicto armado para el periódico The Times.

Realizada ya esta aceptación abierta de sus propias miserias, el narrador se siente libre para hablar de la guerra y del trabajo de los periodistas sin miedo a sonar pedante, timorato o heroico. Se ha sacado de encima ese lastre.

Tenemos bien en claro que se trata de una persona de carne y hueso, real, con todas las contradicciones que esto implica. Y a partir de allí avanza a través de los recuerdos con absoluta honestidad.

Contradicciones sin atenuar

Buena muestra de ello es la ya mencionada descripción que en la página 23 de la edición de bolsillo realiza de los corresponsales de guerra. O las dudas morales, aunque no profesionales, que le surgen tras haber hecho lo indecible por entrevistar a un pobre hombre al que los talibán le habían amputado las manos en el estadio de Kabul.

También la descripción que hace de los conflictos resulta digna de mención por los claros y sombras que entraña. En la página 344 afirma:

“Para cada guerra hay una guerra secreta, conocida sólo por aquellos que estuvieron allí. Digas lo que digas, inclusive aunque lo digas, nunca podrás explicar que a pesar del fuego, el miedo, el humo, el caos, los asesinatos, la locura y la pérdida, allí existe algo que va más allá de las trilladas narraciones de riesgo colectivo y mortalidad: el secreto mejor guardado de la batalla, el terrible y compartido amor por toda ella.”

Esta estrategia, valiente y arriesgada, hace que Another Bloody Love Letter sea unos de los libros más estimulantes, profundos y sentidos sobre la guerra dentro del ámbito de la no ficción.

Una cima que se ha coronado en la novela con obras como «Los desnudos y los muertos”, de Norman Mailer; “Hombres en armas”, de Evelyn Waugh; “F.N.G”, de Donald Bodey; y “Trampa 22”, de Joseph Heller (la lectura de esta última la recomiendo encarecidamente).

La guerra como escuela

Pero el libro, que oscila entre los períodos de intoxicación y desintoxicación del protagonista en Londres, y su cobertura de conflictos como Kosovo, Afganistán, Irak y Sierra Leona, tiene otros grandísimos dos acierto, que son también los que lo elevan de categoría, los que lo sitúan por encima de la mera narración periodística.

Todos los miembros masculinos de la familia de Loyd se hicieron hombres en las grandes guerras protagonizadas por Gran Bretaña.

Él, que se alista en el Ejército, intenta seguir el mismo camino en Irak. Experiencia que le resulta frustrante, pues nunca llega a entrar en combate.

Más adelante, convertido ya en corresponsal, logrará ver de cerca la muerte y el horror de los conflictos. Sin embargo, no es lo que pensaba. Al final admite que el miembro más íntegro y fuerte de la familia es su madre, cuya entereza para enfrentarse al cáncer, y cuyos últimos momentos de vida, cuenta en el libro.

El periplo a uno mismo

El otro viaje interior que emprende es en busca de su mejor amigo, el cronista de Reuters, Kurt Schork, que muriera asesinado en Sierra Leona junto al que humildemente considero el más destacado reportero español de todos los tiempos: Miguel Gil. Un recorrido en procura de sus asesinos que lo lleva a correr innumerables riesgos. Un homenaje en toda regla al compañero muerto.

Más allá de algunas chocantes libertades gramaticales, que uno no sabe si fueron impuestas por el autor o si se le escaparon al editor inglés, el libro parte de la guerra para reflexionar sobre las decisiones que tomamos a lo largo del camino de la vida y sobre el destino y la influencia de quienes nos acompañan.

Como todo gran viaje, un periplo a lo más profundo de uno mismo, miserias y grandezas incluidas en la maleta.

15 comentarios

  1. Dice ser Hernán Zin

    Gracias a todos por los comentarios. Antonio Alviárez, tanto tiempo amigo, un placer leerte!!Porculizator, sí, la verdad es que a mí también la fotografía me dejó bastante perplejo y me arrancó una sonrisa. Cuando lees el libro te lo imaginas distinto.Tuve que hacer varias búsquedas para confirmar que era él. Al principio pensé que se trataba de otro Anthony Loyd, quizás un rapero o algo por el estilo… :-)Abrazos!! HZ

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser Hernán Zin

    Mientras la fiebre capitula, finalmente, retomo al estar de regreso en Madrid la costumbre de los viernes de recomendar y reflexionar sobre alguna obra.Quedan pendientes para la semana próxima los reportajes sobre la mujer india.Buen fin de semana!! HZ

    03 octubre 2008 | 19:49

  3. Dice ser Hala

    Buen fin de semana Hernan. Te garantizo que leere cada uno de los libros que comentas. Un abrazo y la mejor de las suertes con cada una de tus siguientes salidas al mundo.Y enhorabuena por tu trabajo, que no se te olvide que estás moviendo muchisimas conciencias y a muchisima gente.

    03 octubre 2008 | 20:22

  4. Dice ser Silvia

    Hola Hernán:La guerra «es un monstruo grande y pisa fuerte,toda la pobre inocencia de la gente», dice León Gieco y tiene razón; provoca una locura, que arruina la vida de todos,la de los que la padecen, la de los que la vemos de lejos, y la de ustedes, que llegan hasta esos lugares para mostrarnos lo que realmente esconden los conflictos.Espero te mejores, buen fin de semana

    03 octubre 2008 | 20:24

  5. Dice ser Porculizator

    Sin desprestigiar tu faena, a modo de comentario gracioso, Loyd parece Jay de Jay y Bob el silencioso.Un saludo!

    03 octubre 2008 | 20:41

  6. Dice ser Trinidad

    Me ha gustado mucho esta entrada, un profesional muy interesante a pesar de su adicción; hace reflexionar!!Y a tí darte la bienvenida Hernán, y a cuidarse esa gripe, yo salí ya de una!!Bienvenido a «casa»Trinidad

    03 octubre 2008 | 21:48

  7. Bienvenido Hernán de nuevo al país, creo que ver tanto dolor al fin te afecta, es muy duro.Saludos

    03 octubre 2008 | 22:32

  8. Dice ser Marisa

    Hola Hernán, sigo tus crónicas desde hace tiempo. Después de leer «Los ojos de la guerra», de Manuel Leguineche y Gervasio Sánchez, yo también creo que Miguel Gil fue un reportero único y especialmente destacado. La parte del libro en la que se narra su muerte me llenó de tristeza. Nunca olvidaré esas imágenes que los autores ponen en nuestra mente, la mano de Miguel Gil saliendo en sus propias filmaciones durante el conflicto de Kosovo, tirando de la gente para ayudarles a avanzar, mientras con la otra sostenía la cámara. Ánimo con esa gripe, un abrazo.

    04 octubre 2008 | 01:03

  9. Dice ser Carlos Sardiña

    Muy interesantes tanto el post como el libro (tomo nota) y el personaje. Una pequeña corrección, si me permites: «Los ejércitos de la noche», de Norman Mailer, no trata más que tangencialmente de la guerra: se trata de la crónica periodística de una marcha contra la guerra de Vietnam al Pentágono celebrada en 1967. Intuyo que el libro de Mailer al que te refieres es «Los desnudos y los muertos», novelabasada en la experiencia militar del autor (más o menos, parece que su participación en los combates fue más bien escasa) en el frente del Pacífico durante la segunda guerra mundial.Un saludo

    04 octubre 2008 | 15:00

  10. Dice ser Hernán Zin

    Muchas gracias por la corrección Carlos. Sí, se me cruzaron los títulos, supongo que es la edad, o la gripe. Me refería justamente a los Desnudos y los muertos, que lanzó a la fama a un joven Mailer. El otro título que por error mencioné es además una obra de no ficción. De Mailer siempre me ha quedado una idea. Decía que era más fácil escribir no ficción que novela «porque el argumento te lo da dios».Disculpas a todos, ya está corregido!!Buen fin de semana, HZ

    04 octubre 2008 | 17:06

  11. Dice ser Hernán Zin

    Por cierto Carlos, enhorabuena por tu blog. HZ

    04 octubre 2008 | 17:10

  12. Dice ser saraqc

    bienvenido a madrid deskansa y que se te pase la gripe pronto!! el libro se muy interesante gracias por recomendarlos!besos desde cuenca

    04 octubre 2008 | 19:46

  13. Dice ser Jesús

    Y qué opinas de «La gran Guerra por la Civilización» de Robert Fisk?. para mí es un libro de obligada lectura. Imprescindible para comprender los tiempos en los que vivimos.Un abrazoJesús

    06 octubre 2008 | 10:38

  14. Dice ser Hernán Zin

    Plenamente de acuerdo Jesús.En este blog hemos abusado de Fisk, cordialmente por supuesto, en no pocas entradas y debates posteriores.También en mi último libro, «Llueve sobre Gaza», arranco con una frase suya. Todo un referente, sin dudas…Abrazo!! HZ

    06 octubre 2008 | 11:38

  15. Dice ser Hoteles Valencia

    pues no sabía de él..interesante historia, para que más de uno aprenda ciertas cosas.

    11 octubre 2008 | 20:41

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