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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Las superbacterias serán la próxima pandemia incontrolada

Muestras de aguas recogidas cerca de varias granjas intensivas en busca de superbacterias.

La próxima pandemia (habrá más, de eso no hay duda) no vendrá seguramente de un virus, o no solo de allí. Los principales científicos del mundo, con la OMS a la cabeza, llevan años advirtiendo de la proximidad de un inmenso desastre sanitario al que seguimos dando alas en lugar de tratar de controlarlo: las superbacterias. Cualquier operación, herida o enfermedad podría provocar una infección que, imposible de controlar con antibióticos, podría llevarnos irremediablemente a la muerte.

No es algo que llegará en un futuro lejano. Es algo que ya tenemos encima. Las bacterias resistentes a los antibióticos son ya responsables de 700.000 muertes al año. Para el año 2050, se calcula que hasta 10 millones de personas morirán cada año por esta causa. Solo en Europa matan al mismo número de personas que sida, tuberculosis y gripe juntos. En España provocan alrededor de 3.000 muertes al año.

La situación no va a mejorar y se estima que en el año 2025 muchos de los antibióticos habituales serán ineficaces. Estas superbacterias indestructibles, para las que no existen tratamiento, están desarrollándose en lugares tan dispares como los quirófanos y las macrogranjas.

Una nueva investigación ha encontrado estas peligrosas superbacterias en aguas fluviales cerca de varias granjas intensivas de España, Canadá, Tailandia y EE. UU. La investigación ha sido realizada por la World Animal Protection, que ha gestionado junto con FAADA el estudio español.

Explotación porcina industrial. Foto: World Animal Protection

Peligro en las grandes granjas

En el informe ‘Silent superbug killers in a river near you’ se pone en evidencia que en las aguas provenientes de granjas industriales hay genes de resistencia a los antibióticos o ARG (del inglés, antibiotic resistance genes). También se encontraron muestras contaminadas en áreas con una alta densidad de granjas porcinas.

Esto sugiere que las granjas industriales podrían estar descargando genes resistentes y superbacterias en el medio ambiente en general. Esto puede ocurrir porque los purines de los cerdos se esparcen en los campos y se filtran a las vías fluviales públicas.

Demasiados antibióticos

Los antibióticos se utilizan de forma rutinaria en las granjas de producción animal intensiva para evitar que los animales estresados adquieran infecciones. Los ARG (genes de resistencia a los antibióticos) son los componentes básicos de las superbacterias que surgen debido al uso excesivo de antibióticos, contaminando el medio ambiente y la cadena alimentaria.

La investigación de la World Animal Protection encontró genes de resistencia a diversos antibióticos, incluyendo: cefalosporinas de tercera generación, fluoroquinolonas, colistina y macrólidos, que son de gran preocupación para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos antibióticos son la última línea de defensa para tratar infecciones comunes como las infecciones del tracto urinario u otras potencialmente mortales como las infecciones respiratorias.

La OMS recomienda que los antibióticos no se utilicen de forma rutinaria para prevenir enfermedades en grupos de animales de granja. A pesar de esto, esta práctica continúa siendo un hábito en las explotaciones intensivas. Según FAADA, el 75% de los antibióticos del mundo se destina en la actualidad a animales de granja.

En las aguas cercanas a macrogranjas aparecen genes de resistencia a los antibióticos. Foto WAP

Una pandemia silente

Jacqueline Mills, responsable del programa de animales de granja, en World Animal Protection, denuncia que «la industria de las granjas intensivas a gran escala está jugando a la ruleta rusa con la vida de las personas mediante el uso rutinario y descuidado de antibióticos, lo que está alimentando el aumento de peligrosas superbacterias». Y añade: «Necesitamos poner fin a los abusos de los animales en las granjas de producción animal intensiva y dejar de usar antibióticos en grupos de animales para prevenir enfermedades».

Según Míriam Martínez, veterinaria de Fundación FAADA, «la resistencia a los antibióticos es una pandemia silente en la actualidad que debe enfocarse desde una perspectiva One Health. Gran parte de la problemática deriva del tipo de explotación y del manejo que se hace de los animales que se crían para el consumo. Una vez más, el bienestar de los animales no solo debe tenerse en cuenta por cuestiones éticas sino por preservar la salud humana y por justicia social».

A partir de enero de 2022, será ilegal en la Unión Europea administrar antibióticos a grupos de animales de granja de forma profiláctica (para prevenir enfermedades).

Tanto la World Animal Protection como FAADA consideran «importante que se cumplan estas leyes y que otros países a nivel mundial hagan lo mismo».

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