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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Thoreau, el filósofo que nos descubrió la naturaleza, vuelve a estar de moda

El Lago Walden en una imagen de época, lugar de inspiración de Thoreau.

Hay un par de libros que todos los amantes de la naturaleza deberíamos de tener en nuestra librería. Uno es Walden, la gran obra de Thoreau. El otro es su diario.

Henry David Thoreau (1817-1862) fue un filósofo de la naturaleza, observador paciente, anotador escrupuloso y padre de la conciencia medioambiental y de la desobediencia civil. También está considerado el gran impulsor de esa vida tranquila que algunos ensalzan como elogio a la pereza.

Su gran obra es Walden, donde narra los dos años, dos meses y dos días que vivió en una cabaña construida por él mismo cerca del lago Walden. Con ello logró demostrar que la vida en la naturaleza es la verdadera vida del hombre libre. Él mismo lo explica así:

«Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente sólo para hacer frente a los hechos esenciales de la vida, y ver si no podía aprender lo que tenía que enseñar, y no descubrir al morir que no había vivido. No quería vivir lo que no era vida. Ni quería practicar la renuncia, a menos que fuese necesario. Quería vivir profundamente y chupar toda la médula de la vida, vivir tan fuerte y espartano como para prescindir de todo lo que no era vida…»

Nos faltaban sus diarios, considerados un tesoro de la prosa inglesa, pero era complicado. El texto original tiene 7.000 páginas, unos dos millones de palabras que Thoreau fue anotando en 14 libretas a lo largo de 25 años (1836-1861). Damion Searls hizo una gran selección en 2009 que es la que Capitán Swing edita ahora en dos tomos. Leer los diarios de Thoreau es una auténtica delicia.

Sorprende la variedad de temas y ángulos de observación que el autor nos ofrece, fruto de una curiosidad voraz. El ermitaño del lago Walden, ahora lo descubrimos, no vivía tan aislado de la mundanal actualidad como pensábamos. En estos textos se nos presenta mucho más cercano y contemporáneo, pues sus preocupaciones siguen siendo las nuestras. Suya es esta frase que todos firmaríamos:

«Es vano escribir sobre las estaciones, a menos que tengas las estaciones dentro de ti»

Observador contumaz, analiza sus propios estados de ánimo, retrata a amigos y vecinos, condena la esclavitud y la destrucción del mundo viviente, y se regocija en la belleza. Su incansable curiosidad se extiende sobre casi todos los fenómenos de la naturaleza y la vida en la Nueva Inglaterra del siglo XIX. Sus apuntes son una rica fuente de historia social, ambiental, natural y cultural, que mira tanto al paisaje exterior como al interior.

Me gusta mucho la introducción de Ernesto Estrella para el segundo tomo del diario donde se hace un feliz homenaje a los paseos del naturalista:

Las caminatas de Thoreau —y leer este libro es salir a caminar con él— son seminarios al aire libre, siempre cargados de descubrimientos inesperados. A veces, la caminata no requiere más que ir del salón a un cuarto soleado cuando llegan las primeras mañanas frías del otoño. Otras veces, es necesario pasar la tarde recorriendo las calles y patios de Concord y sus alrededores en busca de un cerdo salvaje que se nos ha escapado de la piara. También habrá tardes de primavera en las que nuestros sentidos se abren y nuestro cuerpo se transforma en mero registro para la mano de la naturaleza. O, en invierno, noches en las que nos aventuramos a salir a patinar sobre el río con un amigo.

Termino seleccionando una entrada de su diario recién publicado. Elijo al azar la más cercana al calendario. La dedicada al 21 de junio de 1856, hace ahora 161 años. También entonces hacía calor por esas fechas:

Un día de mucho calor, igual que ayer, 98 grados [36,7 grados centígrados] a las 2:00 p. m., 99 [37,2 grados centígrados] a las 3:00; 128 grados [53,3 grados centígrados] al sol. Los chotacabras llevan chillando y aleteando fuertemente desde las 5:00. Los vi volar a ras del suelo y tocar el agua como hacen las golondrinas sobre Walden. Mi vino de abedul es ahora mucho más ácido, pero está mucho más bueno con azúcar. Me sorprende ver el efecto efervescente que tiene al echarle azúcar blanco; queda todo blanco como si fuera una soda.

El Diario de Thoreau fue presentado el viernes 23 de Junio en la librería Desnivel. Contó con unos padrinos de lujo. Antonio Muñoz Molina, escritor español y miembro de la RAE, Joaquín Araújo (naturalista y escritor) y Ernesto Estrella Cózar (poeta, investigador y músico).

‘El Diario’. Henry David Thoreau. Traducción de Ernesto Estrella. Capitán Swing, 2017. 372 páginas. 20 euros.

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4 comentarios

  1. Dice ser todo pasa, nada queda, y lo que anda se pudrirá andando

    Veí aantes los cielos cubrirse por días, incluso semanas enteras llegando al mes sin ver sol, pintando todo de gris plomizo, contundentes nubes, nubarrones de grueso calibre q parecían querer venirse abajo del peso.
    Hoy veo hilillos de nubes de cuando en cuando, tonos más claros, apenas llueve. Cantan los pájaros en invierno, florecen árboles en otro momento, animales surcan cielos y terreno q no se veían antes. Los peces comienzan a ser temidos por lo tóxico de otros lugares que comienza a entrar en su cadena alimenticia. El aire hace toser, huele a quemado, no es el puro aire de antaño, y no se tose sólo y apor tabaco. Antes el aire era más puro y la gente también se moría antes.
    L naturaleza es preciosa mientras nos sea benigna y haya vacnas y pastillas contra las enfermedades, que si no…

    02 julio 2017 | 13:28

  2. Dice ser el futuro imperfecto

    A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, eso fue que el panelero se hizo caca en él. Que ni abejas habrá.
    Quien a buen árbol se arrima, algún pájaro le caga encima, o un rayo que lo parte bien en seco invierno, ácido mar.
    Los refranes también perderán su valor de siempre. ¿Seremos el hazmereír de la evolución por antonomasia?

    02 julio 2017 | 13:34

  3. Dice ser Jaime

    Está mal escrito el nombre. Es Thoreau. Imperdonable una errata así.

    02 julio 2017 | 14:19

  4. Muchas gracias Jaime por detectar la errata. Ya está corregida.

    03 julio 2017 | 11:00

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