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Cómo era ser Maradona: su personalidad a través de la comunicación no verbal

Hoy se celebra el primer aniversario de la muerte de Maradona, una estrella del deporte muy controvertida pero indudablemente carismática. El psicólogo argentino Alan Crawley le rinde homenaje en este blog desde su rigurosa perspectiva y conocimiento, con un análisis descriptivo de la gestualidad característica de Diego Armando Maradona, más allá de su habilidad futbolística o de su vida íntima expuesta públicamente:

Maradona, cuando era seleccionador argentino, bromeando con un grupo de niños. EFE

Maradona, cuando era seleccionador argentino, bromeando con un grupo de niños. EFE

La historia de sus 60 años de vida ha dejado un legado gigantesco, con luces y también sombras, aunque aquí me enfocaré exclusivamente en su comportamiento no verbal.

Veamos entonces una serie de gestos y posturas recurrentes en su expresividad. Actos corporales, maneras de ubicar su cuerpo, que repitió durante una gran parte de su vida. Cada uno de ellos por separado puede brindarnos una pista sobre quién fue, y todos ellos en su conjunto ofrecerán una visión más completa de su identidad.

Les presento 4 comportamientos con los que Diego manifestó su personalidad:

  1. Pecho proyectado hacia adelante y hombros hacia atrás

Él extendía horizontalmente sus pectorales y su tronco superior con una amplitud poco frecuente. Su pecho se ‘inflaba’ hacia adelante. La traducción verbal de esta postura podría ser “tengo plena confianza en mí”. Ya desde joven adoptaba esta postura corporal.

A simple vista, te hace parecer más grande. Es una posición del cuerpo más frecuente en personas con alta seguridad, autoestima y determinación. En general,  esta postura se realiza fugazmente en situaciones de orgullo intenso, como ganar una carrera o un partido de tenis, aunque Diego mantenía esta expresión de forma más permanente.

  1. Postura excesivamente relajada

Los estudios en primates, humanos y no humanos, han evidenciado una tendencia clara con respecto a los individuos poderosos: son generalmente los que adoptan las posturas más distendidas. Esto podía verse en su tendencia a reclinar la espalda contra el asiento.

En ocasiones, lo hacía tan pronunciadamente que separaba su espalda baja del respaldo. También llegaba a estirar al máximo sus piernas hacia adelante, algo que se realiza especialmente en privado o en presencia de personas muy cercanas.

Por último, evitaba los cruces de brazos y manos por delante del cuerpo, posiciones corporales que a menudo se efectúan como respuesta a un malestar situacional, sentirse demasiado expuesto o rechazo interpersonal. Es decir, predominaban en Diego las exhibiciones corporales expansivas y abiertas, lo que visualmente lo hacía parecer de mayor tamaño.

  1. Cruce de brazos con pulgar/es exhibido/s

Los brazos entrelazados por delante del torso también pueden comunicar otros significados tales como comodidad, ceder el turno del diálogo para escuchar, frío, temor, etc. Casi como una contradicción, Maradona sí se cruzaba de brazos con cierta frecuencia, pero lo hacía de una determinada manera.

Por lo general, los tenía relajados y más notablemente elevaba uno o ambos pulgares por delante de la axila. Esta peculiar posición se relaciona, según el experto Joe Navarro, con personas que se consideran a sí mismas como poderosas o seguras.

Estos cruces de brazos sin tensión muscular con el agregado de los pulgares levantados envían mensajes de autoconfianza. No señala vulnerabilidad, más posiblemente es una expresión de compromiso entre “no estoy lo suficientemente cómodo como para desproteger el torso, pero sí lo suficiente como para demostrar cuán seguro estoy de quién soy y de qué soy capaz de hacer”.

  1. Demostraciones de afecto

Hay más frases sobre Maradona que granos de arena en el planeta tierra. Una bastante notable fue la del escritor argentino Eduardo Galeano. A sus ojos, Maradona era “el más humano de los Dioses”. Su mortalidad estaba vinculada con sus deficiencias personales, sus errores. Para complementar su aguda observación, podemos decir que, desde el comportamiento no verbal, Maradona también demostraba su ‘mortalidad’, o más bien, su humanidad.

Sus saludos eran efusivos. Expansivos. En la distancia gesticulaba con energía. En la cercanía, te tocaba, te abrazaba, te besaba. A conocidos y desconocidos. Sin importar su popularidad, cuán alto en la escala jerárquica se encontraba, sus saludos no ostentaban su poder. Todo lo contrario, los hacía como si él fuera menos importante que el otro. Es decir, con sus saludos Diego proyectaba equidad, cercanía y humildad.

Los gestos y posturas descritas hasta ahora nos dan la oportunidad de asociar la gestualidad con su personalidad. Sus posturas abiertas, expansivas y relajadas eran indicativas de su autoconfianza, extroversión y apertura a las interacciones. A su vez, la demostración de los pulgares sugiere la consciencia de su importancia, gran influencia y jerarquía.

En cambio, compensaba los anteriores gestos de dominancia con demostraciones afectivas en forma de saludos, felicitaciones y señales positivas. De pronto, alguien tan idolatrado como admirado, se volvía tan cercano como un amigo íntimo.

Su gestualidad sugiere una combinación poco frecuente de mensajes de alta autoestima, balanceados con una impresionante cantidad de gesticulaciones de cercanía e igualdad con los demás. Esta extraña mezcla fue la que construyó una potente imagen carismática a ojos de la gente.

¿Qué opinas de su gestualidad? ¿Te gustaría conocer más sobre sus gestos? Si quieres saber más, no te pierdas el vídeo con el análisis completos + fotografías y comenta!

 

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El método de la investigación criminal para pillar a un mentiroso

Hay vida más allá de los consejos populares para detectar mentiras. Que si se toca la nariz, ha cruzado los brazos, mira hacia abajo, se mueve mucho y está nervioso… Los ‘trucos’ aislados’ pueden inducir a error; en general, no son válidos sin un contexto y sin individualizar el caso de análisis.

Licencia Creative Commons

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Que sí, que la comunicación no verbal es muy importante en la detección de la mentira, pero no nos debemos de fijar solamente en las formas, en el cómo nos cuentan algo, sino también en el contenido, qué nos dicen. En esta última parte hay bastante evidencia científica que ayuda a los investigadores a centrar información creíble o no en un interrogatorio por ejemplo.

Detectar el engaño puede ser un juego para la mayoría de nosotros, pero lo cierto es que se convierte en una competencia muy requerida en ciertos ámbitos profesionales, sobre todo los relacionados con la inteligencia o la seguridad.

La técnica Reid o Entrevista de Análisis de Conducta (BAI) consiste en unas determinadas sesiones de preguntas y respuestas que no son acusatorias, tan solo provocan que el sujeto nos muestre sus‘ signos particulares de verdad o de engaño.

Los investigadores formulan primero cuestiones relativas a los antecedentes de la persona entrevistada para conseguir información personal y evalúan así su comportamiento verbal y no verbal. De esta manera relajada ya han obtenido un patrón de conducta ‘normal’, una línea base de ese sujeto concreto.

A continuación, proceden a preguntas que provocan un comportamiento determinado con el fin de obtener respuestas verbales y no verbales diferentes a la línea base previamente establecida.

Por este motivo, en nuestra cotidianeidad, podemos escuchar aquello de ‘mi madre siempre me pilla cuando miento‘, ella o las personas muy cercanas a nosotros ya tienen establecida nuestra línea base de comportamiento habitual y será capaz de detectar los ‘cambios’ de conducta de una forma más sencilla y eficiente que cualquier desconocido que intente pillarnos.

Otro de los principios más importantes de esta entrevista es no decirle jamás al otro lo que ya sabemos sobre él en relación con los detalles del caso (pistas o evidencias recogidas o datos obtenidos de otros testigos o implicados en el suceso),

Tiene sentido ¿no? Podríamos aplicarlo a la vida diaria: si una amiga nos llama y nos dice que ayer por la tarde vio a nuestra pareja con otra persona en actitud algo extraña y le soltamos ese dato nada más entrar por la puerta de casa, le daremos opción a ‘explicar’ el hecho como buenamente pueda.

Si por el contrario, ocultamos el dato y simplemente le preguntamos: «Cariño, ¿qué tal la tarde de ayer?, ¿qué hiciste?» Podremos comprobar libremente si opta por mentirnos o nos cuenta la verdad, qué nos dice y cómo lo relata.

En palabras de sus creadores: «Estas técnicas son similares a un juego o estrategia psicológica en el que la persona que sabe más sobre las estrategias de la otra persona tiende a ganar«.

*Referencias:

https://reid.com/resources/investigator-tips

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-08-05/el-metodo-que-usan-los-cientificos-para-un-mentiroso_3191107/

*Nos vemos este jueves en la Feria del Libro de Madrid:

#Coronavirus «Me da miedo salir»: el síndrome de la cabaña

Parece que las restricciones para frenar la pandemia se van suavizando y, al menos, como poder, podemos hacer más cosas, más salidas. Pero a pesar de ello, hay muchas personas que confiesan que no se sienten preparadas, que todavía tienen cierto miedo a salir a la calle, a mezclarse con la gente.

Fotografía Pixabay License

Fotografía Pixabay License

Una de las secuelas emocionales de este periodo de confinamiento colectivo es el conocido como ‘síndrome de la cabaña‘, y es que muchos hemos podido asumir que nuestro hogar representa un espacio asociado a la absoluta seguridad, mientras que el exterior simboliza un espacio enorme cargado de peligros.

Hasta ahora, sufrir esta alteración estaba restringida a astronautas, población carcelaria, o habitantes de ciudades con climas extremos. Hoy recibo multitud de mensajes que describen este síndrome: «Me da miedo salir». Hay que aclarar que no es una patología, no es un trastorno psicológico grave, ya que en estos momentos tiene un contexto que lo ‘justifique’.

Si bien, puede acarrar otras alteraciones asociadas que sí debemos vigilar, discernir si es una cuestión de apatía, falta de preparación o apetencia por la salida al mundo o si se trata de un pánico que nos imposibilita poner un solo pie en la calle; si nos crea ansiedad tan solo imaginar que volvemos a salir o incluso si estamos iniciando un desarrollo de pautas compatibles con la depresión, por ejemplo.

Tranquilidad. Durante la cuarentena, nuestra mente ha tenido que adaptarse contra natura a una situación extraordinaria para todos nosotros, acabando por habituarse a la situación de aislamiento propia, a esa particular rutina y a no tener contacto social directo con personas externas a nuestro hogar. Reconfigurarnos de nuevo es difícil y puede llevar más tiempo para algunos, eso no significa en modo alguno que no lo vayas a superar.

Si nos reconocemos en este miedo, ya empezamos a ganar en el proceso de asimilación consciente. Debemos intentar pequeños avances para no perpetuar esta sensación limitante, salidas cortas que aumentaremos gradualmente cada día y con todas las medidas de seguridad que necesitemos, seguir las recomendaciones para evitar el contagio nos mantendrán menos alerta y comenzaremos a disfrutar poco a poco fuera del hogar.

Tenemos que llevar mascarilla, guantes y mantener la distancia física, sí, todos reconocemos que no es nada agradable, pero quédate con la parte positiva de esta ‘excursión’ o quedada exterior: sentir de nuevo el viento, el sol, el olor de la primavera, salir a correr o a montar en bici, una buena conversación, el compartir experiencias entre tu círculo más cercano, las miradas cómplices, el ruido tras el caos silencioso…

Fotografía de Jorge París

Fotografía de Jorge París

 

Pablo Iglesias y su varita mágica marca Bic en #ElHormiguero

En ‘El Hormiguero’ finaliza la tourné de candidatos a la presidencia del gobierno con Pablo Iglesias.

Además del ceño fruncido ‘marca registrada Iglesias’ también apareció en escena su segundo elemento identificador. Como si de una varita mágica se tratara, Pablo Iglesias no abandona a su inseparable bolígrafo Bic para sus intervenciones en público; en efecto, no hay ningún papel, no tiene que tomar apuntes, no lo necesita por su uso, sino por su ‘comodidad’.

El bolígrafo se convierte en el amuleto de su tranquilidad, realmente es un gesto manipulador que le ayuda a descargar el estrés y la ansiedad del momento, lo agarra y a la vez se armonizan los movimientos con las manos, con las que muchas veces no sabemos qué hacer.

Es una buena estrategia de oratoria en público para él pero la proyección no es del todo buena, la gestualidad libre y natural es un tesoro y una persona que es buena oradora (como es su caso) no debería necesitar sujetar un bolígrafo para poder expresarse con seguridad.

Para mí, es un elemento incoherente en Iglesias porque verdaderamente disfruta en este tipo de situaciones. Es realmente notable su deleite en responder a preguntas ácidas y retadoras, se crece, lo hace con agilidad mental, incluso se divierte, se le ve ‘en su salsa’ y no necesitaría, al menos ahora, ningún recurso de apoyo; supongo que su ‘bolidependencia‘ ya es cuestión de costumbre.

Ahora queda lo mejor… ¡los debates políticos!