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Una vídeo-clase sobre tipología de personalidad

El estilo de personalidad es una variable que siempre influye a la hora de analizar cualquier conducta. Por eso es tan importante conocer los rasgos básicos que definen a los demás. Sí, es posible hacerlo sin necesidad de pasar un test.

Con la mera observación (perfilación indirecta de la personalidad) ya podemos obtener información válida al respecto, por ejemplo, saber si una persona es extrovertida o introvertida, o si es más emocional o racional.

Hace ya unos años grabé una vídeo-clase sobre el tema para el canal de YouTube de UDIMA (Universidad a distancia de Madrid) y la verdad es que por el número de visitas parece que resulta muy interesante, así que también quería compartirla con vosotros por este medio.

En esta clase descubrirás qué es realmente la personalidad, qué tipo de personalidad tienes y cuáles son tus fortalezas y debilidades, ¿es la personalidad genética o aprendida? ¿Podemos cambiar nuestra personalidad con la edad o es estable? ¿Con qué otros tipos somos más y menos compatibles?

Os dejo por aquí el vídeo y… ¡ya me contaréis resultados!! Cualquier duda con vuestro tipo podéis plantearla también por aquí y resolvemos.

Espero que disfrutéis de unas felices vacaciones llenas de emociones, el blog vuelve en septiembre con más comunicación no verbal. 🙂

Cómo reconocer a una persona neurótica

Tradicionalmente, siempre necesitábamos de test de personalidad para reconocer los rasgos que cada uno tiene. La tendencia última, en este sentido, ha evolucionado hacia la perfilación indirecta de la personalidad, es decir, detectar ciertos rasgos a través de la mera observación de la conducta, esto es, de sus movimientos, de su forma de hablar, de caminar, e incluso por sus rutinas diarias, su coche, su nevera, su mesa de trabajo… Las investigaciones científicas en psicología de la personalidad han ido asociando cada uno de estos comportamientos con ciertos patronés genéticos y estables del carácter, de modo que no sean necesarias las pruebas estadísticas para hacerte una idea del tipo de personalidad que tienes ante ti.

Está mucho más claro saber valorar si una persona es extrovertida o introvertida, racional o emocional, pero se complica con el rasgo del neuroticismo. Éste se define como inestabilidad emocional, ansiedad, preocupación, tensión y con tendencia a la culpabilidad (no tienen por qué estar presentes todos, pueden cumplirse unos u otros, depende del nivel del rasgo que tengamos). Los rasgos de personalidad nos encasillan pero también, según su nivel y su combinación con otros rasgos, marcan las diferencias, no será igual una persona extrovertida que puntúa 96 en neuroticismo a una persona introvertida que puntúa 72 en neuroticismo.

Tomando como referencia el estado más puro y amplio del neuroticismo, observarémos que incluso en conversaciones informales, parece que se mueven más y constantemente que el común de los mortales, ya sea mordiéndose o clavándose las uñas o sacudiendo las piernas, se conocen como gestos automanipuladores, nos tocamos a nosotros mismos, a nuestra ropa o a objetos de alrededor para soltar tensión e inquietud.  Estas conductas repetitivas pueden ser puntuales, por un estado concreto de nerviosisimo, pero si son habituales en la línea base de comunicación de alguien son muestra de personalidades neuróticas.

Según Atsushi Oshio, de la Universidad de Waseda (Japón), los malos hábitos de morderse las uñas y agitar las piernas pueden ser perjudiciales para la salud. Particularmente en Japón, sacudir las piernas se considera altamente indeseable. Esta conducta puede que no tenga repercusiones tan graves en otras culturas pero sí transmiten falta de confianza, por ejemplo en una entrevista de trabajo, y da pista de una personalidad inestable, tal y como apunta el experto «tales hábitos contribuyen a un sentimiento de desintegración en lugar de un sentimiento unificado y equilibrado«.

Se ha observado que el morderse las uñas generalmente desaparece como comportamiento integrado cuando pasamos la etapa de la adolescencia, por tanto, de entrada ya se asocia a una conducta infantil, imadura e insegura. Muchas personas con neuroticismo alto pueden cambiar morderse las uñas por otras conductas repetitivas que no están tan ‘mal vistas’ socialmente, por ejemplo, masticar chicle o girar el cabello. Según Oshio, estas acciones se producen como un mecanismo para afrontar el estrés, como un comportamiento inconsciente que las personas no pueden inhibir fisiológicamente.

 

*Fuente:  Psychology Today – Oshio, A. (2018). ¿Quién agita las piernas y se muerde las uñas? Comportamientos repetitivos autoinformados y rasgos de personalidad. Estudios psicológicos.

El aroma de tu personalidad

Yo estoy igualmente sorprendida. La personalidad huele. Lo afirma un estudio científico de la Universidad polaca de Wroclaw. Ya conocíamos que la personalidad puede perfilarse indirectamente sin necesidad de realizar un test, hay estudios que relacionan ciertos rasgos de personalidad con nuestra forma de hablar, de caminar, de vestir, de cómo tenemos organizada nuestra mesa de oficina, etc, pero estos investigadores fueron más allá estableciendo la hipótesis de que también podría relacionarse con un olor particular.

Los resultados del estudio fueron insólitos para la comunidad científica ya que los datos de correlación estadística fueron significativos. Es decir, se descarta la asociación de la personalidad con un olor por efecto del azar. Durante el experimento, se les repartió a 30 mujeres y 30 hombres camisetas blancas 100% de algodón previamente lavadas. Se les pidió que durmieran con ellas puestas durante tres noches consecutivas. Todos los participantes eran solteros y no compartían la cama.

A continuación, convocaron a una muestra de 200 personas (100 hombres y 100 mujeres) en un entorno aislado para que evaluaran las muestras a través del olfato. Se encontró que las cualidades de la personalidad estrechamente ligadas al aroma corporal son la dominación, el neuroticismo y la extroversión, ya que corresponden a procesos fisiológicos y a la producción de sustancias (hormonas, enzimas, etc.) que alteran el olor. Sin embargo, otros rasgos como la agradabilidad, la escrupulosidad y la disponibilidad no tienen efectos aromáticos.

Los juicios sustentados en el olor fueron más exactos que aquellos basados en el comportamiento grabado de otros estudios. También fue curioso el hecho de que el mayor número de aciertos se producía al adivinar personalidades dominantes por miembros del sexo opuesto. Es decir, una mujer tenía mayores probabilidades de acertar la personalidad cuando la camiseta pertenecía a un hombre dominante y viceversa.

Los estados de Facebook que revelan problemas de autoestima y narcisismo

Las redes sociales se han convertido en las nuevas herramientas de perfilación indirecta de la personalidad del individuo. De forma tradicional, los psicólogos utilizábamos test para delinear si una persona era extrovertida o no, si era impulsiva o racional, etc. Incluso para diagnosticar trastornos, estas medidas no eran del todo seguras ya que son test autoinformados y por lo tanto falseables o manipulables según la deseabilidad de la persona.

Ahora, estas pruebas estandarizadas, prácticamente no son necesarias sino para corroborar lo que ya podemos extraer por otros métodos más sutiles y fiables. Cada cosa que hacemos proyecta nuestro estado de ánimo, nuestras tendencias de pensamiento, en definitiva, nuestra personalidad, sana o no. Uno de los conocimientos más valorados y útiles es la información sobre el modo de ser, sentir, y actuar de un individuo; sus motivaciones, gustos, hábitos y aficiones pueden permitir la predicción de su comportamiento en distintos escenarios y a lo largo del tiempo.

Centrándonos en esta novedosa ‘vía de proyección’ (Facebook), una revolucionaria investigación científica de la Universidad de Brunel en Reino Unido y publicada en la prestigiosa revista Personality and Individual Differences ha encontrado que las personas que publicaban más estados acerca de sus parejas románticas tenían más probabilidades de tener una autoestima baja.

Por otro lado, las personas que publicaban frecuentemente sobre sus dietas, ejercicios y logros personales tenían más probabilidades de ser narcisistas. Lo cual está motivado por la necesidad de llamar la atención y de ser validados por sus amigos en Facebook. Sus publicaciones también recibieron una mayor cantidad del poderoso «Me gusta» y más comentarios. Para los autores, esto indica que, además, los narcisistas son reforzados por la atención que se les da en la red.

La directora de la investigación, la Dra. Tara Marshall, explica que es importante entender que las personas eligen Facebook porque sus estados son recompensados con los ‘likes’ y comentarios de sus amigos. Las personas que reciben esas aprobaciones tienden a sentirse más incluidos socialmente, mientras que aquellos que no reciben nada se sienten apartados.

Pero también esas conductas pueden repercutir negativamente. A nadie le gusta ver a cada hora actualizaciones sobre la pareja o la dieta de otras personas. Por un momento está bien, pero después terminas evadiendo esos estados.

 

El lenguaje de los terroristas

terrorismo-554x400Eres lo que hablas, la personalidad se refleja en nuestra forma de hablar; pero también otras tendencias del carácter. Los sustantivos, los verbos y los adjetivos sostienen el significado de una frase, pero su elección depende en gran medida del azar. Ahora bien, el «cómo», señala el prestigioso psicólogo Pennebaker, revela la personalidad. El estilo de un texto que se expresa a través de las palabras «pequeñas», entre otros elementos, resulta poco accesible a la manipulación consciente. Así, la persona que quiere resultar agradable, elige las expresiones adecuadas, pero no controla el número de artículos o pronombres (‘palabras pequeñas’) que utiliza para ello, indica.

Tal principio queda claro en el ‘Estudio Al-Qaeda‘ de Pennebaker: el investigador analizó, junto a otros científicos y por encargo del FBI, un total de 58 textos de Osama bin Laden y Ayman al-Zawahiri, considerado este último el número dos en la jerarquía de la organización terrorista. Como escala comparativa recurrieron a 17 muestras de panfletos pertenecientes a otras organizaciones extremistas.

Tres de las categorías de la herramienta de análisis de textos (LIWC), desarrollada por este autor, destacaron en la investigación.

  1. En primer lugar, bin Laden y al-Zawahiri utilizaban de modo significativo un mayor número de palabras emocionales que correspondían en su mayoría, y por encima de la media, a expresiones hostiles.
  2. En segundo lugar, raramente aparecían verbos en pasado. Los científicos interpretaron este hecho como un reflejo del escaso interés por parte de sus autores de recordar acontecimientos ya pasados.
  3. En tercer lugar, llamó la atención de los investigadores la alta proporción de pronombres en tercera persona del plural («ellos», «a ellos»).

Otra de las conclusiones fue que Al-Qaeda se definía, más que otros grupos terroristas, a través de la delimitación con el enemigo, según su lema: «Nosotros contra los de Occidente». A comienzos del estudio, los investigadores compararon también los resultados del LIWC con evaluaciones de observadores independientes, lo que les permitió confirmar que el grado de extremismo de un grupo puede determinarse mediante la frecuencia de uso del pronombre en tercera persona del plural.

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Eres lo que hablas: la personalidad se refleja en el lenguaje

8969074091_54be8d8060_bLa polémica está servida. El prestigioso psicólogo James W. Pennebaker asegura poder desenmascarar la personalidad de los escritores con un programa de análisis de textos. «Las estadísticas no mienten» añade. Las investigaciones de este autor mantienen dividido al gremio de los estudiosos de la lengua. Desde hace una veintena de años Pennebaker viene indagando en los escritos la personalidad de sus autores sin analizar la sintaxis, ni considerar los matices del significado, ni siquiera leer el texto, en cambio, sí que tiene muy en cuenta el recuento de palabras insignificantes.

Este investigador de la Universidad de Texas desarrolló su principal instrumento a mediados de los años noventa. Lo llamó Linguistic lnquiry and Word Count (LIWC). El programa de recuento de palabras por ordenador ocupa desde entonces cantidades ingentes de textos. El software extrae del escrito las palabras que denotan alguna señal o característica: ¿Cuán optimista es el autor? ¿Le preocupan temas del pasado o, por el contrario, dominan cuestiones del futuro? ¿Utiliza expresiones que apuntan a argumentaciones complejas? Todo ello junto al propio programa de recuento de palabras ha propiciado la elaboración de un diccionario con 4500 entradas, distribuidas a su vez en más de 70 campos léxicos. De esa manera, se registra la frecuencia con que aparecen en el texto las palabras incluidas en las distintas categorías.

«Soledad», «llorar», o «feliz», por ejemplo, se encuentran agrupadas bajo el epígrafe de «palabras emocionales«, que a su vez se subdivide en los grupos de «afectos positivos» y «negativos». En estas subcategorías se describen de manera más específica conceptos relacionados con estados emocionales concretos, como «miedo» o «duelo». Otras de las categorías que recoge el trabajo son «palabras de percepción inespecíficas» («ver», «oír», «sentir») y de «procesos cognitivos» complejos (»debería», «pensar», «porque»). A ello se suma un total de 22 categorías generales referentes a partes de la oración: pronombres, verbos auxiliares, artículos numerales o conjunciones, es decir, palabras funcionales.

Según Pennebaker, el contenido de un texto no supone la clave para desentrañar la personalidad de su autor, sino las palabras aparentemente insignificantes -como pronombres, artículos o conjunciones-, ya que su uso resulta menos consciente. (Captura ejemplar del funcionamiento del software).

Según Pennebaker, el contenido de
un texto no supone la clave para desentrañar la personalidad de su autor, sino las palabras aparentemente insignificantes -como pronombres, artículos o conjunciones-, ya que su uso resulta menos consciente. (Captura ejemplar del funcionamiento del software).

En estudios anteriores la atención se centraba en el contenido. «Ha pasado inadvertido para la psicología el hecho de que las palabras ‘pequeñas’ (‘yo’, ‘nosotros’, ‘uno’, ‘todos’ y similares) permitieran, de una manera particular, atar cabos sobre el comportamiento», argumenta Pennebaker. «El cómo», añade, «revela la personalidad». «El estilo de un texto que se expresa a través de las palabras «pequeñas», entre otros elementos, resulta poco accesible a la manipulación consciente. Así, la persona que quiere resultar agradable elige las expresiones adecuadas, pero no controla el número de artículos o pronombres que utiliza para ello», indica.

El problema viene a la hora de interpretar algunos resultados más complejos, ¿qué significa una acumulación de pronombres? Una persona que utiliza muchas negaciones («no hago eso de mala gana»), ¿es más prudente o sensata que alguien que formula las relaciones de forma directa («prefiero eso»)?Cuando en un texto aparece con frecuencia el pronombre ‘nosotros’, ¿significa eso que el paciente se halla socialmente bien integrado? ¿O que es tímido y busca ‘escolta’ en el grupo?» Pennebaker y Wolf se muestran de acuerdo: los métodos como el LIWC representan sólo una primera aproximación; la interpretación de los hallazgos se encuentra todavía en pañales.

Os animo, mis queridos lectores, a que a partir de ahora observéis los textos que os llegan por correo electrónico o whatsapp, os sorprenderá descubrir cómo tu pareja, por ejemplo, utiliza recurrentemente una alusión al precio de las cosas, o un amigo utiliza constantemente palabras de índole negativo, o algún familiar que repite exceso un «yo». Y es que, aun con todas las limitaciones del programa, todos filtramos nuestra forma de ser o de ver la vida a través de nuestra expresión, de las palabras que utilizamos.

Los estudios específicos de este autor con algunos casos reales son muy sorprendentes y reveladores, como la relación del pronombre «yo» con la muerte, el lenguaje de los terroristas, o la aplicación a debates políticos en EEUU… pero estas interesantes aplicaciones dan para otro post en el futuro… ¡no os lo perdáis! 🙂

 

 

 

*Fuente: MenteyCerebro.

Albert Rivera reconoce sus tics no verbales y muestra otros muy curiosos

Albert Rivera entrevistado por Susana Griso en el progama 'Dos días y una noche'.

Albert Rivera entrevistado por Susana Griso en el progama ‘Dos días y una noche’.

La exposición mediática de los políticos ‘de ahora’ llega a tal punto que comparten su rutina diaria con la presentadora Susanna Griso en el programa ‘Dos días y una noche’. Le tocó el turno a Albert Rivera que hizo declaraciones muy interesantes, sobre todo en lo que aquí nos concierne, una de las primeras versaban a cerca de la conciencia sobre sus tics no verbales.

En este blog lo hemos comentado en reiteradas ocasiones, Rivera filtra a través de su comunicación no verbal una tensión y unos nervios descomunales a través de sus gestos, como él mismo admite (creo que por primera vez) «No sé dónde meter las manos», «y en las fotos no sé cómo ponerlas», «me recoloco la chaqueta, la corbata… de hecho lo estoy trabajando… porque sí, porque son tics que uno tiene y es verdad que a mi me parieron así, nervioso, activo, hiperactivo, pero es verdad que a veces uno transmite una imagen, y es verdad que parece que estás nervioso y en realidad es que eres perfeccionista, inquieto».

A continuación, también hacen referencia al informe que se filtró sobre comunicación no verbal en Podemos, en el que, además de a Iglesias, se nombraba a Rivera. Aunque pueda parecer que no, que todos se centran en los programas electorales, medidas, datos, encuestas, etc, se palpa que tienen estos elementos no verbales también muy presentes.

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