El lenguaje de los terroristas

terrorismo-554x400Eres lo que hablas, la personalidad se refleja en nuestra forma de hablar; pero también otras tendencias del carácter. Los sustantivos, los verbos y los adjetivos sostienen el significado de una frase, pero su elección depende en gran medida del azar. Ahora bien, el «cómo», señala el prestigioso psicólogo Pennebaker, revela la personalidad. El estilo de un texto que se expresa a través de las palabras «pequeñas», entre otros elementos, resulta poco accesible a la manipulación consciente. Así, la persona que quiere resultar agradable, elige las expresiones adecuadas, pero no controla el número de artículos o pronombres (‘palabras pequeñas’) que utiliza para ello, indica.

Tal principio queda claro en el ‘Estudio Al-Qaeda‘ de Pennebaker: el investigador analizó, junto a otros científicos y por encargo del FBI, un total de 58 textos de Osama bin Laden y Ayman al-Zawahiri, considerado este último el número dos en la jerarquía de la organización terrorista. Como escala comparativa recurrieron a 17 muestras de panfletos pertenecientes a otras organizaciones extremistas.

Tres de las categorías de la herramienta de análisis de textos (LIWC), desarrollada por este autor, destacaron en la investigación.

  1. En primer lugar, bin Laden y al-Zawahiri utilizaban de modo significativo un mayor número de palabras emocionales que correspondían en su mayoría, y por encima de la media, a expresiones hostiles.
  2. En segundo lugar, raramente aparecían verbos en pasado. Los científicos interpretaron este hecho como un reflejo del escaso interés por parte de sus autores de recordar acontecimientos ya pasados.
  3. En tercer lugar, llamó la atención de los investigadores la alta proporción de pronombres en tercera persona del plural («ellos», «a ellos»).

Otra de las conclusiones fue que Al-Qaeda se definía, más que otros grupos terroristas, a través de la delimitación con el enemigo, según su lema: «Nosotros contra los de Occidente». A comienzos del estudio, los investigadores compararon también los resultados del LIWC con evaluaciones de observadores independientes, lo que les permitió confirmar que el grado de extremismo de un grupo puede determinarse mediante la frecuencia de uso del pronombre en tercera persona del plural.

La comparación del lenguaje de ambos islamistas sirvió, a su vez, para determinar todo aquello que los pronombres revelan. Así, entre 2004 y 2006 se triplicó la frecuencia con la que al-Zawahiri usaba la palabra «yo», mientras que dicho pronombre permanecía constante en el discurso de bin Laden. «Un alto porcentaje en el uso del ‘yo’ indica por lo general un fuerte egoísmo, aunque también inseguridad y una actitud defensiva. Así mismo, el contexto concreto del contenido confirma lo anterior», aclara Pennebaker.

Otros estudios han demostrado que las palabras utilizadas para expresar ponderaciones o enunciados diferenciados («excepto», «pero», «excluido», etcétera) guardan relación con una mayor complejidad cognitiva, con mejores notas escolares, e incluso con un relato verídico de los hechos. El recuento de palabras en el caso de bin Laden dio como resultado que la complejidad de los procesos de pensamiento en sus textos había alcanzado un alto nivel con el paso de los años. Mientras que en el caso de su mano derecha, al-Zawahiri, habían quedado estancados en un grado inferior.

Las interpretaciones de Pennebaker parecen plausibles. Sin embargo, su método recuerda, en cierto modo, a la lectura de posos de café. Por ejemplo, en los textos de Bin Laden, el 1,49% de todas las palabras se incluyen en la categoría ‘odio e ira’; en los textos de control elegidos representa un 0,89%. Desde la estadística pura, la diferencia resulta importante; pero, ¿hasta qué punto podemos considerar significativo tal resultado? «Las desviaciones aunque parezcan nimias no lo son», apunta Markus Wolf, de la Universidad de Heidelberg.

El psicólogo y su equipo tradujo el diccionario LIWC al alemán, versión que debe servir para el desarrollo de una futura rehabilitación terapéutica con ayuda del correo electrónico. «Para lograr desviaciones mayores la extensión del texto debería ser también mayor, o menos compleja la forma de expresión. Si un paciente explica que se siente triste, no suele repetir la palabra ‘triste’, por regla general, sino que describe su estado de otra manera. De ahí el interés de las ponderaciones pequeñas», insiste el investigador. El talón de Aquiles del método de Pennebaker aflora en la interpretación de los datos.

 

 

*Fuente: MenteyCerebro

2 comentarios

  1. Dice ser el terror y la violencia jamás, jamás

    No sé si el terrorismo proviene de una visión totalmente irreal de la realidad. Parece que se crean un mundo en el que sólo sus valores son loe que cuentan; eso puede entroncar con el pasado de la Humanidad, donde las herramientas para enfrentarse a los problemas no pasaban precisamente por el diálogo, el concenso, el conocimiento del otro sin temores. El miedo, el temor reinaba como principal valor, miedo a perder algo que al final no tiene sentido para el resto, ni para ellso mismos cuando llega su Paz, la de todos. Ese miedo parece que hace que se cierren y utilicen la violencia, la represión, como manera de crear miedo en los demás, para conseguir el sometimiento a una idea que ellos mismos padecen. Ese miedo amplificado al máximo hace que igual no se bajen del burro de sus ideales, por miedo a perder algo irracional, porqeu la violencia va atada a lo irracional, al fracaso del uso del cerebro, no sé. El sometimiento a un pensamiento cargado de temor, convierte al ser humano en un irracional peligroso. Hay gente que piensa que es indispensable en el mundo y que el mundo sin su idea caería a un agujero negro. Puede ser por herencia de pensamiento, por rencor amplificado por alguna herida recibida en pasado… La pérdida de seres queridos en devenires de la vida o injustamente, sea como sea, que luego no son capaces de gestionar a positivo. Puede haber tantas causas para ese nefasto uso de la violencia, irracional, injusto, barbarizador… La solución no sé cuál será para erradicarlo definitivamente del planeta, pero el avance enla tolerancia de las sociedades, la apertura mental, el reconocimiento de lo inútil de la violencia así como el daño de las injusticias, seas cuales sean, tal vez tengan la llave para que no se produzca el devastador daño que provoca en al sociedad de la que deberían formar parte integrante y pacífica todos, para enriquecerla. La brutalidad, y la organizada menos, no son ejemplos de virtud humana. Al contrario, son la razón de que no se evolucione convenientemente. Un mundo justo, tolerante, sin temores fanatizados, irracionalizados, con la sana dosis de pensamiento contrario, dentro de cauces civilizados, ayudan a mejorar a esa sociedad. El uso de la violencia trae destrucción, desolación, marginación, causa dolor, gravísimo dolor, y eso no es bueno para nadie. Se siente una impotencia brutal cuando se ve a seres humanos comportándose horriblemente con otros por razones que nunca puede tener la razón de su lado. Al humano debe distinguirle su capacidad de razonar, de pensar, de dialogar, no de intentar silenciar las ideas del otro con la irracional y bruta violencia. Las diferencias se dirimen de otra más sana manera, dando ejemplo positivo en la aplicación de esas ideas propias con resultados bpositivos para el grupo social. Y si son negativas, apartarlas, que saber ceder y darse cuenta de los errores también es bonito; de hecho es donde mejor se advierte la valía, el valor y la valentía de la gente; en ceder a esos impulsos nefastos de orgullo extremo, de fanatización de la idea, de brutismo. El daño que se hace al semejante es irreparable, es injusto, contrario a toda idea libre. En el humano mundo de las ideologías no puede haber razón que justifique la muerte de una persona de esa manera. No lo sé, estoy pensando seguramente sin mucho fundamento psicológio, causal, estadísitico…, pero el ver cómo se comportan algunos congéneres en esta vida… dan ganas de escribir millones de razones, por peregrinas que sean, que eviten tanta fatalidad horrible.

    25 octubre 2016 | 11:29 am

  2. Dice ser El ultimo

    Sinceramente esta gente me parece bastante irracional en sus «bases» pero muy racional en las personas que ocupan puestos de responsabilidad en dichas organizaciones..dicen (y buscan decir) todo aquello que les ayude a manipular a quienes lo reciben

    25 octubre 2016 | 11:18 pm

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