Quizá no hayas caído en al cuenta, pero las golondrinas y los aviones necesitan primaveras lluviosas no solo para que haya muchos insectos que comer, sino también para que haya barro abundante con el que hacer y reparar sus nidos. Los construyen directamente «a bocados». Los adultos modelan pequeñas bolas de barro que luego transportan en el pico y pegan en la estructura con asombrosa pericia. Son unas alfareras extraordinarias.
Pero este año la cosa pinta mal. Con temperaturas tan anormalmente altas y escasas lluvias, la temporada de cría está siendo muy complicada para ellas. Porque no encuentran barro. Echa un vistazo a tu alrededor ¿Ves algún charco cerca? Esta escasez puede provocar que críen peor, pues más de una pareja se quedará sin hacer nido por falta material de barro o lo harán más endeble.