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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

La sequía deja sin casa a las alfareras con alas, las golondrinas y aviones

Pollos de golondrina en su nido. Foto: Pixabay

Quizá no hayas caído en al cuenta, pero las golondrinas y los aviones necesitan primaveras lluviosas no solo para que haya muchos insectos que comer, sino también para que haya barro abundante con el que hacer y reparar sus nidos. Los construyen directamente «a bocados». Los adultos modelan pequeñas bolas de barro que luego transportan en el pico y pegan en la estructura con asombrosa pericia. Son unas alfareras extraordinarias.

Pero este año la cosa pinta mal. Con temperaturas tan anormalmente altas y escasas lluvias, la temporada de cría está siendo muy complicada para ellas. Porque no encuentran barro. Echa un vistazo a tu alrededor ¿Ves algún charco cerca? Esta escasez puede provocar que críen peor, pues más de una pareja se quedará sin hacer nido por falta material de barro o lo harán más endeble.

Golondrina coge barro en un charco para hacer su nido. Foto: SEO/BirdLife

Un nido hecho con miles de bocados

“Estas aves toman un pedacito de barro, lo “mastican” bien para homogeneizarlo y expulsar las bolsas de aire que pueda contener y lo depositan cuidadosamente en el nido en construcción”, explica Luis Martínez, técnico de SEO/BirdLife, a través de una nota de prensa.

La cantidad de barro que pueden transportar en su pico es muy limitada y un nido completo de avión común puede requerir más de 2.500 bocados de barro. Para que te hagas una idea, una pareja puede realizar más de 5.000 viajes entre el lugar en el que consiguen el barro y el de construcción del nido durante las dos semanas dedicadas a concluir la obra.

La ONG advierte de que, en un escenario en el cada año se destruyen (legal e ilegalmente), cientos de nidos de estas especies, la falta de barro para rehacer los nidos agrava la situación dificultando su ciclo reproductivo.

Además, el calor puede hacer saltar prematuramente de sus nidos a las crías y genera un sobreesfuerzo para los adultos que, si el nido está expuesto al sol, intentarán proteger a sus polluelos creando una sombrilla con su propio cuerpo y alas.

La falta de lluvia tiene afecta igualmente a la vegetación, que verá limitado su crecimiento y floración para sobrevivir en condiciones de estrés hídrico, lo que implica menos alimentos para las aves.

¿Ayudamos a las golondrinas?

Como sucede con las personas, el calor somete a las aves a un gran estrés fisiológico. Para afrontarlo necesitan fuentes de agua donde beber para rehidratar su organismo y en las que poder darse baños refrescantes. El gesto más sencillo para ayudar a las aves es facilitarles agua en ventanas, terrazas o jardines, en un recipiente adecuado y accesible para ellas, pero no para gatos y otros enemigos de los pajaritos, como un simple plato de maceta. Eso sí, que no cubra mucho o tenga una madera sobresaliendo para evitar ahogos accidentales.

Para paliar la escasez de barro para que los aviones y las golondrinas construyan sus nidos, se pueden habilitar enclaves con barrizales adecuados donde puedan recoger el barro que necesitan para formar la estructura del nido. Para que funcionen, trata de ponerlos lo más cerca posible de las zonas de nidificación, pues además evitarás que gasten demasiada energía en los trayectos para el transporte del material.

Los mejores insecticidas

Golondrinas, aviones y vencejos son nuestros aliados en la lucha contra los mosquitos. No hay un insecticida más eficiente, barato (es gratis) y sostenible que estas voraces avecillas.

Atención al dato: se calcula que una sola golondrina consume 60 moscas y mosquitos a la hora, 850 al día, 310.250 al año.

¿Conoces un insecticida mejor?

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