Seguimos sin Ministerio de Ciencia, y con Sanidad en manos inexpertas

Los lectores de este blog sabrán que habitualmente evito mancharme las suelas con el fango de la política, salvo para ejercer como profeta del apocalipsis; el que le espera a este país si continúa sin tomarse en serio la ciencia y sus implicaciones en asuntos de la máxima importancia como la salud pública.

Dolors Montserrat, nueva ministra de Sanidad. Imagen de su Twitter.

Dolors Montserrat, nueva ministra de Sanidad. Imagen de su Twitter.

Que el nuevo gobierno no contemple un Ministerio de ciencia ni como tercer apellido no es sorprendente; lo pasmoso habría sido lo contrario. Pero es necesario seguir llamando la atención sobre la lacerante contradicción que supone la intención de un país de conducir su economía hacia la innovación tecnológica y la ausencia de un órgano de primer nivel que se ocupe de sentar los cimientos de ese edificio, la investigación científica.

Se supone que los asuntos más acuciantes en cada país deben recibir máxima prioridad en la formación de los órganos de gobierno. Por ejemplo, Kenya tiene un Ministerio del Agua porque la mayoría de la población no tiene acceso a agua corriente en adecuadas condiciones sanitarias, y las enfermedades transmitidas por el agua son uno de los mayores problemas de salud pública allí. Es evidente que España no necesita un Ministerio del Agua porque no padece la misma lacra.

En Reino Unido no existe un Ministerio de ciencia o investigación científica, cosa que sí sucede por ejemplo en Francia o Alemania. Pero la que tradicionalmente ha sido la segunda potencia científica del mundo (hoy superada por el subidón de China) no lo necesita; dispone de una compleja red de agencias y organismos públicos dedicados, incluyendo una Oficina Gubernamental para la Ciencia que tiene interlocución directa con la Primera Ministra. En cambio, por seguir con la analogía y salvando las distancias, la ciencia española es el agua de Kenya. Sin un Ministerio de Ciencia en España, tal vez sigamos destacando en diseño de videojuegos, pero seguiremos comprando móviles chinos para ponerles encima una pegatina con una bellota.

Por otra parte, en este blog ya he advertido de la importancia de tener un ministro/a de Sanidad con la base de conocimiento necesario para liderar la respuesta del gobierno frente a crisis de salud pública, sobre todo cuando requieren una coordinación internacional en la que no pueden participar 17 consejeros de Comunidades Autónomas. Es bien conocida la inmensa negligencia con que la exministra Ana Mato, hoy además imputada por corrupción, gestionó la crisis del ébola. Aquello le venía muy grande a una persona sin la menor experiencia científico-sanitaria que presumiblemente había recibido el cargo por eliminación.

Pues una vez más, seguimos echando sal en la misma herida. En el nuevo Consejo de Ministros hay un ingeniero de caminos que se ocupa de Fomento; un diplomático en Exteriores; una ingeniera agrónoma en Agricultura; un profesor en Educación; economistas en las competencias de Energía, Industria y Economía; abogados en Justicia.

Pero en Sanidad, donde llevamos ya acumuladas a una ministra que confundía la médula ósea con la espinal y otra que llevaba una pulsera con un holograma para controlar el campo energético del cuerpo, además de una encargada de resolver la crisis del ébola que se retiró a la trinchera en pleno fragor de la batalla, ahora hemos cambiado al filólogo románico Alfonso Alonso por Dolors Montserrat, una abogada especializada en derecho urbanístico e inmobiliario.

No me ha hecho falta una búsqueda intensa; El País ya lo ha investigado por mí: «La nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad no tiene experiencia o formación relacionada con esta área». Tal vez, y dado que la cabecera del Twitter de Dolors Montserrat aparece adornada por una foto del macizo de Montserrat, alguien haya pensado que llamándose Dolors es ideal para el Ministerio de Sanidad.

Esta vez, en lugar de emplearse como reloj de oro por los servicios prestados, la cartera de Sanidad se convierte en el comodín para completar la jugada: mujer, joven y catalana. El resultado es que ahora tenemos en una abogada inmobiliaria a la persona que deberá liderar la respuesta a la próxima emergencia sanitaria. Y que, si llega el caso, probablemente deberá optar por la salida Mato: desaparecer de la escena pública para no tener que enfrentarse a preguntas que no sepa responder.

Repito lo que ya he defendido aquí anteriormente: no basta con que bajo la fachada del político exista un cuerpo de técnicos y expertos, si el jefe de todos ellos no es capaz de dirigirlos hablando su mismo idioma. El ciudadano que paga tiene derecho a que su ministro/a de Sanidad sea el ventrílocuo, y no el muñeco.

5 comentarios

  1. Dice ser MinistroDeEconomia...

    …Amancio Ortega. Y a partir de ahí compramos todo lo demás a otros países, no hace falta tener ministerios.

    Mientras que la cartera sea el premio de una carrera lamiendo culos en el Partido, como si tienen el título summa cum laude. Un papel colgado en una pared .

    05 noviembre 2016 | 20:04

  2. Dice ser Urtain

    El crecimietno de España se basa en turismo y trabajo precario. Lo mas facil. La I+D+I es a largo plazo y en España eso no es la pauta.

    Que triste que lo único que destace España es el futbol.

    05 noviembre 2016 | 23:14

  3. Dice ser Pepe

    «Es bien conocida la inmensa negligencia con que la exministra Ana Mato, hoy además imputada por corrupción, gestionó la crisis del ébola»

    Sí, tan negligente que cuando vino la inspección europea dijeron: que los protocolos aplicados eran los adecuados. Que los trajes utilizados eran los que la normativa exigía, que todas las actuaciones eran las correctas según el protocolo de la OMS del ébola y que las cosas se estaban haciendo correctamente.

    Quizás deberías leer otros medios y no sólo los de izquierdas de este país. 🙂

    06 noviembre 2016 | 08:32

  4. Dice ser clavo ardiendo

    Entonces continuamos con los mismos errores.

    Y lo que menos entiendo es que sigamos tragando, tan cándidos todos.

    06 noviembre 2016 | 11:32

  5. Dice ser Cadista

    Sanidad en manos inexpertas dice… todo el gobierno esta en manos inexpertas! Solo son expertos en mangar!

    06 noviembre 2016 | 19:15

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