Por qué el horario de invierno no ahorra energía

Respuesta: sencillamente, porque no está pensado para ahorrar energía. De hecho, no existe algo llamado «horario de invierno». El horario que tenemos desde el pasado domingo es el estándar, el normal, el nuestro, al que regresamos cada último domingo de octubre desde el horario de verano, –este sí– diseñado para ahorrar energía durante los meses de abril a octubre al brindarnos una hora más de luz por las tardes.

Imagen de Pixabay.

Imagen de Pixabay.

Si alguien está interesado en conocer los detalles de quién y por qué inventó el cambio de hora, el fin de semana publiqué un reportaje sobre ello en otro medio. Pero ante la cantidad de comentarios confusos, erróneos o simplemente infundados que he escuchado o leído en días pasados sobre la cuestión, me parece oportuno aclarar algunas ideas; empezando por la de que no existe un «horario de invierno», sino que el último domingo de marzo cambiamos el reloj durante siete meses para regresar en octubre a nuestro horario normal.

Algo que me dejó patidifuso la semana pasada fue la declaración institucional aprobada ¡por unanimidad! por el Parlament balear para «mantener el horario de verano». ¿De verdad que ni uno solo de los diputados/as del Parlament Balear sabe que el horario de verano viene obligado por una Directiva de la Unión Europea, y que por tanto ni es optativo, ni ningún gobierno de la UE tiene competencias para decidir libremente sobre ello?

Es comprensible que en las islas deseen más tiempo de sol en las tardes de invierno. Pero también he oído vincular este debate con el de la reforma horaria, el que ciertos grupos promueven para abandonar el huso horario de Europa Central al que actualmente pertenece España con la excepción de Canarias (UTC+1, siendo el Tiempo Universal Coordinado el equivalente actual a lo que antes se llamaba Hora del Meridiano de Greenwich) e integrarnos en el que sería nuestro huso horario geográfico natural, el UTC; el de Canarias, Portugal y Reino Unido. Al contrario de lo que ocurre con el cambio de hora, los Estados sí tienen libertad para decidir qué huso horario adoptan.

El problema es que la reforma horaria estudiada para todo el Estado y la propuesta del Parlament Balear no van en la misma línea, sino que son justamente opuestas, contrarias y antagónicas. Mientras que en Baleares quieren una hora más de sol por las tardes (lo que les llevaría en invierno al horario de países del este como Grecia, Bulgaria o Rumanía), nuestro posible cambio al huso horario UTC robaría una hora de sol por las tardes, tanto en verano como en invierno.

En el centro de la Península, donde vivo, anochece sobre las 6 en invierno. Si cambiáramos a la hora británica, a las 5 de la tarde se acabaría el sol. Los niños saldrían del colegio de noche. Por tanto, el cambio deseado por Baleares y el que muchos apoyan en la Península son mutuamente incompatibles. Por supuesto que a todos nos gusta disfrutar de más tiempo de luz por las tardes (para eso se inventó el horario de verano); pero, o corremos todo el planeta uno o dos husos horarios, o tenemos que aguantarnos con lo que la mecánica celeste nos impone.

Centrándome en el cambio de huso horario que algunos defienden, lo que me viene a la cabeza es una frase que solía repetir una de las personas de las que más he aprendido sobre el mundo del periodismo. Cuando alguien le presentaba una página o una portada y él pedía que le explicaran los motivos para la elección de tal o cual diseño, acababa repitiendo invariablemente la misma frase: «me gusta más así no es un motivo suficiente».

En el caso del cambio de huso horario, a cada uno nos puede gustar más una opción o la contraria. Pero ¿cuáles son las verdaderas razones que aconsejan o no el cambio? Apenas puedo creer la cantidad de afirmaciones insustanciadas que circulan por ahí sobre los presuntos efectos en la salud de tales o cuales horarios; sin ofrecer fuentes científicas documentadas, o incluso empleando conceptos seudocientíficos nuevaeristas como la energía natural o los ritmos cósmicos, expresiones vacías de contenido porque no representan ninguna entidad real.

Que quede claro: para sostener efectos sobre la salud de la pertenencia a un huso horario o a otro, o de la adopción de un horario u otro, hay que documentarlos debidamente. Y esto requeriría llevar a cabo un cierto número de ensayos clínicos controlados que permitan un análisis conjunto de resultados obtenidos por distintos científicos, en diferentes lugares y con variadas muestras de población lo suficientemente amplias. Y de modo que en cada uno de esos ensayos clínicos se desvinculen variables habitualmente vinculadas, como los horarios de comidas y los de vigilia o sueño.

Me explico con un ejemplo: encontrar alteraciones de ciertos niveles metabólicos durante la noche no es motivo suficiente para basarlos en el ritmo circadiano, ya que podrían estar relacionados en su lugar con el patrón horario de ingesta y actividad. He leído por ahí ciertas afirmaciones sobre una presunta regeneración del hígado durante el sueño que son para llevarse las manos a la cabeza. Que yo sepa, no hay estudios científicos publicados que relacionen directamente la proliferación celular hepática con los ciclos de vigilia y sueño (repito, proliferación celular, que es la medida de regeneración de un tejido; y repito, que yo sepa; si alguien los conoce, agradeceré referencias).

La principal enzima limitante de la función catabólica del hígado, la glucógeno fosforilasa, está regulada por la ingesta de alimento y por la actividad muscular. En otras palabras: si esta actividad enzimática está en mínimos mientras dormimos, no es por el sueño ni la oscuridad, sino porque durante esas horas no comemos ni hacemos ejercicio físico. La enzima no tiene nada que hacer, y duerme. Pero del mismo modo podría hacerlo a cualquier otra hora sin ninguna conexión con los ciclos exteriores de luz y oscuridad.

No voy a entrar en los horarios comerciales o en la eficiencia productiva, áreas que no me corresponden y sobre las que no puedo aportar un punto de vista autorizado. Tengo mis opiniones, como todos: me sorprende encontrar la A-6 atascada por miles de coches a las 10 de la mañana, cuando se supone que a esa hora la gran mayoría ya debería estar ocupando su puesto de trabajo.

Pero cambiar esto, a saber, lograr que en este país se cumpla la puntualidad en la hora de entrada al trabajo, que deje de estar mal visto marcharse cuando el reloj marque la hora de salida, que se coma en menos tiempo y se reduzca la jornada laboral, que se generalice el teletrabajo, que los niños salgan antes del colegio y no lleguen a casa cargados de deberes, que se sustituya eso que llaman «presentismo laboral» por una verdadera eficiencia basada en objetivos, pero también que en este país dejen de dedicarse horas de trabajo al WhatsApp, el Twitter, el juego de moda online o la elaboración de memes… Todos podríamos ser más altos y rubios. Pero en esto la genética funciona como las costumbres: no pueden cambiarse por decreto.

Termino insistiendo: en lo que respecta a los presuntos efectos sobre la salud, mi único mensaje es que no se dejen engatusar por cualquiera que les presente datos sobre la incidencia de tal enfermedad o el consumo de tales o cuales medicamentos en una u otra década o en uno u otro país. Relacionar estos datos con los horarios de actividad, o con cualquier otra variable separada del resto de su contexto geográfico-alimentario-genético-climático-etcétera, y escogida oportunamente por quien pretende bañar sus argumentos en un barniz que suene científico, no es más que manipulación torticera.

3 comentarios

  1. Dice ser filo

    Igualmente,,,, mucho royo europeo , pero si un pais quiere cambiar el horario lo cambia…. o es que los ingleses han cambiado algo?? conduir, unidades de medida ? horario ? modeda?

    02 noviembre 2016 | 20:28

  2. Dice ser José

    Lean el siguiente análisis y comprobarán que no hay ahorro energético alguno:

    https://dl.dropboxusercontent.com/u/2737358/%2B%2B%2BCambio%20de%20horario%20solar.pdf

    03 noviembre 2016 | 01:27

  3. Dice ser me rio de janeiro

    Como siempre……… un placer leer tus post.

    04 noviembre 2016 | 09:38

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