Martin Shkreli, el ser inhumano

En general, el que suscribe no es muy dado a suscribir. Pero hoy no puedo evitar sumarme a la oleada de repulsa que ha provocado en todo el mundo la información publicada por el New York Times sobre Martin Shkreli, un tipo que ha pasado meteóricamente de ser un desconocido para el público en general, en el que me incluyo, a convertirse en un personaje aborrecido por el público en general, en el que también me incluyo.

Martin Shkreli, durante una entrevista para la cadena CNBC.

Martin Shkreli, durante una entrevista para la cadena CNBC.

El mérito de Shkreli para figurar en el principal diario del planeta Tierra y con ello merecer el desprecio colectivo consiste en dedicarse a la especulación financiera; algo que no sería notoriamente novedoso de no ser porque los bienes con los que especula son fármacos. En esta ocasión, el pasado agosto Shkreli adquirió para su compañía, Turing Pharmaceuticals, los derechos de un medicamento llamado Daraprim (genérico: pirimetamina), empleado para tratar la toxoplasmosis. Seguidamente, Shkreli decidió aumentar el precio del fármaco en más de un 5.500%, de 13,50 dólares la tableta a 750 dólares.

En realidad, la maniobra de Shkreli no resulta sorprendente si se tiene en cuenta el historial previo del personaje. Según informa el NYT, Shkreli destacó anteriormente desde su compañía de hedge funds MSMB Capital cuando fue acusado de manipular los dictámenes de la Agencia de Alimentos y Fármacos de EE. UU. (FDA) en beneficio propio, tratando de bloquear la aprobación de medicamentos a cuyas empresas propietarias le interesaba hundir. Más tarde fundó Retrophin, una farmacéutica en la que inició su práctica de comprar medicamentos olvidados para disparar sus precios. Shkreli fue despedido de esta empresa bajo la acusación de emplear fondos de la compañía para pagar a los inversores de sus hedge funds. Este es su currículum a sus 32 añitos.

El de Shkreli no es un caso aislado, como también señala el NYT, sino que se enmarca en una reciente (y rentable) práctica de varias compañías de adquirir los derechos de medicamentos viejos y de bajo uso para multiplicar sus precios y convertirlos en fármacos de élite. En general suele tratarse de compuestos cuyas patentes ya han expirado, y por tanto existe la posibilidad de disponer de genéricos.

El problema es que la aprobación de un genérico requiere ensayos de comparación con el fármaco original, y tanto Shkreli como otros dedicados a este tipo de especulación aplican un estricto control a la distribución de sus medicamentos para impedir que las compañías de genéricos se hagan con las muestras necesarias. Y por otra parte, si el precio de venta de un fármaco de marca se dispara, los fabricantes de genéricos difícilmente van a encontrar un incentivo para mantener sus precios ajustados a un valor que ya no es el del mercado.

Tras saltar la noticia, Shkreli se ha defendido alegando que se trata de un fármaco de aplicación minoritaria, que incluso con la subida el precio se mantiene por debajo del de otros medicamentos similares, y que los afectados que no pudieran costeárselo lo recibirían gratis. Además, Shkreli afirmó que los beneficios se invertirán en la investigación de tratamientos alternativos contra la toxoplasmosis con menos efectos secundarios. Cabe destacar que Shkreli carece por completo de un historial en el campo de la I+D farmacéutica; su perfil no es el de alguien que crea, sino el de alguien que compra y vende lo que otros han creado.

Obviamente, las alegaciones no se sostienen. En lo que se refiere a la epidemiología de la toxoplasmosis, esta infección es el motivo por el que típicamente se recomienda a las mujeres embarazadas que eviten el contacto con los gatos. El Toxoplasma gondii es un parásito unicelular que en las personas sanas no suele provocar síntomas, pero que puede ser peligroso e incluso letal en pacientes inmunodeprimidos (incluyendo los afectados por VIH, trasplantados y enfermos de cáncer) y en la transmisión materno-fetal.

Quizá lo más curioso es que el toxoplasma es en realidad uno de los parásitos humanos más extendidos del mundo. Una revisión publicada en 2014 en la revista PLOS One estimaba que entre el 30 y el 50% de la población mundial lo posee, en la mayor parte de los casos de forma asintomática. En algunas regiones del planeta la prevalencia es de solo el 1%, pero en otras llega al 100%. Los datos sitúan la prevalencia en España en un 32% entre las mujeres en edad fértil. ¿Hay algún negocio potencialmente más rentable que el de vender algo que podría llegar a necesitar casi la mitad de la humanidad?

Asediado por las críticas, Shkreli –cuya cuenta de Twitter está protegida— ha decidido de momento suspender el aumento de precio, según una entrevista concedida a la cadena NBC en la que aseguró que el precio será «más accesible», de modo que permita a su compañía obtener «un beneficio muy pequeño». «Pienso que en la sociedad en la que vivimos hoy es fácil tratar de villanizar a las personas», añadió Shkreli en un alarde de aleccionamiento moral. El NYT trató de recabar los comentarios de Shkreli, a lo que el especulador respondió en un email: «Creo que nuestra relación se ha terminado».

Quizá es conveniente subrayar que las maniobras de Shkreli son perfectamente legales. Pero se le podría aplicar lo mismo que a ciertos implicados en delitos de corrupción cuando hacen frente a las cámaras con la siguiente aseveración: «Yo tengo la conciencia muy tranquila». El error consiste en creer que la conciencia viene de serie en el ser humano, como las orejas. Es evidente que la rectificación de Shkreli obedece simplemente a una estrategia, y no a un arrebato de conciencia. No se puede tener tranquilo algo que sencillamente no se tiene.

 

8 comentarios

  1. Dice ser Warp

    Un canalla, claro, pero ¿no son más canallas quienes permiten que esto sea legal?

    Y esos son peores porque suelen coincidir con los políticos y legisladores, así que si están ahí es porque los hemos votado ¿verdad? Pero estamos hablando de un país en el que dar atención sanitaria en justas condiciones económica casi le cuesta el puesto al Presidente…

    24 septiembre 2015 | 14:07

  2. Dice ser Antonio Larrosa

    No te enfades pero…
    Tanto los de aqui como los de alli
    como reyes quieren vivir
    y a los de abajo nos quieren hundir

    El efecto Larrosa consiste en que si alguien en el otro lado del mundo lee una novela mia, lo noto en mi bolsillo al instante antoniolarrosa.com

    24 septiembre 2015 | 14:30

  3. Dice ser MadDissector

    Con lo que acaba de hacer, a este hombre, ademas, se estan sacando todos los trapos sucios. Como recoge este link en ingles (http://gawker.com/lawsuit-scumbag-pharma-price-gouger-stalked-and-harass-1732357240), antes de hacerse mundialmente famoso se dedico varios anyos a acosar por las redes a un ex-colaborador y a toda su familia. [Perdon por la falta de acentos y enyes: el teclado ingles me ha dejado sin ellos…]

    24 septiembre 2015 | 16:03

  4. Dice ser Parranda

    Que se lo pregunten a George Bush padre… ese que se alió hace más de 30 años con las grandes corporaciones farmaceúticas… puajjjjjjj

    24 septiembre 2015 | 16:15

  5. Dice ser Don Pach

    Este Cerdo solo merece un tiro en la nuca.

    24 septiembre 2015 | 17:13

  6. Dice ser UffQueMalaLecheMeHaPuesto

    Este sinvergüenza es un ser humano, no es un diós. Ya lo pagará, el muy sinvergüenza tarde o temprano.

    Un día recibirá la noticia de que tiene una enfermedad incurable y ni todos los millones que ha robado a los enfermos desesperados por un medicamente A o B lo salvarán.

    La naturaleza se encargará de estos malnacidos.

    No lo dudeis.

    24 septiembre 2015 | 18:54

  7. Dice ser dusan

    Cuando leo algo sobre un personaje de semejante calaña, solo se me ocurre desear con todas mis fuerzas que el KARMA le devuelva todo lo que él le ha dado al mundo…

    25 septiembre 2015 | 09:16

  8. Dice ser Anónimo Fernández

    Vivimos en un mundo imperfecto, profundamente insatisfactorio que nos envía enfermedades y catástrofes naturales devastadoras. No debería sorprendernos que también fabrique individuos sociópatas y psicópatas sin empatía ninguna como este.

    25 septiembre 2015 | 12:08

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