En la esclerosis múltiple existen varias formas de evolución de la enfermedad. (Fuente Esclerosis Múltiple España)
Forma remitente-recurrente (EMRR): Es el tipo más frecuente y afecta a más del 80% de las personas con EM. En las fases iniciales puede no haber síntomas, a veces incluso durante varios años. Los brotes son imprevisibles y pueden aparecer síntomas en cualquier momento -nuevos o ya conocidos- que duran algunos días o semanas y luego desaparecen de nuevo. […]
Forma progresiva secundaria (EMSP): cuando el grado de discapacidad persiste y/o empeora entre brotes, se considera que estamos antes una EM de tipo secundaria progresiva. Puede aparecer después de una fase recurrente-remitente del proceso y se considera una forma avanzada de la EM. Entre un 30 y un 50% de los pacientes que sufren inicialmente la forma recurrente-remitente de la EM, desarrollan la forma secundaria progresiva. La EMSP se caracteriza por una progresión continua con o sin recidivas ocasionales, remisiones poco importantes y fases de estabilidad. […]
Forma progresiva primaria (EMPP): Es menos frecuente y sólo afecta al 10% de todos los pacientes con EM. Se caracteriza por la ausencia de brotes definidos, pero hay un comienzo lento y un empeoramiento constante de los síntomas sin un periodo intermedio de remisión. No hay episodios tipo recidiva, ni periodos de remisión, sólo fases de estabilidad ocasionales y mejorías pasajeras poco importantes.
Muchas veces me he preguntado qué pensaran las personas que padecen primaria o secundaria progresiva, de servidora y de este humilde blog. Supongo que pensarán que todavía no me he enfrentado a la crueldad de la esclerosis múltiple y quizá, cuando llegue ese momento no soy tan positiva como lo soy ahora. Y si alguien lo piensa (que no lo sé), tiene toda la razón.
La esclerosis múltiple es para siempre, estamos juntas desde hace siete años y siento que estoy en las primeras etapas. Creo que todavía me queda mucho por vivir, varios obstáculos a los que enfrentarme y ciertas circunstancias a las que adaptarme. Aunque para ser sincera, no quiero correr, prefiero disfrutar del hoy, por lo que pueda pasar en un futuro.
Ni siquiera sé si mi remitente-recurrente se convertirá a su forma progresiva. Ni cómo será mi reacción ante las futuras dificultades. Pero de lo que estoy segura, es que después de que la rabia se haya ido, pelearé con todas mis fuerzas contra viento y marea. No me rendiré, como espero que tampoco hayáis hecho vosotros.
Entiendo vuestro malestar con la medicina, porque no hay ningún tratamiento que sea específico para las formas progresivas y que funcione (para EMRR existen varios medicamentos). Entiendo esa sensación de abandono y la impotencia que debéis sentir. Siempre han sido los grandes olvidados de la enfermedad. Pero no hay que perder la esperanza. Los esfuerzos que se están haciendo a nivel mundial para la investigación de las formas progresivas, acabarán dando sus frutos. Desde aquí, tendréis siempre todo mi apoyo.