Una de cada mil Una de cada mil

Historias de la Esclerosis Múltiple

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Voy a dejar de hacer deporte por un tiempo

He decidido que voy a dejar de andar hasta que me encuentre mejor. No me gusta tener que aparcar durante un tiempo una actividad con la que disfruto y tantos beneficios me aporta, pero he estado haciendo algunas pruebas y creo que es lo mejor para mí en estos momentos. Por supuesto, estoy de acuerdo en movernos y practicar algún tipo de deporte según nuestras circunstancias, pero conozco mi cuerpo y unos días de descanso no me vendrán nada mal. En cierto modo, siento cierta frustración al hacer este parón, pero conozco cómo funciona mi cuerpo lo suficiente para saber que es la mejor opción.

Cuando aparecieron los primeros síntomas en el brazo, seguí como si nada, eran días de calor, pero seguí con mi rutina de andar por las mañanas. En el punto más álgido de esas nuevas sensaciones en mi extremidad, decidí parar, tomarme las mañanas con más calma, salir a pasear con Nora, pero más tranquila, moviéndome pero sin prisa.

Aunque solo llevo algunos días, he notado una pequeña mejoría, también ha ayudado que algunos días han bajado un poco las temperaturas, por lo que se han alineado todos los astros posibles para que poco a poco mi brazo vuelva a ser el de antes.

Siempre he considerado que el descanso es tan importante como el deporte. Desde que nació Nora no he parado ni un día, no he tenido ese tiempo de no hacer nada y de aburrimiento supremo de otros años. En unas semanas vuelvo al trabajo y me gustaría empezar con fuerza para afrontar el curso sin sobresaltos.

Así que hasta nuevo aviso -hasta que me encuentre mejor- me voy a volver una vaga, a ser menos exigente conmigo misma y a tomarme los días con más calma. Pero volveré.

Las zapatillas que significan que sigo caminando

Cuando me diagnosticaron me dijeron que era bueno hacer deporte, especialmente andar, yoga y natación. Desde mis clases de educación física no había hecho nada, iba a esquiar de vez en cuando pero poco más. En mi adolescencia probé todos los deportes del mundo mundial -tenis, fútbol, baloncesto, natación, voleibol- y ninguno conseguía engancharme lo suficiente como para seguir.

Pero con esa recomendación explícita de lo mejor es que te muevas, decidí que si eso iba a ayudarme, pues había que ponerse a ello. Comencé con andar y natación porque me pareció lo más fácil y lo que más me atraía. Así que me fui a una tienda de deportes y me compré unas zapatillas deportivas, un bañador, un gorro y unas gafas de natación; también me saqué el carné de la piscina porque a la larga me salía más económico. Recuerdo que cuando volví de comprar mi nueva indumentaria, mi madre me miró con cara de acabas de tirar el dinero porque no lo vas a usar.

Foto 1-8-16 15 20 45Estas zapatillas -las de la foto- son las que me compré esas primeras semanas después de mi primer brote. Las dejé en casa de mis padres cuando la suela se empezó a caer y me compré otras, con las segundas se rompió la puntera y me compré unas terceras, que son las que uso en la actualidad. Ahora ya no tienen casi suela, y las voy a tener que jubilar definitivamente, pero siento cierta nostalgia por todo lo que significan para mí.

Hemos recorrido muchos kilómetros juntas, mis primeros pasos cuando comencé a andar, me han acompañado en las interminables reflexiones que dedico en esos momentos y sobre todo, me dicen que ocho años después sigo caminando, algo que cuando me las compré dudaba que fuese a ser así.

¿Y si nos levantamos?

Me encanta la campaña contra el sedentarismo, con sus variados anuncios y sus estadísticas, aunque lo que realmente me gusta es su lema: ¿y si nos levantamos? Lee el resto de la entrada »

Volver

Uno de los grandes miedos que me ha perseguido durante estos años, ha sido el no poder volver a casa. Ir a algún sitio, a trabajar, algún concierto, salir por la noche o simplemente caminar y no poder volver por lo cansada que estás, porque te duelen las piernas o porque no te responden cuando intentas caminar. Lee el resto de la entrada »

¿Qué es lo que dejo de hacer?

Ayer me invitaron a una entrevista en Onda Vasca, una emisora del País Vasco. Una de las preguntas fue si realmente dejaba de hacer algo que una chica de veintiocho años no hiciese. Fue una gran pregunta, como estábamos en directo tuve medio segundo para pensarla y responder, pero se ha grabado en mi cabeza y todavía a estas horas, sigo dándole vueltas. Lee el resto de la entrada »

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Caminando… caminando… llegué a Santiago

Me siento orgullosa de poder escribir que he hecho el camino de Santiago a pie y que tengo esclerosis múltiple. Fueron ocho días increíbles, con un compañero de faena excepcional que me daba ánimos y me cuidaba en cada etapa. Sin él, no lo podía haber hecho. Fueron ocho días, 154 kilómetros a nuestros pies, desde O’Cebreiro a Santiago.
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