El año pasado una tortuga boba (Caretta caretta) eligió las arenas de una playa de Pulpí (Almería) para poner sus huevos. Esta especie se llama boba no porque sea escasamente inteligente y elija para hacer sus nidos en playas destrozadas por la especulación y la burbuja inmobiliaria. Recibe tal nombre porque como reptil de sangre fría que es, tiene por costumbre tomar el sol en la superficie del mar quedándose flotando tan plácidamente que resulta muy fácil de capturar.
El caso es que una familia alertó a la Asociación Equinac a través del 112, cuyos voluntarios vigilaron el nido durante varios días para que nada malo le ocurriera. Por riesgos de inundación, responsables del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio decidieron trasladar los huevos e incubarlos en condiciones controladas en instalaciones de la Estación Biológica de Doñana en Sevilla.
Una vez nacidas, las pequeñas tortugas se trasladaron unas a las instalaciones del Centro de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz de Algeciras y otras al Acuario de Sevilla.
Parte de estas tortugas se liberaron el pasado mes de junio en la misma playa de la puesta. El resto, serán liberadas el próximo día 28 de septiembre en el mismo punto. De esta forma, cuando dentro de 20 ó 30 años las supervivientes alcancen la madurez sexual (tardan más que los humanos), y después de recorrer miles de kilómetros por el mar, volverán a la misma zona donde nacieron para hacer allí sus nidos. Un número ínfimo de ellas lo consigue.
Al menos de una de ellas tendremos noticias. Se llama Morla y forma parte de un precioso proyecto de micromecenazgo promovido por la Asociación Hombre y Territorio. Gracias a un centenar de padrinos han adquirido un emisor que, adherido a su caparazón, permitirá vigilar de cerca a esta tortuguita.
Tal y como explica la fundación a través de una nota de prensa, de los siete nombres propuestos, Morla ha sido el elegido por los mecenas. Un apodo inspirado en esa vieja tortuga de La historia interminable, de Michael Ende.
La esperanza de la Asociación Hombre y Territorio es que Morla, una vez el emisor se quede sin batería y deje de dar señales, siga surcando los océanos durante muchos años y, cuando llegue su momento, vuelva a las costas de Almería, ya sabia y experimentada. Si es que la contaminación, la sobrepesca y la destrucción del litoral le dejan un huequito de playa para poner sus huevos.
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esto crimen no puede quedar impune!!!!!
https://www.youtube.com/watch?v=_C5kCHle_zs
zapatero es el guia,
lenin el savador.
01 octubre 2016 | 20:34