La semana pasada he participado en uno de los proyectos ornitológicos más curiosos de Europa. Se conoce por el nombre anglosajón de moonwatching y básicamente se trata de eso, de ver pájaros en la Luna.
Pero no, no me tachen de loco. Si nuestro inhóspito satélite blanco carece de vida de cualquier tipo, más difícil aún resulta que sobre su inexistente atmósfera vuelen las aves. Se trata de algo mucho más sencillo. Utilizamos a la Luna como si se tratara de una farola encendida en medio del firmamento. De esta forma, cuando algún pajarillo cruza delante de ella, podemos ver por unos instantes su silueta antes hacerse invisible de nuevo en la oscuridad de la noche.
Y algunos de ustedes se preguntarán ¿qué especies volatineras van a verse volando por la noche? ¿Apenas búhos y algún murciélago? Pues se equivocan. La Luna puede servirnos como gran chivato de la migración nocturna que todos los años, en primavera y en verano, realizan millones de aves entre África y Europa. Porque las dos terceras partes de todas las especies migradoras lo hacen por la noche.
Se calcula que en estos meses primaverales pasa por delante del disco lunar un ave cada uno o dos minutos, e incluso en días y lugares estratégicos un ave cada dos segundos. De acuerdo con la Fundación Migres, promotora de este singular experimento nunca antes realizado en España, los flujos medios indican una migración de 1.000 a 1.500 aves por kilómetro de cielo y hora.
Y ahí estaba yo en la azotea de mi casa en Fuerteventura, telescopio en ristre, esperando ansioso la salida de la Luna. Diez minutos de observación ininterrumpida y cinco minutos de descanso a lo largo de dos horas. Pero no pasaba nada. Yo, que me las prometía tan felices a la espera de descubrir un trasiego constante de aves hasta entonces invisibles a mis ojos, veía pasar el tiempo sin que nada rompiera esa monotonía de cráteres y mares celestes.
¿Estaría haciendo algo mal? ¿Tan difícil era ver ese tráfico aviar que mis colegas me relataban entusiasmados?
Finalmente, cuando ya había perdido toda esperanza, la silueta rápida de un pájaro mediano, seguramente un alcaudón, cruzó velocísima frente a la Luna antes de perderse de nuevo en la oscuridad rumbo decidido al norte. La emoción sentida por mí en esos momentos fue indescriptible.
Acababa de ver con mis propios ojos el comportamiento más celosamente guardado por las aves, las migraciones nocturnas para evitar el ataque de rapaces. Miles de kilómetros en la oscuridad orientándose por las estrellas, volando sin detenerse a beber, comer o descansar. Es verdad, sólo vi un pájaro esa noche, pero fue suficiente para aprender un montón de cosas. Entre otras, que Canarias está en medio del Atlántico, lejos de las rutas migratorias habituales. Y que la Luna de abril es mágica.
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ME AN DADO GANAS DE LLORAR DE LA EMCION,CREEMOS QUE SOMOS ALGO Y COMPARADO CON LOS INSTINTOS DE LOS ANIMALES(¿IRRACIONALES….?)NO SOMOS NADA.ME RECONCILIO CON LA HUMANIDAD CUANDO HAY PERSONAS QUE TE MUESTRAN ESTAS MARAVILLAS. GRACIAS
30 noviembre -0001 | 00:00
PERDON,PERDON (ME HAN) DADO
30 noviembre -0001 | 00:00
Emocionante, sí, lo creo. Si la luna es fuerte para mover mareas, debe de serlo también para influir en las aves, supongo, y quizá las aves perciban esta influencia. He aquí un buen misterio. Como desconocida era para mí el moonwatching. Muchas gracias. Cliquen los y las de Madrid sobre mi nombre, no por las mareas, pero sí por los eventos de madridgratis que los de pago, marean.
09 abril 2010 | 02:51
Ya quisiera yo que en méxico se pudera apreciar ese fenómeno. Me la paso viendo la luna al menos 20 min cada noche y nunca llegué a ver un ave ante la luna. Aunque varias veces se me han aparecido muriciélagos 😀
09 abril 2010 | 02:56
Preciosas imagenes con la luna de fondo, yo que he hecho alguna vez ese tipo de fotografias se lo complicado que essalu2http://www.porlajeta.es
09 abril 2010 | 08:08
Que pasada de post… muy bueno. Joe, hasta me he emocionado. Que bonioto debe ser tener la experiencia de ver los que tu has visto. Aquí en Australia, los pájaros, loros cacatuas, y otras aves cuyo nombre solo me sé en inglés… se despiertan por las noches a ratos y cantan o chillan, según su especie. Aquí estoy acostumbrada a las aves de noche… sería difícil volver a dormir sin escucharlas… o las olas del mar que, escuchandolas, me duermo cada noche.DIFUSIONES SIN MEDIDA: http://difusionesanimalessinmedida.blogspot.com/ADOPCIONES A MEDIDA:http://busco-perrosdeadopcion.blogspot.com/
09 abril 2010 | 11:25
Que gran foto!
09 abril 2010 | 11:49
Sí, alguna vez he observado aves pasando ante la Luna mientras la observaba con el telescopio; de todos modos, el problema es que sólo se ve una silueta y pasando rápido -en otras palabras, que podemos ver que pasa un alcaudón, pero qué especie de alcaudón (dorsirrojo ó común, por ejemplo) desde luego que es mucho más difícil de determinar-.
09 abril 2010 | 16:47
Ese tipo de inmigración no creo que nos afecte tanto como el de personas
09 abril 2010 | 18:52
Yo siempre he observado la migración diurna…como mucho he escuchado algún bando de gansos o grullas al anochecer…Hablando de migrantes, hoy he vito mi primer Papamoscas cerrojillo de la temporada.Un saludo.http://nosgustaelcampito.blogspot.com
11 abril 2010 | 20:25
En el programa «Reserva Natural» (RNE – Radio 5, jueves 22h) que dirige Josefina Maestre, en su edición del pasado 10 de septiembre, se trató la técnica del moonwatching con Alex Honrubia, uno de los investigadores del programa MIGRES.Quien quiera saber más detalles de esta sorprendente técnica de recuento puede hacerlo aquí: http://www.rtve.es/podcast/radio-5/reserva-natural/pagina-3.shtml…
12 abril 2010 | 17:06