Gracias a India por avanzar en la vacuna del zika

¿Verdad que hay ocasiones en que a uno le entran ganas de gritarle a la radio? El otro día escuché en una emisora a una doctora, presunta experta cualificada para hablar del virus del Zika, a quien le preguntaban sobre posibles vacunas. Respondía que tardaríamos años en tenerlas. Y cuando la presentadora le hacía notar que ya tenemos vacunas contra el ébola en ensayos clínicos, la doctora replicaba que este era «un caso único en la historia», pero que lo normal es tener que esperar años para el desarrollo de una vacuna.

No es que uno tenga el menor interés en hacerse el listo que todo lo sabe (en esto nadie puede superar a mi vecino de blog Alfred); el problema del error de esta *experta* es que transmite una idea equivocada que puede dar lugar a una grave desinformación, la de pensar que la biotecnología puede sacar conejos de la chistera, aunque sea en casos raros. Y por tanto puede dar pie a pensar que, cuando no el conejo no sale, es debido a una u otra de las conspiranoias favoritas de cada cual. No: las vacunas contra el ébola actualmente en pruebas no han sido un caso único en la historia, sino que son fruto de un proceso anterior que al parecer la doctora ignoraba.

Imagen de Bharat Biotech.

Imagen de Bharat Biotech.

Debo insistir una vez más en algo que ya he contado aquí varias veces: si hoy tenemos dos vacunas candidatas contra el ébola en ensayos clínicos, y un cóctel de anticuerpos humanizados que ha funcionado con éxito en varios casos, no es porque nadie sacara conejos de la chistera a raíz de la epidemia de 2014, sino gracias a que alguien ya había hecho los deberes con antelación, cuando el ébola aún no interesaba a nadie. Tanto las vacunas como el suero ya existían antes de 2014, cuando «ébola» era una palabra absolutamente desconocida para casi todo el mundo. Y a quienes debemos dar las gracias es a Canadá y Estados Unidos.

Tras los atentados del 11-S (año 2001), el gobierno canadiense puso en marcha una iniciativa llamada CRTI, destinada a investigar la defensa contra armas nucleares, biológicas y químicas. En el marco de la CRTI, Canadá invirtió siete millones de dólares para desarrollar soluciones contra la amenaza del ébola, incluso cuando los expertos aseguraban que este virus no entrañaba riesgo como arma biológica. Y de aquel proyecto nació, en colaboración con el gobierno de EEUU, el suero ZMapp , que ya se estaba ensayando en monos en 2012 y que después salvaría la vida de la enfermera Teresa Romero. Y de aquel proyecto nació también la vacuna VSV-ZEBOV, que se patentó en 2004, y que se probó en monos en 2005.

En resumen, el de las vacunas del ébola no es un caso único en la historia. No hay magia: si sale un conejo de una chistera, es porque el conejo ya estaba antes dentro de la chistera.

Pero resulta que en esta ocasión también vamos a tener suerte, porque ahora nos hemos enterado de que alguien ya metió el conejo en la chistera cuando la palabra «zika» podía sonar para la mayoría, todo lo más, a un tipo de baile de gimnasio. Y en este caso a quien debemos dar las gracias es a una compañía biotecnológica india llamada Bharat Biotech.

Imagen de Bharat Biotech.

Imagen de Bharat Biotech.

Según fuentes de la propia compañía, Bharat comenzó a desarrollar vacunas contra el zika hace un año, aprovechando su trabajo previo en inmunizaciones contra otras enfermedades transmitidas por el mismo mosquito tales como el dengue y el chikunguña. Como fruto de este proyecto, la compañía ya dispone de dos formulaciones en proceso de patente bajo el nombre de ZIKAVAC, una vacuna recombinante (producida por ingeniería genética para imitar la fachada exterior del virus) y otra que emplea partículas víricas inactivadas. Esta última, siempre según Bharat, ya está en fase de ensayos preclínicos, lo que significa que la están probando en animales.

Naturalmente otras compañías, sobre todo las grandes multinacionales, ya han puesto a funcionar su maquinaria en la carrera hacia la vacuna del zika. Pero Bharat Biotech merece agradecimiento por haber sido la primera en emprender un proyecto arriesgado que ha resultado visionario. Que tengan suerte, por el bien de todos.

3 comentarios

  1. Dice ser Fran

    Siempre desestimamos a un país de 1300 millones de habitantes.

    16 febrero 2016 | 03:36

  2. Dice ser Mis

    Interesante saberlo gracias por compartir

    16 febrero 2016 | 23:31

  3. Dice ser Rompecercas

    Yo ya sabía que la actividad científica, como casi todo lo humano, se convierte en mafia. Pero aquí se quiere ver como una cosa de buenos y malos. La bondadosa india ahora es el bien.

    18 febrero 2016 | 16:17

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