Décimo tercera entrega de la serie de post dedicados a traer a este blog un buen número (de docena en docena) de cosas que quizás no sabíais cómo se llamaban en realidad o que, posiblemente, conocías pero con otro nombre distinto.
Espero que la selección de palabras que he hecho en esta ocasión sea de vuestro agrado, al igual que ha ocurrido con las veces anteriores.
Orto: Posiblemente, si eres de procedencia sudamericana (más concretamente de Argentina) te haya venido a la mente la palabra ‘ano’; pero no, el ‘orto’ al que me refiero en esta entrada nada tiene que ver con la anatomía sino con la astronomía, ya que hace referencia a la salida o aparición del Sol u otro astro por el horizonte.
Hoploteca: Se refiere al museo donde se guarda o exhiben armas antiguas.
Búcaro: Es la jarra o vasija hecha de arcilla en la que antiguamente se servía o bebía el agua. Su etimología proviene precisamente de la arcilla rojiza utilizada para realizarlas.
Contrahuella: Es el plano vertical que vemos en cada uno de los peldaños de una escalera.
Trinquis: Forma coloquial de llamar al acto de dar un trago de vino o licor.
Confuerzo: Hace referencia a los banquetes fúnebres. Seguro que en más de una ocasión habéis visto en alguna película o serie (sobre todo estadounidense) que tras un entierro los dolientes se reúnen en una casa donde se sirve de comer y beber (e incluso cada asistente lleva alguna cosa). Esta costumbre ya era realizada en la antigüedad, tanto en las culturas egipcia, griega como romana e incluso podemos encontrar referencias a ello en la Península Ibérica en los siglos XVI y XVII.
Pluscafé: Es la copa de licor que suele tomarse en la sobremesa, tras el café.
Andel: Huella o surco que deja el paso de la rueda de un carro (u otro vehículo) por un terreno (campo).
Gavilancillo: Es la punta curvada o pico que tiene la hoja de la alcachofa
Mitón: Guante hecho de punto que deja los dedos al descubierto.
Dextrógiro: Que gira o da vueltas en el mismo sentido que las agujas del reloj.
Levógiro: Al revés que el término anterior. Que gira o da vueltas en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Lee otros post relacionados:
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [1]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [2]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [3]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [4]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [5]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [6]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [7]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [8]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [9]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [10]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [11]
- Una docena de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban [12]
Fuentes de las imágenes: pexels / Wikimedia commons / jasmineway (Flickr) / afrc.af.mil / pexels / denverjeffrey (Flickr) / daquellamanera (Flickr) / needpix / pixabay / Wikimedia commons / pexels / needpix
En mi pueblo al andel lo llaman «rodera», o roderas porque siempre son dos. Los «gavilanes» son unas piezas de metal que lleva el arado a modo de alas que cuando se ara de manera superficial van cortando la «broza» (la cizaña) por debajo de la raíz. A esta forma de arar se la llama «aricar»
09 septiembre 2019 | 14:35