Entradas etiquetadas como ‘iglesia’

Media docena de expresiones relacionadas con la Iglesia

Media docena de expresiones relacionadas con la Iglesia

Lo que dice va a misa:

Expresión utilizada para dar rotundidad a un argumento e, incluso, para adjudicarle autoridad a cierta persona o figura (por ejemplo, lo que dice mi madre va a misa). Originalmente la locución nombraba al papa de Roma, como máxima autoridad religiosa y sus dictámenes debían ser escuchados y obedecidos con atención, ya que las  bulas papales solían ser comunicadas y difundidas entre los feligreses a través de los sermones de la misa dominical.

Llegar y besar el santo:

Locución que señala la suerte y oportunidad de algo que le sucede a alguien de forma casual e inesperada (por ejemplo, incorporarse a una partida de cartas y llevarse el bote acumulado en la primera mano). La expresión surge de la tradición de ir en peregrinación a visitar un lugar religioso en el que se expone la figura de algún santo o virgen. Es costumbre pasar frente a la talla y besar alguna parte y, para ello, se suele congregar un gran número de personas que provocan que se forme una gran cola, de manera que la espera se hace larga; no obstante, en determinados momentos la circulación humana es menor y más rápida, por lo que puede darse la ocasión de que alguien que acaba de llegar en ese preciso instante no encuentre a nadie delante y acceda directamente ante la santa figura, circunstancia que dio origen a la expresión.

Entrar con el pie derecho:

En los antiguos misales se indicaba que un sacerdote que tenía que oficiar una ceremonia religiosa debía acceder al altar dando el primer paso con el pie derecho. La razón de hacerlo así era porque al paraíso solo se podía acceder por el camino de la derecha y, además, haciéndolo con ese pie.

Hacer algo en un santiamén:

El término santiamén se utiliza como sinónimo de instante, momento o rato, y para señalar que algo va a estar listo o hecho en muy breve lapso. Es la contracción de la parte final de la oración latina, utilizada para persignarse: ‘in nomine patris et filii et spiritus sancti, amen’ (en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén), que suele pronunciarse en el momento final de una oración o celebración religiosa, por lo que con ella se daba por terminada. Al llegar ese momento parece ser que muchas personas cogían carrerilla a la hora se santiguarse y pronunciaban las dos últimas palabras tan deprisa que se oía santiamén, de ahí que quedara asociada a aquello que se hace rápidamente.

Ser mano de santo:

Locución que hace referencia a que algo es curativo. Muy asociado a algún tipo de medicamento, ungüento o brebaje, de que se dice que es mano de santo cuando tiene efectos sanadores rápidos. Durante la Edad Media surgió la costumbre de desmembrar a algunos santos, de los que se tenía la creencia de que proporcionaban protección, suerte y salud, que se repartieron en diferentes iglesias. Tales restos eran muy venerados y, de ellos, las manos eran la reliquia a la que se atribuían más poderes.

No saber de la misa la mitad:

Hubo un tiempo en el que todas las poblaciones había una iglesia, pero no de suficientes sacerdotes para oficiar misa en todas ellas, por lo que se echaba mano de los clérigos, quienes todavía ni habían sido ordenados sacerdotes, pero tenían permiso para oficiar algunas celebraciones religiosas. Solían saberse de carrerilla todo el texto de la misa en latín, por lo que, de sufrir algún despiste, se podían quedar en blanco con mucha facilidad y no sabían cómo continuar; eso dio pie a expresiones como ‘no saber de la misa la media’ o ‘no saber de la misa la mitad’. Tras oficiar la misa, muchos de ellos eran invitados a almorzar en la casa de algún feligrés, donde comían opíparamente; eso llevaba a que lo conocieran como clérigos de misa y olla.

 

 

Encuentra más curiosidades como esta leyendo otros post de este blog o en mi libro ‘El listo que todo lo sabe ataca de nuevo. Palabras y palabros’

 

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

Media docena de términos que quizás no conocías

El español es uno de los idiomas más ricos y que más posibilidades nos ofrece para denominar a diferentes cosas o actos con términos distintos, siendo numerosísimas las palabras polisémicas que encontramos en el diccionario. En esta entrada os voy a traer media docena que, quizás, no conocías y que sirven para hacer referencia a cosas muy comunes.

Media docena de términos que quizás no conocías

Rapavelas: Forma en la que era conocido un monaguillo, sacristán u otras personas que solían ayudar en una iglesia. Dicho término surgió de la unión ‘rapar’ (en el sentido de sustraer) y ‘vela’ (cirio que se coloca en los templos religiosos), debido a que era frecuente que algunos de estos sisasen la cera o las propias velas para vender o utilizar en sus casas.

Cabañuelas: Antiquísimos métodos que se realizaban para pronosticar el tiempo meteorológico de un año. Se realizaba durante los primeros veinticuatro días de enero (del 1 al 12 y del 13 al 24) teniendo una relación directa cada día con un mes, el primer grupo de forma ascendente (de enero a diciembre) y el segundo de forma descendente (de diciembre a enero), dependiendo de todos esos cálculos, se solía determinar cómo sería  todo el año meteorológicamente hablando.

Noto: Término con el que se hacía referencia al hijo ilegítimo o nacido fuera del matrimonio, también conocido como ‘bastardo’. El vocablo proviene del latín ‘nothus’ y este del griego ‘nóthos’, ambos de idéntico significado. Algunas fuentes apuntan que, probablemente, sea el origen de llamar ‘notas’ a la persona que le gusta hacerse notar (‘ser un notas’, ‘ese es un notas’).

Amanuense: Persona que era contratada para escribir a mano lo que le iban dictando (documentos, cartas, libros…). Este oficio ha sido más común denominarlo como ‘escribiente’ o ‘escribano‘.

Regazar: Hace referencia al acto de levantarse las faldas (delantal, enaguas, guardapolvos o cualquier cosa que cubre las piernas…) hacia arriba, o sea, hacia el regazo (entre la cintura y las rodillas), por ejemplo para pasar un río y no mojarlas.

Aparar: Acto con el que se acude a un lugar a coger algo utilizando la falda, manos, capa o sombrero (entre otros muchos elementos) para colocarlo ahí.

 

 

Te puede interesar leer también los post recogiendo varias docenas de cosas que quizás no sabías cómo se llamaban

 

 

Fuentes de las imágenes: piqsels / pixabay / picryl / pixabay

El curioso origen y evolución del término ‘basílica’

Conocemos como basílica al templo de culto religioso de cierta importancia y categoría y que, debido a ello, tiene ciertos privilegios frente a las iglesias comunes.

El curioso origen y evolución del término ‘basílica’

Curiosamente, ese sentido de albergar un edificio religioso, se le comenzó a aplicar a partir del siglo IV d.C., tras el Edicto de Milán del año 313  (con el que se permitía la libertad de culto y se dejaba de perseguir a los cristianos) y el Concilio de Nicea del 325 (en el que se sentaron las primeras bases de lo que con el tiempo ha desencadenado en el cristianismo tal y como lo conocemos hoy). Desde entonces aquellas edificaciones de la Iglesia Católica de cierta relevancia empezaron a ser conocidas como ‘basílicas’.

Pero el término ‘basílica’ no surgió de la religión, sino que fue adoptado del que se utilizaba durante los tiempos de la Antigua Roma con el que se designaba de ese modo al ‘edificio público que servía a los romanos de tribunal y de lugar de reunión y de contratación’ (tal y como se define en el diccionario de la RAE).

Y los antiguos romanos no fueron quienes acuñaron el término en latín ‘basilĭca’ para hacer referencia a ese tipo de edificio, sino que ellos lo tomaron desde el griego ‘basilikḗ’ (βασιλική), cuyo significado era ‘regia’, ‘real’ y el cual hacía referencia al salón del palacio del rey en el que se celebraban las coronaciones o se realizaban la audiencias más importantes.

Al mismo tiempo, provenía del término ‘basiléus’ que era cómo se designaba al palacio el que vivía el rey de Bizancio (aproximadamente hacia el siglo V a.C.) y en el que atendía a los súbditos.

El significado literal de ‘basiléus’ era ‘asiento del pueblo’, compuesto etimológicamente por ‘basis’ (asiento, base) y ‘laós’ (pueblo) y hacía referencia al lugar al que acudía el pueblo para hablar con su monarca y de ahí que el término ‘basileos’ fuese un título de origen griego utilizado para hacer referencia a distintos tipos de monarcas durante la antigüedad.

 

 

Te puede interesar leer también:

 

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿De dónde proviene llamar ‘A capela’ al hecho de cantar sin acompañamiento instrumental?

A raíz del post El curioso e histórico origen del término ‘capilla’, que publiqué días atrás, David Gozalo García me preguntó, a través de un comentario en la página en Facebook de este blog, si el canto A capela tenía alguna relación con el término ‘capilla’.

¿De dónde proviene llamar ‘A capela’ al hecho de cantar sin acompañamiento instrumental?

La respuesta es un rotundo sí. Ambos términos tienen mucho en común.

De hecho, el designar a la forma de cantar sin un acompañamiento musical o instrumental como ‘A capela’ significa literalmente como en la capilla’ y proviene del italiano ‘A cappella’, haciéndose universalmente genérico su uso prácticamente en todos los idiomas.

El hecho de cantar sin acompañamiento instrumental es antiquísimo y se pierde en el tiempo, pero fue a partir de la expansión del catolicismo durante la Edad Media cuando se popularizó el evangelizar a través de las canciones.

En todas las iglesias (y más concretamente en sus capillas) se colocaba un coro que, acompañado de un órgano u otros instrumentos, armonizaban con canciones religiosas los oficios religiosos.

Pero no siempre se disponía de instrumentos con los que acompañar dichas canciones, por lo que se hizo habitual que muchas fueran las ocasiones en las que se realizara a plena voz y sin música, algo que se puso muy de moda, sobre todo, durante el Renacimiento, creándose obras musicales específicamente para ser interpretadas sin acompañamiento instrumental.

Al ser principalmente interpretadas en las capillas de las iglesias (monasterios, catedrales u otras edificaciones de culto religioso) se comenzó a conocer a esa técnica como ‘A capela’ (como en la capilla).

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

El curioso e histórico origen del término ‘capilla’

Se conoce como ‘capilla’ a la estancia, normalmente contigua o integrada a una iglesia, donde se lleva a cabo pequeñas ceremonias religiosas o que sirve como oratorio.

El curioso e histórico origen del término ‘capilla’

Su origen etimológico proviene del latín medieval ‘capella’ cuyo significado literal era ‘capa pequeña’ o ‘trozo de capa’, en referencia a un pedazo de esa prenda de vestir que se lleva sobre los hombres y que había pertenecido a San Martín de Tours, insigne militar del siglo IV que, según cuenta la leyenda, entregó la mitad de su capa a un mendigo que andaba desnudo y tiritando de frío.

El curioso e histórico origen del término ‘capilla’El trozo de prenda que se quedó el propio Martín de Tours fue guardaba como reliquia tras su muerte (después de su vida como militar se consagró al sacerdocio y la evangelización).

Esta reliquia, conocida como ‘Sanctus Martinus Capella’ (trozo de la capa de San Martín) fue muy venerada y expuesta en un oratorio por el que pasaron ilustres personajes a rezarle.

Con el paso del tiempo, a ese tipo de oratorios privados se les comenzó a conocer con el término genérico de ‘capilla’.

Como curiosidad cabe señalar que San Martín de Tours es el patrón de un gran número países, oficios y colectivos, entre ellos el de los soldados o los comerciantes textiles, además de Francia y Hungría. Falleció un 11 de noviembre del 397, siendo este día cuando se celebra su onomástica y que da origen a la famosa expresión ‘A todo cerdo le llega su San Martín’.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

 

Fuente de las imágenes: Wikimedia commons (1) / Wikimedia commons (2)

El origen de la expresión ‘dar la matraca’ y su relación con la Semana Santa

El origen de la expresión ‘dar la matraca’ y su relación con la Semana Santa

Una matraca es un instrumento de madera en el que cuelgan unos mazos que, al hacerlos girar, produce un sonido molesto de mucha intensidad y muy repetitivo que desde la Edad Media se encuentra en muchos conventos siendo utilizado desde entonces a primerísima hora de la mañana, en el momento más temprano del amanecer, para convocar a la oración matutina (conocida como maitines).

Era tal el ruido y resultaba tan desapacible que la matraca se convirtió en sinónimo de algo molesto e incordio, acuñándose la expresión ‘dar la matraca’ para referirse a aquellas personas pesadas e insistentes en alguna cosa y que termina cansándonos e incluso sacándonos de nuestras casillas.

Durante la Semana Santa y ante la costumbre de no realizarse toques de campana, debido a que por tradición éstas enmudecen durante los días centrales de ese periodo litúrgico (del Jueves Santo al Domingo de Resurrección) se convocaba a los feligreses a acudir a los santos oficios a través de las matracas, algo que se convertía en ensordecedor, molesto y repetitivo.

También cabe destacar que son utilizadas en un gran número de procesiones de Semana Santa las carracas, que vienen a ser unos pequeños instrumentos de madera que al hacerlos girar producen un sonido ensordecedor similar a la matraca.

En el siguiente vídeo podréis comprobar cómo es el sonido de una matraca

Y en este enlace encontraréis otro vídeo en el que podréis visionar la sección que realizo en el programa ‘Ben trobats’, junto a Clara Tena, en la Xarxa de Televisión Locals de Catalunya, donde (a partir del minuto 1;30) explico un puñado de curiosidades relacionadas con la Semana Santa (en catalán) http://www.alacarta.cat/ben-trobats/capitol/setmana-santa-curiosa

 

Posts relacionados que quizás te interese leer:

 

 

 

Portada Vuelve el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Vuelve el listo que todo lo sabe” de Alfred López.
Compra el libro online y recíbelo cómodamente a través de Amazón: https://amzn.to/2D1GPA5

¿De dónde surge la expresión ‘ser un meapilas’?

¿De dónde surge la expresión ‘ser un meapilas’?

El Diccionario de la RAE da como acepción al término ‘meapilas’ el de ‘santurrón’ con ánimo de señalar a alguien que es exagerado en sus actos de devoción religiosa.

El término procede de juntar las palabras mear (orinar) y pila (receptáculo de las iglesias que contiene agua bendita y se utiliza tanto para persignarse como en el sacramento del bautizo).

Comenzó a utilizarse el término ‘meapilas’ para referirse a aquellos beatos de misa y confesión diaria, ya que se creía que de tanto ir a la iglesia y persignarse con el agua bendita acabarían orinándola.

Desde un tiempo a esta parte se le cambió el sentido original y es frecuente escuchar la expresión ‘ese es un meapilas’ con la intención de señalar la poca importancia del mismo e indicar que está falto de personalidad.

Aunque cabe destacar que no se sabe a ciencia cierta el momento y motivo por el que la expresión meapilas pasó de utilizarse para referirse a los ‘santurrones’ y acabó usándose para indicar que alguien era insignificante.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Portada Vuelve el listo que todo lo sabe

 

Curiosidad que forma parte del libro “Vuelve el listo que todo lo sabe” de Alfred López publicado por Editorial Léeme Libros.
Compra el libro online y recíbelo a través de un mensajero en tan solo 24 horas y sin pagar gastos de envío: http://latiendadeleemelibros.bigcartel.com/product/vuelve-el-listo-que-todo-lo-sabe

 

Fuente de la imagen: maxpixel

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Donde fueres, haz lo que vieres’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Donde fueres, haz lo que vieres’?

‘Donde fueres, haz lo que vieres’ es un famoso consejo, en forma de refrán, que nos recomienda adaptarnos a las costumbres y hábitos de un lugar en el que estemos o viajemos (respetar sus normas, horarios, leyes, idiosincrasia de los habitantes…).

Posiblemente como refrán es uno de los que más variantes tiene y según la zona en la que te encuentres parece que tienen la costumbre de decirlo de un modo diferente, pudiéndonos encontrarlo (entre muchos) de los siguientes modos: Allí donde fueres, haz lo que vieres; Allí donde fueres, haz como vieres; Dondequiera que fueres, haz lo que vieres; Por donde fueres, haz como vieres; Donde quiera que fueres, haz como vieres; Al lugar que fueres, haz lo que vieres; En la tierra donde vinieres, haz lo que vieres.
Todo ello sin contar las diversas formas que tiene cada lengua para decirla.

La expresión original proviene del latín ‘Cum Romae fueritis, Romano vivite more’ (‘Cuando a Roma fueres, como romano vivieres’, que traducido a nuestra forma actual de hablar viene a decir: Cuando vayas a Roma, vive como un romano). Fue pronunciada por primera vez en el siglo IV por Ambrosio de Milán, considerado como uno de los padres de la actual Iglesia católica y uno de los personajes que más influyó para que el cristianismo se impusiera al paganismo del Imperio Romano, consiguiendo que el poder de la Iglesia acabara por encima del poder del Estado.

Pero con esta locución Ambrosio de Milán no pretendía dar consejos de cómo debían comportarse los ciudadanos a la hora de viajar a Roma, sino que originalmente la utilizó para adoctrinar a los fieles y señalarles cuál era el modo de seguir los mandatos de la Iglesia Romana por encima del ‘Arrianismo’, doctrina surgida en esa misma época (promovida por Arrio de Alejandría) y que negaba la divinidad de Cristo.

Así fue como, una exhortación advirtiendo que se debía seguir los mandatos de la Iglesia Romana y no la Arriana que provenía de Alejandría, acabó convirtiéndose en un popular refrán que utilizamos para recomendar que nos adaptemos a las costumbres y hábitos del país en el que nos encontramos, habiendo desaparecido de su intencionalidad  el sentido religioso original.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Sigue disfrutando de las curiosidades de este blog también en formato papel y no te pierdas la trilogía de libros: Ya está el listo que todo lo sabe, Vuelve el listo que todo lo sabey Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO que pueden convertirse en un regalo ideal.

Cómpralos en Amazon: http://amzn.to/2E3cMXT

 

 

 

Fuente de la imagen: pixabay

¿De dónde surge la expresión ‘Con la Iglesia hemos topado’?

¿De dónde surge la expresión ‘Con la Iglesia hemos topado’?
Con motivo del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, 2016 se ha convertido en el #AñoCervantes y a lo largo del mismo se va a realizar una serie de actos conmemorativos hacia la figura del quien está considerado como el más famoso e ilustre de los escritores en lengua española. Muchas son las publicaciones, posts y artículos que, desde los más diversos medios, le dedican al autor de ‘El Quijote’, su obra más carismática y la más universal de las letras españolas.

Pero entre toda la amalgama de contenidos relacionados con Cervantes o alguna de sus obras, podemos encontrarnos con un gran número de ellos que se dedican a publicar citas famosas y de uso común y que adjudican al escritor o a algunas de sus obras (sobre todo a El Quijote). Algunas son correctas (como ‘Nunca segundas partes fueron buenas’) otras adjudicadas erróneamente a él (‘Ladran, Sancho, señal que cabalgamos’) e incluso bastantes que han sido tergiversadas o cambiadas en su forma o contexto, como es el caso de la que os traigo hoy al blog: ‘Con la Iglesia hemos topado’ (algunas ocasiones acompañadas con el nombre de ‘Sancho’, fiel escudero de Don Quijote).

La frase ‘Con la Iglesia hemos topado’ se utiliza normalmente para expresar algún problema o inconveniente que ha surgido con algún tipo de estamento o autoridad de cierto peso (gubernamental, militar, eclesiástico…) atribuyéndose el origen de dicha expresión a un pasaje de ‘El Quijote’, pero esto es una verdad a medias, debido a que en el capítulo IX de la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’ (1615) aparece una frase similar, pero con un sutil cambio cuya intención de la frase es totalmente diferente.

La parte en que aparece es la siguiente:

[…]Guió don Quijote, y habiendo andado como docientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo:
—Con la iglesia hemos dado, Sancho.
—Ya lo veo —respondió Sancho—, y plega a Dios que no demos con nuestra sepultura, que no es buena señal andar por los cimenterios a tales horas, y más habiendo yo dicho a vuestra merced, si mal no me acuerdo, que la casa desta señora ha de estar en una callejuela sin salida.[…]

La fase original es ‘Con la iglesia hemos dado, Sancho’ y hace referencia al edificio (iglesia de San Antonio Abad de El Toboso) y no a la institución; de ahí que ‘iglesia’ esté escrita en minúscula en el texto de Cervantes y cuando se usa con el sentido de referirse al estamento eclesiástico (‘Con la Iglesia hemos topado’) aparece en mayúscula. Además, el cambiar ‘dado’ por ‘topado’ ayuda a enfatizar y darle importancia.

Muchas son las citas e incluso detalles y anécdotas de la vida de Cervantes que son erróneos o no son del todo ciertos, entre ellos el que tiene referencia con su brazo y el porqué se le conoció con el sobrenombre de ‘el manco de Lepanto’.

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

Fuente de la imagen: Néstor Alonso @arrukero (con expresa autorización del autor para la utilización en este post)

¿Puede un sacerdote presentarse a unas elecciones en un partido político?

¿Puede un sacerdote presentarse a unas elecciones en un partido político?A lo largo de la Historia hemos podido comprobar la estrecha vinculación que ha habido entre numerosísimos gobernantes y la Iglesia, existiendo largos periodos en los que la mayoría de leyes estaban dictadas y regidas por la propia curia eclesiástica. Famosos fueron los tribunales de la Santa Inquisición donde miles de personas murieron o fueron torturadas tras ser acusadas de herejes, brujas o no ser del agrado del religioso de turno. Tampoco podemos olvidar todas aquellas Guerras Santas y ataques terroristas hechos en el nombre de Dios o lo mucho que han mandado (y siguen haciéndolo) los diferentes líderes de todas y cada una de las religiones que hay en el planeta.

Si nos centramos en los representantes de la Iglesia Católica (religión mayoritaria en España, a pesar de ser un Estado aconfesional, tal y como indica el artículo 16.3 de la Constitución española), nos damos cuenta que hoy en día los representantes religiosos siguen teniendo una gran influencia y poder en las decisiones políticas.

Pero, tal y como planteo en el título de este post ¿puede un sacerdote presentarse a unas elecciones en un partido político?…

La respuesta es NO, pero es un ‘no’ con algunos matices.

Por un lado, según podemos encontrar en diferentes puntos de los artículos 285 (§ 3) y 287 (§ 2) del Código de Derecho Canónico (conjunto de normas jurídicas que regulan la organización de la Iglesia católica) los religiosos no pueden participar de la vida política de un país ni presentarse en unas elecciones generales:

[…]Está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil[…], […]No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales […]

Pero también podemos encontrar alguna que otra puntualización como la que indica: […]a no ser que según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común[…]

 

Post realizado a raíz de la consulta que me hizo llegar Laura Rodriguez a través del apartado de contacto de este blog

 

Lee otros posts relacionados con curiosidades religiosas

 

Fuentes de consultas: diocesisdecanarias /  Código de Derecho Canónico (Vatican.va)
Fuente de la imagen: pixabay