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¿Cuál es el origen de la expresión ‘Donde fueres, haz lo que vieres’?

¿Cuál es el origen de la expresión ‘Donde fueres, haz lo que vieres’?

‘Donde fueres, haz lo que vieres’ es un famoso consejo, en forma de refrán, que nos recomienda adaptarnos a las costumbres y hábitos de un lugar en el que estemos o viajemos (respetar sus normas, horarios, leyes, idiosincrasia de los habitantes…).

Posiblemente como refrán es uno de los que más variantes tiene y según la zona en la que te encuentres parece que tienen la costumbre de decirlo de un modo diferente, pudiéndonos encontrarlo (entre muchos) de los siguientes modos: Allí donde fueres, haz lo que vieres; Allí donde fueres, haz como vieres; Dondequiera que fueres, haz lo que vieres; Por donde fueres, haz como vieres; Donde quiera que fueres, haz como vieres; Al lugar que fueres, haz lo que vieres; En la tierra donde vinieres, haz lo que vieres.
Todo ello sin contar las diversas formas que tiene cada lengua para decirla.

La expresión original proviene del latín ‘Cum Romae fueritis, Romano vivite more’ (‘Cuando a Roma fueres, como romano vivieres’, que traducido a nuestra forma actual de hablar viene a decir: Cuando vayas a Roma, vive como un romano). Fue pronunciada por primera vez en el siglo IV por Ambrosio de Milán, considerado como uno de los padres de la actual Iglesia católica y uno de los personajes que más influyó para que el cristianismo se impusiera al paganismo del Imperio Romano, consiguiendo que el poder de la Iglesia acabara por encima del poder del Estado.

Pero con esta locución Ambrosio de Milán no pretendía dar consejos de cómo debían comportarse los ciudadanos a la hora de viajar a Roma, sino que originalmente la utilizó para adoctrinar a los fieles y señalarles cuál era el modo de seguir los mandatos de la Iglesia Romana por encima del ‘Arrianismo’, doctrina surgida en esa misma época (promovida por Arrio de Alejandría) y que negaba la divinidad de Cristo.

Así fue como, una exhortación advirtiendo que se debía seguir los mandatos de la Iglesia Romana y no la Arriana que provenía de Alejandría, acabó convirtiéndose en un popular refrán que utilizamos para recomendar que nos adaptemos a las costumbres y hábitos del país en el que nos encontramos, habiendo desaparecido de su intencionalidad  el sentido religioso original.

 

 

Lee y descubre el curioso origen de otras conocidas palabras y expresiones

 

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Fuente de la imagen: pixabay

¿Quién fue la primera científica de la Historia?

¿Quién fue la primera científica de la Historia?

Agnocide está considerada por la inmensa mayoría de historiadores y expertos como la ‘primera científica de la Historia’ y tras quien hay un buen número de anécdotas y curiosidades sobre su vida y hechos que cabalgan entre la Historia y la leyenda.

En el siglo IV a.C., Agnocide, una joven perteneciente a una insigne familia ateniense, sintió la necesidad de saber por qué iba en aumento el fallecimiento de mujeres y recién nacidos durante el parto y decidió que quería dedicarse a la medicina para ayudar a que esto no ocurriera. Pero se encontró con una sociedad en la que las leyes no permitían que una mujer pudiese dedicarse profesionalmente a la ciencia, motivo por el que se cortó el pelo, se travistió de hombre y viajó hasta Alejandría para tomar clases de anatomía, medicina y obstetricia de la mano del gran erudito Herófilo.

Tras regresar a Atenas montó su propia consulta (haciéndose pasar por médico varón, debido a la prohibición) y teniendo un gran éxito entre las mujeres que atendió debido a su trato y dedicación. Esto hizo que muchos de sus colegas se sintiesen celosos de sus éxitos profesionales y vieran como gran parte de las mujeres a las que atendían preferían ser visitadas por Agnocide.

Incomprensiblemente algunos de esos médicos empezaron a difundir bulos sobre posibles malas praxis e incluso abusos sexuales por parte de Agnocide a sus pacientes, hechos por lo que tuvo que presentarse ante un tribunal y donde se desvelo su identidad.

Gracias a que un gran número de mujeres se presentaron ante el tribunal para defenderla como médico y elogiar su profesionalidad, el tribunal no condenó finalmente a Agnocide a la pena de muerte por suplantación de personalidad e incluso se le permitió seguir ejerciendo, convirtiéndose para la gran mayoría de expertos en la primera mujer de la Historia que cursó estudios de ciencia.

Pero, tal y como os explico en el segundo párrafo de este post, en la historia sobre la vida y hechos de Agnocide hay gran parte de leyenda, siendo casi imposible poder determinar qué es verdad y qué ficción. De todos modos, como dice la famosa expresión: ‘Se non è vero è ben trovato’ (Aunque no sea verdad, está bien encontrado)

 

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Post escrito con motivo del Día de la Mujer en Ciencia (11 de febrero) en el que un buen número de blogs y plataformas de divulgación (entre ellas Naukas y algunos blogs pertenecientes a compañeros y compañeras de 20minutos.es) nos hemos sumado a la iniciativa de publicar posts dedicados a mujeres científicas a las que admiramos; ademas de moverlos por la red a través de la etiqueta común #WomenInStem

Fuentes de consulta: canalhistoria / muyhistoria / nuevatribuna / mujeresenlahistoria / irreductible
Fuente de la imagen: Wikimedia commons