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El curioso e histórico origen del término ‘capilla’

Se conoce como ‘capilla’ a la estancia, normalmente contigua o integrada a una iglesia, donde se lleva a cabo pequeñas ceremonias religiosas o que sirve como oratorio.

El curioso e histórico origen del término ‘capilla’

Su origen etimológico proviene del latín medieval ‘capella’ cuyo significado literal era ‘capa pequeña’ o ‘trozo de capa’, en referencia a un pedazo de esa prenda de vestir que se lleva sobre los hombres y que había pertenecido a San Martín de Tours, insigne militar del siglo IV que, según cuenta la leyenda, entregó la mitad de su capa a un mendigo que andaba desnudo y tiritando de frío.

El curioso e histórico origen del término ‘capilla’El trozo de prenda que se quedó el propio Martín de Tours fue guardaba como reliquia tras su muerte (después de su vida como militar se consagró al sacerdocio y la evangelización).

Esta reliquia, conocida como ‘Sanctus Martinus Capella’ (trozo de la capa de San Martín) fue muy venerada y expuesta en un oratorio por el que pasaron ilustres personajes a rezarle.

Con el paso del tiempo, a ese tipo de oratorios privados se les comenzó a conocer con el término genérico de ‘capilla’.

Como curiosidad cabe señalar que San Martín de Tours es el patrón de un gran número países, oficios y colectivos, entre ellos el de los soldados o los comerciantes textiles, además de Francia y Hungría. Falleció un 11 de noviembre del 397, siendo este día cuando se celebra su onomástica y que da origen a la famosa expresión ‘A todo cerdo le llega su San Martín’.

 

 

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Fuente de las imágenes: Wikimedia commons (1) / Wikimedia commons (2)

¿Cuál es el origen del término ‘gorrón’ para referirse al que vive a costa de los demás?

¿Cuál es el origen del término ‘gorrón’ para referirse al que vive a costa de los demás?La expresión ‘ser un gorrón’ es utilizada para referirse a aquella persona que se dedica a comer, beber, divertirse y en definitiva a  vivir a costa de los otros.

El término ‘gorrón’ es un aumentativo de ‘gorra’, de la que han nacido muchas expresiones como ‘vivir de gorra’, ‘comer de gorra’ (y así con todas las cosas que se pueden hacer cuando el que paga es otro).

Los expertos sitúan el origen hacia finales del siglo XVI en los ambientes estudiantiles de la Universidad de Salamanca, donde muchos de los alumnos que asistían no disponían de demasiado dinero para mantenerse, por lo que se las ingeniaban de cualquier manera para poder alimentarse sin pagar.

Una de las formas de poder subsistir era trabajando al servicio de otros estudiantes pertenecientes a familias ricas y que disponían de un importante poder adquisitivo. Éstos contrataban los servicios de sus compañeros pobres para que les hicieran recados y los tuvieran atendidos (una especie de criado o asistentes) pagándoles a cambio unas monedas e incluso dejando que los acompañaran a convites y banquetes, donde los estudiantes sin recursos comían y bebían gratuitamente.

Los estudiantes adinerados vestían portando un manteo (capa larga con cuello derecho y bastante estrecho) y un bonete (especie de gorra, comúnmente de cuatro picos). Por su parte, los estudiantes sin recursos y que trabajaban al servicio de estos llevaban una capa clásica (hecha de tela barata) y una gorra. A estos sujetos se les conocía habitualmente con los términos: capigorrista, capigorra o capigorrón (términos provenientes de unir las palabras capa y gorra).

Con el tiempo el apelativo hacia ellos quedó en un simple ‘gorrón’, aunque el Diccionario de la RAE sigue manteniendo las siguientes acepciones para los tres anteriores: capigorrista y capigorra como ‘Hombre ocioso y vagabundo’ y capigorrón como ‘Que tenía órdenes menores y se mantenía así sin pasar a las mayores’ además de ‘Dicho de un hombre: Ocioso y vagabundo’.

La mayoría de expertos apuntan que del término ‘capigorrón’ acabó derivando el apelativo ‘gorrón’ para referirse a quien tiene por hábito comer, vivir, regalarse o divertirse a costa ajena.

Por otra parte, hay quien defiende que el término gorrón proviene también de esa misma época y de esos estudiantes sin recursos, pero no solo por el hecho de trabajar al servicio de sus compañeros adinerados, sino de colarse en banquetes y celebraciones de personas a quien no conocían y, siendo enormemente educados, hacían continuas reverencias con la gorra que portaban con todos con quienes se cruzaban, de este modo parecía que los conocían y que estaban invitados a tal evento.

Tampoco podemos olvidarnos de la costumbre de algunas personas de poner/pasar la gorra para que la gente le eche alguna moneda con la que subsistir, ya sea porque ha realizado una actuación callejera, ayudado a encontrar un sitio donde aparcar –los conocidos en muchos lugares como ‘gorrillas’– o simplemente para pedir una limosna.

 

 

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Fuente de la imagen: Wikimedia commons

¿De dónde surge el refrán ‘Labrador de capa negra, poco medra’?

¿De dónde surge el refrán ‘Labrador de capa negra, poco medra’?

A través del apartado de contacto, recibo un correo de Nuria Delgado en el que me explica (y consulta) lo siguiente:

Recuerdo que, siendo niña, cuando en mi casa se compraba alguna cosa extra, que hasta entonces no habíamos tenido (por ejemplo nuestro primer televisor en color, el primer reproductor de vídeo o incluso el lavavajillas…), mi abuelo recriminaba ese gasto acusando a mis padres de ‘derrochadores’ y siempre decía una frase de manera contundente: ‘Labrador de capa negra, poco medra’. Siempre me quedé con la duda sobre qué quería decir con dicha expresión y qué relación existía entre malgastar y un labrador con capa negra.

El dicho por el que me pregunta la lectora se engloba dentro de lo que comúnmente se conoce como ‘refrán’, siendo la lengua española muy prolífica en ellos (los refranes son sentencias de carácter popular que contienen algún tipo de moraleja y que se expresan con la intención de dar algún tipo de consejo).

El refrán ‘Labrador de capa negra, poco medra’ es prácticamente desconocido para la mayoría de personas y actualmente apenas se utiliza (posiblemente por personas más mayores y a las que les tocó quizás vivir los años de posguerra y carestía). Su origen puede situarse alrededor del siglo XVI y su significado viene a indicarnos que aquel que malgasta y vive por encima de sus posibilidades difícilmente podrá prosperar. Solía utilizarse para señalar a aquellas personas que compraban ropas y enseres que por su condición no les hacía falta y que al endeudarse acostumbraban a arruinarse.

Antiguamente solía usarse una capa (vestidura que se pone sobre los hombros) la cual era de color pardo (marrón tirando a rojizo) si era usada por labradores y el pueblo llano en general. El color de la capa era debido al material tosco y rústico con el que estaban confeccionadas.

Por el contrario, los caballeros, hidalgos, cortesanos y todo aquel de cierta distinción, usaban unas delicadas y vistosas capas negras que solían estar hecha de paño, lana o seda delicada.

Cuando un hombre común hacía un gasto fuera de su alcance o estatus solía decírsele la frase ‘Labrador de capa negra, poco medra’ para indicarle que con ese dispendio (que no le correspondía a su condición) no prosperaría y acabaría arruinándolo; de ahí el término ‘medra’ el cual significa literalmente ‘mejora’, ‘progreso’ ‘aumento’ o ‘crecimiento’.

 

 

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Fuente de la imagen: joyfulstock (deviantart)

¿Cuál es el origen de la expresión ‘entrar al trapo’?

A través del apartado de contacto, Maribel Núñez me hace llegar un correo en el que me consulta sobre cuál es el origen de la expresión ‘Entrar al trapo’ cuando queremos referirnos al hecho de caer en una provocación o trampa.

Su origen lo encontramos en el mundo de la tauromaquia ya que  ‘entrar al trapo’  es la acción que hace el toro al acudir a la llamada (o cite) que efectúa el torero (o alguno de sus asistentes) con el capote y/o la muleta (en este caso ‘trapo’).

De ahí que utilicemos de forma habitual y coloquialmente dicha expresión para referirnos al momento en el que una persona cae en una trampa, ante cualquier provocación que le hace alguien siendo el provocador el que sale ganando en el asunto, en la mayoría de los casos.

 

 

Nota importante:
Tanto este blog,  su autor, como la web en la que se encuentra alojado (20minutos.es) mantienen por convicción propia y como línea editorial el no fomenta ni apoyar la tauromaquia. Ello no exime, al mal llamado arte, de haber proporcionado un sinfín de interesantes anécdotas y/o curiosidades a lo largo de la historia siendo dignas de su publicación en esta página, sin que esto pueda representar un cambio de actitud hacia la misma.