Frank Swift, con la selección de Inglaterra (WIKIPEDIA).
Vamos a acabar la semana con un portero inglés. De un tiempo a esta parte, Inglaterra ha adquirido una muy mala fama en cuanto a sus guardametas. Pero con perspectiva, es bastante injusta, porque de las islas han salido guardametas como Peter Shilton, Ray Clemence, Peter Bonetti o Gordon Banks. Hoy vamos a hablar de uno anterior a todos ellos, con una historia que contar: Frank Swift.
Frank Victor Swift nació el 26 de diciembre de 1913 en Blackpool, Inglaterra. Empezó a trabajar en Blackpool Gas Works, una empresa petrolera, en cuyo equipo de fútbol se enroló. Luego se fue al Fleetwood Town FC, donde empezó a llamar la atención de los equipos de mayor categoría. Cuando tenía 18 años, fue fichado por el Manchester City, equipo de Primera. Estamos a finales de 1932.
No se hizo con la titularidad hasta dos años después. En sus comienzos, le costó hacerse con el puesto. En su primera temporada como titular (1934), llegó con el City a la final de la FA Cup (el año anterior, los citizens habían quedado subcampeones) ante el Portsmouth. Swift estuvo tan nervioso que cuando el árbitro pitó el final (con victoria para su equipo por 2-1), se desmayó. Pudo ser despertado para recoger su medalla de manos del rey Jorge V, que días después le envió un telegrama para saber si se había recuperado del todo. En aquel Manchester City, por cierto, estaba Matt Busby, que luego sería entrenador legendario del eterno rival, el Manchester United.
Por desgracia para él y para el resto del mundo, unos años después estalló la II Guerra Mundial y Swift tuvo que alistarse, aunque se quedó en Reino Unido, en la Army School of Physical Training, cerca de Aldershot, donde coincidió con varios compañeros. Curiosamente, fue con la guerra empezada, en 1939, cuando fue llamado por primera vez por la selección inglesa. Durante el conflicto, Swift jugó en combinados del Ejército y en partidos amistosos.
Al acabar la guerra, Swift siguió defendiendo la portería del City y de la selección inglesa hasta los 36 años de edad, cuando decidió retirarse. En total, acumuló cerca de 400 partidos con los light blues y 33 partidos con la selección. Se había ganado por derecho propio un puesto en el corazón de ambas aficiones. Era un portero que destacaba por su gran tamaño (1,88 metros, bastante para la época) y por sus gigantescas manos (con una envergadura de meñique a pulgar de 30 centímetros, lo que le hizo ganarse el apodo de ‘Manos de Sartén’). Su sustituto en el City, por cierto, fue el exsoldado alemán Bert Trautmann.
Frank Swift, en sus inicios como portero del City (Archivo 20minutos).
Tras colgar las botas, Frank Swift abrió una empresa de catering en Manchester, se hizo presidente de lo que sería el equivalente a la Federación de Peñas del City y empezó a escribir para el News of the World sobre fútbol.
En febrero de 1958, el diario envió a Swift con el Manchester United para cubrir el partido de Copa de Europa de este equipo contra el Estrella Roja de Belgrado. El vuelo que transportaba de vuelta al club y a la prensa paró en Múnich para repostar, pero las malas condiciones meteorológicas provocaron que el avión se estrellase. Ocho futbolistas y tres miembros del equipo técnico del United murieron, al igual que un agente de viajes, un hincha y ocho periodistas. Uno de ellos era Frank Swift. El que fuera portero del City se cortó la aorta con el cinturón de seguridad de su asiento y falleció mientras era trasladado al hospital. Tenía 44 años, esposa, una hija de 22 y un hijo de 10 años. Entre los supervivientes estaba Matt Busby, su viejo compañero del City, con el que había ganado la FA Cup 24 años antes.
En 1998 fue uno de los cuatro jugadores del Manchester City incluidos en el listado de 100 leyendas de la Premier League y también en el Salón de la Fama del City. Y hace menos tiempo, en febrero de 2008, con motivo del 50 aniversario del desastre aéreo de Múnich, recibió el homenaje de las aficiones de los dos equipos de Manchester, que se unieron para honrar a las víctimas.
Buscando vídeos sobre Swift me he encontrado éste. Swift no sale mucho, pero me ha encantado. Es de 1934, de la celebración en Manchester de la victoria del City en la FA Cup. Para que veais que las celebraciones en autobuses descapotables no son nada moderno. Curioso ver también, al principio, a sir Matt Busby fumándose un cigarrillo en el bus:
Buen fin de semana.
