Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
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Trivial: ¿Cuánto sabes de ‘El guardián entre el centeno’, de J.D. Salinger?

Un adolescente cercado por su fracaso escolar, la rigidez de su familia, la muerte de su hermano, el sexo y las dudas, decide pasar una semana solo en Manhattan antes de volver a casa tras su expulsión del internado. El guardián entre el centeno es su confesión a quemarropa y sin tapujos, y la radiografía de Salinger de un adolescente devorado por contradicciones.

Si eres de los que sí leyó la novela atrévete con el bibliotrivial ‘El guardián entre el centeno’ de Regina ExLibris. ¿Listo para demostrar lo holdencouldfieldiano que eres? ¡Vamos!

 

Lee la novela ‘El Alienista’, de Caleb Carr, tanto si vas a ver la serie como si no

Ya perdí la cuenta de los bibliofavores que le debo a las series televisivas. En reginaexlibrislandia el más reciente tiene el nombre de una novela fantástica: El alienista, de Caleb Carr. Lleva en circulación desde mediados de los 90, y en reginaexlibrislandia nunca hemos dejado de recomendarla porque es de esas novelas con el que es difícil errar el bibliotiro.

(El alienista, 2018 / TNT)

(El alienista, 2018 / TNT)

¿La razón? La disparidad de bibliopatencias que satisface su lectura.

El alienista (editada por B de Books, en rústica, en bolsillo y digital) no solo es muy adictiva, que lo es, y mucho, sino que recrea de forma impecable un lugar, unos personajes y un momento en la historia en el que se avecinaban grandes cambios (no sólo en el campo de la criminología, sino en la ciencia y la sociedad en general) y donde los más lúcidos sabían que muy pronto casi nada iba a ser como hasta ahora.

Caleb Carr te clava en la Nueva York de 1896. Una urbe literalmente en construcción donde una oligarquía adinerada y todopoderosa se viste de etiqueta para atiborrarse de fastuosas cenas de seis platos mientras, unas calles más abajo, masas de inmigrantes hambrientos y helados sobreviven hacinados en lo que ya es una olla social a presión.

El Alienista

El Alienista

Ese es el paisaje urbano en el que andan sueltos Laszlo Kreizler, un alienista, o psicólogo dedicado al estudio y curación de enfermedades mentales; John Moore, un ilustrador de sucesos del New York Times que lo mismo frecuenta una fiesta de etiqueta que un antro de dudosa reputación, y Sara Howard, primera mujer policía de NYC.

Y junto a este peculiar trío los mellizos Isaacson, dos detectives apasionados de novedosas y polémicas técnicas de investigación: análisis de huellas dactilares, estudios grafológicos, autopsias y lesiones, etc.

Este grupo tan heterogéneo será a quien Theodore Roosevelt, gerifalte incorruptible y bienintencionado de la más que corrupta Policía de Nueva York, encargue la investigación de una serie de espeluznantes asesinatos de niños chaperos misteriosamente abducidos de sórdidos prostíbulos frecuentados sobre todo por hombres adinerados de la ciudad.

(El alienista, 2018 / TNT)

(El alienista, 2018 / TNT)

Este peculiar quinteto se tendrá que enfrentar a un asesino que irá siempre parece ir un paso por delante de la investigación, sí, pero también a un cuerpo repleto de policías corruptos, a una alta sociedad más interesada en mantener sus privilegios que en atrapar al asesino, y a las mafias que controlan los burdeles y explotan a los menores.

Y con todos esos ingredientes Caleb Carr hilvana una trama trepidante y absorbente, con una fidedigna recreación de la ciudad y del momento donde mezcla con gran habilidad realidad y ficción, en la que personajes y hechos históricos coexisten con pura literatura, y que es, además, una memorable disección de las incursiones pioneras y a tientas en la mente de un asesino.

¿Alguien da más?

Así que, resumiendo en términos de biblioapetencias os diré que:

  • El alienista (Bolsillo)

    El alienista (Bolsillo)

    Si te gusta la intriga detectivesca, la novela El alienista te enganchará. 

  • Si te gusta criminología y la evolución de las técnicas y métodos de investigación, El alienista te encantará. 
  • Si buscas detalles del Nueva York de finales del S.XIX, con El alienista te darás un buen festín.
  • Si tienes ramalazos neoyorquinóticos, devorarás El alienista
  • Pero si simplemente aspiras a leer una historia que te absorba y entretenga El alienista no te defraudará en absoluto.

 

Y la serie homónima producida por Cary Joji Fukunaga tampoco está nada, pero que nada mal, queridos. Al menos los diez capítulos de la primera temporada.

Hete aquí el tráiler de la serie El alienista, para que vayáis haciendo boca:

“¿Qué novela me leo de Paul Auster antes de meterme con su libraco ‘4321’?”

Es muy difícil sustraerse al embrujo narrativo de Paul Auster, siempre enredando con el destino, el deseo, el amor, el azar, la identidad y su Nueva York natal.

Paul Auster es un ilusionista literario, un bibliomago de lo cotidiano que, apenas con unas cuantas palabras y un par de trucos muy sencillos, transforma lo banal en milagroso ante la mirada entre incrédula y fascinada del lector.

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

Y yo, por muy librera y por muy Regina ExLibris que sea también soy humana, a veces incluso demasiado humana para mi gusto.  Y como tal siento una irrefrenable debilidad por según qué escritores. Y como Paul Auster encabeza esa lista, exhibo sin complejos mi paulausterianismo extremo dentro en reginaexlibrislandia, y más allá. Tanto que cuando leo y releo cualquiera de sus novelas me siento como la sinuosa cómplice del genial biblio-ilusionista.

Así que, como ya supondréis, cuando un reginaexlibrislandiano acude a mi formulando las palabras mágicas (“Algo de Paul Auster”) a mí se me desata la bibliofilia y siento que nada puede salir mal.

Pero reconozco que la de hace un rato ha sido la más inesperada y curiosa de las peticiones de biblioguía paulausteriana que me han formulado nunca en la librería:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué me leo de Paul Auster antes de meterme con 4321, el último libraco que sacó?

Regina: ¿Perdona?

Cliente: Sí, que llevo tiempo teniéndole ganas y se habla muy bien de 4321, pero creo que, al menos para empezar con él, es un poco demasiado. ¿No crees? Es que es muy, muy tocho y no quiero desanimarme.

Regina: ¡Jajaja! Bueno, sí, pensándolo bien quizás 4321 sea demasiado para empezar con Auster. Veamos, para los no iniciados cualquiera de sus libros previos es bueno, aunque siempre que me insisten yo recomiendo cualquiera de estos seis títulos, que pueden leerse en este orden, o no…

Y aquí le saqué las seis novelas de Paul Auster cuya lectura prescribo para adentrarse (y muy probablemente engancharse) en el universo literario del titán narrativo:

1. El palacio de la luna. Paul Auster. Booket. En los albores de la era lunar y de su madurez, Marco, desorientado, se abandona a una indigencia que lo hubiera devorado de no ser por la bella Kitty Wu, su empleo como biógrafo y el omnipresente astro plateado. Paul Auster maneja con esos tres hilos narrativos los movimientos de Marco por El palacio de la Luna mientras desvela cómo alguien puede frenar en seco su propia caída si se alinean algunas pequeñas casualidades. Una fábula deliciosa y demoledora en la que asistimos a la reconstrucción emocional y espiritual de un joven a quien la realidad desintegró, pero que renace por entre sus cenizas avivado por el deseo por escribir y por la pasión que siente por una chica. Una pequeña gran obra maestra.

El palacio de la luna

El palacio de la luna

2. Viajes por el Scriptorium. Paul Auster. Booket. En Viajes por el Scriptoriumn, Paul Auster radiografía su forma de ficcionar a través de un relato sobre Mr. Blank, un hombre que amanece amnésico y encerrado en un cuarto y al que la visita de personajes ayuda a construir y deconstruir su identidad. Una nueva clase magistral de narrativa que, sin embargo, quizá no sea apta para los no familiarizados con el escritor neoyorquino. Para el resto, una bibliodelicia.

Viajes por el Scriptorium

Viajes por el Scriptorium

3. Brooklyn Follies. Paul Auster. Booket En Brooklyn Follies, el mago de lo cotidiano y demiurgo de personajes con un magnetismo sobrecogedor que es Auster nos introduce a Nathan Glass, un hombre quebrado que, tras sobrevivir a un cáncer y a un divorcio agónico, regresa al vecindario donde creció para apurar su ridícula existencia escribiendo sobre disparates y locuras ajenas. Pero a medida que empieza a escribir conoce a una troupe de personajes que pulverizan sus planes y de cadáver inminente pasa a ser un hombre casi enamorado, con mucho que hacer y muchas ganas de vivir. Una novela magistral, Auster en estado puro.

Brooklyn Follies

Brooklyn Follies

4. El libro de las ilusiones. Paul Auster. Booket Un escritor y profesor de literatura ya no es ni la sombra de sí mismo. Es una criatura absolutamente devastada que se pasa los días bebiendo y cavilando sobre el último instante en que su vida aún podría haber cambiado, aquel en que su mujer y sus hijos aún no habían subido al avión que estalló. Hasta que una noche, mirando casi sin ver la televisión, y por primera vez tras seis meses de deambular peligrosamente sobre un alambre emocional en el vacío, algo lo hace reír.

El libro de las ilusiones

El libro de las ilusiones

5. Invisible. Paul Auster. Anagrama. Cuando una se ventila las casi trescientas páginas de Invisible en apenas una tarde y lo único que alcanza a balbucir más allá de su punto y final es un «Diosssss», no cabe duda: Paul Auster se ha vuelto a superar. Así, sin más, porque el mago de las tramas imposibles ha refinado su técnica para legar al mundo una novela cargada de intriga, erotismo y giros inesperados, y al tiempo poblada por personajes de un magnetismo tan sobrecogedor y tan al límite de sus espirales emocionales que desarman: Adam Walker, un joven aspirante a poeta de alma quebrada, se topa en Nueva York con una pareja de parisinos maduros que le desdibujarán su destino. Cuatro décadas después, un Walker terminal contacta con un amigo de la universidad para que coescriba su historia, y así será como asistiremos al relato de su vida en lo que es una gloriosa y caleidoscópica fábula sobre la pérdida, la identidad y la sexualidad en estado puro con un final demoledor.

Invisible

Invisible

6. Sunset Park. Paul Auster. Anagrama. Como paulausteriana no puedo evitar que, con cada nueva novela del escritor, me invada el vértigo y no sepa si el genio de la metanarrativa se ha superado una vez más o si por el contrario su genio se empieza a desinflar. Pues bien, atrincherada en la última página de Sunset Park apenas doy crédito a la maravilla que acabo de devorar: el mejor Auster en un relato cargado de pequeñas historias hilvanadas en torno al de Miles, un casi treintañero que, a la espera de que su novia sea mayor de edad, regresa a Nueva York tras años de autodestierro físico y emocional para reconciliarse con su pasado y detonar las vidas de su familia y de sus compañeros okupas en Brooklyn. Vital, cómica, trágica, realista y magnética.

Sunset Park

Sunset Park

Y para los iniciados una rareza: El país de las últimas cosas, tan inquietante como cautivadora. Palabra de Regina ExLibris.

Porque, efectivamente y como comentaba mi reginaexlibrislandianano, la colosal 4321 puede ser demasiado para una toma de contacto con la literatura de Paul Auster. Sí, puede ser demasiado, porque lo cierto es que 4321 es biblioharina de otro costal literario, queridos. Y también de otro post.

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

(El Ilusionista, 2006 / Yari Film Group)

 

 

 

 

 

«¿Qué novela es esa de la que hablan tanto, la que escribió el de Mad Men?»

Hay novelas que no están a la altura de las expectativas que el ruido mediático que las precede inocula en los lectores. Son tantas que muchos aplicamos de forma inconsciente la biblioregla a mayor maquinaria marketiniana mayor recelo lector. Y viceversa.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

Pero por suerte eso no impide que en ocasiones me trague encantada mi suspicacia al caer rendida a los pies de esa gran novela del momento, de la que todo el mundo habla, y normalmente por motivos tan peregrinos como extraliterarios.

Es lo que me ocurrió hace un par de días, cuando acabé totalmente fascinada por la novelita que empecé a leer cargada de dudas por su vinculación tangencial a la exitosa y megapremiada serie televisiva Mad Men, y que hace un rato me pidió un cliente asiduo a mi librería, a quien a su vez le abrieron el biblioapetito a golpe mediático y de bibliocomadreo:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué novela es esa de la que hablan tanto, la que escribió el de Mad Men?

Regina: ¡Ah, sí! Es Absolutamente Heather, de Matthew Weiner

Cliente: ¿Y la tienes? ¿Qué tal está? ¿Tiene algo que ver con la serie?

Regina: Sí, la tengo. A mí me ha encantado y, no, no tiene nada que ver con Mad men, que, por otra parte, es una de mis series favoritas, todo sea dicho.

Cliente: Pero el Matthew ese, entonces, ¿quién es?

Regina: Es guionista, director y productor de grandes series como Mad Men y Los Soprano.

Cliente: ¿Y también es novelista?

Regina: Ahora sí. Absolutamente Heather es su primera novela, y creo que es un novelón. No me la esperaba tan breve, tan abrupta, tan aparentemente simple ni tan sobrecogedora. Es una curiosa mezcla entre Patricia Highsmith, Shirley Jackson, Henry James, y quizás algo de Poe.

Absolutamente Heather

Absolutamente Heather

Cliente: ¡Uy! Pinta bien, ¿de qué va?

Regina: Está ambientada en Nueva York y, de entrada, dibuja dos ecosistemas sociales antagónicos. De un lado están los casi perfectos y adinerados Breakstone (Mark, Karen y su hija Heather). Y del otro está Bobby, un muchacho con una infancia atroz, naturaleza obsesiva y pulsiones psicópatas que tras su paso por la cárcel se reinserta como peón de obra. Y es en esa obra donde ambos mundos convergen, pero cuando saltan chispas es cuando Mark descubre a Bobby devorando con la mirada a su preciosa hija adolescente. Hasta dónde estará ese padre dispuesto a llegar para proteger a su familia de esa amenaza tan difusa pero a la vez tan evidente es el detonante de una trama demoledora que te mantiene agarrotado como lector hasta el punto y final.

Cliente: Mmm, pues es cierto, Regina, poco tiene que ver con Mad Men

Regina: En la trama no, pero sí que es cierto que, además de ser un thriller que se lee rápido y muy bien, tiene ese toque de guión que agiliza y descongestiona toda la trama. Nada sobra y nada falta.

Cliente: Ea, pues no se hable más, ¡me lo llevo y te cuento después!

No os voy a engañar: estoy deseando que mi reginaexlibrislandiano la termine y vuelva a comentarme qué le pareció el debut literario de don Matthew Weiner. Yo, por mi parte, he decidido leerla de nuevo. Sí, de hecho lo haré en un rato, en cuanto eche el cierre de reginaexlibrislandia.

Y lo haré quizás porque, de una forma sutil y deliciosamente perversa, Absolutamente Heather sigue resonando bajo mi pelucón varios días después de haberla acabado. Y eso dice mucho de ella, porque la propia novela ha pulverizado las expectativas que el ruido mediático que la precedía me inoculó en la bibliofilia. Así que, bravo, Matthew Weiner. Regina ExLibris dixit.

Soy Regina ExLibris y soy «la negra» de tu bibliocarta a los Reyes Magos

Me niego a que alguien crea que un libro no es siempre la mejor opción para un regalo.

(Sirenas, 1991 / Orion Pictures)

(Sirenas, 1991 / Orion Pictures)

Pero, siendo realistas, no siempre es fácil materializar biblioregalos. Así que visto el percal y negándome a que nadie deje de regalar (ni de regalarse) un libro por agobio, pereza, miedo o indecisión, he decidido meterme en harina y embutirme en la piel de la negra que escribe bibliocartas masivas o, si lo preferís, la voz de la biblioconciencia de los Reyes Magos que susurra en sus oídos prescripciones librescas por temáticas y a discreción. Y para ello no veo mejor opción que la de metamorfosearme en la Cher de la mítica Sirenas, con el pelucón bien esculpido sin escatimar en laca, un escote discreto, hasta las cejas de black coffee y dispuesta a darle al typping para mecanografiar referencias literarias hasta quemar la cinta de tinta.

Llamarme loca o bibliofundamentalista, pero si de lo que se trata es de contribuir a materializar la conexión de un libro con su potencial lector no tengo límites.

¿Listos?

Pues van mis prescripciones reginaexlibrislandianas con el criterio «Libros para…»

¡Ah! y que conste que el mejor de los biblioregalos es el que te haces a ti mismo, querid@, así que puede que entre todas estas suregencias by Regina ExLibris encuentres ese título que no sabías que querías leer hasta que lo veas por aquí.

Regina ExLibris Dixit

6 remedios literarios para brotes neoyorquinóticos

Si pudiérais husmear dentro de mi caja torácica no veríais una patata. Tampoco un libro porque, por muy de ficción pura que sea, mi bibliofilia se reconcentra en el pelucón. Así que nada de tubérculos ni de libros palpitantes. Si me abrieras en canal veríais una gran manzana de neón rojo. Soy, literal y literariamente, neoyorquina de corazón.

(New York, New York 1977 / MGM)

(New York, New York 1977 / MGM)

Y esa cualidad amanzanada de mi músculo central responde con curiosas arritmias cardíacas a según qué estímulos externos, que a su vez me envenenan la sangre y provocan lo que yo llamo mis brotes neoyorquinóticos.

Por ejemplo, mi estupenda decisión de barrer reginaexlibrislandia esta mañana con la mítica New York, New York de fondo devino en un dueto a garganta abierta entre Liza Minelli y servidora que se repitió en bucle durante una hora. Para cuando me quedé sin voz Liza y yo ya éramos una única criatura, y mi pelucón lucía un glorioso recogido al más puro estilo finales de la IIGM. Por cierto que, aunque la popularizó a escala planetaria Frank Sinatra, la canción fue compuesta para la película musical homónima de 1977, cuyo cartel encabezaban la Minelli y Robert de Niro.

Como ya no podía seguir cantando, tampoco me podía coger un avión y era hora de abrir la librería decidí hacer lo que mejor sé: sacudirme el brote neoyorquinótico masacrando a librazos el gusano de mi corazón amanzanado.

Y en apenas una caída de pestañas monté una mesa con seis libros que, para mi, son la terapia libresca más efectiva para esos momentos críticos:

1. Nueva York. Edward Rutherfurd. Roca. Aunque en sí mismo el libro es ya un recorrido alucinante a través de los cuatro siglos de historia de Nueva York, su grandeza estriba en que todo el peso de la trama recae sobre las gentes anónimas que hicieron de ella lo que hoy es: un glorioso crisol humano encorsetado en hormigón, madera y hierro. A través de hechos históricos, datos curiosos y verídicos, de múltiples personajes de todos los orígenes imaginables –indios manhatos, colonos holandeses, comerciantes británicos, esclavos africanos, trabajadores germanos, irlandeses, judíos e italianos llegados con escala en Ellis Island, puertorriqueños y chinos, gente honrada y gánsteres, elegantes damas y prostitutas, borrachos y eruditos– y con el hilo conductor de varias generaciones de distintas familias,  Rutherfurd dibuja un mosaico vívido, ameno y apasionante de la Gran Manzana desde sus orígenes hasta el siglo XX. Un libro recomendable al 100% para cualquier paladar libresco.

Nueva York, Rutherfurd

Nueva York, Rutherfurd

2. Historias de Nueva York. O’Henry. Nórdica. Hablar del Nueva York en la literatura es prácticamente sinónimo de hablar de un titán de la narrativa breve: William Sidney Porter, alias O. Henry. Estaba genéticamente dotado no sólo para retratar al americano medio sin tapujos y con mucha ironía, sino para calzar finales de órdago; tanto que pronto se acuñó eso de escribir “un final a lo O. Henry”. Y no sólo eso, ya que muchas de sus grandes piezas aparecen reunidas en este Historias de Nueva York, donde las vidas de neoyorquinos de todo pelaje se engarzan sobre una ciudad siempre vibrante para ir articulando ante la mirada entre atónita y embobada del lector una fabulosa y original cartografía neoyorquina de principios del S XX. Un singular y alucinante viaje en el tiempo a una de las ciudades más magnéticas del mundo que se nutre del siempre imprevisible plancton de la cotidianidad y de una milagrosa simbiosis entre O. Henry y su ciudad de adopción.

Historias de Nueva York

Historias de Nueva York

3. Caperucita en Manhattan. Carmen Martín Gaite. Siruela. Que Caperucita y el lobo dejen el bosque para pasearse por Nueva York y que la abuela, con varios maridos a la espalda, recuerde sus éxitos en el music-hall es algo grande, pero si lo hacen guiados por la magia de Carmen Martín Gaite y su fascinación por la ciudad se obra el milagro en forma de un libro llamado Caperucita en Manhattan. Una auténtica joya que recrea el clásico de Charles Perrault. La pequeña Sara Allen, embutida en su capita roja, decide ir sola desde su casa en Brooklyn hasta Manhattan para llevarle a su abuela una suculenta tarta de fresa. Así arranca una aventura junto al turbio pastelero mister Woolf y a la exquisita miss Lunatic, un ser nocturno que habita en las entrañas de la estatua de la Libertad y que será el hada madrina de la pequeña Sara en su periplo por la Gran Manzana. Un delicioso recorrido que esconde un mapa de Manhattan muy particular.

Caperucita en Manhattan

Caperucita en Manhattan

4. Brooklyn Follies. Paul Auster. Anagrama. Plantearse viajar entre líneas a Nueva York y no ponerse en manos de su cicerone contemporáneo por excelencia es poco más que una blasfemia literaria. Por eso Paul Auster  es de obligada lectura en el marco que nos ocupa y, especialmente, con Brooklyn Follies, novela ambientada en uno de sus barrios más emblemáticos: Brooklyn. En ella, el mago de lo cotidiano y demiurgo de personajes con un magnetismo sobrecogedor que es Auster nos introduce a Nathan Glass, un hombre quebrado que, tras sobrevivir a un cáncer y a un divorcio agónico, regresa al vecindario donde creció para apurar su ridícula existencia escribiendo sobre disparates y locuras ajenas. Pero a medida que empieza a escribir conoce a una troupe de personajes que pulverizan sus planes y de cadáver inminente pasa a ser un hombre casi enamorado, con mucho que hacer y muchas ganas de vivir.

Brooklyn follies

Brooklyn follies

5. Ventanas de Manhattan. Antonio Muñoz Molina. Booket. Fragmentos de Nueva York, la ciudad que esconde tantas ventanas como exhibe: las de los decorados de Broadway, de los edificios al otro lado de Central Park, el Harlem y la magia del Village, el jazz y centenares de curosidades y pequeños misterios de la Gran Manzana. A ellas se asoma un Muñoz Molina en su peregrinaje a las entrañas de una ciudad que le acoje con curiosidad recíproca, le susurra anécdotas y le revela secretos en boca de fantasmas unas veces y de neoyorquinos contemporáneos otras. La inmersión literaria que nos propone Muñóz Molina a su Manhattan es, en todos y cada uno de los itinerarios que dibuja, tan reposada, intensa, envolvente y reconfortante como un bourbon deslizándose por tu gaznate en un día gélido.

Ventanas de Manhattan

Ventanas de Manhattan

6. El guardián entre el Centeno. J.D. Salinger. Alianza. Holden Cauldfiel es un adolescente cercado por su fracaso escolar, la rigidez de su familia, la muerte de su hermano, el sexo y las dudas, que decide pasar unos días solo en Manhattan antes de regresar a su casa para enfrentarse con su familia tras su expulsión del internado en el que residía. De esta forma y en ese estado de confusión, desconcierto y ansiedad Holden recorre la gélida Manhattan del invierno de 1949 con inolvidables escalas en el Edmont Hotel, el Greenwich Village, el Radio City Music Hall, la Grand Central Station, el Rockefeller Center, Central Park, el Museo de Historia Natural… y algún que otro tugurio cargado de humo, testosterona y alcohol. El guardián entre el centeno es su confesión a quemarropa y sin tapujos, la disección de su mente y alma adolescentes destiladas con su propio lenguaje, y la radiografía de Salinger de un muchacho devorado por las contradicciones que entrañan el cambio de piel de chico a hombre.

El guardian entre el centeno

El guardián entre el centeno

Los citados son la mejor alternativa o complemento a las guías de viaje y una manera de, o bien revisitar Nueva York, o bien entrar a la ciudad por la puerta grande: la de la literatura. Sí, para dejarte guiar por cicerones de lujo escritores neoyorquinos de nacimiento o de adopción que la ficcionaron como a un personaje más: Hay muchos más, queridos, pero en esta ocasión estos seis títulos son suficientes para matar el gusanillo neoyorquino a librazos.

  • Y vosotros, queridos, ¿qué novela recomendaríais como alternativa a una guía para alguien que va a viajar a Nueva York? 
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Ciudades en Cuento para niños, y en novela para el resto

Como devota de los viajes literarios pocas cosas hay que me gusten tanto como adentrarme en ciudades letra a letra.

Por eso hoy, cuando a reginaexlibrislandia llegaron rumores del lanzamiento de ‘Ciudades de Cuento’, mis libreros y yo nos regocijamos al saber que hay quien intenta inocular ese mismo virus viajero-lector en los más pequeños. ¡Loada sea una y mil veces la Providencia Lobrera, queridos, Loada sea toda ella!

El mensaje embotellado que arribó a nuestras plácidas costas bibliófilas fue éste que os reproduzco:

El Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España ha editado un libro titulado ‘Ciudades de cuento’ en el que se pretende dar a conocer cada una de las ciudades a los niños mediante un cuento que relata la historia y riquezas de cada una de ellas.El libro se ha presentado en Alcalá de Henares, Madrid, donde se conmemora el décimo aniversario de la concesión del título de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, y se distribuirá entre unos 24.000 niños de las ciudades que conforman este exclusivo grupo en España.

Alcalá de Henares, Avila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo son las 12 ciudades que han ofrecido una visión al público infantil sobre su patrimonio y su historia.

Con títulos tan sugerentes como ‘Mateo el Genovés’ (Cuenca), ‘Las tres espadas’ (Toledo) o ‘La ranita sabia’ (Salamanca), el Grupo de Ciudades Patrimonio ha querido ofrecer la posibilidad de que los niños conozcan las ciudades donde viven y también el resto de las del grupo de una forma fácil de asimilar.

Lo que es en mis baldas ya tienen su hueco asegurado, queridos. Porque no sé vosotros, pero servidora cree que hay veces en que una buena alternativa o complemento a una guía de viaje es una novela, especialmente si se trata de ciudades.

Sumergirse en Praga de la mano de Kafka, recorrer Estambul junto a Pamuk, dejarse enredar en el dédalo dublinés de James Joyce o maravillarse ante una Barcelona que, bajo el trazo de Eduardo Mendoza, se convierte en La ciudad de los prodigios es un lujo al alcance de todos.

Y no sólo ellos, también podemos seguir los surcos de tinta que forjan el San Petersburgo de Dostoievski, recorrernos Manhattan con Antonio Muñoz Molina o espiar cómo son y viven los venecianos mientras investigamos por qué ardió el mítico teatro de La Fenice.

Cada ciudad tiene su escritor o escritores, urbanitas natos o no, que no contentos con habitarlas y recorrerlas inventaron o recrearon historias y personajes que nos acompañan en paseos literarios que precederán al viaje real y que lo harán aún más placentero.

Así, a bote pronto, me vienen al pelucón unas cuantas obras:

ALEJANDRÍA: Lawrence Durrell, Cuarteto de Alejandría (Justine, Balthazar, Mountolive y Clea). Un viaje poliédrico y de ensueño a una Alejandría con la sombra de la I Guerra Mundial sobre sus arterias y durante el conflicto bélico, vista por sus personajes, cargados de altas y bajas pasiones, pero siempre con el alma hermanada a la mítica ciudad.

ESTAMBUL: O. Pamuk, ‘Estambul´.
El Nobel de Literatura y gran escritor turco oscila del plano histórico al autobiográfico para desvelar las sinuosidades de Estambul, a caballo entre Europa y Asia. Pamuk la ilustra, además, con semblanzas y fotografías de artistas y de escritores, de callejuelas y de hermosos edificios en ruinas. Un misterio a cada vuelta de esquina y de página.

BUENOS AIRES: E. Sábato, ‘sobre héroes y tumbas´
Un impresionante viaje literario por Buenos Aires en una novela donde Ernesto Sábato materializa toda su carga ideológica. Centrada en el personaje de Martín, un hombre en busca de sí mismo, y en su amor atormentado por la carismática Alejandra, el escritor argentino expone su particular visión sobre la soledad con la ciudad de fondo.

DUBLÍN: James Joyce, ‘Dublineses´
Los seres que habitan en este Dublín inolvidable retratado por el irlandés James Joyce forman parte de una realidad aparentemente insignificante. Sin embargo, tras la tristeza o la trivialidad, aguardan agazapadas cuestiones fundamentales que van desde la fatalidad o las penalidades del destino hasta la desidia o el amor más profundo.

GRANADA: W. irving, ‘Cuentos de la alhambra´
Prototipo de historiador romántico, cosmopolita y viajero infatigable, W. Irving encarna la personalidad inquieta y polifacética del hombre del siglo xix. Llegó a Granada en 1826 y de su fascinación por lo que encontró surgen estos cuentos, que recrean cuanto cautivó al norteamericano.

LISBOA: F. Pessoa, ‘Libro del desasosiego´
Obra inacabada e inacabable. Un universo entero en expansión cuya pluralidad literaria y vital es infinita y que se enmarca en la ciudad portuguesa. Bernardo Soares, contable en Lisboa y autor ficticio de este libro es, según Pessoa, «un semiheterónimo, porque, no siendo mía la personalidad, es, no diferente de la mía, sino una mutilación de ella».

PRAGA: F. Kafka, ‘El proceso´
La estremecedora historia de K., arrestado por un crimen que desconoce y procesado por jueces y leyes que nunca conocerá. Al igual que en el resto de su obra, Praga está presente, como el viejo callejón de los Alquimistas, en cuyo número 22 Kafka residió.

SAN PETESBURGO: F. Dostoieski, ‘Crimen y castigo´
Un estudiante justifica el crimen de una usurera de San Petersburgo con fines humanitarios. Pero será incapaz de soportar la culpa, y la ciudad da fe de su tormento.

BARCELONA: E. Mendoza,‘La ciudad de los prodigios´
El meteórico ascenso de un campesino que en 1887 llega a la gran ciudad que aún no lo es, Barcelona, y que se convertirá en uno de los más ricos con métodos turbios.

BeERLÍN: C. Isherwood,‘Historias de Berlín´
Mosaico del Berlín de los años treinta a través de personajes que burlan sus apuros y la decadencia que les rodea a golpe de excesos en antros y cabarés. Mientras tanto, la peste nazi cae sobre la ciudad como una masa gelatinosa que les engullirá a todos. De uno de sus relatos, Sally Bowles, salió el guión original de Cabaret.

NUEVA YORK: Muñoz Molina,‘Ventanas de Manhattan´
Fragmentos de Nueva York, que esconde tantas ventanas como exhibe: las de los decorados de Broadway, de los edificios al otro lado de Central Park, el Harlem y la magia del Village.

VENECIA: J. Berendt, ‘La ciudad de los ángeles caídos´
Impresionante descripción de Venecia, de sus suntuosos palacios y sus callejuelas, y de los venecianos. Pero detrás de esa preciosa fachada se esconde la tragedia y un misterio: el incendio de la Ópera de la Fenice.

Obviamente ni son todas las que están aquí, ni están todas las que son… Y aquí es donde entráis vosotros, reginaexlibrislandianos de pro: ¿qué lectura fue vuestra antesala a qué ciudad? ¿De la mano de qué escritor conocísteis y apreciásteis qué lugar?