Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Archivo de enero, 2018

¿Qué personaje de El nombre de la Rosa es el bibliotributo de Umberto Eco a un escritor?

No, queridos, no es Frai Guillermo de Baskerville.

(El nombre de la rosa, 1986 / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

Aunque, sí, el sabueso franciscano de Umberto Eco que protagoniza El nombre de la rosa tiene mucho de Sherlock Holmes.

Tanto a nivel físico, como por su nombre y sus dotes deductivas, e incluso por su querencia a los estimulantes (Frai Guillermo es tan aficionado a masticar hojas de plantas psicoactivas como Sherlock a la cocaína), pero este no es el guiño metaliterario al que aludimos.

Entre otras cosas porque el bibliotributo en cuestión lo forjó Umberto Eco a la medida de un gigante literario, y no a la de cualquiera de sus ficciones.

Os pongo en contexto: estaba yo desembalando ejemplares de El Aleph, El libro de arena y Ficciones, cuando un reginaexlibrislandiano asiduo se acercó a mi escritorio blandiendo El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Y dijo:

Cliente: ¡Mira, Regina, hoy me toca relectura!

Regina: ¿perdona?

Cliente: Que POR FIN me releo El nombre de la Rosa. Desde que me lo leí cuando salió (¿en los 80?) he querido volver, pero nada. Hasta hoy, ¡ja!

Regina: ¡Ahh! ¿Y cómo es que te ha dado ese biblioapretón?

Cliente: Pues una tontería, porque hace unos días leí que se había incendiado la abadía que inspiró a Umberto Eco y me dio por releerla.

Regina: ¡Mira! ¡Esa es nueva! Si ya digo yo que los caminos de la Providencia Librera son tan Inescrutables como bienvenidos ¡jajajaja!

Y de pronto me quedé petrificada, con la mirada fija en algún punto del escritorio, las manos agarrotadas aferrándose a los brazos de la silla y las venas de las sienes como morcillones de Burgos. Hasta que un vozarrón me sacó del lapsus:

Cliente: REGINA, RE-GI-NA… ¿ESTÁS BIEN?

Regina: ¿QUÉ? ¿CÓMO? Ah, sí, perdona. Sí, pues lo que yo digo, que los caminos de la Providencia LIbrera son Inescrutables. Porque si no ya me dirás tú a mi cómo demoníos podríamos tener estos libros sobre la misma mesa a la vez.

Cliente: No te sigo, ¿de qué hablas?

Regina: ¿Sabes qué personaje de El nombre de la Rosa es el bibliotributo semivelado de Umberto Eco a un grandísimo escritor?

Cliente: Mmm, veamos, ¿Guillermo de Baskerville por Sherlock?

Regina: No me refiero a ese. Me refiero a un autor que Eco utilizó para dar forma a uno de sus personajes. Así, como homenaje personal.

Cliente: No sé, no caigo, ¿el inquisidor?

Regina: No, a ver, es un anciano de origen español, ciego, venerable, hierático y profundamente sabio. Y, con eso, mira qué otros libros tienes aquí delante: El Aleph, El libro de Arena…

Cliente: ¿Borges? ¿Borges en El nombre de la Rosa?

Regina: ¡SIIIIIII! ¿recuerdas al venerable Jorge de Burgos?

(El nombre de la rosa, 1986 / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa, 1986 / 20th Century Fox)

Cliente: ¡Coño! ¿El ciego? ¿El de los libros? ¿Que de joven controlaba la Biblioteca de la Abadía? Bueno, y después también… Que era pelín apocalíptio, el caballero. ¿No?

Regina: Sí, señor. Con su «venerable Jorge» Umberto Eco saldó una deuda con uno de sus maestros, Jorge Luis Borges. De hecho él mismo comentó cuando se lo preguntaron que «…biblioteca más ciego sólo puede dar Borges»

Cliente: ¡Madre mía, pues no tenía ni idea! Si ya estaba motivado a releerme El nombre de la rosa ahora ni te cuento, Regina

Y se fue con su ejemplar de la grandísima El nombre de la Rosa bajo el brazo, dejándome atrincherada en mi colección borgiana y con una enoooorme sonrisa horadada en la cara. No me preguntéis por qué, querid@s, pero la suma de esos pequeños biblioinstantes hacen de mi profesión un géiser de momentazos librescos que al menos a mi me dan la vida.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El nombre de la rosa

El nombre de la rosa

En el invierno de 1327, bajo el papado de Juan XXII el ex-inquisidor y franciscano Guillermo de Baskerville y su discípulo el novicio Adso de Melk llegan a una abadía benedictina en los Apeninos famosa por su biblioteca. Allí enviados del Papa, inquisidores y frailes franciscanos decidirán en una inminente reunión si es o no herejía proclamar la pobreza apostólica. Pero los días previos al debate varios hermanos mueren en extrañas circunstancias, y lo que para el ciego exbibliotecario Jorge de Burgos es el anuncio del Apocalipsis, para Guillermo de Baskerville es un misterio por desentrañar. Ayudado por Adso y saltándose las estrictas normas de la abadía, resolverán un sangriento enigma relacionado con libros prohibidos, Aristóteles y un fanatismo religioso puesto en jaque por el método científico de Guillermo. Maravilloso y vívido fresco del medievo en todo su oscuro esplendor en un artefacto narrativo perfecto que es mezcla de novela histórica, trama detectivesca, relato de iniciación y thriller psicológico aderezado con ironía y lucidez, donde el lector debe saber interpretar las señales.

 

 

 

«¿Sabes en qué novela un fiscal defiende a su hijo, acusado de matar a un amigo?”

Otro día grande en reginaexlibrislandia.

(Blue Jasmine, 2013 / Warner Bros)

(Blue Jasmine, 2013 / Warner Bros)

De esos en los que una echa el cierre con la bibliofilia desatada, el pelucón desmadejado y esta sonrisa entre traviesa y radiante que me da vuelta a la cara. Y todo por un simpático reginaexlibrislandiano que se adentró en mis confines a la caza de un título esquivo y pilló por banda y totalmente desprevenido a uno de mis libreros.

Cierto es que ambos arrastrábamos con más cafeína que ánimo el agotamiento post-inventario con el que inauguramos el año nuevo contable en la librería. Y cierto es también que pilló al pobre infeliz a tortas con el maldito tóner de la impresora, y, peor aún, siguiendo mis más que confusas instrucciones a partir del manual. Y no es menos cierto que yo, todo malicia, di un discreto pasito atrás para salir del plano justo cuando intuí que una nube en forma de biblioadivinanza se cernía sobre nuestro escritorio, para así relajarme y disfrutar de la escenita libresca que iba a protagonizar mi librero mí en tres, dos, uno…

Cliente: Ejem, buenos días

Librero: ¿QUÉ? ¡Ah, sí, perdón, buenos días!

Cliente: A esas impresoras las carga el diablo, ¿eh?

Librero: ¡Qué me va usted a decir! Siempre acabo embadurnado de tinta para nada. ¡Brrr! En fin, ¿en qué puedo ayudarle?

Cliente: ¿Sabes en qué novela un fiscal defiende a su hijo, acusado de matar a un amiguito? Es que el otro día en el AVE escuché a dos chicas hablando de una novela, pero no recuerdo el título. Y, oye, hablaban tan bien que me dije “Esta tengo que leerla”

Librero: ¿Y no recuerda el título? ¿El autor? ¿La editorial?

Cliente: Mmm, no. El caso es que si cierro los ojos veo la portada, que creo que era blanca, o clarita, con letras rojas. Pero poco más

Librero: ¿Y qué recuerda de la conversación?

Cliente: Pues que la novela iba de un tipo que era fiscal, abogado o juez en un pueblo americano y llevaba un caso de asesinato. Habían matado a un crío, pero resulta que empiezan a acusar a su hijo. ¡Al hijo de este hombre! Eran compañeros de colegio. Y ahí se lía todo, claro.

Librero: Mmm, me suena, me suena mucho

Cliente: Decían que se leía muy rápido porque te enganchaba, no solo por el asesinato y el proceso, sino por cómo lleva la familia el tema y por hasta qué punto uno conoce a su prole o no.

Librero: ¡ish! ¿No será una de John Grisham?

Cliente: No, no. A ese le conozco, y al autor que mencionaron ni me sonaba. Sí te digo que, por cómo hablaban del libro, muy reciente no debe de ser. Pero, eso sí, según ellas tenía un final de infarto la novelita. ¡Qué rabia no haberme apuntado el título, de verdad!

Librero: Bah, eso nos pasa a todos, caballero. Veamos, ¿y si es del autor de Presunto inocente? otro clasicazo del género thriller jurídico.

Cliente: ¿Y cómo se llama ese autor?

Librero: Scott Turow

Cliente: No, no me suena para nada. ¡Qué rabia!

Y justo ahí el título y su autor me atravesaron el pelucón como un fogonazo… Irrumpí en escena aferrada al maldito manual y solté:

Regina: DEFENDER A JACOB, DE WILLIAM LANDAY. Usted busca DEFENDER A JACOB.

Librero: ¡CLARO! ¡MALDITA SEA, CÓMO SOY TAN TORPE!

Cliente: ¡Ese, ese! ¡Defender a Jacobo! ¡Ese es, sí señor!

Regina: Esa novela es canelita en rama, queridos. Literalmente no puedes para de leer y, como decían sus misteriosas prescriptoras sobre raíles, el final es brutal. Aún me dan escalofríos al recordarlo.

Cliente: ¿Y la tenéis? Decirme que SÍ, que me la quiero llevar ahora

Y sí, la teníamos en stock en reginaexlibrislandia.

De hecho es uno de esos títulos que prescribo bastante a menudo porque sí, es trepidante y porque, efectivamente, se lee muy bien. Una lectura más que recomendable para dejar que su trama te absorba y así pegarte unas bibiovacaciones de tu propia realidad.

Así que nuestro reginaexlibrislandiano abandonó mis confines con ella bajo el brazo no sin antes apostar conmigo un café a que no era capaz de adivinar el final antes de terminar de leer Defender a Jacob, de William Landay (Esfera de los Libros). De alguna manera puedes verlo venir, pero os aseguro que, aún así, el desenlace os dejará petrificados.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

Defender a Jacob

Defender a Jacob

Cuando descubren el cadáver de un adolescente en un bosque con tres puñaladas en el pecho, la idílica comunidad de Newton entra en shock. El ayudante del fiscal del distrito, Andy Barber, se hace cargo del caso hasta que su hijo Jacob, compañero de clase del chico, es acusado del crimen. Andy no sólo perderá su trabajo, sino que verá cómo todo su mundo se desmorona. Con algún recelo, agobiado por un secreto del pasado y convencido de que su hijo ha sido injustamente acusado, buceará en Facebook, interrogará a escolares, se enfrentará a su esposa y hará lo imposible para hallar un culpable que devuelva la inocencia a Jacob y devuelva la paz a sus vidas. Magistral thriller legal que cuestiona los límites del sistema judicial estadounidense en el que los niños son tratados como adultos y que es también una soberbia novela que plantea la escalofriante pregunta de hasta qué punto los progenitores conocen realmente a sus hijos. Brutal.

Échate unas risas leyendo ¡Noticia bomba! de Evelyn Waugh

Mira que es contagiosa e irreprimible la pasión por un libro.

(Quemar después de leer, 2008 / Focus Features)

(Quemar después de leer, 2008 / Focus Features)

Y más aún si es de esos en los que la carcajada te aguarda a cada salto de línea. De ahí que el mejor prescriptor libresco es cualquier lector con el que te cruzas y al que pillas poseído por un título. Supura éxtasis libresco por cada poro de su epidermis y es absolutamente incapaz de reprimir su necesidad de gritarle al universo en pleno que deje lo que sea que esté haciendo y corra a por un ejemplar activado por un histriónico «¡TIENES QUE LEER XXXX!».

Ni si quiera yo, que mi oficio es prescribir a diario, soy inmune a ese poderoso efecto secundario de un episodio de biblioposesión en mi tiempo libre. Y más de una vez (y de dos, y de tres), he montado el biblionumerito estando suelta allende los confines de mi librería.

De hecho esta misma tarde lo he vuelto a hacer. Y sí, ha sido con uno de esos libros con los que me río de principio a fin: ¡Noticia bomba! de el grandísimo Evelyn Waugh.

Mira que me lo he releído veces y nunca falla: carcajadas continuas. El caso es que como amanecí algo turbia y renegando del mundo, decidí apaciguar a la bestia y autoprescribirme algo de mi propia biblioterapia de risas para evitar males mayores.

Apenas tres horas después estaba completamente transformada. Parecía otra. O, mejor dicho, estaba extasiada y poseída por la novelita. Pero es que, queridos, menudo festival de carcajadas con el amigo Waugh. Me sentía radiante y relajada, tanto que decidí salir -poseída y todo- a derrochar buenrollismo histérico por el barrio.

Y fue justo ahí, apenas unos metros después de plantar el pie regino en la calle, cuando me topé con una reginaexlibrislandiana de pro:

Clienta: Uy, Regina, muy contenta se te ve hoy, ¿no?

Regina: ¡Sí, si, si, querida!

Clienta:Pero, ¿te ha pasado algo?

Regina: ¡Uy! ¿Que si me ha pasado algo? ¡ALGO! ¡SÍ!

Clienta: ¿De qué hablas?

Regina: TIENES QUE LEERTE ¡NOTICIA BOMBA! DE EVELYN WAUGH

Clienta: ¡Acabáramos! ¡Un libro, cómo no!

Regina: En serio, mujer, TIENES QUE LEERTE ¡NOTICIA BOMBA! Mira cómo tengo el cutis. ¿Sabes por qué? De la jartá de reirme que me he pegado esta mañana. Me he quedado nueva. En serio, ¡LÉETELO YA!

Clienta: Pero qué son, ¿monólogos? ¿o qué?

Regina: Noooo. Evelyn Waugh es un escritor británico de la primera mitad del SXX. ¿Te suena Retorno a Brideshead?

Clienta: Sí, sí, me leí Retorno a Brideshead. De hecho te lo compré a ti, Regina

Regina: Pues este tiene poco que ver con aquel. Los dos son excepcionales, pero en ¡Noticia Bomba! destila todo su ingenio y talento para la sátira con un relato desternillante que pulveriza el sarao de la prensa y las corresponsalías de guerra.

Clienta: ¿Ah, sí?

Regina: Sí, y sabe del tema, porque él fue corresponsal de guerra. Pero aquí levanta una comedia de enredos maravillosa, en la que un tabloide manda por error a cubrir una guerra en un país remoto a un colaborador de temas de botánica. Es hilarante, en serio. ¡AY, TIENES QUE LEÉRTELO!

Clienta: vale, vale, CÁLMATE UN PO-QUI-TO, REINA. ¿Lo tienes en reginaexlibrislandia? Que voy mañana a por él

Regina: Sí, sí. En serio, es que TIENES QUE LEERTE ¡NOTICIA BOMBA!

Y se fue (más bien salió huyendo, todo sea dicho, menos mal que ya sabe que no suelo ser peligrosa) y yo continué dándole rienda suelta a mi episodio de biblioposesión noticiabombiana compulsiva a discreción. Conocidos, reginaexlibrislandianos de distinta graduación, familiares, amigos, en persona, en los bares, por teléfono, a gritos. Me faltó darme al grafiti, ahora que lo pienso. Pero es que en serio, querid@: ¡TENÉIS QUE LEEROS NOTICIA BOMBA, DE EVELYN WAUGH. Y más si queréis echaros unas risas de libro. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

¡Noticia bomba!

¡Noticia bomba!

¡Noticia Bomba! Evelyn Waugh. Anagrama. Un magnate de la prensa de Fleet Street llamado Lord Copper presume de la infalibilidad de su olfato para descubrir talentosos reporteros que inundan de exclusivas su tabloide y ganarle así lectores a la competencia. Sin embargo, a causa de una confusión de apellidos, envía a «cubrir» la guerra civil en una remota república africana a uno de los periodistas más improbables para tal misión. A partir de ese equívoco, Evelyn Waugh se lanza a una feroz y desopilante sátira sobre el mundo del periodismo, los enviados especiales, la información, la desinformación y la confusión. Considerada como una de las grandes novelas de humor del siglo XX, es también un vívido y corrosivo retrato de la profesión y del sector que arrancará las carcajadas tanto de quienes la sufren a diario como de los ajenos al mundillo.

 

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela La Metamorfosis, de Franz Kafka?

La metamorfosis, Kafka. El Zorro Rojo. Ilustrado por Luis Scafati

La metamorfosis, Kafka. El Zorro Rojo. Ilustrado por Luis Scafati

Descartar La metamorfosis por creer conocer la trama o por considerarla una turbia fantasía entomológica es uno de los peores patinazos que puede dar un lector. La historia del viajante que se acuesta hombre y amanece insecto es una alegoría demoledora de la identidad personal y de la extrañeza del hombre ante el mundo, donde lo esencial no es la mutación en sí, sino las reacciones que detona en los demás. Una obra maestra cuyo punto y final te golpea con la rotundidad de un mazazo en el cráneo.

Si eres de los que sí leyó el texto original demuestra que conoces la novela respondiendo al trivial “La metamorfosis”de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

«¿Qué novela me leo de esa tal Úrsula K. Le Guin de la que hablan todos?»

Es curioso cómo, ante algo grande, nos hacemos pequeños.

(La increíble mujer menguante, 1981 / Universal)

(La increíble mujer menguante, 1981 / Universal)

Por eso y a fuerza de leer y de releer a Úrsula K. Le Guin yo me he reducido prácticamente a la nada. Yo que, amén de bibliófaga compulsiva, he de reconocer que no soy especialmente devota de la Ciencia Ficción o la Fantasía, me rendí muy pronto a la inmensidad de un genio creativo transgénico, que trasciende géneros y etiquetas. Por eso siempre la he prescrito y la prescribiré a discreción. Soy ursulakleguinítica de pro.

Úrsula K. Le Guin es, sin más, una escritora fuera de serie, una de las más grandes autoras de todos los tiempos. Sí, más allá de premios, reconocimientos y etiquetas. Y no solo eso: también es alguien que derrocha coherencia, lucidez, humor, inteligencia y sabiduría por los cuatro costados. Dotada genéticamente para diseccionar el alma humana da igual si la enmarca en otra galaxia o en mundos oníricos con magos y dragones, si la constriñe en un relato breve o si la expande en forma de serie de novelas. Lo esencial, su genio, está en cada línea. La prueba es que entras y sales de sus historias absolutamente transformado por una biblioexperiencia inolvidable en la que, además de disfrutar y soñar, te sientes más cerca de tu lugar en el mundo. Porque ella es un géiser de verdades universales. De esas que de tan obvias nos resultan inaprensibles. Pero, por suerte, Úrsula K. Le Guin nos despierta del letargo a librazos.

Úrsula K. Le Guin se ha ido. En reginaexlibrislandia estamos de luto y, nada más conocer la noticia, celebramos su obra a los pies de la balda que puebla en la librería. Pero su universo creativo goza de excelente salud y, como paradójicamente ocurre con cada desaparición, los tributos mediáticos despiertan la curiosidad y el apetito lector de quienes hasta ahora no tuvieron la fortuna de leerla. Por eso desde hace unas horas son ya unos cuantos los reginaexlibrislandianos de todo pelaje que se adentran en mis confines con idéntica petición:

Oye, Regina, ¿Qué me leo de la tal Úrsula K. Le Guin de la que hablan todos ahora?

Así que servidora, amén de recomendar sin titubeos cualquier texto firmado por la Gran Maestra, y puestos a guiar a alguien en su primera inmersión en el universo creativo de un gigante de las letras que se reinventaba en cada género, tiene preparadas en la bibliorecámara cuatro sugerencias reginaexlibrislandianas para lectores no ursulakleguinizados.

Son cuatro títulos que considero representativos del carácter transgénico de su obra a pesar de las etiquetas que llevan: una novela de, en teoría, Ciencia Ficción; su universo de fantasía al completo; un relato tan hermoso como demoledor y, para concluir, el redoble de tambor: una ficción histórica-metaliteraria que recrea la la vida de un personaje de Virgilio.

¿Listos? Pues van mis cuatro prescripciones reginaexlibrislandianas para empezar a leer a Úrsula K. Leguin:

1. La mano izquierda de la oscuridad. Úrsula K. Le Guin. Minotauro. Brutal disección de las absurdas limitaciones auto-impuestas por la raza humana en la que Le Guin plantea una sociedad sin diferenciación sexual para, una vez pulverizada la identidad de género como etiqueta, mostrar lo elevadas que podrían ser las cotas alcanzadas por sus miembros. Todo arranca cuando Genly aterriza en el planeta Gueden, llamado Invierno por su gélido clima, con la misión de proponer a sus habitantes unirse al Ecumen, una liga de Planetas. Los guedenianos son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo en la época de celo, denominada kémmer. Eso les hace únicos en la galaxia. En Invierno, Ai conoce a Estraven, un alto cargo que le mostrará el potencial de una sociedad sin diferenciación sexual. Colosal análisis de nuestra identidad sexual y de nuestros tabús ensartada en un relato absorbente y aderezada con ingenio, inteligencia, imaginación y un exquisito sentido del humor, marca de la casa Úrsula K. Leguin.

La mano izquierda de la oscuridad

La mano izquierda de la oscuridad

2. Historias de Terramar. Edición completa. Úrsula K. Leguin. Minotauro. Si eres de esos lectores que aún no ha pasado una temporadita en el archipiélago de Terramar estás de enhorabuena: tienes la posibilidad de perderte en un biblioensueño poblado por dragones, magos y espectros, talismanes y magia, mucha magia. Magia en la trama y magia en el talento de una Úrsula K. Leguin a la altura de J.R.Tolkien, que levanta a palabras un universo literario sólido, inolvidable y adictivo. Así que deja lo que estés haciendo y adéntrate en este mundo gobernado por la magia y, ante todo, por las palabras: cada cosa posee su nombre verdadero, el designado durante la Creación, cuyo conocimiento otorga a los hechiceros el dominio sobre los elementos y los animales. Sus gentes solo buscan conseguir la paz y la sabiduría. En este único volumen se incluyen las cinco novelas de la saga Terramar: Un mago de Terramar, Las Tumbas de Atuan, La costa más lejana, Tehanu y En el otro viento. Páginas y páginas cargadas de belleza, fantasía, humor, emociones y alegorías que trascienden el género fantástico y destilan sabiduría y entretenimiento, de la mano de una de las más grandes escritoras de todos los tiempos. No se puede pedir más.

Historias de Terramar

Historias de Terramar

3. El día antes de la Revolución. Úrsula K. Le Guin. Nórdica. Publicado en 1974 en la mítica revista Galaxy Science Fiction, en este relato, ganador de los premios Nébula y Locus 1975, y precuela de Los desposeídos, Le Guin esboza la intrahistoria de los revolucionarios anarquistas que a golpe de acción, humanidad, imaginación y ciencia fundarán el planeta Anarres. Su protagonista es Odo, la anciana la líder de la revolución que dio lugar al odonianismo, comprueba que, a pesar de haber logrado materializar sus ideales de justicia y libertad, ni vejez ni la muerte perdonan. Con semejante revelación, ¿tiene sentido el resto? Narrada en un tono intimista y más allá de las connotaciones políticas e ideológicas que subyacen al relato, lo esencial es el retrato interior de la mujer agazapada tras la carismática líder e ideóloga. Maravilloso cuento que, en esta impecable edición de Nórdica ilustrado por Arnal Ballester y traducido por Enrique Maldonado Roldán, es la perfecta puerta de entrada al universo creativo de Úrsula K. Le Guin para los lectores más recelosos, y una exquisitez libresca para el resto.

El día antes de la revolución

El día antes de la revolución

4. Lavinia, Úrsula K. Le Guin. Minotauro. Quienes no se atrevan con obras más «de género» (aunque el universo narrativo de Úrsula K. Le Guin trasciende géneros y etiquetas para apalancarse en lo más alto de la Literatura con Mayúsculas) quizá puedan plantearse una primera toma de contacto con K. Le Guin a través de esta magnífica recreación de Lavinia, uno de los personajes de La Eneida de Virgilio. Es un relato hipnótico y cautivador que te clava en las entrañas semisalvajes de la Italia antigua, cuando Roma no era más que una aldea mugrienta enclavada cerca de siete colinas. Allí la joven y bella Lavinia, en espera de consumar un matrimonio de conveniencia para perpetuar la paz, no desoye una profecía que la empuja a rebelarse y tomar las riendas de su destino, y con ellas el encuentro y la perdida del amor de su vida. Colosal relato sobre la pasión y la guerra firmado por una Gran Maestra.

Lavinia

Lavinia

Y cierro mi bibliotributo ursulakleguiniano, y que la Gran Maestra me perdone, parafraseándola cuando escribió sobre la protagonista de El día antes de la Revolución:

Agradecí sumamente cuando Odo/Úrsula K. Le Guin apareció de entre las sombras y atravesó el abismo de lo probable pidiendo un relato, no sobre el mundo que construyó, sino sobre sí misma

Pues eso. No se puede decir mejor. Regina exLibris dixit.

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¿Sabes qué novelas escribieron en solo un mes Muriel Spark, Ishiguro, Conan Doyle, De Rojas, A. Burgess y Kerouac?

Hay grandes libros que parecieron surgir por bibliogeneración espontánea.

(Malavita, 2013 / EuropaCorp)

Sí, por lo poco que tardaron en escribirlos, o, al menos, en finiquitar su primera versión. Pero nada más lejos de la realidad, claro, porque aunque un escritor sea capaz de dar forma en tiempo récord a una buena historia, seguro que llevaba mucho gestándose en su interior. Llegado el momento adecuado, una llama prende la mecha y detona el incendio literario. Pero sin talento ni esfuerzo creativo –consciente o inconsciente– no hay fuego que encender ni llamas que avivar.

De ahí que, por ejemplo, sean factibles bibliomilagros como que Mary Shelley pariera su Frankenstein o el Moderno Prometeo en el plazo de una noche de tormenta, o que Robert Louise Stevenson rematara en pocas horas tras un mal sueño su El Extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr Hyde. Y en eso precisamente, en la capacidad de algunos para rematar novelones en tiempo récord, se ha centrado el debate improvisado de esta tarde en la librería con uno de mis reginaexlibrislandianos de pro:

Cliente: A ver si me leo estos en una semanita, pero es que hoy en día el tiempo cunde muy poco, Regina

Regina: ¿Y eso?

Cliente: Pues mira, entre un trabajo y otro me tomé un mes off y no hice apenas nada de lo que pretendía. Por no hacer ni siquiera he descansado

Regina: Bueno, no sé… en mi caso el tiempo tampoco es que sea elástico, pero sí puedo decirte que en cuestiones librescas hay titanes de las letras que remataron algunas de sus mejores obras en menos que eso. ¿No sabes qué grandes novelas fueron escritas en menos de un mes?

Cliente: ¿qué? ¿Un mes? ¡Imposible! ¿Sí?

Regina: Sí, querido, como lo oyes. Alguna de Ishiguro, Kerouac o incluso Fernando de Rojas. Y eso que ponemos ahí el corte temporal, pero también hay otras que ni te imaginas que fueron escritas en poco más de un mes.

Cliente: Pero, a ver, espera. ¿Qué novelas dices que fueron escritas en un mes?

Y aquí yo, ya perfectamente embutida en la piel de Maggie Blake, la gloriosa madre conematográfica de «la Familia» Malavita, con esa encantadora y letal querencia a prenderlo todo, prendí mi fósforo junto antes de soltar mi bibliperorata incendiaria.

Sí querido, aquí tienes seis grandes novelas escritas en menos de un mes. ¿Listos? ¡Van!

1. La Celestina, de Fernando de Rojas. ¡Apenas quince días! En algún punto entre la novela dramática y la tragicomedia, siempre se ha dicho en los mentideros librescos que Fernando de Rojas, una vez esbozado el primer acto, la remató del tirón en apenas dos semanas. Complejo tapiz de una sociedad y de una época a las que retrata con cierto cinismo y humor descarnado, esta colosal pieza narrativa versa sobre el amor, la muerte, la magia, las bajas pasiones y la necesidad de vivir cada momento como si fuera el último. En ella la loca pasión por Melibea, hija de un rico mercader, lleva al joven Calisto a aliarse con una vieja alcahueta para conseguir el favor de su amada. Desde que Celestina entra en escena el turbio personaje se consolida como criatura capital de las letras universales.

La Celestina

La Celestina

2. Estudio en escarlata, de Arthur Conan Doyle. ¡Tres semanas! Con apenas 27 primaveras Arthur Conan Doyle finiquitó en tres semanas la que sería la aventura inaugural del llamado a ser uno de los personajes más grandes de toda la historia de la literatura: Sherlock Holmes. A caballo entre el género policiaco, la reconstrucción histórica y el relato de aventuras, la novela en la que Conan Doyle plantea, despliega y resuelve su primer enigma de forma magistral gira en torno a un crimen cometido en Londres y cuya trama se relaciona con la secta mormona y el estado de Utah. Explosiva mezcla de crimen, suspense, pistas falsas y venganza, en la que los desde ya inseparables Sherlock Holmes y doctor Watson seguirán el rastro del misterioso asesino.

Estudio en escarlata

Estudio en escarlata

3. En el camino, de Jack Kerouac. ¡Tres semanas! 21 días de frenética actividad literaria, vivencias de años como nómadas de asfalto, moteles y excesos, y un rollo de papel higiénico fue todo lo que empleó Kerouac para materializar En el camino. Publicada en 1957, y escrita como monólogo interior narra los viajes en Cadillacs y Dodges desvencijados que Kerouac y los suyos hicieron por EEUU y México, y que contribuyó a la mitificación de la ruta 66. Alcohol, orgías, droga, vidas al límite y desolación, y el retrato de una América subterránea, auténtica y desinhibida en una crónica de los protagonistas de la generación beat.

En el camino

En el camino

4. La naranja mecánica, de Anthony Burgess. ¡Tres semanas! Precedido por la polémica y eclipsado por la versión en el celuloide de Kubrick, La naranja mecánica es una de esas citas pendientes cuya lectura se aplaza sin fin. Error fácilmente subsanable y que proporciona satisfacción inmediata, ya que la novela de Anthony Burguess, pese a la aparente crudeza del mundo que describe, es un alegato a la libertad entendida como la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. En ella, Álex, un joven apasionado de Beethoven, sale cada noche junto a su trío de drugos  a dar rienda suelta a lo que llaman «ultraviolencia» hasta que ocurre algo que le hace cambiar… o no. Tras su publicación, Burgess admitió haberla escrito en apenas tres semanas y simplemente por dinero.

La naranja mecánica

La naranja mecánica

5. Los restos del día, de Kazuo Ishiguro. ¡Un mes! Quién le iba a decir a Kazuo Ishiguro que la que es su obra fundamental irrumpiría en su escritorio justo en pleno bloqueo creativo, cuando trabajaba en otra idea. Para superarlo se autoconfinó en su estudio y se dio cuatro semanas de plazo para «avanzar en algo». Al cabo del mes estaba listo el primer borrador de Los restos del día, una maravillosa novela brutalmente agridulce en la que un mayordomo consagrado durante tres décadas al servicio de un Lord inglés descubre, una vez muerto aquel, no solo que el hasta entonces santo de su total devoción fue en realidad una criatura indigna, sino que además quizá el precio que él mismo pagó por su absoluta entrega al oficio fue tan desgarrador como desorbitado. Un relato sutil y precioso, cargado de claroscuros y de maravilla.

Los restos del día

Los restos del día

6. La plenitud de la señorita Brodie, de Muriel Spark. ¡Un mes! Imagínense una escuela femenina en Edimburgo a finales de los años veinte. Piensen en una profesora con un pie en la treintena cuya cabeza está llena de ideas que distan de la disciplina que ha de inculcar a sus pupilas. Visualicen un grupo de seis niñas que gozan de su favor, almas que decide modelar a sus anchas. Aderécenlo con una impecable ambientación y una capa de ironía, y tendrán La plenitud de la señorita Brodie la novela con la que Muriel Spark pulveriza a una clase social. Ferozmente buena y, según Spark, finiquitada en apenas cuatro intensas semanas del año 1960.

La plenitud de la señorita Brodie

La plenitud de la sta. Brodie

Dá bibliovértigo pensar que semejantes artefactos narrativos irrumpieron negro sobre blanco en tan poco tiempo. Pero, qué demonios, ¡loadas sean sus musas y la llama que les prendió la creatividad!

Mi reginaexlibrislandiano abandonó mis confines en estado de shock pero, eso sí, con ejemplares de Los restos del día de K. Ishiguro y de La plenitud de la señorita Brodie, de Muriel Spark bajo el brazo. Ya nos contará cómo fue su affair con ambos.

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis alguna de ellas? ¿conocéis más novelas escritas en menos de un mes?
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Y que viva Valdemar por traerme de vuelta a la mejor Hester Prynne

Todos llevamos personajes tatuados en la bibliofilia.

(La letra escarlata, 1955 / Hollywood Pictures)

(La letra escarlata, 1995 / Hollywood Pictures)

Por alguna razón algunas de esas criaturas de tinta y ficción trascendieron las páginas del libro que habitaban para instalarse de una forma sutil pero definitiva bajo tu piel de lector. Quizá la Providencia Librera determinó ese vínculo antes incluso de que su autor les diera forma y trama, o puede que esa conexión se alimente de anhelos, soledades, miedos y fobias a las que el personaje da cuerpo y voz. Lo que está claro es que, una vez esas criaturas irrumpen en tu existencia, tú no vuelves a ser el mismo.

Aún recuerdo el momento en el que tomé conciencia de esta realidad libresca. Fue después de que Nathaniel Hawthorne me lanzara un obús llamado Hester Prynne. Acabé La letra escarlata y, pese a que logré sobreponerme al impacto de una trama vertiginosa, diabólica y demoledora, supe que algo había cambiado en mi para siempre.

Puede que el hecho de que se tratara de la mujer marcada y libre por excelencia de la historia de la literatura me forzara esta bibliorevelación, no nos vamos a engañar. Pero la cuestión es que, si me friccionáis el antebrazo y sois bibliófagos, veréis cómo emerge la silueta de una mujer enlutada con un bebé en brazos, el ademán desafiante y una «A» de color escarlata y oro cosida a la pechera. «A» de adúltera, según los cánones de la ultrapuritana norteamérica del SXVII. Aunque en esa «A» yo viera y vea Irreverencia, Valentía, Independencia, Coherencia, Fidelidad a sí misma y una fuerza interior absolutamente inasequible al fanatismo o la hipocresía.

El caso es que su presencia en mi es tan poderosa que pocos reginaexlibrislancianos desconocen mi hesterprynnemanía. También es cierto que no reprimo mis instintos y a la primera de cambio me metamorfoseo en Hester Prynne, ya sea para prescribirla en mis confines a mansalva o como disfraz de halloween, de carnaval o de la festividad que sea. Y hoy no ha sido menos, pero es que la ocasión lo merecía.

Estábamos uno de mis libreros y yo reorganizando las reposiciones de stock y el papeleo cuando, tras leer un e-mail y para sorpresa de mi compañero, PLAF, me he transformado en Hester Prynne sin preaviso, a saber: pelucón recogido a presión en moño, tocado blanco, vestido negro azabache hasta los tobillos con una letra A roja en el pecho, y un muñeco-bebé en los brazos.

(La letra escarlata, 1955 / Hollywood Pictures)

(La letra escarlata, 1995 / Hollywood Pictures)

Su reacción no se hico esperar:

Librero: ¿PERO QUÉ DEMONIOS..? ¿SE PUEDE SABER QUÉ HACES, REGINA?

Regina: ¡SÍ, SI, SIIIIIIIIIII!

Librero: ¿Regina?

Regina: (versionando la canción de la película ¿Quién teme a Virginia Wollf?) ¿Quién teme a Hester Prynne, Hester Prynne, Hesssster Prynne? ¿Quién teme a Hester Prynne, Hester Prynne, Hesssster Prynne? ¡La, lara, lalaaaaaa!

Librero: ¡VALE! Ya has montado el numerito. ¿Me vas a contar a qué viene?

Regina: ¿Ves aquella balda? ¿Ves un hueco junto a La casa de los Siete tejados?

Librero: ¿Al lado de La letra escarlata, en Penguin Random House?

Regina: ¡Síiiiiii! ¿No ves que falta -y que lleva faltando demasiado tiempo- la edición de Valdemar en tapa dura?

Librero: Pero, ¿de qué título?

Regina: ¿Es que estás ciego? Vamos a ver, ¿de qué voy vestida, querido?

Librero: De la de La letra escarlata, ¿no?

Regina: De Hester Prynne. Voy de HESTER PRYNNE.

Librero: Sí, pero que no te sigo del todo

Regina: Que los de Valdemar van a reeditarla… ¡YA!

Librero: ¡Ahhh, joder, Regina!

Regina: Sí, en mi nada volvió a ser igual después de abalanzarme alegremente al ejemplar en su día editado por Valdemar en su colección Gótica de tapa dura. Esa que me dejó en su día esa balda que ves mellada, cuando al pedir reposiciones dejaron de llegar a mis confines. ¡ñiiii! PEEEERO pronto volverán con mamá. ¿Quién teme a Hester Prynne, Hester Prynne, Hesssster Prynne?

Librero: Madre mía, Regina, estás para que te aten. «T» de TARADA te voy a poner yo, pero en la chepa. ¡Jajajajaja!

(La letra escarlata, 1955 / Hollywood Pictures)

(La letra escarlata, 1995 / Hollywood Pictures)

Regina: Ay, querido. Más te valdría seguir el consejo de Nathaniel Hawthorne: «Tenemos que volver a aprender el arte olvidado de la alegría». Porque menudo bibliosieso estás tú hecho.

Librero: Bueno, a ver, que es una buena noticia lo de la reedición de La letra escarlata en Valdemar. Pero tampoco es que sea un libro ni un personaje que irradie buen rollito, ¿no? Porque menudo dramita siniestro.

Regina: ¿Cómo? En cuanto venga la remesa te lo relees. Sí, es demoledor y trágico. Pero ahí, debajo de esa enorme A de Adúltera, tienes el germen de la Independencia. Simboliza, más allá de la silueta de una mujer excepcional y apasionada, el nacimiento de un carácter capaz de rebelarse contra el ultrapuritanismo que tan profundamente marcó el sino de la nación emergente. De no haberse dado ese tipo de rebeldía, ¿qué hubiera sido del resto? Y mira que aún quedan coletazos con peinado indescriptible sueltos por el país, pero… podría haber sido incluso PEOR.

Librero: Ah, buena lectura. Visto así también, claro.

Regina: Por no hablar de la culpa como detonante del comportamiento de los tres personajes sobre los que pivota la trama: Hester Prynne, El reverendo Dimmesdale y Roger Chillingworth. Y si me apuras incluso el de Pearl Prynne, la semillita del pecado. ¡Es brutal! Cómo un único instante dispara en direcciones diferentes los destinos de los cuatro implicados. Meterte en sus pellejos.Es como romper en la primera jugada de una partida de billar americano.

Librero: Vale, vale. Me has picado. Me lo voy a releer. Pero, ¿hasta cuándo vas a pasearte así por la librería?

Al final hasta que no eché el cierre no me deshesterprynnicé. Estaba demasiado agradecida a Valdemar y a la Providencia Librera por la inminente reedición y pensando en cómo recibiría al «ejemplar pródigo» como para cambiarme. Sin duda un novelón de órdago con una gran edición a la medida de un PERSONAJE con mayúsculas. Regina ExLibris dixit.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

La letra escarlata

La letra escarlata

Con La letra escarlata Nathaniel Hawthorne alcanzó una de las cimas de la literatura del siglo XIX. En la ultrapuritana Nueva Inglaterra del siglo XVII, la irreverente Hester Prynne es objeto del escarnio público por haber engendrado un bebé con su marido ausente, y obligada a llevar bordada y visible una “A” de “adúltera color escarlata. Mientras tanto, su amante secreto, un reverendo devorado por la culpa y la pasión, es digno de la estima general, un ser perverso y vengativo maquina contra ellos sembrando la discordia y los prejuicios, y la pequeña semilla del pecado va creciendo (¿sin secuelas?) en ese ambiente hostil. Una trama poderosa que te engancha a los turbulentos y sinuosos destinos de sus protagonistas. Regia novela y maravilloso personaje el de una Hester Prynne tan fuerte como indómita que afronta un presente atroz con una dignidad inquebrantable sobre el tapiz de una época con más sombras que luces. Uno de esos libros que, sin duda, deberían leerse más de una vez en la vida. Soberbia.

¿Te atreves con los trivials de libros de Regina ExLibris?

Si estás dispuesto a poner a prueba tu bibliofilia estás en el lugar adecuado, querid@, porque me he sacado del pelucón una serie de Trivials Regina ExLibris sobre una veintena de novelones.

Así que atrévete a hacer mis bibliotrivials y dame en los morros con tu bibliofilia, o bien plantéate que, quizás, ha llegado la hora de releer algún que otro título porque desmemoria te ha guiado en tus respuestas.

¿Listo? ¡Pues allá van!

(Frankenstein, 1931 / Universal)

(Frankenstein, 1931 / Universal)

(Teleñecos en cuento de Navidad / Walt Disney Pictures)

(Teleñecos en cuento de Navidad / Walt Disney Pictures)

(Matar a un ruiseñor, 1962 / Universal)

(Matar a un ruiseñor, 1962 / Universal)

Alicia en el País de las Maravillas

Alicia en el País de las Maravillas

(El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, 1920 / Paramount Pictures)

(El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, 1920 / Paramount Pictures)

La metamorfosis. Zorro Rojo. Luis Scafati

La metamorfosis. Zorro Rojo. Luis Scafati

(Madame Bovary, 1949/ MGM)

(Madame Bovary, 1949/ MGM)

(Drácula, 1992 / Columbia Pictures)

(Drácula, 1992 / Columbia Pictures)

(La Isla del tesoro, 1950 / Disney)

(La Isla del tesoro, 1950 / Disney)

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

(La Historia Interminable, 1984 / Warner Bros.)

(La Historia Interminable, 1984 / Warner Bros.)

(Cien años de soledad, Luisa Rivera / GEPRH)

(Cien años de soledad, Luisa Rivera / GEPRH)

(El Padrino, 1972 / Paramount)

(El Padrino, 1972 / Paramount)

El Principito

El Principito

El Fantasma de Canterville / EZR

El Fantasma de Canterville / EZR

(El Perfume, 2006 /Constantin Films)

(El Perfume, 2006 /Constantin Films)

(Cumbres Borrascosas, 1992 / Paramount Pictures)

(Cumbres Borrascosas, 1992 / Paramount Pictures)

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde?

(El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, 1920 / Paramount Pictures)

(El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, 1920 / Paramount Pictures)

La historia del Doctor Jekyll y Mr. Hyde ha calado tanto en la imaginería popular que hay quien ni se plantea leer una obra maestra en la que la lucha entre el bien y el mal tiene un cuerpo, dos rostros y una carga simbólica sobrecogedora. Pero más allá del anverso y el reverso y de la ambigüedad moral, es un trepidante relato de suspense cargado de imágenes demoledoras que se lee del tirón. En ella no hay vísceras, sangre, ni depravación explícita, pero hay algo más eficaz: la hipocresía desenmascarada y ese punto y final que te resuena en la conciencia como un mazazo en el cráneo. Soberbia, Regina Exlibris dixit.

Si eres de los que sí leyó el texto original demuestra que realmente conoces el novelón de principio a fin respondiendo al trivial «Dr. Jeckyll y Mr. Hyde»de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

«¿En qué novela de Gabriel García Márquez un perro muerde a una niña con el pelo muy largo?»

Adivinar títulos es la quintaesencia del oficio de librer@.

(Los amores de Carmen, 1948 / Columbia Pictures)

(Los amores de Carmen, 1948 / Columbia Pictures)

Sí, casi tanto como prescribir, gestionar el fondo y cuadrar las cuentas. Y da igual si las pistas del reginaexlibrislandiano son certeras, peregrinas o surrealistas. Si alguien se adentra en mi librería armado con retazos de información y la ilusión de irse con su libro bajo el brazo servidora se embute en su piel de su bibliopitonisa a la velocidad de la luz.

Entonces cierro los ojos, me aferro a la librobola, susurro en forma de conjuro las pistas que tengo y mi cerebro se entrega a una actividad frenética en pos de la referencia misteriosa. El resto es expectación hasta que los cascabeles del pañuelo que me ciñen al cráneo el pelucón tintinean enloquecidos. Es la señal que anuncia mi regreso de dondequiera que sea que me haya ido a por la inspiración libresca, y suelo volver con al menos una biblorespuesta.

Es cierto que el viajecito resulta unas veces agotador y otras desquiciante, pero cuando doy con el título mi bibliofilia se ensancha hasta copar toda reginaexlibrislandia.

El caso es que hoy, como casi cada día, me ha tocado sacar y frotar mi bola de bibliopitonisa. Estaba yo atrincherada en el escritorio reorganizando albaranes cuando un reginaexlibrislandiano asiduo que venía a por el último de Almudena Grandes –Los pacientes del doctor García -me suelta:

Cliente: Ah, y oye, Regina, ¿ en qué novela de Gabriel García Márquez un perro mordía a una niña con el pelo muy largo? El otro día mi mujer me lo preguntó y yo, que me lo leí hace mucho y que fui quien se lo recomendé, no lo recordaba

Regina: Mmmm, a ver, espeeeera. Niña-pelo-perro-Gabo-niña-pelo-perro-Gabo-niña-pelo-perro-Gabo…

Cliente: Y me suena que había una iglesia, un convento o algo así

Regina: Niña-pelo-perro-Gabo-niña-pelo-Gabo- niña-pelo-perro-Gabo-exorcismo, cura, amor… ¡sí, sí! ¡espera!

Cliente: ¿cura?

Regina: ¡sí, sí! ¡espera! niña-pelo-perro-Gabo-exorcismo, cura, amor… YA ESTÁ, ¡LO TENGO! Es DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS.

Cliente: ¿Seguro?

Regina: ¡Sí¡ Es la historia de una niña pequeña que a pesar de ser criolla se cría entre esclavos porque sus padres la rechazan. Un día la muerde un perro, enferma y pasan de pensar que pueda tener la rabia a decir que está poseída y la torturan con exorcismos. Y ahí es cuando se enamora del cura que se los practica y que, además, era bibliófago.

Cliente: ¡Sí! ¡Es esa! Que se basaba en un hecho real, ¿no?

Regina: Sí y no. Al joven reportero Gabo le mandaron a cubrir el levantamiento de unas criptas en lo que quedaba de un convento que iban a transformar en hotel, y en una de las tumbas encuentran el esqueleto de una niña con una cabellera larguísima y brillante. Él recordó una historia que le contaba su abuela sobre una condesita malograda con el pelo muy largo y armó esta joya literaria.

Cliente: Del amor y otros demonios, sí. Pues mira, si lo tienes me lo llevo que bien merece una relectura. ¡Y a mi mujer le va a encantar!

Y se fue con Almudena Grandes y Gabo bajo el brazo.

Y yo, que no soy de piedra sino de carne y letras, volé a la balda salivando tinta a por otro ejemplar para echar el rato del almuerzo releyéndome las desventuras de la pequeña Sierva María de Todos los Ángeles en su palacete al otro lado del charco, allá por el SXVIII con la Inquisición, los virreyes y las supercherías dando alegrías a destajo.

Y, queridos, qué grande, pero qué grande es Gabriel García Márquez y qué maravilla es Del amor y otros demonios.

Qué título más colosal y certero, que historia más brutalmente conmovedora y qué forma de tenerte en jaque como lector hasta el final y más allá. Si no lo habéis leído dejar lo que estéis haciendo y haceros con un ejemplar. No os arrepentiréis, queridos.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS.

Del amor y otros demonios

Del amor y otros demonios

Lección magistral de reportaje novelado, en Del amor y otros demonios el Nóbel Gabriel García Márquez cuenta las aberrantes degeneraciones cometidas en las colonias españolas del XVIII por la Inquisición y sus esbirros, en un tiempo y lugar en que la mordedura de un perro con rabia -o quizás no- canoniza y demoniza a una niña en apenas unos días, donde las pasiones son más bajas que altas, el miedo le gana el pulso a la lógica, y donde la dimensión del amor solo se aprecia a través de la muerte. Un relato sobrecogedor, tierno, fantástico y lúcido en el que Gabo destila realismo y magia a cada salto de línea, que además implica al lector en la trama desde la primera frase para que cada cual decida qué verdad de todas las posibles era la que Sierva María de Todos los Ángeles guardaba enredada en su lustrosa y eterna cabellera cobriza. Gracias, maestro, por hacer, como siempre, Literatura con mayúsculas.