Me niego a que alguien crea que un libro no es siempre la mejor opción para un regalo.
Pero, siendo realistas, no siempre es fácil materializar biblioregalos. Así que visto el percal y negándome a que nadie deje de regalar (ni de regalarse) un libro por agobio, pereza, miedo o indecisión, he decidido meterme en harina y embutirme en la piel de la negra que escribe bibliocartas masivas o, si lo preferís, la voz de la biblioconciencia de los Reyes Magos que susurra en sus oídos prescripciones librescas por temáticas y a discreción. Y para ello no veo mejor opción que la de metamorfosearme en la Cher de la mítica Sirenas, con el pelucón bien esculpido sin escatimar en laca, un escote discreto, hasta las cejas de black coffee y dispuesta a darle al typping para mecanografiar referencias literarias hasta quemar la cinta de tinta.
Llamarme loca o bibliofundamentalista, pero si de lo que se trata es de contribuir a materializar la conexión de un libro con su potencial lector no tengo límites.
¿Listos?
Pues van mis prescripciones reginaexlibrislandianas con el criterio «Libros para…»
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Lectores de Novelas
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Lectores de No ficción
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Locos de los Trenes
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Devotos del cine de Hitchcock
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Aficionados a las road novels
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Sibaritas de la Cocina y la Gastronomía
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Amantes del género Negro
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Amantes de las series de tv
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Amantes del Humor
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Amantes del Terror
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Enamorados de Florencia
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Enamorados de Nueva York
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Enamorados de París
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Enamorados de África
¡Ah! y que conste que el mejor de los biblioregalos es el que te haces a ti mismo, querid@, así que puede que entre todas estas suregencias by Regina ExLibris encuentres ese título que no sabías que querías leer hasta que lo veas por aquí.
Regina ExLibris Dixit