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6 novelas para leer y ser una Flapper a lo Zelda Fitzgerald

Ser una jovenzuela irreverente en los locos y decadentes años 20 tenía estética y nombre propios: flapper.

(Z: The Beginning of Everything / Amazon Studios)

(Z: The Beginning of Everything / Amazon Studios)

Y si ya fue carne de tinta para muchos escritores de entonces hoy en día el «flapperismo» sigue vivito y coleando con gracia desenfadada y andrógina para acaparar protagonismo en novelas y series catódicas.

Eso explica por qué una reginaexlibrislandiana se adentró en mis confines en busca de «novelas sobre Zelda, la serie con Christina Ricci. Ambientadas en los años 20, ¿no?».

Y, claro, ante semejante petición yo me transformé a la velocidad de la luz para responder ataviada con un collar de perlas de tres vueltas, el pelucón embutido en una peluca rubia platino a lo bob cut, jazz de fondo, mares de champagne, mi plumero reconvertido en tocado y prácticamente asfixiada bajo una densa capa de talco blanco.

Todo porque para prescribir novelas de flappers quiero ser deliciosamente ligera de cascos, ancha de miras, fumar en boquilla y saciar esta sed enfermiza de champagne mientras espero que mi marido, el escritor de éxito y siempre divino Scottie, venga a recogerme para quemar de una vez esta maldita noche.

Si, querid@s reginaexlibrislandianos, ahora soy Zelda Fitzgerald. Con un par de… collares de perlas de tres vueltas y una sonrisa entre pícara y desafiante.

Y tras una interesante charla con mi reginaexlibrislandiana sobre un tipo de personaje que me apasiona y que ha inspirado océanos de tinta, prescribí 6 grandes novelas para saber qué y cómo es una flapper que quizá os interesen:

¿Listos? Van:

1. Resérvame el vals. Zelda Sayre Fitzgerald. Roman y Bueno Editores. Alabama Beggs es la flapper por excelencia y alter ego de Zelda Fitzgerald, mujer y musa del autor de El Gran Gastby. La pareja fue el corazón de la Generación Perdida, integrada por artistas de entreguerras afincados en París. Alabama nos arrastra desde la evocación de su infancia en una decimonónica ciudad del viejo sur a una frenética vida de excesos junto a su marido, un pintor de éxito con el que irá de Nueva York a Europa, y con sus propios demonios. El doble fracaso de Alabama como bailarina profesional y como esposa y madre la abocará a la autodestrucción física y mental. Retrato duro, fresco y electrizante de una época cargado de vívidos diálogos que es, además, el testimonio en primera persona de una de las grandes protagonistas de toda una era y de una forma de vida. Su marido, F. Scott Fitzgerald, ficcionó sobre esa misma caída en espiral de ambos en Suave es la noche.

Resérvame el vals

Resérvame el vals

2. Suave es la noche. F. Scott Fitzgerald. Debolsillo. Dick y Nicole Diver, una joven y glamurosa pareja norteamericana, llegan a la Riviera francesa de los felices años veinte, época en que allí se daba cita la beautiful people de todo el mundo y donde el champagne y las orquestas no tenían fin. Son ricos, cultos, elegantes, irresistiblemente atractivos y están siempre deshidratados y listos para una buena fiesta a cualquier hora del día o de la noche. Pero algo se oculta tras su aparente perfección: Nicole tiene un secreto, Dick una debilidad, y juntos se deslizan cuesta abajo hacia un abrupto precipicio que será su fin. Suave es la noche es una de las cimas narrativas de Francis Scott Fitzgerald, su novela más intensa y de mayor carga autobiográfica. Y en palabras de su esposa Zelda, que plasmó las mismas vivencias desde su óptica en su Resérvame el vals: «hay mucho de su propia vida en este atormentado retrato de opulencia destructiva e idealismo malogrado».

Suave es la noche

Suave es la noche

3. Hermosos y Malditos. F. Scott Fitzgerald. Debolsillo. Una gloriosa novelita en la que dos recién casados (podrían ser perfectamente una vez más ellos, Scott y Zelda Fitzgerald) de la alta sociedad estadounidense viajan por el mundo, bailan, derrochan y se beben los dorados años veinte en juergas interminables hasta que la orquesta para, se acaba el licor y llega el fin de la fiesta, el de su relación y el de una sociedad hedonista donde el éxito, la belleza y la fortuna son siempre demasiado fugaces e implacables en el ocaso. Exquisito y doloroso retrato del auge y la caída de dos criaturas carismáticas que, estando predestinadas a lo mejor, sin embargo fueron condenadas sin titubeos a la desintegración y al abandono emocional, físico y social.

Hermosos y Malditos

Hermosos y Malditos

4. Adiós a Berlín. Christopher Isherwood. Acantilado. C. Isherwood disecciona en lo que parecen instantáneas de una polaroid cómo un británico que viaja al Berlín en 1930 aterriza junto a una soberbia galería de personajes que burlan sus apuros y su decadencia a golpe de excesos, mientras la peste nazi lo va fagocitando todo como una masa gelatinosa que los engullirá en 1933, cuando Hitler llega al poder. Estamos en la Alemania castigada tras la derrota en la IGM, y Christopher convive con los seres que pueblan una ciudad que es todo bajos fondos, donde personajes de mala reputación y dudosas intenciones abarrotan los cabarets, y la aristocracia aria se arrima al Partido nazi mientras la judía aún menosprecia la amenaza. Como lector, respiras el ambiente cargado de los tugurios y sientes en tu paladar el regusto a tabaco, ginebra y champagne, antídotos fugaces a una desesperanza que se materializará en el nazismo y marcará la Historia Moderna. Adiós a Berlín es una novelita deslumbrante y colosal que hipnotiza por escalofriante y conmovedora a partes iguales.

De uno de sus relatos, Sally Bowles, salió el guión original del musical Cabaret en Broadway en 1969. Tres años más tarde se estrenaría su mítica adaptación cinematográfica, a la que a su vez seguirán infinitas versiones sobre las tablas y alguna que otra más en celuloide.

Adiós a Berlín

Adiós a Berlín

5. Normas de cortesía. Amor Towles. Salamandra. Vibrante homenaje a la Nueva York de los años treinta y los últimos coletazos de Ley Seca, la gran urbe de la desigualdad económica, de los clubs privados y de los speakeasy donde se bebían mares de ginebra al son del mejor jazz, y donde los imponentes edificios con marquesina y portero de uniforme daban forma y fama a la ciudad de los rascacielos. Con una fiel ambientación, diálogos afilados como puñales y un ritmo efervescente, Normas de cortesía relata el brutal aprendizaje y la tortuosa escalada social de una joven ambiciosa de orígenes humildes que, con nervios de acero, inteligencia analítica y garras de astracán, luchará por sobrevivir y trepar en la ciudad de las mil caras y los deslumbrantes neones, que es en realidad una selva de hipocresía y de asfalto donde las mejores oportunidades conviven con infinitas tentaciones y peligros. Maravillosa.

Normas de cortesía

Normas de cortesía

6. El accidente del teletransporte. Ned Beauman. Alba. Dicen que la historia es «algo que sucede mientras estás colgado». Por eso, a pesar de que El accidente del teletransporte arranca en Berlín y en pleno auge del nazismo, no es una novela sobre los nazis. La novela trata de las dos obsesiones del escenógrafo Egon Loeser: volver a hacer el amor con una mujer y montar un escenario que reproduzca un artilugio inventado en el Renacimiento, capaz de hacer viajar a los actores en el espacio y en el tiempo. Una estupenda y original novela de aventuras llena de guiños históricos que, aunque proyectada sobre el telón de fondo del ambiente de las fiestas del Berlín de la década de 1930, aparecerán Brecht, Sartre, el París de Hemingway y Picasso, y el Los Ángeles de los judíos exilados, los millonarios y los excomunistas. Un homenaje a la imaginación que te clava en el corazón y la esencia del ecosistema en el que nace, se hace y muere una auténtica flapper.

El accidente del teletransporte

El accidente del teletransporte

Mi reginaexlibrislandiana decidió empezar con Resérvame el vals, de Zelda S. Fitzgerald (Roman y Bueno Editores), Hermosos y Malditos, de F. Scott Fitzgerald (Debolsillo) y Adiós a Berkín, de C. Isherwood (Acantilado). Un magnífico festín libresco para metamorfosearse en flapper a golpe de libro.

 

Ciudades en Cuento para niños, y en novela para el resto

Como devota de los viajes literarios pocas cosas hay que me gusten tanto como adentrarme en ciudades letra a letra.

Por eso hoy, cuando a reginaexlibrislandia llegaron rumores del lanzamiento de ‘Ciudades de Cuento’, mis libreros y yo nos regocijamos al saber que hay quien intenta inocular ese mismo virus viajero-lector en los más pequeños. ¡Loada sea una y mil veces la Providencia Lobrera, queridos, Loada sea toda ella!

El mensaje embotellado que arribó a nuestras plácidas costas bibliófilas fue éste que os reproduzco:

El Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España ha editado un libro titulado ‘Ciudades de cuento’ en el que se pretende dar a conocer cada una de las ciudades a los niños mediante un cuento que relata la historia y riquezas de cada una de ellas.El libro se ha presentado en Alcalá de Henares, Madrid, donde se conmemora el décimo aniversario de la concesión del título de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, y se distribuirá entre unos 24.000 niños de las ciudades que conforman este exclusivo grupo en España.

Alcalá de Henares, Avila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo son las 12 ciudades que han ofrecido una visión al público infantil sobre su patrimonio y su historia.

Con títulos tan sugerentes como ‘Mateo el Genovés’ (Cuenca), ‘Las tres espadas’ (Toledo) o ‘La ranita sabia’ (Salamanca), el Grupo de Ciudades Patrimonio ha querido ofrecer la posibilidad de que los niños conozcan las ciudades donde viven y también el resto de las del grupo de una forma fácil de asimilar.

Lo que es en mis baldas ya tienen su hueco asegurado, queridos. Porque no sé vosotros, pero servidora cree que hay veces en que una buena alternativa o complemento a una guía de viaje es una novela, especialmente si se trata de ciudades.

Sumergirse en Praga de la mano de Kafka, recorrer Estambul junto a Pamuk, dejarse enredar en el dédalo dublinés de James Joyce o maravillarse ante una Barcelona que, bajo el trazo de Eduardo Mendoza, se convierte en La ciudad de los prodigios es un lujo al alcance de todos.

Y no sólo ellos, también podemos seguir los surcos de tinta que forjan el San Petersburgo de Dostoievski, recorrernos Manhattan con Antonio Muñoz Molina o espiar cómo son y viven los venecianos mientras investigamos por qué ardió el mítico teatro de La Fenice.

Cada ciudad tiene su escritor o escritores, urbanitas natos o no, que no contentos con habitarlas y recorrerlas inventaron o recrearon historias y personajes que nos acompañan en paseos literarios que precederán al viaje real y que lo harán aún más placentero.

Así, a bote pronto, me vienen al pelucón unas cuantas obras:

ALEJANDRÍA: Lawrence Durrell, Cuarteto de Alejandría (Justine, Balthazar, Mountolive y Clea). Un viaje poliédrico y de ensueño a una Alejandría con la sombra de la I Guerra Mundial sobre sus arterias y durante el conflicto bélico, vista por sus personajes, cargados de altas y bajas pasiones, pero siempre con el alma hermanada a la mítica ciudad.

ESTAMBUL: O. Pamuk, ‘Estambul´.
El Nobel de Literatura y gran escritor turco oscila del plano histórico al autobiográfico para desvelar las sinuosidades de Estambul, a caballo entre Europa y Asia. Pamuk la ilustra, además, con semblanzas y fotografías de artistas y de escritores, de callejuelas y de hermosos edificios en ruinas. Un misterio a cada vuelta de esquina y de página.

BUENOS AIRES: E. Sábato, ‘sobre héroes y tumbas´
Un impresionante viaje literario por Buenos Aires en una novela donde Ernesto Sábato materializa toda su carga ideológica. Centrada en el personaje de Martín, un hombre en busca de sí mismo, y en su amor atormentado por la carismática Alejandra, el escritor argentino expone su particular visión sobre la soledad con la ciudad de fondo.

DUBLÍN: James Joyce, ‘Dublineses´
Los seres que habitan en este Dublín inolvidable retratado por el irlandés James Joyce forman parte de una realidad aparentemente insignificante. Sin embargo, tras la tristeza o la trivialidad, aguardan agazapadas cuestiones fundamentales que van desde la fatalidad o las penalidades del destino hasta la desidia o el amor más profundo.

GRANADA: W. irving, ‘Cuentos de la alhambra´
Prototipo de historiador romántico, cosmopolita y viajero infatigable, W. Irving encarna la personalidad inquieta y polifacética del hombre del siglo xix. Llegó a Granada en 1826 y de su fascinación por lo que encontró surgen estos cuentos, que recrean cuanto cautivó al norteamericano.

LISBOA: F. Pessoa, ‘Libro del desasosiego´
Obra inacabada e inacabable. Un universo entero en expansión cuya pluralidad literaria y vital es infinita y que se enmarca en la ciudad portuguesa. Bernardo Soares, contable en Lisboa y autor ficticio de este libro es, según Pessoa, «un semiheterónimo, porque, no siendo mía la personalidad, es, no diferente de la mía, sino una mutilación de ella».

PRAGA: F. Kafka, ‘El proceso´
La estremecedora historia de K., arrestado por un crimen que desconoce y procesado por jueces y leyes que nunca conocerá. Al igual que en el resto de su obra, Praga está presente, como el viejo callejón de los Alquimistas, en cuyo número 22 Kafka residió.

SAN PETESBURGO: F. Dostoieski, ‘Crimen y castigo´
Un estudiante justifica el crimen de una usurera de San Petersburgo con fines humanitarios. Pero será incapaz de soportar la culpa, y la ciudad da fe de su tormento.

BARCELONA: E. Mendoza,‘La ciudad de los prodigios´
El meteórico ascenso de un campesino que en 1887 llega a la gran ciudad que aún no lo es, Barcelona, y que se convertirá en uno de los más ricos con métodos turbios.

BeERLÍN: C. Isherwood,‘Historias de Berlín´
Mosaico del Berlín de los años treinta a través de personajes que burlan sus apuros y la decadencia que les rodea a golpe de excesos en antros y cabarés. Mientras tanto, la peste nazi cae sobre la ciudad como una masa gelatinosa que les engullirá a todos. De uno de sus relatos, Sally Bowles, salió el guión original de Cabaret.

NUEVA YORK: Muñoz Molina,‘Ventanas de Manhattan´
Fragmentos de Nueva York, que esconde tantas ventanas como exhibe: las de los decorados de Broadway, de los edificios al otro lado de Central Park, el Harlem y la magia del Village.

VENECIA: J. Berendt, ‘La ciudad de los ángeles caídos´
Impresionante descripción de Venecia, de sus suntuosos palacios y sus callejuelas, y de los venecianos. Pero detrás de esa preciosa fachada se esconde la tragedia y un misterio: el incendio de la Ópera de la Fenice.

Obviamente ni son todas las que están aquí, ni están todas las que son… Y aquí es donde entráis vosotros, reginaexlibrislandianos de pro: ¿qué lectura fue vuestra antesala a qué ciudad? ¿De la mano de qué escritor conocísteis y apreciásteis qué lugar?

Primero fue el Libro, luego su película

Está escrito, queridos, primero fue El Verbo y, por extensión, el Libro. Y después el resto, incluído el Cine.

Por eso y aunque disfrute horrores dejándome arrastrar por bobinas de fotogramas a mundos de celuloide lo cierto es que en muchos y gloriosos casos primero fue la novela y detrás llegó el peliculón.

Y de postre se sirvieron, entre otros premios, los Oscar de la Academia de Hollywood que, por cierto, están al caer.

De ahí que hoy en reginaexlibrislandia me diera por montar unas baldas en homenaje a algunos de los libros-consorte de filmes que han pasado a la historia mientras que ellos, los originales, languidecen en rincones polvorientos como los de mis confines.

Esta Regina se rinde a los pies de todos y cada uno de ellos y nunca me cansaré de recomendarlos desde mi púlpito librero, independientemente de si su adatpación cinematográfica me agradara o no en su día.

Allá van:

MATAR A UN RUISEÑOR, de Harper Lee llevaba una bomba de relojería dentro, y estalló en una maravillosa novela ambientada en una aldea sureña en los años 30 y narrada en la voz de una ñiña, cuenta cómo su padre defiende a un hombre negro acusado en falso de violación.

MARY POPPINS, de Pamela L. Travers. Aunque famosa por obra, gracia y peliculón de Walt Disney pocos leyeron la historia de Pamela L. Travers, un relato cargado de ambigüedad, fantasía y un toque gótico absolutamente encantador.

LAS HORAS, de Michael Cunningham. Impecable tríptico de un día en la vida de tres mujeres engarzado sobre la silueta de Virginia Woolf.

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS, de Thomas Harris. Para dejarse seducir por el oscuro encanto de un Hannibal Lecter exquisito y voraz.

EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS, de Joseph Conrad. Novelón de los que dejan huella, y en pantalla Apocalypse now.

HISTORIAS DE BERLÍN, de C. Isherwood. Soberbia galería de personajes que burlan sus estrecheces con excesos en Berlín mientras la peste nazi lo envuelve todo como una masa gelatinosa. Uno de ellos, Sally Bowles, fue el germen de Cabaret.

LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, de Margaret Mitchell. Altas y bajas pasiones de Scarlett O’Hara, Rhett Butler, Ashley Wilkes y Melanie Hamilton en plena Guerra de Secesión.

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO, de Ken Kesey. Cargada de ironía y crítica feroz.

EL EXORCISTA, de Peter Blatty. Probad a leerla en la cama, queridos… ¡y no dormiréis solos!

EL PADRINO, de Mario Puzo. Disección impecable del clan Corleone.

QUO VADIS?, de H.Sienkiewicz. El contraste entre la aristocracia romana, con sus excesos y frivolidades, y los primeros cristianos, perseguidos y martirizados por un Nerón desatado.

BROKEBACK MOUNTAIN, de Annie Proulx. Hay que ser una narradora nata para armar el relato Brokeback Mountain, que va, como un lingotazo de bourbon, directo al estómago y al alma del lector. Ang Lee, se lo bebió y supo que tenía su película homónima.

LAS AMISTADES PELIGROSAS, de Ch. de Laclos. Pocos han oído hablar del libro pese al éxito del filme. El maquiavélico dúo protagonista consagra su vida a la seducción y al sometimiento de los demás. Regia.

LA NARANJA MECÁNICA, de A. Burgess. Es una lástima que un novelón así sólo circule entre los devotos de Kubrick.

EL COLOR PÚRPURA, de Alice Walker. Ganadora de un Pulitzer. Es la historia de dos hermanas a quienes les rompen la vida en pedazos. Pero ellas los recogen. Cargada de emotividad, pasión e incesto.

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE, de E. M Remarque. Retrato fiel de la vida cotidiana de un soldado desgarrado por las atrocidades que presencia durante la I Guerra Mundial.

¿ACASO NO MATAN A LOS CABALLOS? de Horace McCoy. Inspiró Danzad, danzad malditos. En un maratón de baile en la Gran Depresión compiten desesperados que danzan hasta la extenuación y por comida. La joven Gloria ruega que la liberen de su agonía, como se hace con un caballo malherido. Brutal.

REBECA, de Daphne du Maurier. Inquietantes recuerdos de la segunda señora De Winter sobre sus vivencias de recién casada en una mansión aislada donde será gradualmente aplastada por la fantasmal presencia de la primera señora De Winter, Rebeca, muerta pero nunca olvidada.

MEMORIAS DE ÁFRICA, Isak Dinesen. Entre la escritora y aristócrata danesa y África se forjó una de las historias de amor más intensa y apasionante de literatura, sobre la que además se engarza su pasión por el aventurero inglés Denys Finch-Hatton.

Obviamente no están todos los que son, porque con mis lagunas inundaríamos todo el desierto de Nevada… ¿Sugerencias sobre olvidos imperdonables de quien suscribe?

Sed sinceros, ¿visteis alguna adaptación al celuloide que os conmoviera más que la novela en que se inspiró?