Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Entradas etiquetadas como ‘Literatura y Series de TV’

Échate unas risas leyendo Los papeles póstumos del Club Pickwick, de Dickens

Aunque Dickens es sinónimo de novelón decimonónico de denuncia social, su ironía y sentido de humor son proporcionales a su genio. Tal cual.

En mi caso no solo perdí la cuenta de las bibliocarcajadas que me he echado con el amigo Charles, sino y mejor aún, de las veces que he prescrito su lectura como biblioterapia de risas para cualquier reginaexlibrislandiano que se me pone a tiro. Y casi siempre con éxito.

Buena prueba del mejor humor charlesdickensiano es Los papeles póstumos del Club Pickwick.

En ella el colosal talento literario de Charles Dickens se materializa en su vertiente más lúcida, mordaz y divertida para contar las desternillantes aventuras de Samuel Pickwick, un excéntrico gentleman, fundador de una sociedad que se ha impuesto el digno y solemne propósito de investigar, diseccionar y catalogar los más surrealistas, inesperados y extravagantes fenómenos de la vida en todos los rincones de la mismísima Gran Bretaña.

(The Pickwick Papers, 1985 / BBC)

Samuel Pickwick y sus tres socios en este singular y disparatado Club recorrerán la Inglaterra victoriana para dar pormenorizada cuenta de sus absurdas pesquisas a cada uno de sus colegas en cientos de páginas cargadas de hilarantes anécdotas y de personajes tan entrañables como extravagantes, irreverentes, auténticos, tiernos, cómicos y a veces cáusticos, que son pura delicia, sabiduría, ingenio y diversión.

Una auténtica joya que es también un delicioso y mordaz fresco caricaturesco de la Inglaterra victoriana en todo su contradictorio esplendor, y en la que la carcajada está asegurada a cada salto de línea.

Para quien se haga eco de mi biblioconsejo y quiera echarse unas risas con Samuel Pickwick, cuyas andanzas se publicaron inicialmente por entregas entre 1836 y 1837, hay tres ediciones donde elegir: una en tapa dura e ilustrada (Literatura Random House) y dos en formato bolsillo (Austral y Penguin), amén de las ediciones digitales.

Cualquiera de las citadas ediciones es más que óptima para disfrutar del humor dickensiano. Palabra de Regina ExLibris.

Y para ir haciendo biblioboca os dejo un aperitivo audiovisual: uno de los seis episodios de la miniserie homónima que la BBC produjo en 1985, y que es casi tan desternillante como la novela original…

Lee sí o sí ‘La verdad sobre el caso Harry Quebert’ antes de ver la serie de TV

Los jöeldikersianos del mundo están de enhorabuena: no solo ultiman el rodaje de la versión catódica de ese novelón llamado La verdad sobre el caso de Harry Quebert con Patrick Dempsey en la piel del atormentado y carismático escritor, sino que además Movistar + tiene los derechos de la producción de MGM para su emisión en España.

De momento se han filmado en Canadá nueve de los diez episodios de la más que prometedora primera temporada de la serie homómina. El estreno, aún sin fecha cerrada pero inminente, llega de la mano del lanzamiento de La desaparición de Stephanie Mailer, el nuevo thriller de Jöel Dicker que nos llega a los libreros el 21 de junio.

El suizo Jöel Dicker irrumpió en el panorama literario internacional con La verdad sobre el caso Harry Quebert que, publicada en español por Alfaguara en 2013, ha cautivado a lectores de muy distinto pelaje libresco en todo el mundo.

En mi caso reconozco que, aunque la leí con ciertas biblioreticencias y más por oficio que por querencia, no solo me convenció, sino que es un título que prescribo en reginaexlibrislandia.

De hecho, lo que suelo decir cuando me preguntan si vale o no la pena leer La verdad sobre el caso de Harry Quebert es:

No te resistas, querido. Léelo ya, sí o sí. No esperes literatura con mayúsculas, eso es cierto, pero te aseguro que estarás literalmente pegado a las 670 páginas. Es una de esas novelas de “absorción rápida”, porque una vez lo empiezas no puedes parar de leer. Y cuanto más avanzas, más quieres. Es entretenido y te mantiene en jaque hasta el final. Un final que, por cierto, no ves venir.”

Así que hazte un bibliofavor y lee La verdad sobre el caso de Harry Quebert antes de ver su adaptación a serie.

No te arrepentirás y, de paso, calientas bibliomotores antes de leer La desaparición de Stephanie Mailer, el nuevo thriller de Dicker que llega a las librerías el próximo 21 de junio, también en Alfaguara, y que también apunta bibliomaneras.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

Harry Querbert

Harry Querbert

La verdad sobre el caso de Harry Quebert. Joël Dicker. Alfaguara. Atrévete a intentar adivinar quién mató a Nola Kellergan, pero el taimado Joël Dicker no te lo va a poner fácil. A través de la relación entre dos escritores –Harry, una gloria literaria nacional con un único libro publicado que se dedica a la docencia; y Markus, su joven discípulo que tras un éxito aplastante con su debut está bloqueado y no logra ni escribir ni salvar el cerco de un editor rapaz que lo presiona y amenaza- nos adentramos en el misterio de la desaparición de una menor años atrás en Aurora, una localidad de New Hampshire. La trama detona cuando encuentran los restos de Nola en el jardín de Harry Quebert.  A partir de ahí el ídolo cae en desgracia y Markus decide llegar al fondo de todo para salvar a su maestro y para armar con la verdad su nuevo bestseller. Y así es como inicias como lector una trepidante caída en espiral donde nada es lo que parece y donde cada dos por tres te sientes como el conejo al que Dicker sorprende abrasándole las retinas con las luces largas. Ritmo frenético, escenas y diálogos de corte cinematográfico, un toque cómico con la impagable madre telefónica de Markus y un final de órdago al que llegas sin saber muy bien cómo.

Échate unas risas leyendo ‘La señora Fletcher’ antes de que HBO la filme

Quién me iba a decir a mí que las plataformas televisivas me iban a dar biblioalegrón tras boiblioalegrón. Pero lo hacen, y yo digo, ¡Amén, querid@s! Mi última sorpresa bibliocatódica ha sido enterarme de que HBO rueda el piloto de ‘Mrs. Fletcher’, adaptación de la hilarante La señora Fletcher, de Tom Perrotta, y editada por Libros del Asteroide.

Kathryn Hahn será La señora Fletcher en la serie homónima de HBO

Kathryn Hahn será La señora Fletcher en la serie homónima de HBO

Y, entre nosotros, me parece un acierto. No solo porque es muy filmable en términos de comedia, sino porque, una vez más, la emisión de la serie homónima descubrirá el libro a lectores de todo el planeta. Y eso siempre trae un biblioalegrón de proporciones bíblicas a reginaexlibrislandia (lerey, lerey).

Leí la novela hace poco y que me cautivó en tiempo récord. Tanto que pasó a engrosar mi selección de Madres de novela y que me faltó tiempo para recomendársela a uno de mis libreros. De hecho le dije:

Léete la Señora Fletcher, querid@. Te reirás, y entre tú y yo te digo que ya podrían hacer una serie con la novela. Eve Fletcher es carnaza catódica de la buena, palabrita de Regina ExLibris. Su autor, Tom Perrotta, que escribe novela y guiones, también tuvo mucho que ver con Leftlovers. Pero aquí cambia totalmente el registro y hace comedia

La señora Fletcher se lee muy bien, está salpicada de un humor entre sutil y perverso, escarba en el submundo del porno online desde una óptica novedosa, lúcida y desternillante, y, sobre todo, se reafirma en el hecho de que ser mujer madura, divorciada y madre con el síndrome del nido vacío no solo NO es el principio del fin, sino que es el comienzo de una etapa trepidante cargada de posibilidades… de todo tipo.

Tal cual. La señora Fletcher (Libros del Asteroide) es Eve, una mujer divorciada de cuarenta y tantos que vive en Nueva Jersey. Como su hijo se acaba de ir a la universidad se apunta a un curso en la facultad local, donde conocerá a gente de lo más variopinta, descubrirá la pornografía en internet y las aplicaciones de citas, y hará cosas que meses atrás le hubieran parecido inconcebibles. Mientras tanto su hijo descubrirá que la vida en el campus no es lo que había imaginado. Así que madre e hijo se enfrentan en paralelo a una de crisis de identidad: Eve se suelta la melena mientras Brendan capea el desencanto de su recién estrenada madurez. Desternillante, tierna y lúcida sátira en la que, tanto Brendan como el lector, tendrán que aceptar que Eve es, antes que una madre, una mujer. Ah, y que para una mujer hay vida (y mucha y por suerte muy, pero que muy agitada) más allá de los 40.

La señora Fletcher

La señora Fletcher

Lo último que sé –gracias a mi librero, al que definitivamente le cautivó la novela- es que la actriz estadounidense Kathryn Hahn será quien encarne a la díscola Eva en Mrs. Fletcher’. Otro acierto. Definitivamente Kathryn Hahn tiene hechuras de Eve Fletcher.

Y no es la primera vez que se mete en la piel de una madre de otro pelaje y celuloide, sino que protagoniza una campaña publicitaria para un modelo de monovolumen en EEUU que explota su vena de mamá de armas tomar.

Este es uno de los spots:

En serio, queridos, leeros La señora Fletcher, de Tom Perrotta en cuanto podáis. No os arrepentiréis. En reginaexlibrislandia la tenemos fronteada en la sección de Narrativa y no dejamos de prescribirla. Palabra de Regina ExLibris.

Si te gustó The Knick y no eres de náusea fácil lee ‘De matasanos a cirujanos’, de L. Fitzharris

Espeluznante, delicioso y adictivo. Así es De matasanos a cirujanos, de L.Fitzharris en Debate, mi última gran descubrimiento libresco, un viaje entre líneas a esa truculenta época de la medicina victoriana donde una intervención era una auténtica carnicería.

The Knick y De matasanos a cirujanos

The Knick y De matasanos a cirujanos

Eso sí, para disfrutar leyéndolo además de una bibliofilia ecléctica y pelín turbia hay que tener un buen estómago. No es para cualquier paladar libresco, las cosas como son.

Pero tampoco tienes que ser médico ni dominar terminología científica. Y ese es, sin duda, uno de sus grandes aciertos: construir un relato sencillo y absorbente sobre ese momento crucial en la historia de la medicina en el que las mesas de operaciones empezaron a dejar de ser sórdidos mataderos para perfilarse como quirófanos.

Sí, tal cual.

Porque en los hospitales victorianos el mejor cirujano era quien, cuchillo y sierra en mano, cercenaba más y mejor en menor tiempo sin inmutarse ante los alaridos del paciente despierto. El material, como las incisiones, era rudimentario y ni uno ni otras se limpiaban, así que al término de la intervención una infección siempre se llevaba a alguien por delante, ya fuera el paciente, el médico, e incluso a ambos.

Además, las salas de operaciones eran teatros abiertos al público, previo pago de una entrada, con lo que las puertas siempre estaban abiertas para todo tipo de gérmenes.

En este entorno sórdido, brutal, desagradable y antihigiénico se practicaba a pelo la mejor cirugía en el siglo XIX.

Al menos hasta que irrumpe Joseph Lister, un matasanos dispuesto a dejar de serlo que resolvió el mortal enigma de la causa de las infecciones que cambiaría el curso de la historia de la medicina justo cuando, por fin, se empezaba a sedar a los pacientes.

Herramientas de cirugía victorianas

Herramientas de cirugía victorianas

Y esa es la historia que desgrana Lindsey Fitzharris en un pedazo de libro que me ha tenido en vela toda la santa noche y al que me mantengo aferrada tras el escritorio de la librería, aún con los globos oculares a punto de explotar. Y es ahí cuando uno de mis libreros entró en acción:

Librero: ¿Qué libro es ese, Regina?

Regina: ¡Uhhh! De matasanos a cirujanos, Joseph Lister y la revolución que transformó el truculento mundo de la medicina victoriana

Librero: ¿Cómo?

Regina: Pues eso, un ensayo que se lee como el thriller más trepidante y truculento que puedas imaginar, querido.

Librero: ¿Y no es muy técnico, muy para médicos y freaks?

(La clínica Groos, 1875 / Thomas Eakins)

(La clínica Groos, 1875 / Thomas Eakins)

Regina: ¡Para nada! Fitzharris retrata el siniestro período entre 1850 y 1875, con un elenco de personajes -algunos brillantes, otros directamente criminales- de las sucias escuelas de medicina y lúgubres hospitales donde aprendieron su oficio, las macabras morgues donde estudiaron anatomía, y los cementerios ocasionalmente saqueados en búsqueda de cadáveres que diseccionar. Y como todo eso cambió. Pero se le muy, muy bien! Tanto que no puedes dejarlo. Aunque, claro, no es para cualquier perfil lector

Librero: Ya imagino, ya… ¿Pistas para el retrato robot del potencial lector?

Regina: Mmmm, pues al margen de que seas o no cirujano te diría que si te gustó la serie The Knick, tu bibliofilia es ecléctica y pelín truculenta y no eres de náusea fácil lee De matasanos a cirujanos

Librero: ¡Ja, ja, ja! ¡Recibido! Definitivamente no es para mí…

Mi librero, que es de náusea fácil,  no le hincó el bibliocolmillo, pero al cabo de un rato un regianexlibrislandiano asiduo que también me vio con De matasanos a cirujanos se lo llevó. A ver qué me cuenta cuando lo termine…

Por mi parte os digo dos cosas: que es una lectura que siempre recomendaré en la librería… según a quién, claro. Y que, después de leer De matasanos a cirujanos, veo con otros ojos ese toque tan arrebatadoramente aséptico de un quirófano moderno. Palabra de Regina ExLibris.

Lee la novela ‘El Alienista’, de Caleb Carr, tanto si vas a ver la serie como si no

Ya perdí la cuenta de los bibliofavores que le debo a las series televisivas. En reginaexlibrislandia el más reciente tiene el nombre de una novela fantástica: El alienista, de Caleb Carr. Lleva en circulación desde mediados de los 90, y en reginaexlibrislandia nunca hemos dejado de recomendarla porque es de esas novelas con el que es difícil errar el bibliotiro.

(El alienista, 2018 / TNT)

(El alienista, 2018 / TNT)

¿La razón? La disparidad de bibliopatencias que satisface su lectura.

El alienista (editada por B de Books, en rústica, en bolsillo y digital) no solo es muy adictiva, que lo es, y mucho, sino que recrea de forma impecable un lugar, unos personajes y un momento en la historia en el que se avecinaban grandes cambios (no sólo en el campo de la criminología, sino en la ciencia y la sociedad en general) y donde los más lúcidos sabían que muy pronto casi nada iba a ser como hasta ahora.

Caleb Carr te clava en la Nueva York de 1896. Una urbe literalmente en construcción donde una oligarquía adinerada y todopoderosa se viste de etiqueta para atiborrarse de fastuosas cenas de seis platos mientras, unas calles más abajo, masas de inmigrantes hambrientos y helados sobreviven hacinados en lo que ya es una olla social a presión.

El Alienista

El Alienista

Ese es el paisaje urbano en el que andan sueltos Laszlo Kreizler, un alienista, o psicólogo dedicado al estudio y curación de enfermedades mentales; John Moore, un ilustrador de sucesos del New York Times que lo mismo frecuenta una fiesta de etiqueta que un antro de dudosa reputación, y Sara Howard, primera mujer policía de NYC.

Y junto a este peculiar trío los mellizos Isaacson, dos detectives apasionados de novedosas y polémicas técnicas de investigación: análisis de huellas dactilares, estudios grafológicos, autopsias y lesiones, etc.

Este grupo tan heterogéneo será a quien Theodore Roosevelt, gerifalte incorruptible y bienintencionado de la más que corrupta Policía de Nueva York, encargue la investigación de una serie de espeluznantes asesinatos de niños chaperos misteriosamente abducidos de sórdidos prostíbulos frecuentados sobre todo por hombres adinerados de la ciudad.

(El alienista, 2018 / TNT)

(El alienista, 2018 / TNT)

Este peculiar quinteto se tendrá que enfrentar a un asesino que irá siempre parece ir un paso por delante de la investigación, sí, pero también a un cuerpo repleto de policías corruptos, a una alta sociedad más interesada en mantener sus privilegios que en atrapar al asesino, y a las mafias que controlan los burdeles y explotan a los menores.

Y con todos esos ingredientes Caleb Carr hilvana una trama trepidante y absorbente, con una fidedigna recreación de la ciudad y del momento donde mezcla con gran habilidad realidad y ficción, en la que personajes y hechos históricos coexisten con pura literatura, y que es, además, una memorable disección de las incursiones pioneras y a tientas en la mente de un asesino.

¿Alguien da más?

Así que, resumiendo en términos de biblioapetencias os diré que:

  • El alienista (Bolsillo)

    El alienista (Bolsillo)

    Si te gusta la intriga detectivesca, la novela El alienista te enganchará. 

  • Si te gusta criminología y la evolución de las técnicas y métodos de investigación, El alienista te encantará. 
  • Si buscas detalles del Nueva York de finales del S.XIX, con El alienista te darás un buen festín.
  • Si tienes ramalazos neoyorquinóticos, devorarás El alienista
  • Pero si simplemente aspiras a leer una historia que te absorba y entretenga El alienista no te defraudará en absoluto.

 

Y la serie homónima producida por Cary Joji Fukunaga tampoco está nada, pero que nada mal, queridos. Al menos los diez capítulos de la primera temporada.

Hete aquí el tráiler de la serie El alienista, para que vayáis haciendo boca:

¿Por qué el Don Draper de Mad Men debería leer ‘El Manantial’, de Ayn Rand?

El alcance de una serie televisiva como medio de biblioprescripción de masas es tan brutal que, como librera y bibliófaga, me alío sin titubeos con el “enemigo catódico”.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

Es el caso de la colosal Mad Men, sembrada de referencias literarias de órdago, y a cuyo visionado se ha entregado con ciertos recelos y bastante retraso uno de mis reginaexlibridlandianos más asiduos.

Pero, por lo que me contó mi cliente libresco una vez empezado su maratón madmeniano parece que el entusiasmo le gana el pulso a la desgana:

Cliente: Buenísima, oye. Yo no sé por qué esperé tanto para ver Mad Men

Regina: Sí, querido, la verdad es que es de lo mejor que se ha hecho en TV

C.: ¡Es que me he visto la Temporada 1 prácticamente del tirón!

R.: ¡Ja, ja, ja! En su día yo también me pegué una buena “jartá”

C.: Es que además te quería comentar que en el capítulo 11, cuando el tal Bertram Cooper (ya sabes, el socio de más edad, ese que va descalzo y adora el arte oriental) le propone a Don hacerle socio éste se muestra encantado, pero le dice que él no quiere contrato.

R.: ¿y?

C.:  Pues que el Cooper se echa a reír y le suelta algo así como: “¡Ah! sabía que lo dirías. Ha hablado el inconformista. Te tengo que presentar a mi amiga, la Señorita Ann Ryde (o algo así creo que dice): a ella se le caerá la baba contigo”

R.: ¡Ah, sí! El tal Cooper es fanático de Ayn Rand, una escritora rusa que en los 40 publicó dos novelones tan polémicos como exitosos: El Manantial y La Rebelión del Atlas. La citan más veces en la serie, pero en esa escena el tiro iba más por El Manantial

El Manantial

El Manantial

C.:  Ah, ¿y por qué se supone que Don Draper debería leer ‘El Manantial’, de Ayn Rand?

R.: Bueno, parece que Cooper ve en Draper un clon de Howard Roark, que encarna al individualista nato. Y sí que parecen estar hechos por mismo patrón, la verdad. De ahí lo de que Draper se la leyera y lo de presentarle a su amiga, la propia Ayn Ran, que alucinaría con un ejemplar como Draper suelto por Madison Avenue.

C.: ¿Y es buena la novela? A mí, ahora que lo dices, me suena de algo…

R.: Para mí es un novelón. No es de lectura fácil, eso es cierto. Y te diré que quienes piensan que las letras son alimento básico del espíritu no pueden aplazar más la lectura de El Manantial, una novela audaz, incisiva y demoledora que fascina lo mismo que desconcierta y en la que cohabitamos en la piel de Howard Roark, un joven y brillante arquitecto decidido a ser él mismo que se ve obligado a luchar contra todos mientras es arrastrado por un tsunami emocional al toparse con la mujer de su vida. Un himno literario al individualismo  y al inconformismo que desdobla el mundo en dos planos enfrentados: cómo es y cómo debería ser. Lo dicho: demoledora y de una lucidez brutal.

C.: Pues sí que tiene buena pinta, sí. Y aunque me queda mucha Mad Men por ver puede que sí tenga Don Draper algo de esa novela.

R.: Bueno, también se filmó una adaptación homónima con guión a cargo de la propia Ayn Rand, y con Gary Cooper. Otro peliculón, todo sea dicho.

(El manantial, 1949 / Warner Bros.)

(El manantial, 1949 / Warner Bros.)

C.: ¡En blanco y negro, verdad! Sí, de eso me suena El Manantial entonces. Pero tampoco llegué a verla. Oye, pero, ¿tienes la novela?

R.: Sí, solo la edita un pequeño sello argentino y te aviso que tiene “letra hormiga”, pero cuando te metas en harina verás que hasta eso se te olvida.

Y mi reginaexlibrislandiano abandonó mis confines con su ejemplar de El manantial de Ayn Rand editado por Grito Sagrado, sello que tiene en su catálogo toda la producción literaria de la escritora rusa, que encabezó a denominada novela liberal, con la que abanderó la libertad personal de cada individuo y combatió el colectivismo en todas sus variantes.

Se puede estar o no alineado con el ideario aynrandiano, pero en según qué circunstancia, contexto histórico y situación, y despolitizando sus tramas, lo cierto es que cualquier cambio nace del individuo dispuesto a no doblegarse.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

En este sentido, el Howard Roark de El Manantial es, sin duda, un héroe literario. Y puede que, a su modo y desde su despacho en la agencia de Madison Avenue, Don Draper también. Y, eso sí: la novela es un clásico que todos deberíamos leer. Y más con la que está cayendo ahí fuera, querid@s. Regina ExLibris Dixit.

Y como bonus el trailer de la adaptación que filmó King Vidor de El Manantial en 1949:

Échate unas risas de libro con ‘La hija de Robert Poste’, de Stella Gibbons

Pocos lectores se resisten a una buena carcajada de novela. Tanto es así que reírse leyendo un libro es la mejor, la menos invasiva y la más infalible de las fórmulas de prescripción que, como libreros, practicamos en reginaexlibrislandia.

Lo acabo de verificar una vez más hace apenas unos instantes cuando, café en mano y tras finiquitar un maratón de papeleo, decidí tomarme un bibliorespiro de ficción con la hilarante La Hija de Robert Poste, de la gran Stella Gibbons.

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

Su protagonista, Flora Poste, es una criatura tan tozuda y descarada como divertida, y más allá de las múltiples relecturas que yo haya podido hacer es una de las biblioterapias de risas que me autoprescribo de vez en cuando para espantarme el tedio, la angustia, la rabia o la desgana a librazos.

Total, que me puse a leer La Hija de Robert Poste en la impecable edición de Impedimenta y en apenas un par de páginas reía y temblaba toda yo como un flan de gelatina dejado a su suerte sobre la mesa coja del vagón-restaurante de una locomotora, que es como servidora se ríe “para adentro”, mientras me encapsulaba las carcajadas en lágrimas para poder reírme a gusto, sí, pero en silencio y con la máxima discreción para evitar perturbar la quietud de reginaexlibrislandia.

Sin embargo parece que mis esfuerzos resultaron inútiles, porque al poco rato un débil carraspeo me sacó de las entrañas lóbregas de Cold Confort Farm:

Clienta: Oye, perdona

Regina: estooo, ¿sí? ¿dígame?

Clienta: No he podido evitar verla leer y…

Regina: ¿sí?

Clienta: Y, bueno, que no ha parado de reírse con ese libro, y me ha intrigado mucho, la verdad

Regina: ¡Claro! ¿le suena eso de «hay algo sucio en la leñera»?

Clienta: No, para nada.

Regina: ¡Es del libro, jajaja! ¡de La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons! Es divertidísimo. Lo de la frase de la leñera tiene su miga, pero no le diré más.

Clienta: Por cómo se reía no lo dudo. ¿Y de qué va? ¿es de humor? No conozco a la tal Gibbons, la verdad.

La hija de Robert Poste

La hija de Robert Poste

Regina: Pues verá, Stella Gibbons es una escritora británica de la primera mitad del S.XX. La Hija de Robert Poste, que es su libro más famoso, se publicó en 1933. Con él pretendía satirizar las historias rurales y de corte costumbrista y romántico que arrasaban entonces. Y vaya si lo logró… de la mano de Flora Poste, que es todo un PERSONAJE, la verdad. De esos para “darles de comer a parte”. La historia es simple: Flora Poste, que nunca había convivido con sus padres tras haber encadenado internados, se queda huérfana y con una renta muy limitada. En lugar de buscar trabajo y asentarse en Londres decide hacer un “casting” entre parientes a quienes no conoce para acoplarse con ellos. Los afortunados son una lejana, turbia y rústica rama de la familia Poste atrincherados en Cold Confort Farm, una destartalada granja que la matriarca controla con mano de hierro.

Clienta: ¡Ahh! ¿Y entonces lo divertido es cómo se adapta a la vida rural?

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

(Cold Comfort Farm, 1995 / BBC)

Regina: No exactamente. Flora Poste viaje con la idea de civilizar a esos parientes asilvestrados. NO de adaptarse ella, sino de que ellos se adapten a ella y su forma de vida refinada. No solo se les acopla, sino que pretende reventar su existencia desde dentro. Así que las escenas que monta son antológicas, y no solo las escenas: los personajes y las ideas de la propia Flora.

Clienta: Pues tiene buena pinta, sí. Pero, vamos, que solo con verla reírse ya había decidido llevármelo… ¡jajajaja!

Y se fue de mis confines librescos con su ejemplar de La hija de Robert Poste bajo el brazo y una enorme sonrisa estampada en la cara.

Y a mi, justo antes de regresar a lo mío con Flora Poste, me vino a la mente la adaptación que filmó la BBC a mediados de los años 90, que tiene mucho del mordaz encanto de Stella Gibbons:

Yo me apuesto el pelucón y parte de mi biblioteca personal no solo a que se echa unas risas de libro con esta grandísima novela, sino a que no será lo único que lea de Stella Gibbons.

Porque, queridos, una vez pasas el rato con la Gibbons siempre quieres más. ¿O es que hay algo más atractivo que la promesa de una buena carcajada de libro?

«Quiero leer El Terror, de Dan Simmons, antes de ver la serie televisiva»

Petrificada en hielo. Así, a lo versión ártica de «la esposa de Lot» convertida en estatua sal del Génesis, me he quedado hoy en la librería cuando un reginaexlibrislandiano asiduo se ha materializado en mis confines para pedirme El Terror, un novelón estupendo, adictivo, escalofriante y sobrecogedor de Dan Simmons que nunca dejo de recomendar y del que siempre he tenido, tengo y tendré stock en reginaexlibrislandia.

(El Terror, 2018 / AMC)

(El Terror, 2018 / AMC)

Desde que Roca lo lanzara en 2008 y servidora le hincara el bibliodiente una tórrida noche veraniega atraída por el escenario glacial en que transcurre la trama (sí, queridos, sí, las inclemencias meteorológcas también se pueden combatir a librazos) me quedé prendada de este artefacto narrativo que, aunque basado en una maltrecha expedición real al Ártico a mediados del S.XIX, es un exquisito híbrido de novela histórica, aventura naútica y horror con algún toque fantástico.

Así que siempre lo prescribo a discreción porque encaja con múltiples biblioperfiles. Y lo hace tanto porque tiene elementos más que suficientes para entretener y enganchar (la aventura marítima, el frío, la intriga, el terror y los conflictos entre personajes desesperados expuestos a condiciones extremas) como porque coincido con quien ve en El terror biblioreflejos de Melville, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Stephen King y, como no, Patrick O’Brian, el titán de la literatura naútica por excelencia.

¿Alguien da más en una novela? Pues a pesar de eso a mi siempre me aguijoneaba en la biblioentraña la certeza de que aunque la novela sí se lee, lo cierto es que no se estaba leyendo tanto como merece.

Pero la Providencia Librera en su infinita bibliosabiduría ha escuchado mis plegarias y esta primavera se va a hablar (y a leer), y mucho, de El Terror de Dan Simmons. El hermes libresco encargado de traerme esta colosal noticia fue ese reginaexlibrislandiano que me dejó hace un rato literalmente congelada:

Cliente: Oye, Regina, quiero leer El Terror antes de ver la serie. ¿La tienes?

Regina: ¿El terror, de Dan Simmons, editado por Roca? ¡Sí, claro que tengo ejemplares! Pero, perdona, ¿qué has dicho? ¿una serie?

Cliente: Sí, la cadena televisiva AMC estrenará el 3 de abril la serie The Terror, basada en la novela, y tiene un pintón estupendo. Se titula también El terror, la dirige Ridley Scott, y el elenco es británico y de lujo. Al ver información de la serie recordé que de ese libro me habías hablado tú, y de hecho hasta seguro que lo habré ojeado alguna vez aquí. Y, bueno, entre que me pica la curiosidad y que tengo margen hasta el estreno he decidido leerme la novela antes de ver la serie. Y aquí estoy.

El terror, libro y serie AMC

El terror, libro y serie AMC

Regina: (silencio)

Cliente: ¿Regina?

Regina: (silencio)

Cliente: ¿Regina?

Regina: Perdona, me he quedado sin palabras, como Lady Silenciosa. ¡Ja, ja, a!

Cliente: ¿Lady quien?

(El Terror, 2018 / AMC)

(El Terror, 2018 / AMC)

Regina: Una enigmática esquimal de la novela de la que siempre fui fan…

Cliente: ¿No sabías lo de la serie?

Regina: ¡Qué va! Pero me acabas de dar un biblioalegrón de proporciones bíblicas. Seguro que, gracias a la serie, más de un lector descubre El terror, y no le va a defraudar.

Cliente: ¡Sí, empezando por mí!

Y se fue con el ejemplar de El Terror de Dan Simmons bajo el brazo. A mí aún me quedan tres ejemplares en stock, y traeré más. Ahora ya sé que Roca prepara una nueva edición en trade (no es tapa dura, pero tampoco bolsillo) que lanzará en breve, con la cubierta customizada en honor de la serie homónima.

Y yo me alegro infinito y me alegraré aún más cuando, gracias al tiron mediático de la serie y a la campaña publicitaria que la precederá, pronto vea ejemplares de El terror en escaparates, mesas y anaqueles de cuantas más librerías mejor.

Como soy agradecida veré la serie, y espero sinceramente que le haga honor al original. Regina ExLibris Dixit.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El Terror, Dan Simmons (Roca). Casi todo género que toca Dan Simmons se convierte en Literatura. Ya sea ciencia ficción, suspense o terror, si la historia lleva su firma será una buena novela. Por eso cuando este biblioMidas decidió novelar la fatídica expedición al Ártico emprendida por 129 exploradores de la Armada Británica a mediados del S.XIX, de cuyo paradero jamás se supo, sus lectores salivaron.

Y no, no se equivocaban porque El Terror es una novela trepidante, aterradora, sobrecogedora y adictiva que ficciona sobre el enigmático destino de esos aventureros naúticos varados en el hielo a temperaturas inhumanas, donde no solo tendrán que sobreponerse al frío, el deterioro de los barcos, el hambre, la muerte, la enfermedad, la desesperanza, el canibalismo y los motines, sino que pronto descubrirán que una extraña y sanguinaria criatura les acecha mientras una enigmática mujer les observa envuelta en un silencio glacial. Un trepidante bibliogarbeo por un auténtico infierno de hielo.

 

«¿Qué novela es esa de la que hablan tanto, la que escribió el de Mad Men?»

Hay novelas que no están a la altura de las expectativas que el ruido mediático que las precede inocula en los lectores. Son tantas que muchos aplicamos de forma inconsciente la biblioregla a mayor maquinaria marketiniana mayor recelo lector. Y viceversa.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

Pero por suerte eso no impide que en ocasiones me trague encantada mi suspicacia al caer rendida a los pies de esa gran novela del momento, de la que todo el mundo habla, y normalmente por motivos tan peregrinos como extraliterarios.

Es lo que me ocurrió hace un par de días, cuando acabé totalmente fascinada por la novelita que empecé a leer cargada de dudas por su vinculación tangencial a la exitosa y megapremiada serie televisiva Mad Men, y que hace un rato me pidió un cliente asiduo a mi librería, a quien a su vez le abrieron el biblioapetito a golpe mediático y de bibliocomadreo:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué novela es esa de la que hablan tanto, la que escribió el de Mad Men?

Regina: ¡Ah, sí! Es Absolutamente Heather, de Matthew Weiner

Cliente: ¿Y la tienes? ¿Qué tal está? ¿Tiene algo que ver con la serie?

Regina: Sí, la tengo. A mí me ha encantado y, no, no tiene nada que ver con Mad men, que, por otra parte, es una de mis series favoritas, todo sea dicho.

Cliente: Pero el Matthew ese, entonces, ¿quién es?

Regina: Es guionista, director y productor de grandes series como Mad Men y Los Soprano.

Cliente: ¿Y también es novelista?

Regina: Ahora sí. Absolutamente Heather es su primera novela, y creo que es un novelón. No me la esperaba tan breve, tan abrupta, tan aparentemente simple ni tan sobrecogedora. Es una curiosa mezcla entre Patricia Highsmith, Shirley Jackson, Henry James, y quizás algo de Poe.

Absolutamente Heather

Absolutamente Heather

Cliente: ¡Uy! Pinta bien, ¿de qué va?

Regina: Está ambientada en Nueva York y, de entrada, dibuja dos ecosistemas sociales antagónicos. De un lado están los casi perfectos y adinerados Breakstone (Mark, Karen y su hija Heather). Y del otro está Bobby, un muchacho con una infancia atroz, naturaleza obsesiva y pulsiones psicópatas que tras su paso por la cárcel se reinserta como peón de obra. Y es en esa obra donde ambos mundos convergen, pero cuando saltan chispas es cuando Mark descubre a Bobby devorando con la mirada a su preciosa hija adolescente. Hasta dónde estará ese padre dispuesto a llegar para proteger a su familia de esa amenaza tan difusa pero a la vez tan evidente es el detonante de una trama demoledora que te mantiene agarrotado como lector hasta el punto y final.

Cliente: Mmm, pues es cierto, Regina, poco tiene que ver con Mad Men

Regina: En la trama no, pero sí que es cierto que, además de ser un thriller que se lee rápido y muy bien, tiene ese toque de guión que agiliza y descongestiona toda la trama. Nada sobra y nada falta.

Cliente: Ea, pues no se hable más, ¡me lo llevo y te cuento después!

No os voy a engañar: estoy deseando que mi reginaexlibrislandiano la termine y vuelva a comentarme qué le pareció el debut literario de don Matthew Weiner. Yo, por mi parte, he decidido leerla de nuevo. Sí, de hecho lo haré en un rato, en cuanto eche el cierre de reginaexlibrislandia.

Y lo haré quizás porque, de una forma sutil y deliciosamente perversa, Absolutamente Heather sigue resonando bajo mi pelucón varios días después de haberla acabado. Y eso dice mucho de ella, porque la propia novela ha pulverizado las expectativas que el ruido mediático que la precedía me inoculó en la bibliofilia. Así que, bravo, Matthew Weiner. Regina ExLibris dixit.

Soy Regina ExLibris y soy «la negra» de tu bibliocarta a los Reyes Magos

Me niego a que alguien crea que un libro no es siempre la mejor opción para un regalo.

(Sirenas, 1991 / Orion Pictures)

(Sirenas, 1991 / Orion Pictures)

Pero, siendo realistas, no siempre es fácil materializar biblioregalos. Así que visto el percal y negándome a que nadie deje de regalar (ni de regalarse) un libro por agobio, pereza, miedo o indecisión, he decidido meterme en harina y embutirme en la piel de la negra que escribe bibliocartas masivas o, si lo preferís, la voz de la biblioconciencia de los Reyes Magos que susurra en sus oídos prescripciones librescas por temáticas y a discreción. Y para ello no veo mejor opción que la de metamorfosearme en la Cher de la mítica Sirenas, con el pelucón bien esculpido sin escatimar en laca, un escote discreto, hasta las cejas de black coffee y dispuesta a darle al typping para mecanografiar referencias literarias hasta quemar la cinta de tinta.

Llamarme loca o bibliofundamentalista, pero si de lo que se trata es de contribuir a materializar la conexión de un libro con su potencial lector no tengo límites.

¿Listos?

Pues van mis prescripciones reginaexlibrislandianas con el criterio «Libros para…»

¡Ah! y que conste que el mejor de los biblioregalos es el que te haces a ti mismo, querid@, así que puede que entre todas estas suregencias by Regina ExLibris encuentres ese título que no sabías que querías leer hasta que lo veas por aquí.

Regina ExLibris Dixit