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Seis libros para leer y sucumbir al ingenio mordaz de G.K. Chesterton

Abran paso al príncipe de las paradojas, Gilbert Keith Chesterton. Un titán literario con una gloriosa querencia al género de detectives, creador del mítico Padre Brown y escritor todo-terreno movido por su obsesión por sanear las conciencias y las cloacas de las élites políticas de la Europa del cambio de siglo a golpe de ingenio y de humor.

En reginaexlibrislandia somos gekachestertonianos devotos y confesos y, como tales, hincamos la bibliorodilla ante este maestro de la intriga y del uso del diálogo ingenioso, corrosivo y humorístico.

A su paso “G.K.” dejó un reguero de textos penetrantes, inteligentes, venenosos, mordaces, hilarantes, inconformistas, lúcidos, escépticos e instructivos, que siempre encierran una ingeniosa paradoja sobre la condición de la sociedad, del pensamiento o de la naturaleza humana.

Su personaje insignia es el mítico Padre Brown, un sacerdote católico de apariencia entre ingenua y bobalicona, pero con una agudeza psicológica demoledora que hace de él un formidable detective, y que aparece en más de cincuenta historias publicadas entre 1911 y 1935.

Por sus métodos hay quien lo considera sabueso antagónico de Sherlock Holmes. Lo sea o no, en la librería siempre prescribimos sus biblioandanzas y adoramos a ese condenado curita del enorme paragüas, pero en el anaquel consagrado a G.K. Chesterton hay mucha bibliovida más allá del Padre Brown.

Así que cuando en reginaexlibrislandia nos preguntan por dónde empezar a leer a G.K. Chesterton nosotros siempre descargamos un arsenal de seis títulos fundamentales y representativos del universo gekachestertoniano.

¿Listos? Pues aquí van nuestros seis títulos para leer y engancharse a G.K. Chesterton:

1. Los relatos del Padre Brown. G.K. Chesterton. Acantilado
Permítanme invitarlos a la relectura de una de esas exquisiteces impresas que pocas veces defraudan: Los relatos del Padre Brown, de C. K. Chesterton. Caerán rendidos ante la silueta de ese párroco rechoncho y a veces atolondrado que, embutido en su sotana y aferrado a su enorme paraguas, se enfrenta a los más cruentos asesinatos, a los enigmas más opacos y a los crímenes más inexplicables con su mejor y más infalible arma: un conocimiento tan profundo de los claroscuros del ser humano que, cuando él lleva las riendas del caso, pone en jaque a la lógica deductiva propia, por ejemplo, del mítico Sherlock Holmes.

2. El arte del asesinato. G.K. Chesterton. Valdemar.
¿Qué tienen en común el padre Brown, Horne Fisher, Gabriel Gale o Mr. Pond? Pues que, aunque cada uno despliega su excentricidad a su manera, todos han sido tocados por el genio cuando se trata de resolver crímenes aparentemente irresolubles. Bueno, eso, que todos son hijos literarios de G. K. Chesterton y que algunas de sus andanzas aparecen recogidas en El arte del asesinato, 11 relatos de crimen e investigación. Este volumen es un impagable muestrario de su gloriosa galería de investigadores enredados a perpetuidad en tramas cargadas de suspense, humor e ingenio que son la marca de la casa del escritor inglés.

3. El hombre que fue jueves. G.K. Chesterton. Valdemar.
El detective y poeta idealista Gabriel Syme trabaja en Scotland Yard para luchar contra el anarquismo que corroe la Europa de cambio de siglo. Cuando logra infiltrarse en la entraña del anarquismo organizado, y ocupa el puesto de Jueves en su consejo supremo detona un trepidante devenir de aventuras encaminadas a evitar un magnicidio en Paris, pero que en realidad son la vía que Chesterton utiliza para tipificar y pulverizar las corrientes de pensamiento emergentes, con Schopenhauer y Nietzsche a la cabeza. Con un toque filosófico y absurdo y gran sentido del humor, El Hombre que fue Jueves arrastra al perplejo lector en una comedia alegórica sobre el mal y el libre albedrío que le obliga a balancearse entre la realidad y la fantasía onírica. Brutal.

4. El hombre que sabía demasiado. G.K. Chesterton. Acantilado.
Pasen y lean esta gloriosa colección de relatos detectivescos bajo la que subyace un tratado político encubierto tan colosal y lúcido como corrosivo. El nexo de unión entre las historias son dos personajes: Harold March y Horne Fisher. El primero es un periodista que derrocha ingenuidad. El segundo, sin oficio conocido, carece de la ingenuidad que a March le sobra. A través de sus ojos se van dibujando las turbias bambalinas de la escena de la política británica de principios del siglo XX. La combinación de estas dos visiones antagónicas y complementarias surge efecto para desenmascarar sin aspavientos a las élites políticas, formadas por corruptos, débiles, mentirosos y cobardes, y movidas por casi cualquier cosa menos el bien común. Escrito en 1922, El hombre que sabía demasiado mantiene toda su vigencia y su lectura debería ser obligatoria… al menos en los tiempos políticos que corren.

5. La esfera y la cruz. G.K. Chesterton. Valdemar.
De entre los elegidos para que sus genios literarios destilen humor, filosofía y suspense en proporciones áureas, G. K. Chesterton sobresale por méritos propios materializados negro sobre blanco. La esfera y la cruz narra las disparatadas aventuras de un católico y un ateo que recorren el mundo en busca de un lugar en el que puedan batirse en duelo a muerte sin que las autoridades se echen encima de ellos para impedírselo. De una lucidez y una ironía a prueba de bombas.

6. Cómo escribir relatos policíacos. G.K. Chesterton. Acantilado.
Como ha quedado demostrado a librazos el ingenio bibliodetectivesesco de Chesterton iba mucho más allá de su ya legendario Padre Brown. Tanto que, como conocedor y estudioso del género policíaco, consagró diversos ensayos y artículos periodísticos al género, que fueron publicados en muy diversos lugares. En este volumen se reúnen todos ellos. El lector encontrará un manual entusiasta, culto y espiritoso del perfecto escritor de relatos de misterio, donde uno de sus más titánicos creadores analiza, comenta y disecciona con su colosal inteligencia y su modalidad a prueba de balas el llamado a ser uno de los géneros literarios más leídos en todo el mundo desde el S.XIX. Instructivo, hilarante y demoledor recorrido, donde pone en jaque incluso a Auguste Dupin y a la astuta señorita Marple. ¿Algún devoto del género da más?

De Philip Kerr lee las novelas de su gran sabueso Bernie Gunther en el Berlín nazi

¿Quién se lee la serie policiaca de Philip Kerr primero, tú o yo, Regina ExLibris?” Ese es el duelo bibliófilo que me planteó uno de mis clientes asiduos hace casi una década, y ahora que por desgracia ha fallecido el genial autor de novela negra escocés he recordado la curiosa manera en que me convertí en devota philipkerriana y bernieguntheriana de pro.

Philip Kerr y su saga Berlín Noir

Philip Kerr y su saga Berlín Noir

Mi cliente me lanzó el guante libresco un viernes cualquiera allá por 2009, e inmediatamente después de echar el cierre a la librería me propuse saldar mis cuentas con el escritor escocés y su saga Berlín Noir, protagonizada por el sabueso Bernie Gunther y ambientada en el Berlín nazi y, de paso, pulverizar a mi reginaexlibrislandiano de pro en su estimulante biblioreto.

Así fue como me adentré en el universo philipkerriano para regresar después al mundo de la no ficción absolutamente fascinada por todos y cada uno de los (por ahora) seis títulos de la serie que publica el sello RBAVioletas de MarzoPálido criminalRéquiem alemánUnos por otrosUna llama misteriosa y Si los muertos no resucitan, éste último flamante III Premio de Novela Negra RBA 2009.

Y, para qué negarlo, hoy regresé a mis confines librescos deseando recibir a mi querido reginaexlibrislandiano para saborear lo que imaginaba sería mi victoria bibliófila por partida doble.

Doble porque lo pasé en grande leyendo a Kerr, y porque pensaba, ingenua y pretenciosa de mi, que habiendo devorado la serie completa en apenas 48 horas muy probablemente me impondría ‘por bibliogoleada» a mi adversario lector…

… Pero no fue así. Porque cuando me equivoco, pues como que me equivoco PERO BIEN.

Porque efectivamente él se pasó por mi librería el lunes por la mañana:

– Cliente: ¡Hombre, Regina, buenos lunes! Qué animada te veo…

 Regina: ¡Sí, ja, ja, ja!

 C.: Bueno, bueno, bueno… ¿Y qué tal Bernie Gunther?

– R.: Pasé con él mi enfermedad. TODO el fin de semana, querido.

– C.: ¿Ah, sí? ¿Y qué títulos leíste?

– R.: Los seis de Berlín Noir.

– C.: ¿Los seis?

– R.: Sí, querido, ¡los seis! ¡Del tirón!

– C.: Entonces estamos en tablas…

– R.: ¿Cómo que en tablas?

– C.: Esta madrugada yo me terminé Si los muertos no resucitan

Philip Kerr

Philip Kerr

– R.: Pe-pero, pero…

– C.: ¿Qué quieres? Me enganchó el sabueso Gunther y eso de pasearte por la Alemania nazi mientras investigas un crimen es de lo más novedoso, al menos para mí. Y husmear en los bajos de la Gestapo, de la cúpula hitleriana y de¨los advenedizos del Reich…

– R.: ¡Si! Es uno de sus grandes logros: reconstruír el día a día en la alemania nazi entre 1936 y 1945.

– C.: Así que… ¡empate!

– R.: Ja, ja, ja… y yo que venía segura de que te plancharía

– C.: Oye, ¿crees que Kerr nos dará más de su Bernie?

– R.: Eso espero… Porque, ya ves, empezó siendo una trilogía y… ¡ya van seis!

Y ahí nos quedamos los dos parloteando sobre anécdotas, detalles y giros de las tramas de los seis títulos de Berlín Noir pero, eso sí, ya desde la óptica de bernieguntheradictos de pro…

Hoy es un día triste para los bibliófilos y philipkerrianos de pro: D.E.P., maestro

NOTA DE REGINA EXLIBRIS.

Violetas de marzo

Violetas de marzo

Violetas de Marzo. Philip Kerr. RBA. 

En la Alemania de 1936, cuando la peste nazi envuelve el país como una masa gelatinosa, aprender a convivir con la esvástica y la barbarie es cuestión de supervivencia, y a eso pocos ganan a Bernie Gunther. Ex-policía reconvertido en investigador, lucha por su integridad moral cuando proliferan las Violetas de marzo que, además del nombrar el inicio de la saga Berlin Noir, designaba a los subidos in extremis al macabro tren nazi y con demasiado por demostrar a Hitler. Philip Kerr introduce a un sabueso al más puro estilo Marlow, Wallander y Montalbano, con quien viajaremos a las entrañas de una época y una realidad, la de miles de germanos engullidos por el Führer, mientras Bernie investiga dos asesinatos que salpican a la cúpula del partido en las Olimpiadas berlinesas. Una gran novela negra maravillosamente ambientada y con un detective intenso, cálido y fuerte como un lingotazo de schnapps.

  • Y vosotros, reginaexlibrislandianos de mis anaqueles, ¿Leísteis a Philip Kerr? ¿Qué os parece su sabueso Bernie Gunther? ¿Cómo os dio por leerlo? ¿Lo recomendaríais?
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¿Qué personaje de El nombre de la Rosa es el bibliotributo de Umberto Eco a un escritor?

No, queridos, no es Frai Guillermo de Baskerville.

(El nombre de la rosa, 1986 / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

Aunque, sí, el sabueso franciscano de Umberto Eco que protagoniza El nombre de la rosa tiene mucho de Sherlock Holmes.

Tanto a nivel físico, como por su nombre y sus dotes deductivas, e incluso por su querencia a los estimulantes (Frai Guillermo es tan aficionado a masticar hojas de plantas psicoactivas como Sherlock a la cocaína), pero este no es el guiño metaliterario al que aludimos.

Entre otras cosas porque el bibliotributo en cuestión lo forjó Umberto Eco a la medida de un gigante literario, y no a la de cualquiera de sus ficciones.

Os pongo en contexto: estaba yo desembalando ejemplares de El Aleph, El libro de arena y Ficciones, cuando un reginaexlibrislandiano asiduo se acercó a mi escritorio blandiendo El nombre de la Rosa, de Umberto Eco. Y dijo:

Cliente: ¡Mira, Regina, hoy me toca relectura!

Regina: ¿perdona?

Cliente: Que POR FIN me releo El nombre de la Rosa. Desde que me lo leí cuando salió (¿en los 80?) he querido volver, pero nada. Hasta hoy, ¡ja!

Regina: ¡Ahh! ¿Y cómo es que te ha dado ese biblioapretón?

Cliente: Pues una tontería, porque hace unos días leí que se había incendiado la abadía que inspiró a Umberto Eco y me dio por releerla.

Regina: ¡Mira! ¡Esa es nueva! Si ya digo yo que los caminos de la Providencia Librera son tan Inescrutables como bienvenidos ¡jajajaja!

Y de pronto me quedé petrificada, con la mirada fija en algún punto del escritorio, las manos agarrotadas aferrándose a los brazos de la silla y las venas de las sienes como morcillones de Burgos. Hasta que un vozarrón me sacó del lapsus:

Cliente: REGINA, RE-GI-NA… ¿ESTÁS BIEN?

Regina: ¿QUÉ? ¿CÓMO? Ah, sí, perdona. Sí, pues lo que yo digo, que los caminos de la Providencia LIbrera son Inescrutables. Porque si no ya me dirás tú a mi cómo demoníos podríamos tener estos libros sobre la misma mesa a la vez.

Cliente: No te sigo, ¿de qué hablas?

Regina: ¿Sabes qué personaje de El nombre de la Rosa es el bibliotributo semivelado de Umberto Eco a un grandísimo escritor?

Cliente: Mmm, veamos, ¿Guillermo de Baskerville por Sherlock?

Regina: No me refiero a ese. Me refiero a un autor que Eco utilizó para dar forma a uno de sus personajes. Así, como homenaje personal.

Cliente: No sé, no caigo, ¿el inquisidor?

Regina: No, a ver, es un anciano de origen español, ciego, venerable, hierático y profundamente sabio. Y, con eso, mira qué otros libros tienes aquí delante: El Aleph, El libro de Arena…

Cliente: ¿Borges? ¿Borges en El nombre de la Rosa?

Regina: ¡SIIIIIII! ¿recuerdas al venerable Jorge de Burgos?

(El nombre de la rosa, 1986 / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa, 1986 / 20th Century Fox)

Cliente: ¡Coño! ¿El ciego? ¿El de los libros? ¿Que de joven controlaba la Biblioteca de la Abadía? Bueno, y después también… Que era pelín apocalíptio, el caballero. ¿No?

Regina: Sí, señor. Con su «venerable Jorge» Umberto Eco saldó una deuda con uno de sus maestros, Jorge Luis Borges. De hecho él mismo comentó cuando se lo preguntaron que «…biblioteca más ciego sólo puede dar Borges»

Cliente: ¡Madre mía, pues no tenía ni idea! Si ya estaba motivado a releerme El nombre de la rosa ahora ni te cuento, Regina

Y se fue con su ejemplar de la grandísima El nombre de la Rosa bajo el brazo, dejándome atrincherada en mi colección borgiana y con una enoooorme sonrisa horadada en la cara. No me preguntéis por qué, querid@s, pero la suma de esos pequeños biblioinstantes hacen de mi profesión un géiser de momentazos librescos que al menos a mi me dan la vida.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El nombre de la rosa

El nombre de la rosa

En el invierno de 1327, bajo el papado de Juan XXII el ex-inquisidor y franciscano Guillermo de Baskerville y su discípulo el novicio Adso de Melk llegan a una abadía benedictina en los Apeninos famosa por su biblioteca. Allí enviados del Papa, inquisidores y frailes franciscanos decidirán en una inminente reunión si es o no herejía proclamar la pobreza apostólica. Pero los días previos al debate varios hermanos mueren en extrañas circunstancias, y lo que para el ciego exbibliotecario Jorge de Burgos es el anuncio del Apocalipsis, para Guillermo de Baskerville es un misterio por desentrañar. Ayudado por Adso y saltándose las estrictas normas de la abadía, resolverán un sangriento enigma relacionado con libros prohibidos, Aristóteles y un fanatismo religioso puesto en jaque por el método científico de Guillermo. Maravilloso y vívido fresco del medievo en todo su oscuro esplendor en un artefacto narrativo perfecto que es mezcla de novela histórica, trama detectivesca, relato de iniciación y thriller psicológico aderezado con ironía y lucidez, donde el lector debe saber interpretar las señales.

 

 

 

Hazte un bibliofavor y lee Asesinato en el Orient Express

Reginaexlibrislandia en pleno fue testigo de mi rendición al Poirot de Sir Charles Kenneth Branagh (y resto del elenco), por Dickensinizarme el Orient Express con la nueva versión homónima del clásico de Agatha Christie.

Asesinato en el Orient Express

Asesinato en el Orient Express

Además y gracias al visionado del filme fui directa a mi viejo ejemplar de Asesinato en el Orient Express (Agatha Christie, RBA) para una buena relectura.

Atravesado el punto y final me reafirmo en el colosal valor de un clásico del género detectivesco que no dejará nuca de maravillarme.

Os comentó por qué:

Estambul, pleno invierno. El investigador belga Hércules Poirot decide tomar de improviso el Orient Express, que en esa época suele ir prácticamente vacío. Pero contra todo pronóstico el tren va lleno y solo gracias a sus contactos Poirot consigue un pasaje in extremis.

Pasada la primera noche a bordo al belga le aguardan dos desagradables sorpresas antes del desayuno: no se mueven porque una tormenta de nieve mantiene bloqueada la línea férrea y un americano ha sido asesinado en el compartimiento vecino al suyo.

Con el tren detenido por tiempo indefinido y el convencimiento de que ha sido un crimen pasional (doce puñaladas asestadas con saña y sin patrón) Poirot arranca una de las investigaciones criminales más memorables de la literatura. Todos los viajeros se ofrecen para prestar declaración y, tras los primeros interrogatorios, aparentemente nadie ha entrado ni salido del coche-cama del difunto durante la noche.

Pero todos cuentan verdades a medias, y Poirot sabe que el asesino sigue en el tren. ¿Quién asestó las puñaladas?¿Por qué lo hizo? ¿Se dejaron cabos sueltos? ¿Logrará Poirot descubrir la verdad antes de que el Orient Express retome su marcha? ¿Y tú, lector?

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

Una novela vertebrada en tres partes que implica al lector en la investigación desde el primer momento obligándole a tratar de llevarle la delantera al mismísimo Poirot en sus pesquisas.

Una trama entretenidísima y perfectamente armada y aderezada con el humor inteligente de la Christie, y un final de órdago que te deja con la boca abierta en una novela con Mayúsculas que funciona no solo como un endiablado puzzle a resolver perfectamente calibrado, sino como vívido tapiz de aquella Europa de clase alta que, ya en el período de entre guerras, aunque había perdido pie se aferraba al pasado con garras de astracán, brillantina, aires de grandeza y usos desfasados.

«Mira a P. D. James, 89 años y venga de matar!»

No sé si existirá el legendario elixir de la eterna juventud, pero lo que si sé es que hay personas a quienes la pasión por lo que hacen las mantiene en una forma envidiable, tanto física como mental, independientemente de su año de nacimiento.

Sí, queridos, es una de esas obviedades que a veces olvido, pero por suerte justo hace un rato una reginaexlibrislandiana asidua se materializó ante mí para recordármelo. Debe andar por los ochenta años, suele visitarme un par de veces al mes y es una auténtica decana en novela negra.

Deciros que se ha leído todo lo leíble en ese género es poco, y os juro por las teclas de mi Underwood que es un auténtico glosario en movimiento de autores, detectives, tramas y terminología forense. Un crack, vaya, y una delicia para cualquier bibliófilo con delirios antropológicos como la que suscribe.

El caso es que el otro día vino a por los seis libros de Philip Kerr:

 

– Clienta: ¡Hola, guapa!- Regina: ¡Hombre, XXX! Ya la echaba de menos

– C.: Ya sabes, hija, estoy entre dos ciudades…

– R.: Es lo que tiene… ¡ja, ja, ja!

– C.:Oye, me acabé Aurora Boreal. La verdad es que es un poco floja para mi gusto, ¿no?

– R.: A mi me gustó aunque, eso sí, más por la ambientación y los personajes que por la trama.

– C.: Sí, es que el final es previsible. Por eso se la dejé a mi hermana, que no tiene la sensibilidad para cosas más fuertes. Y más ahora, que ha cumplido 88 y se me ha desinflado como un globo…

– R.: Pero, ¿está mal?

– C.: ¡Qué va! Que se aburre, no se mueve y, claro, se anquilosa. Ya le digo yo, ¡mírame a mi un par de años menos y de acá para allá!

– R.: Sí, usted está estupenda

– C.: Ayer, antes de venirme, discutí con ella. Y, ¿sabes lo que dije?

– R.: No…

– C.: Pues que hiciera algo, como retomar lo de sus plantas, para que se activara. Me dijo que era muy mayor y cogí un libro de P.D. James y se lo enseñé

– R.: ¿Y eso?

– C.: Le dije: ¡Mira, Dolores, P.D. James, 89 años y venga de matar! ¡Y está estupenda!

– R.: ¡Ja, ja, ja, ja! ¿Y qué le contestó?

– C.: Se quedó helada, pensó que esa autora era una chiquilla….

 

Y se fue con sus libros y una sonrisa pícara en la cara. La misma que me dejó a mí dibujada su visita, la verdad. Y me hizo recordar una cita que leí una vez de la mismísima P.D. James, cuando le preguntaban por su arma letal favorita:

«El arma siempre ha de adecuarse al crimen. Por ejemplo, una mujer madura en Inglaterra no podría asesinar con pistola, por algo tan sencillo como que tienen difícil acceso a ellas»

Hétela ahí, toda una lección de saber hacer literario-criminólogo. Otra de esas obviedades que muchos olvidamos demasiado a menudo…

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis algo de P.D. James? ¿Qué os parece? ¿Creéis que la pasión por algo como la literatura puede ser el secreto de la longevidad?

Capote en Un cadáver a los postres

Cuando tres de las cosas que más me gustan convergen en un mismo punto mi pelucón irradia más destellos luminosos que el Faro de Alejandría en sus mejores tiempos. Así que cuando mi haz de luz sensorial se topó hace años con Truman Capote, una trama de intriga detectivesca y una parodia inteligente casi me inmolo de emoción contenida frente a la pantalla que me proyectaba la mítica Un cadáver a los postres (Murder by death).

Nadie me había advertido de que aquella curiosa película de 1976 con un reparto de escándalo era lo que en efecto es: una gloriosa comedia policíaca que esconde una brillante disección del género detectivesco a través de los clásicos de tinta hechos celuloide. Risas, risas y más risas, palabra de Regina.

Pus bien, llevaba años sin pensar en ella hasta que hace unas horas un reginaexlibrislandiano asiduo me la despertó de su letargo mental. Hablábamos, como no, de la literatura de Capote, de cómo reinventó el periodismo literario con A Sangre fría o le dió una nueva dimensión al arte de perfilar personajes a palabras en sus Retratos:

 

– Cliente: Sí, me impactó sobre todo el perfil de Marlon Brando en su hotel de Japón mientras rodaba Sayonara. O Marilyn Monroe…- Regina: La verdad es que para eso Capote tenía un don.

– C.: Con la lengua bífida que tenía fijo que si vive ahora hasta tendría su propio talk show, ¡ja, ja, ja!

– R.: Mmm, pues tal y como está el patio catódico no sé si me gusta la idea…

– C.: Lo que me extraña es que no escribiera algo para el cine, ¿no?

– R.: Pues yo creo que no, aunque algún cameo sí que hizo.

– C.: ¿Un cameo? ¿Capote?

– R.: Si, en una comedia buenísima llamada Un cadáver a los postres, o Murder by death, de 1976. Y, bueno, fue más que un cameo: le nominaron a los Globos de Oro como mejor actor secundario…

– R.: Alucino…

– C.: UY, pues hazte con ella, es una de mis favoritas. Es suna parodia de las tramas clásicas de intriga detectivesca, pero muy bien hecha y con un repartazo.

– C.: No me digas que Capote es el mayordomo…

– R.: ¡Ja, ja, ja! No, verás, Capote es Lionel Twain, un excéntrico millonario que organiza una cena en su mansión e invita a la élite de los investigadores: Sidney Wang de China, Dick Charleston de Nueva York, Jessica Marbles de Inglaterra, Milo Perrier de Bélgica y Sam Diamond de San Francisco. ¿Te suenan?

– C.: Sí, pero ¿no les cambiaron los nombres?

– R.: ¡Claro! Son parodias de Miss Marple, Hércules Poirot, Sam Spade, Nick y Nora Charles, y Charlie Chan con sus inseparables ayudantes…

– C.: ¡Tiene un pintón! ¿Y quienes actúan?

– R.: Pues junto a Capote ni más ni menos que Peter Sellers, David Niven, Peter Falk, James Coco, Elsa Lanchester, Maggie Smith, Alec Guinness, Eileen Brennan, Nancy Walker, James Cromwell y Estelle Winwood, orquestados Neil Simon.

– C.: Pues sí que es todo un cartel, sí. Iré a buscarla, que con estos calores una buena carcajada nocturna no viene mal, y si de paso veo a Capote ‘en vivo’ mejor que mejor…

– R.: !Pues ya me contarás qué tal!

Y se fue con la promesa de volver en un par de días a conterme qué tal su visionado de Un cadáver a los postres. En cuanto a mi me ha entrado el apretón de verla de nuevo y, de paso, de releerme algo del mítico Sam Spade de Dashiell Hammett… Así que, además de un rato divertidísimo igual la película logra despertar a alguien más el apetito lector por los mejores sabuesos de tinta.

De momento y como homenaje regino aquí os dejo el tráiler original de Un cadáver a los postres, para abrir boca:

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿Visteis Un cadáver a los postres? ¿Qué os pareció? ¿Os gusta la literatura de Capote? ¿Leísteis intrigas protagonizadas por Miss Marple, Hércules Poirot, Sam Spade, Philip Marlowe o Charlie Chan?

«¿Qué me leo de Chandler?»

Este año se cumple medio siglo de la muerte de Raymond Chandler y yo, devota incorregible de uno de los maestros del género negro, he tenido que esperar hasta hoy para que la Providencia Librera tuviera a bien regalarme un ‘momento Chandler‘.

Sí, queridos, cinco meses como cinco soles llevaba aguardando la oportunidad de indicar a alguien el santo y seña necesario para acceder al al reverso más sórdido de Los Ángeles de los años 40, una irresistible ciénaga en blanco y negro en la que chapotean polis de integridad reversible y puño flojo, mujeres fatales, políticos corruptos, niñas de papá, intereses cruzados y un puñado de carismáticos detectives que siguen la estela del pionero: Philip Marlowe, hijo literario de Chandler.

Total, que esta misma tarde andaba yo desempolvando mis anaqueles cuando uno de mis reginaexlibrislandianos asiduos vino para soltarme a bocajarro un glorioso:

– Cliente: Oye, Regina, ¿qué me leo de Chandler?- Regina: ¡Hola, XXX! ¿Cómo dices?

– C.: Pues eso, que hace unos meses leí un artículo sobre Chandler y decidí que ya rea hora de echarle un ojo a sus novelas… pero lo fui dejando, lo fui dejando y aquí me tienes, porque un amigo me contaba esta mañana que estuvo viendo una peli del Philip Marlowe y recordé que quería leerme las novelas.

– R.: Ah, pues divinamente

– C.: Así que dispara, amiga, ¿por dónde empiezo?

– R.: Mmmm, pues verás, Si Raymond Chandler hizo de su detective Philip Marlowe en El sueño eterno uno de los mejores sabuesos del género, para mi Adiós, muñeca es uno de sus más brillantes relatos. En él, tras recibir el encargo de encontrar a la misteriosa Velma, Marlowe se verá empujado hacia el lado más sórdido y corrupto de la ciudad, donde la única ley es la del dinero. Así que yo empezaría por una de las dos…

– C.: Suena bien, muy bien, ¿de esas dos hay peli, no?

– R.: Sí, de casi todas. De hecho Bogart y Robert Mitchum fueron dos Marlowes de órdago. También te sonarán otros títulos como El largo adiós, El simple arte de matar o La dama del lago

– C.: Anda, pues sí.

– R.: Es la onda expansiva de la maquinaria hollywoodiense en la que, por cierto, estuvo muy metido Chandler, tanto cuando se trataba de adaptar a celuloide sus novelas como las de otros.

– C.: Sí, en esa época casi todos los escritores se metieron a guionistas… Oye, mira, creo que me llevo Adiós, muñeca y El sueño eterno para empezar.

– R.: ¡Estupendo! Me apuesto el pelucón a que vuelves aquí convertido al chandlerismo extremo

– C.: ¡Ja, ja, ja! A ver si es verdad.

 

 

Y se fue, y yo miré la balda mellada y me apresuré a reponer las dos bajas con una sonrisa de tres vueltas pintada en el rostro, pensando en lo mucho que seguramente va a disfrutar mi reginaexlibeislandiano con sus tramas de vértigo, con unos diálogos tan frenéticos como cargados de humor y de sabiduría callejera y con un estilo que creó escuela.

Por ejemplo, aquí os dejo una perla de El Sueño eterno, que es la esencia de Chandler en estado puro:

«Era más bien alta, pero tampoco un poste de telegrafo»

Y como homenaje regino y posible forma de abrirle a alguno el apetito lector por las novelas de Chanler aquí queda el trailer original de The Big Sleep, con Humphrey Bogart y Lauren Bacall encabezando el cartel:

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis algo de Raymond Chandler? ¿Qué os parece? ¿Os gusta el detective Philiph Marlowe? ¿Por qué novela de Chandler sugeriríais a alguien que se adentrara a la novela de Chandler?

¡Viaja a la Suecia de Wallander!

Los devotos de Mankell en general y de su mítico inspector Wallander en particular estamos de enhorabuena. Y no sólo porque Tusquets lleve casi un año editando los libros de la serie detectivesca en Maxi Tusquets, su formato de bolsillo, sino porque hace poco ha lanzado el que es uno de los títulos insignia de la saga: La quinta mujer.

Y no se ha quedado ahí: a través de su web propone el consurso «Tras los pasos de Wallander», con el que los mankellianos de pro pueden, si responden a tres preguntas sobre La Quinta Mujer, ganar un viaje para dos personas a la ciudad sueca de Ystad, centro de operaciones de Wallander y escenario de los crímenes a los que se enfrenta nuestro adorado sabueso sueco.

Ellos lo presentan así:

 

 

Así que quienes hayáis disfrutado ya de La Quinta Mujer podéis acceder al concurso hasta el próximo 31 de mayo, y quienes no y titubeen a la hora de perderse por entre las gloriosas páginas de La Quinta Mujer aquí va su sinopsis:

 

La placidez habitual de la ciudad sueca de Ystad se ve rota cuando, con cierto intervalo de tiempo, tres hombres aparecen salvajemente asesinados. Las víctimas llevaban una vida apacible y tranquila, dedicada a la ornitología, al cultivo de orquídeas y a la poesía, lo cual hace aún más incomprensible el casi insorpotable sadismo de que han sido objeto. Durante la investigación del caso, Wallander descubre que no solo debe enfrentarse a un asesino de temible inteligencia, sino que este parece guiarse por un sanguinario y turbio deseo de venganza. Cuando por fin la policía cree estar tras la buena pista, un nuevo asesinato da un vuelco a la investigación y provoca un motín entre la asustada población local.

En cualquier caso tampoco es la primera vez que Tusquets organiza concursos basados en Mankell y su obra. Por ejemplo, cuando lanzó El Chino la editorial dejó en manos de los mankellianos la elección de la portada del libro… ¿lo recordáis?

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿leísteis a Mankell? ¿Sois wallanderianos? ¿Participaréis en ‘Tras los pasos de Wallander’? ¿Qué os parece este tipo de reclamos de incitación a la lectura?