Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Archivo de noviembre, 2017

A los pies del Poirot de Kenneth Branagh por Dickensianizarme el Orient Express

Retarme a ir ver una película basada en una novela que adoro y que ya tiene una buena adaptación previa es jugar con fuego valyrio en reginaexlibrislandia.

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

Pero como me tentó uno de mis libreros acepté, y tras echar el cierre en la librería enfilé al cine. La versión oficial en reginaexlibrislandia es que iría a ver Asesinato en el Orient Express (2017) por el bien de la literatura y de mis reginaexlibrislandianos.

Eso sí, en confianza os digo que la verdad es menos filantrópica y pelín más novelesca: ni por cien libros iba yo a desperdiciar la oportunidad de lanzarle mañana al infeliz una biblioperorata agathachristínica post decepción fílmica by Regina Exlibris precedida de un rotundo «Te lo dije, querid@«).

Así que me planté en el cine bien cargadita de prejuicios y con el colmillo afilado, salivando al previsualizar a mi presa atrapada en mis mandíbulas.

Y todo iba rodado, porque ya en los primeros minutos de proyección di con el atuendo perfecto para la escenita que pensaba montar al día siguiente en la librería: iría embutida en la piel de la Sra. Hubbard (Michelle Pfeiffer), una víbora sinuosa dispuesta a merendarse a cualquiera con garras de astracán para escupir después los restos con hiriente elegancia. ¡Ay, NO podía pedir más!

Peeero la Providencia Librera, que sabe que cuando patino lo hago a lo grande y con toda la puñetera pompa regia, me tenía preparada una sorpresita bibliodiabólica que se proyectaría ante mis ojos en 3, 2, 1…

Y es que desde aquí os lanzo la misma pregunta que me hice apuntalada a mi butaca:

¿Cómo demonios iba yo a imaginar que el Poirot de Sir Kenneth Charles Branagh iba no solo a leer y desternillarse con Historia de Dos ciudades de Dickens en varias de escenas con peso propio en el metraje, sino que además y no contento con eso iba a bramar a todo el pasaje del maldito Orient Express eso de ”Oh, mon cher Dickens!”?

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

Llegada a esa escena ya no tuve más remedio que bajar los brazos, quitarme el pelucón dorado, soltar la marta cibelina, reconocer mi derrota y disfrutar de una estupenda adaptación de la novela homónima de Agatha Christie mientras la parafraseaba para auto-recriminarme con venenosa compasión: «Ahh, pobre criatura, es sueca». (Es una de sus frases más memorables, y me venía al pelucón ahora, claro).

Id a ver la película si podéis, querid@s. Porque además de disfrutarla os garantizo que saldréis de la sala con ganas redobladas nos solo de leer (o releer) Asesinato en el Orient Express sino también Historia de dos ciudades de Charles Dickens.

Así que lo hago público ante Reginaexlibrislandia en pleno:

A sus pies, Poirot de Sir Charles Kenneth Branagh (y resto del elenco), por Dickensianizarme el Orient Express al completo

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

  • Y vosotros, queridos, ¿visteis la nueva adaptación de Asesinato en el Orient Express? ¿Qué os pareció? ¿Y la que filmaron en 1974?
  • Hazte un bibliofavor y lee Asesinato en el Orient Express
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«¿Por qué novela de Muriel Spark empiezo?»

El mejor regalo que la Providencia Librera puede darme como murielsparkiana devota y confesa que soy es materializar en mi librería a una clienta como la de hoy.

(Breve encuentro, 1945 / Eagle-Lion Films)

(Breve encuentro, 1945 / Eagle-Lion Films)

Ha sido llegar, saludarme y soltar a bocajarro: «Oye, Regina, ¿por qué novela de Muriel Spark empiezo?»

Y yo que yo sé que vosotros sabéis que todos sabemos que me encanta acompañar cada prescripción libresca con una buena puesta en escena, he tardado cero coma en embutirme en la piel de una jovenzuela británica en pleno Londres tras la II Guerra Mundial para soltar mi biblioperorata del día:

¿De Muriel Spark, dices? Pues, querid@, empieza YA por leer Las señoritas de escasos medios (Impedimenta).

Una delicia en apariencia inofensiva pero cargada de un humor corrosivo y una crítica mordaz a la flema británica que te dejarán sin aire entre carcajadas. Es deliciosa, elegante, divertida y una lección de vida. Palabra de Regina Exlibris.

Ella se la llevó encantada, y volverá a comentarme su primera experiencia murielsparkiana en cuanto se lo acabe.

Y entre tanto la que suscribe aprovecha la ocasión para prescribir a discreción y sin pudor una gran novela que es un manjar libresco para bibliófagos de todo pelaje y condición.

Así que sí: los lectores con ganas de perderse entre las líneas de literatura de la buena, cargada de tramas poco enrevesadas, humor inteligente y una despiadada crítica social no pueden dejar de leer Las señoritas de escasos medios, de la escocesa Muriel Spark.

En ella disecciona el día a día de un grupo de mujeres de entre treinta y cincuenta años que conviven en una residencia para solteras mientras Londres trata de sobreponerse a sus propias ruinas y a la implacable austeridad tras el fin de la II Guerra Mundial.

La señoritas de escasos medios

La señoritas de escasos medios

Es allí, en el corazón de una City que se cae a pedazos durante la difícil primavera y el verano de 1945, cuando el campo de batalla parece haberse desplazado desde las trincheras al microuniverso doméstico de este grupo de mujeres, y estalla en una colosal contienda psicológica en la que viven inmersas estas muchachas con sus traiciones y camaraderías de ida y vuelta, sus ardides para burlar la cruel carestía de prácticamente todo, sus estrategias para el ligue y sus teorías sobre el amor y la vida.

Con esos retazos y un glorioso talento para la sátira una grandísima Muriel Spark compone el hilarante tapiz de una época en la que este cosmos saturado de filias y fobias, de contradicciones y de banalidades latía con pulso propio.

Y de paso pulveriza a palabras el mito del legendario estoicismo inglés en momentos difíciles dibujando a su grupo de señoritas atenazadas no por la situación política y social, sino por su propia banalidad, y más preocupadas por los vestidos, la falta de medias y los gramos que pueden llegar a engordar, que por el presente y el futuro del país… e incluso de sí mismas.

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis Las señoritas de escasos medios? ¿Qué os pareció? ¿Y algún otro título de Muriel Spark?
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6 novelas para leer México en plena Feria del Libro de Guadalajara

Si voy a homenajear a las letras mexicanas y a prescribir autores mexicanos solo puedo hacerlo embutida en la piel de María Felix, alias la Doña.

(Los héroes están cansados,1955 / CCC)

(Los héroes están cansados,1955 / CCC)

Sí, querid@s, porque la gran diva del cine mexicano y musa de Diego Rivera entre una legión de intelectuales y artistas rendidos a sus taconazos, era todo poderío, ingenio, casta, belleza y bravura, tanto dentro como fuera del celuloide.

Y, claro, qué mejor que metamorfosearme en la Doña para presidir mi tributo libresco a un país y una literatura que estos días no solo es el epicentro de las letras iberoamericanas en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, sino que vuelca su mirada y muchos actos y ponencias hacia Madrid y la literatura española. ¡Ándele!

Así que cuando un reginaexlibrislandiano asiduo se acercó y me dijo:

Cliente: Oye, Regina, ¿estás siguiendo las crónicas de la Feria del libro de Guadalajara? Tiene que ser un espectáculo…

Regina: Pues mira, sí, pero estoy pensando que voy ir un poco más allá. Y ya que no puedo estar allí pues como que voy a traerme un rinconcito de la Feria de Guadalajara a Reginaexlibrislandia. ¿Cómo lo ves?

Cliente: Pues muy bien, porque justo venía a que me recomendaras alguna novela mexicana

Y, dicho y hecho: me almidoné el pelucón y sin escatimar en rímel ni en escotazo me mariafelixicé para montar un espacio cargado con 6 novelas del panorama literario actual mexicano que prescribo en mi librería en cuanto tengo ocasión.

Obviamente no son todas las que hay, pero creo que condensan gran parte del genio que exportan y que aportan los nuevos autores mexicanos a las letras hispanoamericanas.

¿Listos?

Pues agarraos los machos que despegamos rumbo al mejor México de novela:

1. Después del invierno. Guadalupe Nettel. Anagrama. Si aún no has leído nada de esta púgil de las letras contemporáneas mexicanas hazlo porque adentrarte en el universo literario netteliano es una experiencia sobrecogedora, alucinante, abrupta, trágica, cómica y, en según qué párrafos, hipnótica, aderezada con banda sonora propia (Nick Drake, Miles Davis, Keith Jarrett o Philip Glass). Sus protagonistas, Claudio y Cecilia, están condenados no solo a amarse y detestarse con idéntica intensidad, sino a ser felices solo a ratos. Con una prosa a veces minuciosa y otras vívida, y con escenas fotográficas del Nueva York de él y del París de ella, Nettel levanta el pasado, el presente y el futuro de ambos, devorados por miedos, fobias, angustia y algún atisbo de esperanza. Novela conmovedora, divertida, magnética e inquietante, tan dolorosa como incisiva y reveladora, que disecciona y enturbia a la vez las relaciones no solo entre dos personas, sino la de cada cual consigo mismo.

Después del invierno

Después del invierno

2. Temporada de huracanes. Fernanda Melchor. Random House. La narrativa de Fernanda Melchor está forjada a hierro y fuego para abrir en canal una historia de barbarie y de realismo con la que airea las entrañas del ser humano, y te engancha a una espiral de fatalidad y de crudeza. La historia arranca cuando unos niños de una zona rural y miserable encuentran en un canal de riego de una el cadáver de la Bruja, a quienes los vecinos respetaban y temían por igual. Pronto los rumores apuntan a unos chicos del pueblo, que fueron vistos cerca de la casa de la hechicera cargando con un cuerpo inerte. A partir de ahí, ellos narran su historia mientras arrastran al lector a la realidad del día a día en un lugar carcomido de pobreza y abandono, y donde violencia, erotismo y turbias relaciones de poder imponen sus propias leyes.

Temporada de huracanes

Temporada de huracanes

3. Te vendo un perro. Juan Pablo Villalobos. Anagrama. Cargada con un humor ácido e irreverente esta hilarante novela recorre el arte y la política del México de las últimas ocho décadas, marcados en la historia familiar del protagonista con la sucesión de perros de su madre, con los que el autor reivindica a los marginales y a los desaparecidos. La acción se situa en un edificio de México DF, donde un grupo de ancianos sobrevive entre rencillas y tertulias. Teo, el narrador, tiene 78 años, consagra sus quehaceres a la Teoría estética de Adorno. Es taquero jubilado y pintor frustrado, ahora sus prioridades son dos: estirar sus ahorros sin prescindir del alcohol y afinar sus opciones de trajinarse a la presidenta vecinal o a la verdulera. Pero la irrupción de tres jóvenes (un mormón de Utah, un maoísta clandestino de y la bella Dorotea) detona una espiral de absurdos en esta particular comunidad que aseguran carcajadas prácticamente a cada salto de línea.

Te vendo un perro

Te vendo un perro

4. Las Batallas en el desierto. José Emilio Pacheco. Tusquets. Este pequeño artefacto literario es tan perfecto como traicionero, porque tras su aparente sencillez subyace toda una compleja arquitectura narrativa y conceptual que posibilita múltiples lecturas e interpretaciones, y que la consolidan como lo que es: una novela magistral. Pacheco proyecta sobre el telón de fondo de una historia de amor e iniciación al deseo adolescente otra historia paralela de descomposición y desintegración social. Para ello orquesta un un espectáculo de sombras chinescas en forma de corrupción social y política, del despertar al México moderno ante el declive del viejo y original, así como del rescate de las memorias individuales y colectivas de una ciudad a la que José Emilio Pacheco recrea sin nostalgia y critica con dureza pese a amarla profundamente.

Las Batallas en el desierto

Las Batallas en el desierto

5. La revuelta del pueblo cucaracha. Óscar Zeta Acosta. Antonio Machado. Esta desternillante y alocada novela, considerada obra fundamental del renacimiento literario chicano de la segunda mitad del SXX, Óscar Zeta Acosta, alias Búfalo Pardo o “El Zeta”, abogado y activista político, describe la vida en su barrio: el conflictivo East Los Ángeles entre 1968 y 1973. Eran tiempos convulsos de desobediencia civil, protesta racial, brutalidad policial, anarquía, Vietnam y lucha por los derechos políticos de las cucarachas, lucha que Acosta, antihéroe empapado de anfetas y LSD, inestable y genial vagabundo que se unió a Hunter S. Thompson en su búsqueda del Sueño Americano, libró a corazón abierto tanto desde los tribunales como en las barricadas de las calles de Los Ángeles liderando el «Poder Pardo», grupo más temido y vigilado incluso que el de los «Panteras Negras».

La revuelta del pueblo cucaracha

La revuelta del pueblo cucaracha

6. El testigo. Juan Villoro. Anagrama. Juan Villoro narra de forma magistral cómo un intelectual mexicano que regresa de su largo exilio europeo a su México natal se da de frente con un país que no reconoce, carcomido por el crimen organizado, los escándalos de todo tipo y las corruptelas políticas, y en el que las cuentas mal saldadas siempre pasan factura. Mientras él trata de reconciliarse como puede con esa realidad tan turba como inesperada se va reencontrando con los suyos, lo que le obliga a saldar cuentas con su propio pasado familiar y emocional. Brillante disección de un lugar y de una época (el México contemporáneo) en la que solo la poesía parece sobreponerse al caos.

El testigo

El testigo

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis alguna de esas 6 novelas de autores mexicanos contemporáneos? ¿Qué os pareció? ¿Alguna otra sugerencia?
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«¿Qué novela era aquella en la que una loca tortura a su autor favorito?»

No negaré que esta vida que llevo tan saturada de ficción me ha forjado un vínculo especial con personajes que, aunque siniestros y a veces letales, viven consagrados a una obsesión apuntalada de alguna manera a la literatura en cualquiera de sus formas (personajes, sagas, autores, etc).

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Son gajes del oficio librero llevados al extremo, sí, pero es que me temo que en la gama cromática de reginaexlibrislandia no hay lugar para los grises.

El caso es que, quizá por pudor o puede que más bien por temor a que llegue a cruzar yo misma esa tenue línea que separa a los seguidores de un tipo de personajes de las criaturas transtornadas en sí, no se trata de un tema que airee muy a la ligera en reginaexlibrislandia.

Exceptuando, claro está, en esas ocasiones en las que un reginaexlibrislandiano me da el pie dentro de mis confines librescos. Como hace unas horas:

Cliente: Ejem, Regina, buenas tardes

Regina: ¡Hola! ¿Qué tal vas?

Cliente: Bien, bien… Oye, una cosita

Regina: Dime, querido

Cliente: ¿Qué novela era aquella en la que una loca tortura a su autor favorito? Es que ayer en una cena hablábamos de personajes retorcidos y yo no lograba recordar cuál era. Solo que la comentamos aquí un día porque me la recomendaste para un regalo, pero no llegué a leérmela yo.

Regina: Mmmm, ¿una loca torturando a su escritor favorito?

Cliente: Sí, le tenía en una casa aislada y le obligaba a escribir.

Regina: ¡Ah, sí, claro! Hablamos de la aterradora Annie Wilkes

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Cliente: ¿Y qué novela escribió?

Regina: No, no, querido. Annie Wilkes es la enfermera psicópata obsesionada con Misery Chastain, un personaje que protagoniza una saga superventas de novela romántica en EEUU en los ochenta. Y el libro que buscas es Misery, del enorme Stephen King

Cliente: ¡Sí, si, si! ¡Eso! ¡Misery! No recordaba que era de King.

Regina: Para mi es una de las mejores historias de King. Es una de esas novelas-cepo que te tienen pillada y con el corazón en la garganta. Ves venir el horror de la escena siguiente, pero piensas «Noooo, que va, no va a ser capaz de hacerlo, no va a… y ZAS, lo hace delante de tus narices».

Cliente: ¿Y no había una película también?

Regina: Sí, con una enorme Kathy Bates embutida en la piel de Annie Wilkes. Una gran adaptación, sí señor. Y también se han hecho adaptaciones teatrales. Da para mucho la historia.

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

(Misery, 1990/ Columbia Pictures)

Cliente: ¿Tienes ejemplares?

Regina: Sí, aquí lo tienes. ¡Bon Appétit querido!

Y se fue a pasar la tarde con la turbia, imprevisible y atroz enfermera Annie Wilkes.

Y yo me puse a regodearme en la trama y los turbios vericuetos de Misery, que es mi novela favorita del gran Stephen King, seguida por El misterio de Salem´s lot, El resplandor y El cementerio de animales. Una novela que, si no habéis leído aún, os recomiendo. Y os la recomiendo tanto si habéis visto la adaptación homónima a celuloide como si no.

Os cuento por qué:

Misery

Misery

Cínica, impredecible, obsesiva, salvaje, brutal, carente de cualquier atisbo de empatía y abrupta. Así es la enfermera Annie Wilkes, una de las encarnaciones del mal de carne y tinta más sobrecogedoras de Stephen King, que en Misery (Debolsillo) secuestra y atormenta con enfermiza devoción a un escritor de éxito para que retome una historia protagonizada por Misery Chastain, su personaje de novela romántica favorito, que en su última entrega el autor, cansado de su exitosa criatura, sacrificó para dedicarse a otro tipo de historias.

El duelo entre víctima y verdugo en un espacio claustrofóbico es una bomba de relojería que explota en páginas contadas, pero su onda expansiva desestabilizará el sueño del lector más heroico muchos días después de haber sobrepasado el punto y final de la novela. Aterradoramente brillante.

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Por qué leer David Copperfield de Charles Dickens SÍ o SÍ

Enterrada como estoy entre libracos en Reginaexlibrislandia os aseguro que, lejos de experimentar síntomas de asfixia o librofobia, mi apetito lector es cada vez más voraz.

(The Song of Songs, 1933 /Paramount)

(The Song of Songs, 1933 /Paramount)

El único efecto secundario que detecto en mi bibliovida es cierta angustia por no tener más horas al día para atiborrarme sin tregua de literatura y, ya que estamos, otro par de ojos incrustados en el pelucón para traginarme ejemplares a pares.

Y no hablo solo de nuevas novelas y autores, sino también de relectura de según qué títulos para mi magistrales. Los veo cada día en mis baldas y ahí, si me empeño y no se me ha ido la mano con el café, hay días en los que incluso puedo contenerme.

Pero cuando los prescribo a reginaexlibrislandianos asiduos o esporádicos la bibliohiena que hay en mi pulveriza los grilletes y se abalanza sobre el ejemplar .

Así que ahora me pilláis plácidamente saciada de Literatura y en plena sobremesa post-atracón del David Copperfield, de Charles Dickens.

Y todo por una reginaexlibrislandiana asidua que me visitó a primera hora:

Clienta: Hola, Regina

Regina: ¡Ah, buenos días! ¿Qué tal?

Clienta: Muy bien. Verás, llevo tiempo relegando un libro de Dickens y necesito un empujoncito para saldar esa deuda. Mi sobrina ya se lo ha leído, la veo la semana que viene y no quiero decirle que no he podido ni empezarlo.

Regina: ¿Qué Dickens es?

Clienta: Pues… David Copperfield.

Regina: ¿David Copperfield? ¡NOOOO!

Clienta: Sí. ¡Yo qué sé, Regina! me gusta Dickens, pero no me arranco…

Regina: Mmmm pues te voy a decir por qué deberías leerte David Copperfield sí o sí, querid@. Sobre todo en la impecable edición de Alba Clásicos.

Y aquí empezó mi argumentario davidcopperfieldiano ejemplar en mano:

David Copperfield

David Copperfield

Con fuertes matices autobiográficos David Copperfield narra las aventuras y desventuras de un muchacho desde su infancia hasta la edad adulta, en la Inglaterra rural y el Londres del s. XIX.

Es una sucesión de vívidos fotogramas de sus desgracias y -contadas- alegrías de infancia y juventud, de las largas jornadas en una fábrica, del trabajo en un bufete de abogados, de sus primeros pasos como corresponsal y escritor, y de sus primeros escarceos amorosos.

Tiene tanto del propio Dickens que él mismo reconoció que David Copperfield era su alter ego y su «hijo predilecto» literario. Y ojo queridos que fue no sólo la novela preferida del propio Charles Dickens, sino que fue libro de cabecera de titanes de las letras como Henry James, Dostoievski, Tolstoi, Virginia Woolf, Joyce, Kafka, Césare Pavese e Ítalo Calvino, e incluso de Freud.

Desde su publicación primero por entregas entre 1849 y 1850, y editado en un volumen en 1950, ha batido récords en ventas y en lectores, y ha sido adaptado a todos los formatos imaginables (cine, serie televisiva, teatro, musical, etc) porque cautivó a prácticamente todo aquel que leyó el texto original.

Y lo sigue haciendo porque, una vez se adentra uno por sus páginas, es muy difícil sustraerse al hechizo de una fórmula literaria magistral que lleva las dosis justas de melodrama y de comicidad, de ironía y de realismo, de crueldad y de ternura, a través de una gloriosa galería de personajes entre los que destacan, aparte del propio David Copperfield, su tierna y vehemente tía Betsey, el excéntrico señor Micawber, siempre sin blanca y siempre al filo del abismo, la enamoradiza e inocente pero tozuda y hogareña Agnes Wickfield y el escurridizo, corrupto y maquiavélico Uriah Heep.

(Mr Micawber / Bradbury and Evans, 1850)

(Mr Micawber / Bradbury and Evans, 1850)

Un mosaico vívido, divertido y cruel, que es una lección de vida, que tiene parte de cuento de hadas, parte de relato de iniciación y parte de denuncia social al más puro estilo Dickens y que, a pesar de sus más de mil páginas se lee de forma vertiginosa obligándote a pasar de una emoción a otra en cuestión de líneas.

Y por si eso fuera poco decir que, de entre las 989 criaturas de tinta creadas por Dickens, él mismo eligió a David Copperfield como su personaje e historia favoritos es mucho decir, ¿no, querid@?

Y así cerré mi vomitona davidcopperdfieldiana.

Mi reginaexlibrislandia no titubeó y se fue de mis confines con su flamante ejemplar de David Copperfield (Alba Clásicos) bajo el brazo y, según ella, directa a empezarlo.

En cuanto a mi… pues os diré que como era de esperar el sonido de la puerta de reginaexlibrislandia al cerrarse tras ella despertó a mi bibliohiena y sin saber muy bien cómo me abalancé sobre mi ejemplar…

Y el resto es pura bibliogula satisfecha a dentelladas atrincherada en mi escritorio y ahora, con el buche lleno y la bibliofilia en paz, esta nota escrita reconfortada por el maravilloso banquete y en armonía con el universo regino.

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Si te quieres reír a carcajadas lee La vuelta al mundo con la Tía Mame

No concibo que alguien lea La tía Mame sin reír a carcajadas y sin sucumbir ante uno de los personajes más carismáticos, irreverentes, divertidos, imprevisibles, glamurosos y entrañables de las letras anglosajonas.

(Absolutely Fabulous / BBC)

(Absolutely Fabulous / BBC)

Y si La Tía Mame es divertida su continuación, La vuelta al mundo con la Tía Mame, es total y absolutamente desternillante. Palabra de Regina ExLibris y de todos aquellos a quienes se las he prescrito alguna vez.

Y justo hoy llegaron a reginaexlibrislandia ejemplares de reposición y, claro, yo que soy muy de carne y poco de piedra no pude evitar echarles un vistazo antes de colocarlos en balda.

Pues bien, en apenas tres páginas ya estaba riendo a carcajada limpia con el pelucón desparramado sobre el escritorio y la cara más congestionada que un neón del Strip de Las Vegas, y así hubiera seguido hasta que un reginaexlibrislandiano asiduo me sacó sin avisar de mi festival del humor tiamamesiano:

Cliente: ¿Qué estás leyendo que te hace tanta gracia?

Regina: ¿Qué? ¡Ah, hola! Pues los libros de la Tía Mame, de Patrick Dennis.

Cliente: Ah, no me suenan. ¿Tan divertidos son?

Regina: Sí, y si te quieres reír a carcajadas lee sobre todo el segundo, La vuelta al mundo con la Tía Mame. ¡Ella es todo un personaje!

Creada por Patrick Dennis, alias de Edward Everett Tanner III, y publicado en 1956 después de dieciséis rechazos editoriales, La Tía Mame reventó las listas de ventas de EEUU y cuenta cómo tras quedar huérfano a los 10 años el joven Patrick conoce a su misteriosa tutora en su mansión neoyorquina justo antes del crack del 1929.

Lejos de ser una solterona al uso, la tía Mame es una criatura divina y magnética con más pájaros en la cabeza que plumas en su boa pero con las cosas muy claras y encanto y tozudez a prueba de bombas. Por eso, el huerfanito no tarda en caer rendido a los pies de esta viuda chispeante, bífida y permanentemente deshidratada, para quien las 9 am son «la mitad de la noche«.

La tía Mame

La tía Mame

Rica, deslenguada, electrizante y glamourosa hasta lo indecible, tiene tanto fondo de armario como registros dramáticos. Décadas después Patrick recuerda cómo gracias a ella y sus peripecias él es como es mientras regala al lector uno de los relatos de iniciación más deliciosos y cautivadores que pueblan las librerías.

Tras leer La tía Mame matarías por una de esas fiestas sofisticadas, un dry-Martiny, una boa bien tupida y una boquilla de veinte centímetros. Muy, muy divertida.

Y si creías que no te podías reír más con las andanzas de Mame Dennis deja lo que estés haciendo y ponte con La vuelta al mundo con la Tía Mame. En él Patrick, felizmente casado y con un hijo, deja que Mame lleve de viaje por Oriente a su retoño durante las vacaciones a pesar de los recelos de su mujer y con la condición de que ambos regresen antes del inicio del curso.

Pero como la Tia Mame vive en su propia temporalidad ya han pasado dos años desde que partieron y solo saben de ellos gracias a curiosas y crípticas postales enviadas desde lugares exóticos.

La vuelta al mundo con la tía Mame

La vuelta al mundo con la tía Mame

Para tranquilizar a su mujer mientras esperan el regreso del dueto Patrick, que trata de ahogar sus recelos a copazos, le relata parte de una vuelta al mundo que él dio de joven con su tía antes de que estallara la IIGM. Digo parte porque si para su esposa edulcora y cubre con una pátina educativa sus andanzas por París, Londres, la Austria nazi, la Rusia soviética y el lejano Oriente, al lector sí le da la visión integral de lo que en realidad fue un disparatado viaje por los cinco continentes donde lector no para­rá de reír con la extravagante y deliciosa Mame, con profunda irreverencia y sus ganas de vivir a pesar de todo y de todos.

Así que en reginaexlibrislandia somos bastante fundamentalistas en este tema y creemos que si con según qué novelas no saltas de línea a carcajadas tienes más de muñeco de cera de cualquier turbio Museo que ser humano, querid@, y deberías hacértelo mirar.

Y no me malinterpretéis: sé que cada cual tiene su sentido del humor perfectamente delimitado, pero cuando se trata de buena literatura hay títulos y autores que te pulverizan cualquier frontera emocional y acabas irremediablemente desternillado aunque no quieras. Es el caso de Patrick Dennis y la Tía Mame.

Os reto a que los leáis y tratéis aguantéis impasibles… ¿Sí?

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6 novelas para inocular literatura en vena a doctor@s y enfermer@s

Hay novelas más adictivas que un pelotazo de «Gin-Lorez» (un chorrito de ginebra con una o dos cápsulas de Lorazepam).

(Pearl Harbor, 2001 / Touchstone)

(Pearl Harbor, 2001 / Touchstone)

Y si la trama escarba en los orígenes de la medicina y la cirugía, o se levanta en entornos hospitalarios el lector, aunque sin vínculos profesionales con la medicina, está abocado a ser un yoqui del subgénero de doctores, clínicas y enfermeros. Probadlo y luego me decís.

Sí, querid@s, sí. O bien caes rendid@ a los pies de los orígenes del saber, la ciencia y las prácticas que nos mantienen con vida -por muy truculentas que fueran las primeras cirugías y desde aquí ya os digo: ¡que la Providencia Librera bendiga los sedantes contemporáneos!-, o bien te entregas con perverso placer al oscuro arsenal de historias, personajes, extrañas enfermedades, tragedias y pasiones -más bajas que altas- que laten las 24horas en ese glorioso microuniverso que es un Hospital.

Lo curioso del caso es que observo desde mi atalaya librera cómo este tipo de novelas pasan desapercibidas para muchos profesionales sanitarios, mientras son lo que yo llamo clásicos del boca-oreja de lectores ajenos a la Medicina.

Algunos de esos títulos entran y salen constantemente de reginaexlibrislandia sin necesidad de campañas mediáticas ni otros ardides publicitarios. En otras palabras: se venden mucho, se recomiendan bastante y se leen más. Y a mi eso, como comprenderéis, me llena de gozo libresco.

Pero el gozo es aún mayor cuando algún reginaexlibrislandiano se materializa ante mí con alguna petición en la línea de la de esta mañana:

Cliente: Hola, Regina

Regina: ¡Ah, hola!

Cliente: ¿Qué novela le regalo a mi sobrina, que es médico? Mira que es lista la chica, pero no logro que lea literatura. Y digo yo que un poco de ficción no le vendría mal. Que bastante estrés tiene, todo el día de turnos y guardias.

Regina: ¿De alguna temática en particular?

Cliente: Sí, quiero que vayan sobre su profesión. ¿Qué me recomiendas?

Y por su puesto le dí mi prescripción Regina Exlibris con 6 novelas para inocular literatura en vena a doctor@s y enfermer@s:

1. El médico. Noah Gordon. Roca. Tres décadas después de su publicación este apasionante novelón de mil páginas -que se devora como si fueran cien- sigue por las librerías tan lozano y apetecible como si acabara de salir de imprenta. Y no me extraña, porque el viaje iniciático de Rob J. Cole, un joven londinense dotado para la sanación por Europa y Asia en el siglo XI para estudiar medicina en la madraza de Ispahán y aprender los secretos del maestro Avicena, padre de la medicina moderna, es un relato impecable y cautivador de la lucha del apasionado Cole por vencer la enfermedad, el dolor y la muerte, pero también es una novelización magistral de la historia de la medicina.

El Médico

El Médico

2. Dr. Arrowsmith. Sinclair Lewis. Nórdica. Si pensabas que el Dr House es implacable reventando desde dentro el submundo de la medicina deberías pasar un rato con su antepasado literario, el Dr Arrowsmith, y lo pasarás en grande. Martin Arrowsmith es el protagonista de una novela homónima de Sinclair Lewis que es, además, una de las cimas más altas de las letras norteamericanas del SXX, Premio Pulitzer en 1926. Pionera en diseccionar con salvaje ironía las entrañas del microuniverso hospitalario, de la investigación y de las mafias farmacéuticas, describe de forma magistral todos los vértices de la vida activa de un médico -desde su formación a las consideraciones éticas-, y nos muestra, con un tono satírico a prueba de anestesias, las envidias, presiones y negligencias asociadas a esta profesión. Lewis, que conocía de primera mano este ecosistema, sutura con precisión quirúrgica una trama donde la picaresca y el humor inteligente son los ingredientes principales.

Dr. Arrowsmith

Dr. Arrowsmith

3. Doctor en Irlanda. Pat Taylor. Espasa. Ballybucklebo. Así se llama el remoto pueblo de la Irlanda rural al que llega por azar el joven y recién licenciado en medicina general doctor Barry Laverty. A pesar de sus buenas intenciones y su poca experiencia, pronto tendrá que reconocer que le queda mucho por aprender. Por suerte para él, se topa con Fingal Flahertie O’Reilly, un médico veterano cuyos métodos son de todo menos ortodoxos, pero que acude al rescate del doctor sin tablas. Aunque también es cierto que, más que el oficio, se volcará en enseñarle, sobre todo, a lidiar con los excéntricos vecinos que acuden a su consulta y que hacen de cada día una aventura de final incierto. Divertidísimo anecdotario de los inicios de un médico rural en la profunda Irlanda.

Doctor en Irlanda

Doctor en Irlanda

4. El cirujano de Al-Andalus. Antonio Cavanillas de Blas. Esfera de los Libros. Ésta es la historia de Abul Qasim, el médico personal del califa Abderrahmán III y, probablemente, el cirujano español más notable de todos los tiempos. Hace diez siglos, este genio andalusí, gracias a su intuición y apoyándose en revolucionarias técnicas inventadas por él -algunas de las cuales siguen aún hoy en uso-, ya operaba con éxito cataratas, hernias y bocios; hacía traqueotomías, trepanaciones, amputaciones e, incluso, intervenía cólicos misereres. El también cirujano Antonio Cavanillas de Blas nos traslada con inigualable maestría a la mágica Córdoba del siglo X, la ciudad más populosa de Occidente, en la que se reunía todo el saber de su tiempo. Y nos lleva a contemplar, a vivir casi, las intervenciones de Abul Qasim, así como las aventuras del harén, el aroma del zoco, el esplendor califal o el largo viaje a Bagdad en busca de conocimiento.

El cirujano de Al-Andalus

El cirujano de Al-Andalus

5. Alguien voló sobre el nido del cuco. Ken Kesey. Anagrama. Sobrecogedor retrato de los hospitales psiquiátricos de la norteamérica de los años 50 que es, más allá de su brillante adaptación cinematográfica homónima, una novela de culto. En ella Randle McMurphy finje estar loco para esquivar la cárcel y termina confinado en la sala del hospital psiquiátrico que dirige con mano de hierro Ratched, la sádica Gran Enfermera. McMurphy, vital, generoso, amoral y rebelde, librará desde su llegada una guerra sin cuartel contra la Gran Enfermera y su sistema represivo. Las batallas serán divertidas y cruentas; algunos internos perderán en ellas la vida, y otros descubrirán los encantos del sexo, la bebida, la libertad y la rebelión permanentes. Maravillosa crónica de un momento y un lugar que es a ratos espeluznante, a ratos tierna y otros incluso divertida.

Alguien voló sobre el nido del cuco

Alguien voló sobre el nido del cuco

6. La vida es suero. Historias de una Enfermera Saturada. Plaza y Janés. Enfermera Saturada es de una generación de mujeres que aprendió a coser heridas antes que botones, por eso es capaz de recuperarse con más facilidad de una relación amorosa complicada que de una cremallera rota en esos tejanos de temporada que tanto le ha costado encontrar. Se define como una enfermera española que busca su hueco en la sanidad. Empieza su turno en planta, baja a la UCI, sube a prematuros y termina en urgencias. Esta enfermera se maneja como pocas en las redes sociales, desde donde cada día decenas de miles de personas ven cómo repasa, con humor y descaro la actualidad de su hospital, de cualquier hospital de España. Bienvenida al primer tomo de sus andanzas en un mundo -el hospitalario- donde el delirio se mezcla con el humor, a veces negro y siempre muy fino, pero donde el día a día siempre supera a la ficción.

La vida es suero

La vida es suero

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«¿Sabes qué autor le sugiere la librera al viejo en la película La librería

La Providencia Librera es gloriosamente imprevisible, querid@s, y más en reginaexlibrislandia.

(The Bookshop, 2016 / A Contracorriente Films)

(The Bookshop, 2016 / A Contracorriente Films)

De no ser así sería impensable presenciar pequeños milagros librescos como el que viví en mi librería poco antes de echar el cierre, cuando sin saber muy bien cómo se materializaron ante mí Penélope Fitzgerald y Ray Bradbury para bailar al son que tocó un reginaexlibrislandiano asiduo dando el compás con su bastón.

Y la que suscribe acabó, atónita, dando palmas con las orejas, con el pelucón desmadejado y una sonrisa entre radiante y bobalicona que me daba la vuelta a la cara.

La cosa fue así: estaba yo lamentándome por tener que orquestar la devolución de un título de fondo cuando mi reginaexlibrislandiano, de cuya presencia no me había percatado por tener la nariz literalmente metida en el ejemplar de la discordia, me devolvió a la realidad con un rotundo par de bastonazos en el suelo (Taq, taq).

Regina: Hola, caballero, ¿cómo va?

Cliente: Bien, bien… acabo de salir del cine, de ver la última de Isabel Coixet, la de La librería. ¿La has visto? Porque a ti te encantaría, Regina.

Regina: Sí, sí, ya la he visto. Una buenísima adaptación de La librería de la grandísima Penélope Fitzgerald. A ver, la Coixet se tomas sus licencias con respecto al original, pero lo cierto es que me gustó. La ambientación es impecable y borda a los personajes principales.

Cliente: ¡Fantástico! Entonces seguro que me puedes ayudar. ¿Recuerdas qué autor le descubre la librera al viejo ermitaño que vive entre libros y que tanto se parece a mi, enclaustrado y leyendo? ¡ja, ja, ja! Y no te hablo de Nabokov y su Lolita, sino de los otros…

Regina: ¡Jajajaja! Sí, hombre, sí. Tu alter ego en la película se llama Mr. Brundish, y lo de ese autor es una de las licencias que se tomó Coixet al adaptarla. Según ha comentado, es fanática de él y, como piensa que está infravalorado, es su particular homenaje a su obra.

Cliente: Mmm, eso lo explica todo. Porque yo leí la novela hace 7 u 8 años y no me sonaba nada de eso. De ahí mi desconcierto, Regina, aunque con la cabeza que tengo… Bueno, primero le envía un título, y luego él no hace más que pedirle otros nuevos del mismo autor.

(The Bookshop, 2016 / A Contracorriente Films)

(The Bookshop, 2016 / A Contracorriente Films)

Regina: Sí, así es

Cliente:¿Y bien? ¿Quién era? ¿Qué títulos le descubre? ¿Los tienes?

Regina: Pues nada más y nada menos que Ray Bradbury, uno de los pesos pesados de la Ciencia Ficción y artífice de una de las más grandes novelas distópicas. La primera que le envía es Fahrenheit 451, después Crónicas Marcianas y la que esperaban ambos es El vino del estío

Cliente: ¡Uy, sí! Ahora que lo mencionas recuerdo un fotograma con la cubierta del de los marcianos. Pero no soy yo mucho de ciencia ficción…

Regina: Te sorprenderás absolutamente enganchado a los libros y te sobrecogerá lo certeras que son las visiones y fantasías del Bradbury de los años cincuenta en el mundo de hoy, querido.

Tras charlar largo y tendido sobre Penélope Fitzgerald y sobre los tres títulos de Ray Bradbury, mi querido reginaexlibrislandiano se fue con ellos bajo el brazo y me dejó sobre el escritorio la promesa de volver a comentarlos cuando los termine (siempre lo hace).

Ahora, si os parece, repasemos esos títulos, que son de los que siempre pueblan las baldas de mi librería:

1. Fahrenheit 451. Ray Bradbury. Fahrenheit 451 es la temperatura a la que el papel se enciende y arde. También es la novela distópica por antonomasia (junto a 1984, de G. Orwell, y Un mundo feliz, de A. Huxley), que describe una civilización esclavizada por los medios, los tranquilizantes y el conformismo. En ella los libros están prohibidos y el trabajo de los bomberos como Guy Montag es quemarlos mientras las autoridades rastrean y eliminan a los disidentes que aún conservan y leen libros. La visión de Bradbury es brutalmente profética: pantallas de televisión que ocupan paredes con folletines interactivos; avenidas donde los coches corren a 150 kilómetros por hora persiguiendo a peatones; una población que no escucha otra cosa que una insípida corriente de música y noticias transmitidas por unos diminutos auriculares insertados en las orejas. Absolutamente sobrecogedor.

Fahrenheit 451

Fahrenheit 451

2. Crónicas marcianas. Ray Bradbury. Esta colección de relatos recoge la crónica de la colonización de Marte por una humanidad que huye de un mundo al borde de la destrucción. Los colonos llevan sus deseos más íntimos y el sueño de reproducir en el Planeta Rojo una civilización de perritos calientes, cómodos sofás y limonada en el porche al atardecer. Pero su equipaje incluye también los miedos ancestrales, que se traducen en odio a lo diferente, y las enfermedades que diezmarán a los marcianos.

Crónicas marcianas

Crónicas marcianas

3. El vino del estío. Ray Bradbury. En lugar de imaginar el futuro, Bradbury reconstruye su pasado en dos títulos sucesivos (El vino del estío y El verano del adiós). El primero es la crónica agridulce del verano de 1928 a través de los ojos y la voz de Douglas Spaulding, un muchacho de doce años en Green Town. Lo fantástico y lo cotidiano y lo tierno y lo abrupto aderezan de forma brillante esta deliciosa crónica de la infancia.

El vino del estío

El vino del estío

Y, dicho lo cual, repasamos esa maravilla bibliófila que es La Librería firmada por una de las grandes damas de las letras anglosajonas del SXX:

La librería. Penélope Fitzgerald. Impedimenta. Obra maestra de la entomología librera narra odisea de Florence, una viuda de guerra que quiere montar una librería en un pueblo costero de Sulfolk en 1959. Si con eso ya hay material para una buena historia, es en los matices donde reside la maestría de Fitzgerald. Porque Florece opta por una librería no solo por bibliofilia, sino porque su experiencia profesional fue en su juventud entre libros. Porque la aldea está aislada -su acceso por tierra es un infierno y la opción más directa es en una barca de remos- y en él no existe actividad comercial. Porque el local está infestado de ratas, de humedad y de poltergeist y, para remate, porque ese enclave es el elegido por la reina social local para su ateneo cultural, motivo por el que comanda una resistencia sutil y despiadada contra la librería. Así que Florence luchará con uñas, dientes, libros y su niña-ayudante para mantener a flote su negocio y resistir ante una presión vecinal que pasa de clama tensa a tormenta a punto de estallar cuando se plantea vender ejemplares de Lolita, de Nabokov.

La librería

La librería

 

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Perdóname por ser un «Gregorio Samsa»

Rechazar La metamorfosis por etiquetarla como «turbia fantasía entomológica» es uno de los peores patinazos que puede dar un lector, especialmente en Reginaexlibrislandia.

(Queen Cristina, 1933 / MGM)

(Queen Cristina, 1933 / MGM)

Primero porque se pierde una de las obras fundamentales de la literatura universal. Y segundo porque, si me pilla cerca, en cuestión de segundos se materializa un oscuro nubarrón en forma de hongo en el techo de la librería que descarga un chaparrón bibliófilo-regino de proporciones bíblicas.

Entonces yo me abro paso por entre la cortina de agua metamorfoseada en la Reina Cristina de Suecia para soltar mi perorata gregoriosamsiana al pobre desdichado. Y el atrezzo no es casual porque el personaje que inmortalizó la Garbo fue un ser desgarrado entre lo que quería (huir con su amante español) y lo que debía hacer (consagrarse a su corona). O, como ella le espetó a su amante «Perdóname por ser una Reina». (Auuchh)

Y de algo así también va La Metamorfosis. Es más, querid@s, os diré que, de alguna manera, todos somos Gregorio Samsa.

La historia del viajante que se acuesta hombre y amanece insecto es una alegoría demoledora de la identidad personal y de la extrañeza del hombre ante el mundo, donde lo esencial no es la mutación en sí, sino las reacciones que detona en los demás.

Eso unido al estilo fotográfico de Franz Kafka hace de ella una obra maestra cuyo punto y final te golpea con la rotundidad de un mazazo en el cráneo.

El caso es que hoy, el hijo de una de mis reginaexlibrislandianas renegaba por tener que leerse por segunda vez La Metamorfosis (al parecer suspendió un ejercicio) mientras se adentraba en mis confines junto a su madre.

Cuando estaban al pie de mi escritorio y me pidieron un ejemplar porque había extraviado el que tenía, hizo su entrada con gran pompa Regina ExLibris de Suecia para tratar de gregoriosamsanizar al joven lector:

Regina: A ver, ¿tú te has sentido alguna vez como una cucaracha en un grano de arroz?

Cliente: ¿Cóoooomo? ¡jajajajajaja!

Regina: Sí, como que no encajabas. O de otra manera: ¿jamás has proyectado una imagen tuya que no es la verdadera, sino la que otros quieren ver? ¿No hay una parte de ti que no te atreves a exteriorizar? ¿No quieres hacer cosas distintas a las que se supone debes hacer?

Cliente: Sí, supongo…

Regina: Pues si es así, tienes más en común con Gregorio Samsa de lo que crees. Porque, en realidad, es de eso de lo que va La metamorfosis.

Cliente: ¿Pero no era una movida de un hombre que se convierte en bicho? ¿Hablamos del mismo libro? Porque yo no he leído nada de eso que dices.

La Metamorfosis (Akal)

La Metamorfosis (Akal)

Regina: Sí, pero esa transformación tan llamativa de hombre a cucaracha es la que usa Kafka como metáfora de lo que te estoy diciendo y de mucho más.

Cliente: Entonces no va solo de un mutante, ¿no?

Regina: No, la de Gregorio es la historia de un ser humano que por fin se muestra ante los demás tal y como es, y diferente a como esperan que sea. Esa diferencia es tan suya, le brota de tan adentro y con tanta rotundidad que a él no le incomoda su recién estrenada condición de «bicho» y se limita a ir acoplándose a ella con total serenidad. En este sentido, la alegoría de Kafka es tan inquietante como efectiva para evidenciar que cada ser humano es único y especial, y esa diferencia debe ser potenciada, nunca masacrada, a pesar de los demás.

Cliente: Ahhh

Regina: La clave no es la transformación de Gregorio, sino las reacciones de los demás. Eso es lo esencial. Y lo que viene a decir Kafka es que seas quien seas y como seas, y por muy aberrante que le parezca a otros el matiz de tu diferencia has de vivir con ella. Es parte de ti, y te hace ser especial.

Cliente: Vaya tela, entonces no me enteré de mucho, claro.

Regina: Léetelo pensando en lo que hemos hablado y me cuentas… Y, por cierto, ¿te suena algo sobre una manzana en el libro?

Cliente: ¿Una manzana? Mmmmm, pues no. ¿También muta en cucaracha o qué? ¿o es que se envenena con ella y por eso se transforma?

Regina: ¡Jajajajajaja! ¡Qué va! Pues fíjate en la manzana en esta segunda lectura y me comentas si es importante o no.

Cliente: ¡Vale! ¡A ver qué saco esta vez!

Y mientras abandonaban mis confines con su ejemplar de La Metamorfosis yo, aún reginadesuecianizada, observé la manzana que tenía bajo la mesa para el almuerzo.

Cubierta de La Metamorfosis por Barely Sparrow

Cubierta de La Metamorfosis por Barely Sparrow

Y pensé en el pobre Gregorio y en el miserable de su padre arreándole un manzanazo que resultó letal. Se le incrustó en el costado y, como nadie se la retiró, provocó una infección. Todo ello simboliza el castigo que lo lleva a su muerte, no solo por la herida en sí, sino por la indiferencia de su familia.

Y llegados a este punto soy tajante: La metamorfosis es uno de esos libros que todo el mundo debería leer al menos una vez en la vida. Tiene muchos contextos, infinitos matices, una vastedad de interpretaciones única y especial, y está dotado de una carga emocional tan fuerte y tan intensa que es imposible entrar en ese viaje kafkiano y no terminar absolutamente abrumado por la transformación de Gregorio Samsa y por la simbiosis con él.

Ah, por cierto, quien jamás se haya sentido como una cucaracha en un plato de arroz, que tire la primera manzana.

Y a mi, querid@s reginaexlibrislandianos de pro, y parafraseando a la Garbo-Queen Cristina: «Perdonadme por ser una… Regina Exlibris total y absolutamente gregoriosamsanizada»

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«¿Por qué leer El cartero siempre llama dos veces si ya vi la película?»

Cuidaos de novelitas ligeras de aspecto inofensivo y argumento cautivador.

(El cartero siempre llama dos veces, 1946 / MGM)

(El cartero siempre llama dos veces, 1946 / MGM)

Sí, querid@s, son lo que yo llamo las femme fatale de la literatura, y las carga el Diablo. A lo Lana Turner.

A veces, adentrarse en ellas a la ligera es sinónimo de engancharse y de llegar maltrechos al punto y final.

Suelen reflejar escenas cotidianas de cualquier época y localización con protagonistas comunes pero, eso sí, llevados por las circunstancias, el deseo, la avaricia o la necesidad a situaciones límite.

Para mi, el ejemplo más claro de este tipo de «novelle fatale» es, sin duda, El cartero siempre llama dos veces, de J.M. Cain. Con ella el aún autor novel entró por la puerta grande en 1934 al Olimpo de las deidades del género negro, a codearse con sus coetáneos Raymond Chandler y Dashiell Hammett. Ahí es nada.

Apenas dos años después de su primera edición se adaptó a celuloide con Lana Turner y John Garfield. Y cuatro décadas después volvería a filmarse con Jessica Lange y Jack Nicholson. Por algo será…

De hecho, varias veces al comentar esta novela con reginaexlibrislandianos de pro he tenido la misma respuesta que me enerva el pelucón:

Regina: Llévate El cartero siempre llama dos veces, te encantará…

Clientes: ¿Y por qué leerla, si ya he visto las películas?

Pues porque, querid@s, es una novelita que, en apenas cien páginas, te pone la bibliofilia al rojo vivo. Porque leerla supone deslizarte en espiral a una velocidad vertiginosa, y el sonido de tu cráneo al reventártelo contra el suelo al tocar fondo en la última página es absolutamente estremecedor.

A mi, que me la he leído varias veces, no me salva del mamporro ni el efecto amortiguador de mi regio pelucón, y pese a eso en cuanto puedo la prescribo en Reginaexlibrislandia a discreción.

El cartero siempre llama dos veces

El cartero siempre llama dos veces

En la novela, ambientada en un punto remoto y polvoriento de Los Ángeles en plena Gran Depresión Americana, un buscavidas llamado Jack va a parar a un café de carretera regentado por un griego y su mujer, Cora, un bellezón sinuoso mucho más joven que él, fría y calculadora y tan harta de su marido como del tugurio en la que vive.

Jack y Cora se lían y, en pleno frenesí, ella deja caer que si su marido desapareciera ambos podrían quedárselo todo y empezar de cero en otro lugar. Así que matan al marido y, cuando empezaban a saborear el éxito y la riqueza, descubren el cadáver y cae sobre ellos a plomo la policía y la fiscalía, cuya estrategia es enfrentar a la pareja para que se delaten mutuamente. Dos víboras en la misma cesta. Y aquí, querid@s, empieza el rock&roll…

La novela está contada en primera persona por Jack en un estilo muy directo y está cargada de diálogos que te atizan como latigazos. Además, la trama está perfectamente aderezada con una mezcla explosiva de sexualidad y de violencia contenidas -nunca explícitas- que te cortan el aliento de principio a fin.

Según dicen las malas lenguas del mundillo literario James M. Cain se inspiró en La bestia humana de Zola para engastar ese microuniverso de maldad, de crimen, de turbias pasiones y de fatalismo en la América más castigada por la Depresión. Un aire tiene, no nos vamos a engañar. Pero la de Cain es redonda per se.

Así que si buscáis una novela para pasar un par de horas de frenesí libresco endemoniadamente brillante dejad lo que estéis haciendo y corred a por un ejemplar de El cartero siempre llama dos veces. Da igual si habéis visto alguna de las películas o las dos. La novela es uno de esos clásicos que deben ser leídos sí o sí, porque es sensacional.

Palabra de Regina ExLibris.

(El cartero siempre llama dos veces, 1946 / MGM)

(El cartero siempre llama dos veces, 1946 / MGM)

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