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Reflexiones de una librera
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Por qué leer ‘Sobre héroes y tumbas’, de Ernesto Sábato

Es imprescindible leer a Ernesto Sábato, uno de los pesos pesados de las letras latinoamericanas del siglo XX, que fallecía un 30 de abril de 2011. Autor de títulos como El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, así como de ensayos sobre la condición humana, sus ficciones te sacuden la bibliofilia con la intensidad de latigazos. Palabra de Regina ExLibris.

Ernesto Sábato

Ernesto Sábato

Como erenestosabatiana confesa su efeméride me reverberaba en el pelucón, así que nada más llegar a reginaexlibrislandia rescaté sus títulos del anaquel y los desparramé sobre el escritorio para dedicarle un rincón al maestro. Y eso despertó el apetito lector de uno de mis libreros más jóvenes:

“Oye, Regina, y yo, ¿qué me leo de Ernesto Sábato?

Así que, puestas a recomendar uno de sus libros para iniciarse en el universo creativo ernestosabatiano, le dije que yo, sin duda, me quedo con Sobre héroes y Tumbas.

Y es que si hay novelas que te noquean en Sobre héroes y tumbas cúbrete bien el bibliocostado, querido, porque cada salto de línea es un directo a tus órganos blandos.

En ella Ernesto Sábato somete al joven Martín a la desintegración espiritual que precede a la reconstrucción de una identidad sin fisuras, en un viaje tortuoso y fascinante ambientado en Buenos Aires y donde lo más abyecto y lo más luminoso se funden en Alejandra, su gran amor.

Sobre héroes y tumbas

Sobre héroes y tumbas

Y no solo eso: la novela en sí no solo constituye una arquitectura literaria monumental, barroca, alucinante y devastadora, sino que también es un glorioso cóctel de realismo mágico y surrealismo aderezado con las obsesiones sabatianas del dualismo moral, la soledad del creador y el sinsentido de la existencia.

La lucha interior del joven Martín por encontrarse a sí mismo, su doloroso proceso de purga espiritual, su concepción del arte como liberación y su pasión corrosiva por la destructiva y magnética Alejandra Vidal hacen de Sobre Héroes y Tumbas una de las novelas de aprendizaje y crecimiento más deslumbrantes de la Literatura, que cautivará a muchos y fascinará especialmente a los devotos de las novelas de iniciación como Demian de Herman Hesse o El retrato del artista adolescente de Joyce.

Además, mucho ojo a uno de los capítulos de Sobre Héroes y Tumbas: el ya emblemático Informe sobre ciegos. Pocos textos me han impactado y sobrecogido como lo hizo este en su día ya desde la primera página, y como lo hace invariablemente en cada nueva relectura.

Es un episodio autónomo, que dibuja un descenso a un infierno interior que haría palidecer al mismo Lucifer, y que encierra una metáfora desoladora y brutal pero cargada de lucidez, de esas cuyo eco te resuena en la bibliofilia para toda la vida (y más allá).

Va una muestra del texto para que me digáis si es o no un bibliobofetón con la mano abierta (¡PLAF!):

Yo venía abstraído, cuando de pronto oí una campanilla, una campanilla como de alguien que quisiera despertarme de un sueño milenario. Yo caminaba, mientras oía la campanilla que intentaba penetrar en los estratos más profundos de mi conciencia: la oía pero no la escuchaba. Hasta que de pronto aquel sonido tenue pero penetrante y obsesivo pareció tocar alguna zona sensible de mi yo, algunos de esos lugares en que la piel del yo es finísima y de sensibilidad anormal: y desperté sobresaltado, como ante un peligro repentino y perverso, como si en la oscuridad hubiera tocado con las manos la piel helada de un reptil.

(Informe sobre ciegos, L. Scafati / EZR)

(Informe sobre ciegos, L. Scafati / EZR)

Los amigos de la editorial Libros del Zorro Rojo editan este colosal Informe sobre Ciegos en un maravilloso volumen con ilustraciones de Scafati. Sin duda un artefacto narrativo y visual perfecto, que es ideal para ernestosabatizarse sin fisuras.

Ciudades en Cuento para niños, y en novela para el resto

Como devota de los viajes literarios pocas cosas hay que me gusten tanto como adentrarme en ciudades letra a letra.

Por eso hoy, cuando a reginaexlibrislandia llegaron rumores del lanzamiento de ‘Ciudades de Cuento’, mis libreros y yo nos regocijamos al saber que hay quien intenta inocular ese mismo virus viajero-lector en los más pequeños. ¡Loada sea una y mil veces la Providencia Lobrera, queridos, Loada sea toda ella!

El mensaje embotellado que arribó a nuestras plácidas costas bibliófilas fue éste que os reproduzco:

El Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España ha editado un libro titulado ‘Ciudades de cuento’ en el que se pretende dar a conocer cada una de las ciudades a los niños mediante un cuento que relata la historia y riquezas de cada una de ellas.El libro se ha presentado en Alcalá de Henares, Madrid, donde se conmemora el décimo aniversario de la concesión del título de Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, y se distribuirá entre unos 24.000 niños de las ciudades que conforman este exclusivo grupo en España.

Alcalá de Henares, Avila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo son las 12 ciudades que han ofrecido una visión al público infantil sobre su patrimonio y su historia.

Con títulos tan sugerentes como ‘Mateo el Genovés’ (Cuenca), ‘Las tres espadas’ (Toledo) o ‘La ranita sabia’ (Salamanca), el Grupo de Ciudades Patrimonio ha querido ofrecer la posibilidad de que los niños conozcan las ciudades donde viven y también el resto de las del grupo de una forma fácil de asimilar.

Lo que es en mis baldas ya tienen su hueco asegurado, queridos. Porque no sé vosotros, pero servidora cree que hay veces en que una buena alternativa o complemento a una guía de viaje es una novela, especialmente si se trata de ciudades.

Sumergirse en Praga de la mano de Kafka, recorrer Estambul junto a Pamuk, dejarse enredar en el dédalo dublinés de James Joyce o maravillarse ante una Barcelona que, bajo el trazo de Eduardo Mendoza, se convierte en La ciudad de los prodigios es un lujo al alcance de todos.

Y no sólo ellos, también podemos seguir los surcos de tinta que forjan el San Petersburgo de Dostoievski, recorrernos Manhattan con Antonio Muñoz Molina o espiar cómo son y viven los venecianos mientras investigamos por qué ardió el mítico teatro de La Fenice.

Cada ciudad tiene su escritor o escritores, urbanitas natos o no, que no contentos con habitarlas y recorrerlas inventaron o recrearon historias y personajes que nos acompañan en paseos literarios que precederán al viaje real y que lo harán aún más placentero.

Así, a bote pronto, me vienen al pelucón unas cuantas obras:

ALEJANDRÍA: Lawrence Durrell, Cuarteto de Alejandría (Justine, Balthazar, Mountolive y Clea). Un viaje poliédrico y de ensueño a una Alejandría con la sombra de la I Guerra Mundial sobre sus arterias y durante el conflicto bélico, vista por sus personajes, cargados de altas y bajas pasiones, pero siempre con el alma hermanada a la mítica ciudad.

ESTAMBUL: O. Pamuk, ‘Estambul´.
El Nobel de Literatura y gran escritor turco oscila del plano histórico al autobiográfico para desvelar las sinuosidades de Estambul, a caballo entre Europa y Asia. Pamuk la ilustra, además, con semblanzas y fotografías de artistas y de escritores, de callejuelas y de hermosos edificios en ruinas. Un misterio a cada vuelta de esquina y de página.

BUENOS AIRES: E. Sábato, ‘sobre héroes y tumbas´
Un impresionante viaje literario por Buenos Aires en una novela donde Ernesto Sábato materializa toda su carga ideológica. Centrada en el personaje de Martín, un hombre en busca de sí mismo, y en su amor atormentado por la carismática Alejandra, el escritor argentino expone su particular visión sobre la soledad con la ciudad de fondo.

DUBLÍN: James Joyce, ‘Dublineses´
Los seres que habitan en este Dublín inolvidable retratado por el irlandés James Joyce forman parte de una realidad aparentemente insignificante. Sin embargo, tras la tristeza o la trivialidad, aguardan agazapadas cuestiones fundamentales que van desde la fatalidad o las penalidades del destino hasta la desidia o el amor más profundo.

GRANADA: W. irving, ‘Cuentos de la alhambra´
Prototipo de historiador romántico, cosmopolita y viajero infatigable, W. Irving encarna la personalidad inquieta y polifacética del hombre del siglo xix. Llegó a Granada en 1826 y de su fascinación por lo que encontró surgen estos cuentos, que recrean cuanto cautivó al norteamericano.

LISBOA: F. Pessoa, ‘Libro del desasosiego´
Obra inacabada e inacabable. Un universo entero en expansión cuya pluralidad literaria y vital es infinita y que se enmarca en la ciudad portuguesa. Bernardo Soares, contable en Lisboa y autor ficticio de este libro es, según Pessoa, «un semiheterónimo, porque, no siendo mía la personalidad, es, no diferente de la mía, sino una mutilación de ella».

PRAGA: F. Kafka, ‘El proceso´
La estremecedora historia de K., arrestado por un crimen que desconoce y procesado por jueces y leyes que nunca conocerá. Al igual que en el resto de su obra, Praga está presente, como el viejo callejón de los Alquimistas, en cuyo número 22 Kafka residió.

SAN PETESBURGO: F. Dostoieski, ‘Crimen y castigo´
Un estudiante justifica el crimen de una usurera de San Petersburgo con fines humanitarios. Pero será incapaz de soportar la culpa, y la ciudad da fe de su tormento.

BARCELONA: E. Mendoza,‘La ciudad de los prodigios´
El meteórico ascenso de un campesino que en 1887 llega a la gran ciudad que aún no lo es, Barcelona, y que se convertirá en uno de los más ricos con métodos turbios.

BeERLÍN: C. Isherwood,‘Historias de Berlín´
Mosaico del Berlín de los años treinta a través de personajes que burlan sus apuros y la decadencia que les rodea a golpe de excesos en antros y cabarés. Mientras tanto, la peste nazi cae sobre la ciudad como una masa gelatinosa que les engullirá a todos. De uno de sus relatos, Sally Bowles, salió el guión original de Cabaret.

NUEVA YORK: Muñoz Molina,‘Ventanas de Manhattan´
Fragmentos de Nueva York, que esconde tantas ventanas como exhibe: las de los decorados de Broadway, de los edificios al otro lado de Central Park, el Harlem y la magia del Village.

VENECIA: J. Berendt, ‘La ciudad de los ángeles caídos´
Impresionante descripción de Venecia, de sus suntuosos palacios y sus callejuelas, y de los venecianos. Pero detrás de esa preciosa fachada se esconde la tragedia y un misterio: el incendio de la Ópera de la Fenice.

Obviamente ni son todas las que están aquí, ni están todas las que son… Y aquí es donde entráis vosotros, reginaexlibrislandianos de pro: ¿qué lectura fue vuestra antesala a qué ciudad? ¿De la mano de qué escritor conocísteis y apreciásteis qué lugar?

«¡Léete Memorias de Adriano antes de que la filmen!»

La Providencia librera ha tenido a bien que hoy llegara a mis oídos regios el argumento más inesperado y original para recomendar un libro de todos los que he escuchado en mis confines.

Estábamos mi pelucón y yo tentando a las leyes de la física sobre un minúsculo taburete para desempolvar ediciones de lujo de las obras de Cervantes y Shakespeare cuando una pareja de mediana se adentró en reginaexlibrislandia.

Ella, rubia y con la cara lavada; él, castaño y con barba de dos días. Charlaban sobre libros y se intercambiaban sus ‘lecturas imprescindibles’ a media voz hasta que de pronto ella subió dos niveles el tono para decir:

– Ella: ¿Que no te has leído Memorias de Adriano, de Yourcenar?

– Él: Pues no, la verdad. Pero ayer leí por ahí que van a rodar la película entre este año y el que viene. ¿Lo sabías?

– Ella: No, pero, por favor ¡léete Memorias de Adriano antes de que la filmen!

– El: Vale, me la apunto.

-Ella: No, mejor aún, te la regalo ahora y la empiezas hoy. verás como no la sueltas.

– El: ¡Ja, ja, ja! Ok, pero entonces yo te compro Sobre Héroes y tumbas, de Sábato. ¡Y la empiezas esta noche!

– Ella: ¡Hecho! Voy a ver si tienen aquí la edición que quiero…

Y vino directa a mi. Y para mi éxtasis librero me preguntó por la que a mi juicio es sin duda La Edición de Memorias de Adriano que adoro: la traducción de Julio Cortázar que edita Edhasa.

Así que bajé de las alturas y fui a buscársela con una sonrisa que me bordeaba el pelucón de lado a lado mientras pensaba que algo de razón no le faltaba a la mujer. Por más que el revuelo mediático de un estreno incite a algunos a leer la novela en que se basó la película, lo cierto es que con clasicazos de este tipo a veces el efecto es justo el opuesto.

Me refiero a que hay quien para no leerse la novela se ampara en eso de:

«Vista la película, ¿para qué voy a leerme el libro?»

Y vosotros, queridos, ¿habéis leído Memorias de Adriano? ¿Qué os parece el argumento de la desconocida?

Nota de Regina: Si el rasgo literariamente distintivo de Madame Yourcenar fue, además de la exhaustividad de sus investigaciones, una prosa de glorioso acento poético al servicio de la novela histórica, con Memorias de Adriano supera cualquier expectativa. El viejo emperador Adriano se sabe a punto de morir y escribe una carta para su sobrino, el adolescente y futuro cabeza de Roma Marco Aurelio, cuyas líneas destilarán la sabiduría que le han dado sus dos décadas al mando del Imperio. La epístola es la disección del alma y las vísceras de un hombre sabio, sereno, justo y solitario que habla sin tapujos del amor, el deseo, de su adorado Antinoo, de la vida, la muerte, el poder, el asesinato, la conciencia y la traición. Una obra maestra, palabra de Regina.

‘Que no, que no vendo libros de saldo

Se acabó eso de quedar hecha un amasijo lloroso con pelucón cada vez que alguien me masacra la moral con malos modos y peores intenciones en mis mismísimos confines.

Si, queridos, estaba tan firmemente decidida a que no se repitiera mi momento-Cornelia Funke que hoy empecé a canalizar toda esa impotencia con una terapia de choque.

Regina, cielo, me dije… a cada situación non-grata responderás con alguna cita literaria de cabeza que la ilustre o condense. Será una suerte de catarsis regia, una manera de soltar a la bestia espectral que te acaban de dejar suelta en las entrañas. O eso o a este paso la úlcera duodenal va a engullírsete hasta el pelucón, divina.

Pues me faltó tiempo para probar su efectividad. Apenas estaba ultimando sus especificaciones cuando entró una mujer en la librería:

– Clienta: Hola. ¿Tiene libros en oferta?- Regina: Pues no, señora, no tengo.

– C.: ¿Y descuentos?

– R.: Salvo ocasiones excepcionales me temo que no.

– C.: ¿Y si quiero un libro que está defectuoso?

– R.: Si encuentra uno que se me ha colado con algún error de imprenta o en malas condiciones no se lo puedo vender.

– C.: ¿Y si yo lo quiero a pesar de todo?

– R.: Puede llevárselo si insiste, pero no le rebajaría el precio.

– C.: ¡Eso sería un timo! ¿Cómo me voy a llevar un libro defectuoso por su precio normal?

– R.: Ya le digo que yo, de primeras, no se lo vendería. Si usted insiste mucho y no le importa… eso me temo que es cosa suya, señora.

– C.: Vamos que no tiene ofertas ni nada.

– R.: No, señora, no tengo.

– C.: Pues vaya una librería. Debería tenerlos.

No fue lo que dijo, sino el tono: me sentó como si me hubiera rociado los ojos con la laca que uso para almidonarme el pelucón.

Dudé si explicarle o no a la buena señora que existen librerías de viejo donde comprar ejemplares usados, y otras grandes superficies en las que efectivamente rebajan el precio de determinados libros porque de alguna forma les compensa.

Pero a la gran mayoría del resto de mortales libreros no nos sale a cuenta vender un ejemplar más barato porque esté dañado o con algún defecto de imprenta.

¿Por qué? Pues porque en ese caso se lo devuelvo a la editorial y me dan otro ejemplar, que yo venderé al precio de venta al público y me haré con ese mínimo margen por unidad con el que doy esquinazo a trompicones a los números rojos en mi cuenta de resultados.

Pero si rebajo el precio del libro resulta que pierdo dinero, queridos, porque al editor se lo pago a un precio X y luego el cliente se lo lleva por un -X, con lo que ese me lo trago yo tal cual: dobladito. Y eso no, queridos, eso no.

Lo que si hago a veces si el cliente necesita ese libro (para un examen, para un regalo, porque el ansia voraz por leerlo le supera) es permitir que se lleve el ejemplar mellado al precio habitual y que lo tenga ‘de acogida’, como yo lo llamo. Es decir, él se lo lleva y yo pido uno nuevo, y me da su palabra de que cuando éste me llegue y le llame venga a reginaexlibrislandia y lo cambiemos. Así yo devuelvo el defectuoso y todos en paz.

En fin, que desistí de explicarle mi problemática a la mujer porque, visto lo visto, no merecía la pena. El caso es que, aunque pensé que se había esfumado, reapareció con una guía de viajes en la mano:

– C.: ¿Y esta guía de Viena del 2007?- R.: ¿Si?

– C.: Pues que como no es del 2008 debería valer menos.

– R.: Fallo mío, se me ha colado y no tengo la nueva edición. En cualquier caso le digo lo mismo: no se la puedo rebajar. Vale lo que marca.

– C.: Usted tima a la gente, ¿se da cuenta? ¿Cómo se atreve a intentar venderme una guía desactualizada a este precio? Adiós, no pienso volver.

Y, esta vez sí, se fue rezumando mala uva y murmurando improperios. Pero yo estuve ágil y, para desembarazarme de toda esa negatividad, pulvericé el recuerdo de esa mujer rebuscando alguna cita que asomara por entre mis lecturas para ilustrar mi experiencia y sacudirme el trauma en lugar de tragármelo.

En poco más de un par de minutos me llegó la inspiración, de la mano de don Ernesto Sábato en su gloriosa y desgarradora Sobre Héroes y Tumbas que aprovecho para recomendar encarecidamente a quienes tengáis la suerte de no haberla leído aún:

«Una sonrisa irónica se superpuso a su primera expresión de ternura haciéndola luego contraer, como un ácido sobre una piel muy delicada»

Os parecerá una memez, pero para mi fue toda una liberación. Me quedé, literalmente, como una reina.

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de mi pelucón, ¿qué hacéis si en una librería os topáis con un ejemplar defectuoso? ¿Qué opináis de la escenita? ¿Y de mi terapia? Probadla… no os arrepentiréis. Palabra de queen.