Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Archivo de febrero, 2018

«¿Por dónde empiezo a leer al Philip Marlowe de Raymond Chandler?»

“Era más bien alta, pero tampoco un poste de telégrafo”. Adoro esa cita de Philip Marlowe porque refleja la esencia del carácter del mítico detective, un sabueso avispado, sentimental, cínico, impertinente y definitivamente adorable, y de la narrativa de su padre literario, Raymond Chandler.

Este año se cumplen 130 años de su nacimiento y yo, groupie confesa de uno de los maestros del género negro y detectivesco, he tenido que esperar hasta hoy para que la Providencia Librera tuviera a bien regalarme un ‘momento Chandler‘. O, mejor dicho, un «momento Marlowe». A ver, no fue exactamente como la escena de El sueño Eterno en la que una librera coquetea con Marlowe en una librería de Los Ángeles con la que siempre soñé, pero, queridos, no me puedo quejar.

(El sueño eterno, 1945 / Warner Bros.)

(El sueño eterno, 1945 / Warner Bros.)

Porque después de que los derechos de publicación de la obra de Chandler en castellano pasaran de Alianza Editorial a la editorial RBA (en dos únicos volúmenes, uno que recoge todo Marlowe y otro con todos los cuentos de Chandler) y al grupo Penguin Random House (títulos independientes en su sello Debolsillo) a mi por fin se me ha presentado la oportunidad de descargar mi nuevo arsenal raymondchandleriano sobre mi escritorio y de biblioactualizarnos todos para que sepáis dónde leer al maestro.

Sí, por fin un reginaexlibrislandiano se adentraba en los confines de mi librería para solicitarme como bibliocicerone y acceder juntos al al reverso más sórdido de Los Ángeles de los años 40, una irresistible ciénaga en blanco y negro en la que chapotean polis de integridad reversible y puño flojo, mujeres fatales, políticos corruptos, niñas de papá, intereses cruzados y un puñado de carismáticos detectives que siguen la estela del pionero: Philip Marlowe.

Total, que andaba yo desempolvando mis anaqueles debidamente cafeinada cuando uno de mis reginaexlibrislandianos asiduos vino para soltarme a bocajarro un glorioso:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué me leo de Chandler? Es decir, de Philip Marlowe.

Regina: ¿Cómo dices?

Cliente: Pues eso, que hace unos meses leí un artículo sobre Chandler y decidí que ya rea hora de echarle un ojo a sus novelas… pero lo fui dejando, lo fui dejando y aquí me tienes, porque un amigo me contaba esta mañana que estuvo viendo una peli del Philip Marlowe y, ya ves, me ha dado por leerme las novelas.

Regina: Ah, pues divinamente

Cliente: Así que dispara, amiga, ¿por dónde empiezo?

Regina: Mmmm, pues verás, Si Raymond Chandler hizo de su detective Philip Marlowe en El sueño eterno uno de los mejores sabuesos del género, para mi Adiós, muñeca es uno de sus más brillantes relatos. En él, tras recibir el encargo de encontrar a la misteriosa Velma, Marlowe se verá empujado hacia el lado más turbio y corrupto de la ciudad, donde la única ley es la del dinero. Así que yo empezaría por una de las dos…

Cliente: Suena bien, muy bien, ¿de esas dos hay peli, no?

Regina: Sí, de casi todas. De hecho Bogart y Robert Mitchum fueron dos Marlowes de órdago. También te sonarán otros títulos como El largo adiósEl simple arte de matar o La dama del lago

Cliente: Anda, pues sí.

Regina: Es la onda expansiva de la maquinaria hollywoodiense en la que, por cierto, estuvo muy metido Chandler, tanto cuando se trataba de adaptar a celuloide sus novelas como las de otros.

Cliente: Sí, en esa época casi todos los escritores se metieron a guionistas… Oye, mira, creo que me llevo el tomo de RBA de Todo Marloew para empezar por Adiós, muñeca y El sueño eterno. Y luego veré si lo leo todo del tirón o me doy una tregua.

Regina: ¡Estupendo! Me apuesto el pelucón a que vuelves aquí convertido al chandlerismo extremo

Cliente: ¡Ja, ja, ja! ¡A ver si es verdad y se me pega algo del magnetismo de Marlowe, amiga!

Y se fue, y yo miré la balda mellada y me apresuré a reponer la bibliobaja en mi catálogo con una sonrisa de tres vueltas pintada en el rostro, pensando en lo mucho que seguramente va a disfrutar mi reginaexlibeislandiano con sus tramas de vértigo, con unos diálogos tan frenéticos como cargados de humor y de sabiduría callejera y con un estilo que creó escuela.

Cierto es que siento nostalgia de las míticas ediciones de Alianza en bolsillo de las que os hablara en su día pero, al menos, tenemos dos opciones librescas de acceder al universo creativo de Raymond Chandler al completo. 

«Quiero leer El Terror, de Dan Simmons, antes de ver la serie televisiva»

Petrificada en hielo. Así, a lo versión ártica de «la esposa de Lot» convertida en estatua sal del Génesis, me he quedado hoy en la librería cuando un reginaexlibrislandiano asiduo se ha materializado en mis confines para pedirme El Terror, un novelón estupendo, adictivo, escalofriante y sobrecogedor de Dan Simmons que nunca dejo de recomendar y del que siempre he tenido, tengo y tendré stock en reginaexlibrislandia.

(El Terror, 2018 / AMC)

(El Terror, 2018 / AMC)

Desde que Roca lo lanzara en 2008 y servidora le hincara el bibliodiente una tórrida noche veraniega atraída por el escenario glacial en que transcurre la trama (sí, queridos, sí, las inclemencias meteorológcas también se pueden combatir a librazos) me quedé prendada de este artefacto narrativo que, aunque basado en una maltrecha expedición real al Ártico a mediados del S.XIX, es un exquisito híbrido de novela histórica, aventura naútica y horror con algún toque fantástico.

Así que siempre lo prescribo a discreción porque encaja con múltiples biblioperfiles. Y lo hace tanto porque tiene elementos más que suficientes para entretener y enganchar (la aventura marítima, el frío, la intriga, el terror y los conflictos entre personajes desesperados expuestos a condiciones extremas) como porque coincido con quien ve en El terror biblioreflejos de Melville, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Stephen King y, como no, Patrick O’Brian, el titán de la literatura naútica por excelencia.

¿Alguien da más en una novela? Pues a pesar de eso a mi siempre me aguijoneaba en la biblioentraña la certeza de que aunque la novela sí se lee, lo cierto es que no se estaba leyendo tanto como merece.

Pero la Providencia Librera en su infinita bibliosabiduría ha escuchado mis plegarias y esta primavera se va a hablar (y a leer), y mucho, de El Terror de Dan Simmons. El hermes libresco encargado de traerme esta colosal noticia fue ese reginaexlibrislandiano que me dejó hace un rato literalmente congelada:

Cliente: Oye, Regina, quiero leer El Terror antes de ver la serie. ¿La tienes?

Regina: ¿El terror, de Dan Simmons, editado por Roca? ¡Sí, claro que tengo ejemplares! Pero, perdona, ¿qué has dicho? ¿una serie?

Cliente: Sí, la cadena televisiva AMC estrenará el 3 de abril la serie The Terror, basada en la novela, y tiene un pintón estupendo. Se titula también El terror, la dirige Ridley Scott, y el elenco es británico y de lujo. Al ver información de la serie recordé que de ese libro me habías hablado tú, y de hecho hasta seguro que lo habré ojeado alguna vez aquí. Y, bueno, entre que me pica la curiosidad y que tengo margen hasta el estreno he decidido leerme la novela antes de ver la serie. Y aquí estoy.

El terror, libro y serie AMC

El terror, libro y serie AMC

Regina: (silencio)

Cliente: ¿Regina?

Regina: (silencio)

Cliente: ¿Regina?

Regina: Perdona, me he quedado sin palabras, como Lady Silenciosa. ¡Ja, ja, a!

Cliente: ¿Lady quien?

(El Terror, 2018 / AMC)

(El Terror, 2018 / AMC)

Regina: Una enigmática esquimal de la novela de la que siempre fui fan…

Cliente: ¿No sabías lo de la serie?

Regina: ¡Qué va! Pero me acabas de dar un biblioalegrón de proporciones bíblicas. Seguro que, gracias a la serie, más de un lector descubre El terror, y no le va a defraudar.

Cliente: ¡Sí, empezando por mí!

Y se fue con el ejemplar de El Terror de Dan Simmons bajo el brazo. A mí aún me quedan tres ejemplares en stock, y traeré más. Ahora ya sé que Roca prepara una nueva edición en trade (no es tapa dura, pero tampoco bolsillo) que lanzará en breve, con la cubierta customizada en honor de la serie homónima.

Y yo me alegro infinito y me alegraré aún más cuando, gracias al tiron mediático de la serie y a la campaña publicitaria que la precederá, pronto vea ejemplares de El terror en escaparates, mesas y anaqueles de cuantas más librerías mejor.

Como soy agradecida veré la serie, y espero sinceramente que le haga honor al original. Regina ExLibris Dixit.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El Terror, Dan Simmons (Roca). Casi todo género que toca Dan Simmons se convierte en Literatura. Ya sea ciencia ficción, suspense o terror, si la historia lleva su firma será una buena novela. Por eso cuando este biblioMidas decidió novelar la fatídica expedición al Ártico emprendida por 129 exploradores de la Armada Británica a mediados del S.XIX, de cuyo paradero jamás se supo, sus lectores salivaron.

Y no, no se equivocaban porque El Terror es una novela trepidante, aterradora, sobrecogedora y adictiva que ficciona sobre el enigmático destino de esos aventureros naúticos varados en el hielo a temperaturas inhumanas, donde no solo tendrán que sobreponerse al frío, el deterioro de los barcos, el hambre, la muerte, la enfermedad, la desesperanza, el canibalismo y los motines, sino que pronto descubrirán que una extraña y sanguinaria criatura les acecha mientras una enigmática mujer les observa envuelta en un silencio glacial. Un trepidante bibliogarbeo por un auténtico infierno de hielo.

 

Siete novelas de mafiosos, narcos y sicarios para darte un bibliofestín de «o plata o plomo»

Soy un ser de carne y letras. Y no solo eso: por mis venas circula un cóctel letal que lleva de todo menos horchata. En algún instante con la guardia baja puede que algo de leche, sí, pero de mala leche. Mis arterias rebosan de sangre, hielo, fuego, cafeína, destilados, psicoactivos, veneno, residuos de pólvora y tinta negro azabache. Soy de las de «o plata, o plomo«,  adoro poner «zapatos de hormigón» y nadie que aún respire rechazó cualquiera de mis ofertas.

(Rosario Tijeras, 2005 / Ibermedia)

(Rosario Tijeras, 2005 / Ibermedia)

Con semejante cuadro mi querencia al género criminal es casi una cuestión genética, la misma que determina mi atracción por el hampa, los tugurios, los chanchullos ilegales y sus turbios pobladores. Mafiosos, pandilleros, narcotraficantes, sicarios y criaturas de la peor calaña que son, para qué engañarnos, mucho más interesantes, trágicos y divertidos que el resto. ¿O no?

Esa es mi opinión, claro, y por suerte la compartía un reginaexlibridslanciano asiduo que se adentró hace un rato en mis confines con una petición que me alegró la mañana en la librería:

Cliente: Oye, Regina, ¿sabes que con todo el tema del «secuestro» al libro Fariña, el del narcotráfico en Galicia, se me ha ocurrido una cosa para el club de lectura?

Regina: Sí, el de Libros del K.O. Una vergüenza, mejor no me hagas hablar. ¡Brrr! En fin, ¿a qué te refieres con una idea? ¿Lo vais a leer y comentar?

Cliente: No exactamente. Verás. Voy a hacer un ciclo temático de libros de mafiosos y crimen organizado. Creo que así, además, atraeré a más de un novio/marido/primo/hermano de mis compañeras que hasta ahora se resiste. Ya sabes que todo lo que sean tiros y «malotes» tiene tirón para según quién.

Regina: Sí, está claro que si propones leer El Padrino según qué perfil lector entrará al Club antes que si leéis Cumbres Borrascosas, las cosas como son.

Cliente: ¿Ves? Pues por eso vengo, para que me digas qué títulos de mafiosos me sugieres para proponerlos en el cliclo temático del Club de lectura. El Padrino sí o sí, pero dame cuatro o cinco opciones más, por favor.

Regina: ¡Me encanta! Vale, pero mejor un poco de todo, que el crimen es un territorio literario y real muuucho, pero mucho más vasto de lo que parece.

Cliente: ¿Sí? ¡Dale, regina, dale!

Y estos son los siete títulos de literatura de crimen organizado para distintos paladares e intereses librescos que le propuse a mi reginaexlibrislandiano a quemarropa, y que él aceptó de buen grado:

1. El Padrino. Mario Puzo. B de Bolsillo. No importa si has visto las películas de Coppola o no, una vez que traspasas el umbral de la primera página de El Padrino no tienes escapatoria: el libro es a ti lo que la familia, el honor y la amistad a Vito Corleone: una forma de entender el mundo. Antes de que te des cuenta estás atrapado en la historia de un emigrante siciliano en Nueva York en torno al cual no sólo se levanta un imperio político y económico a la sombra, sino toda una sociedad paralela. El Don, su hijo Michael y toda la ‘familia’ crecen a cada salto de página, con una intensidad cautivadora y una cualidad tridimensional que consiguen que tú, como lector, te codees con cada personaje. Porque cada uno de ellos está perfectamente dibujado. Cuando Mario Puzo regaló al mundo este clásico en 1969 disparó a quemarropa al bajo vientre de la sociedad estadounidense dejando al aire la verdadera naturaleza de sus intestinos.

El Padrino

El Padrino

2. Honrarás a tu padre. Gay Talese. Debolsillo. Gay Talese es uno de los bastiones, junto a T. Wolfe, N. Mailer y T. Capote del “Nuevo periodismo americano”, una corriente de mediados del SXX con la que novelaban hechos reales que investigaban en primera persona. Es un periodismo literario de altísima calidad y Honrarás a tu padre es uno de los más colosales ejemplos, porque Talese escribe la crónica de una de las Cinco Familias de la Mafia neoyorquina, los Bonnano, cuando atravesaba momentos convulsos. A diferencia de El Padrino, también publicada en los 70, Honrarás a tu padre describe personajes reales y sucesos verídicos tras años de investigación y miles de horas de entrevistas, pero se lee como si fuera pura ficción. Su secreto es que Talese no solo se centra en sus crímenes, sino que ahonda en la psicología de cada personaje, en las relaciones entre los miembros de la familia y en cómo encajan las situaciones que viven. Y todo ello aderezado con la peculiar vida cotidiana de los gangsters italoamericanos, desde sus triquiñuelas para esquivar enemigos hasta el regustillo metálico de los spaghetti cuando a un mafioso se le cae la pistola dentro de la olla mientras los cocina. Libro adictivo que es una disección veraz, lúcida y deslumbrante de la mafia italoamericana, y que inspiró la mítica serie catódica Los Soprano.

Honrarás a tu padre

Honrarás a tu padre

3. La banda de los Niños. Roberto Saviano. Anagrama. Un nuevo despliegue de talento innato para novelar el lado más sórdido y cuento de la realidad de Roberto Saviano, que nos lleva entre líneas a Nápoles, el epicentro de la camorra, que termina por engullir a un grupo de niños. Liderados por el Marajá, la banda de adolescentes siembre el pánico a lomos de sus motos y quiere hacerse con parte del narcotráfico y la extorsión, para lo que se alían con un viejo jefe de clan iniciando así su ascenso. A partir de ahí no hay vuelta atrás y el poder se afianza a golpe de sangre, respeto, violencia y miedo, por eso un like en el Facebook de la novia de otro es una sentencia de muerte, y si hay que probar armas nuevas el blanco será un grupo de emigrantes. Todo porque en el camino hacia la cima no hay amigos, ni lealtades, y en pocos meses los protagonistas dejan de ser chavales para ser asesinos. Durísisma y adictiva crónica novelada de las cloacas de una ciudad corrompida, en la que la sangre se paga con sangre y el destino se revela en forma de reformatorio, cárcel o tumba. Una novela salvaje y honesta en una rotunda llamada de atención colectiva.

La banda de los Niños

La banda de los Niños

4. El poder del perro. Don Winslow. Debolsillo. Si eres más de la serie Narcos con Pablo Escobar que de la mafia italoamericana o de la camorra siciliana, El poder del perro es tu novela. Y lo es porque Don Winslow construye un thriller épico, salvaje, coral y muy, muy sangriento que abre en canal la realidad de la guerra contra el Narcotráfico Mexicano, y te arrastra a un ambiente de violencia extrena en un relato absorbente. Para ello te traslada a los años 70, cuando el gobierno de EEUU está en plena lucha contra el narcotráfico en México y Art Keller, agente de la DEA de origen hispano, acaba en tiempo récord con el patrón local. Un error fatal. El nuevo heredero del imperio del narcotráfico es Adán Barrera, y qiere venganza. Arrastrados por la misma espiral de violencia estarán Nora Hayden, bella prostituta de alto standing adiestrada para enloquecer a los hombres; el padre Parada, confidente de Nora y entregado al pueblo, y Billy Boy Callan, convertido en sicario por casualidad. Narcovaqueros, campesinos, una jauría de irlandeses armados, policías corruptos, un soplón apodado Mamada y un santo milagrero conforman el universo de este thriller épico, coral y violento sobre la venganza, la ambición y la búsqueda de la redención. Llegarás al final sobrecogido por esta historia sobre la violencia real y extrema, que es el verdadero corazón del narcotráfico.

El poder del perro

El poder del perro

5. Malavita. Tonino Benacquista. Lengua de Trapo. Apto para cualquier paladar libresco y tremendamente divertido, en este relato Tonino Benacquista ficciona sobre otra de las caras reales y no menos importantes del crimen organizado: cómo reconstruye su vida un clan mafioso que, a voluntad o por la fuerza, colabora y testifica contra los suyos. ¿El mal se aprende o es una forma de vida que, para quien la ha interiorizado de verdad, es algo totalmente natural, inherente e independiente tanto de la nueva identidad adquirida como del entorno en el que habita? Fred, Maggie, Belle, Warren y la perra Malavita, son una familia en apariencia como cualquier otra que, procedente de Nueva Jersey, Estados Unidos, y tras haber recalado en París primero y luego en la Costa Azul, termina por instalarse en una pequeña ciudad de la campiña normanda. Pero ¿a qué tanto traslado? ¿Por qué se mudan ahora los Blake en mitad de la noche, a la chita callando? ¿Qué se les ha perdido a esos yanquis en Francia? ¿Y quiénes son esos dos tipos que se han instalado enfrente, dos hombres solos que parecen no dormir nunca y que apenas si abandonan la casa? Sólo una cosa puede decirse: si este quinteto se muda a tú barrio, ten cuidado de no dar la espalda a ninguno -¡a ninguno!- de sus miembros. Hilarante relato sobre una Familia de las de verdad.

Malavita

Malavita

6. Vivir de noche. Dennis Lehane. RBA. El talento narrativo de Dennis Lehane es descomunal y se emplea a fondo en esta trilogía completada por Cualquiero otro día (RBA) y Este mundo desaparecido (Salamandra), un híbrido perfecto de novela negra, crinimal e histórica. Deleitará especialmente a quienes prefieran un tipo de crimen organizado más a lo Broadwalk Empire, que retrata con fuerza y detalle esos turbulentos años de la Prohibición en EEUU, definidos por las destilerías ocultas en sótanos, los speakeasies, las lluvias de plomo, las bandas de jazz, los trajes a medida, los gánsters despiadados, los policías corruptos y las mujeres fatales. Y lo canaliza a través de Joe Doughlin, oveja descarriada de un capitán de la policía de Boston en 1916. Su ascendente carrera en el hampa en plena Prohibición lo llevará del Boston de la Edad del Jazz al barrio latino de Tampa y las calles de Cuba. Y en su camino se cruzará una mujer, Emma Gould, que cambiará su vida. Implecable radiografía de una época de destilerías y garitos clandestinos, tiroteos en plena calle y corrupción policial y política, con un glorioso y turbio elenco de secundarios que componen esta sinfonía novelada sobre el amor y la venganza, sobre la traición, la ambición y la redención, que era la rutina de los gánsters de los años 30.

Vivir de noche

Vivir de noche

7. Rosario Tijeras. Jorge Franco Ramos. Alfaguara. Poderío y bravura cinceladas en piel canela, brutal y tierna, así es la sicaria más letal del Medellín engullido por el narcotrafico. Así es la Rosario Tijeras que Jorge F. Ramos te siluetea a balazos en la imaginación, disparando diálogos a quemarropa para contar una historia de amor, de ambición y de muerte, de esas que se te quedan dentro más allá del punto y final. Soberbia y colosal disección del narcotráfico colombiano hecho mujer, y una de las grandes desconocidas del género criminal, con uno de los arranques de novela más letales que hayamos podido leer en reginaexlibrislandia:

“Como a Rosario le pegaron un tiro a quemarropa mientras le daban un beso, confundió el dolor del amor con el de la muerte”.

Rosario Tijeras

Rosario Tijeras

Así es Rosario Tijeras: hermosa y letal. No dejéis de leerla, queridos.

 

 

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela El nombre de la Rosa, de Umberto Eco?

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

En el invierno de 1327 fray Guillermo de Baskerville y su discípulo Adso llegan a una abadía benedictina donde varios hermanos han sido asesinados. Saltándose las estrictas normas de la abadía, resolverán un sangriento enigma relacionado con libros prohibidos. Maravilloso y vívido fresco del medievo en un artefacto narrativo perfecto que mezcla novela histórica, trama detectivesca, relato de iniciación y thriller psicológico aderezado con ironía, humor y lucidez.

Si eres de los que sí leyó la novela original demuéstralo respondiendo al trivial “El nombre de la Rosa” de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

«¿Tienes el libro Mi prima nosequé, de la autora que escribió Rebeca?»

Bibliocanelita en rama, queridos. Ni más ni menos. Adictivo, inquietante, sobrecogedor y magistral. Así es el novelón de la grandísima Daphne du Maurier con el que hace un rato una reginaexlibrislandiana esporádica le ha insuflado sin querer un glorioso chute libresco a mi bibliofilia. Es lo que tiene poder prescribir un título que no suelen pedir en la librería y cuya lectura no siempre puedo sugerir, pero que a mi me dejó en jaque como lectora y me mantuvo literalmente aferrada al ejemplar de principio a fin.

(Mi prima Rachel, 2017 / Fox)

(Mi prima Rachel, 2017 / Fox)

La cosa fue más o menos así: estaba yo correteando entre anaqueles plumero en mano y decididamente sobrecafeinada cuando la mujer, que llevaba un rato deambulando por la librería, se decidió a hablarme:

Cliente: ¡Oiga, perdone, buenos días!

Regina: Buenos días, ¿puedo ayudarla?

Cliente: Sí, sí, mira, verás… ¿Tienes Mi prima nosequé?

Regina: ¿Cómo? ¿Tal cual? ¿Mi prima nosequé?

Cliente: No, no, es que se me ha ido el nombre de «la prima» en cuestión. Pero sé que es un libro de la misma que escribió Rebeca, ya sabe, la de la película, que resulta que también es una novela.

Regina: ¡Ahhh, sí, Daphne du Maurier!

Cliente: Sí, sí, esa. Pues por lo visto también escribió otra novela que me han recomendado: Mi prima... y un nombre de mujer.

Regina: Mmm, ¿a ver? ¡Sí! Creo que el que busca es Mi prima Rachel. Lo editó Alba en su colección Rara Avis el año pasado.

Cliente: ¡Vaya, menos mal! ¿Y lo tiene usted?

Regina: Sí, aquí lo tiene.

Cliente: ¿Y qué tal está el libro?

(Y aquí es donde yo pierdo pie y es mi regio pelucón el que, rebosante de pura bibliofilia, me eleva hasta dejarme pegada al techo de la librería, para hacerme descender unas milésimas de segundo después metamorfoseada en la enigmática Rachel lista para soltar, candelabro en mano, mi biblioperorata de daphnedumarierfílica confesa y Miprimaracheliana de pro)

(Mi cousin Rachel, 1951 / 20th Century-Fox)

(My cousin Rachel, 1951 / 20th Century-Fox)

Regina: Pues es una bomba. Es de esos libros que no puedes parar de leer, de verdad. De esos que te llevas a todas partes para, ZAS, a la primera de cambio apurar unas líneas más. ¡Pura intriga!

Cliente: Sí, algo así me habían dicho.Pero no es actual, ¿no?

Regina: Bueno, no, lo escribió en los años 50. Y aunque en el estilo parece una novela decimonónica con su exposición, su nudo y su desenlace, la verdad es que se lee a velocidad de crucero porque Daphne du Maurier dosifica al milímetro la información que te va dando, y tú necesitas saber más. En realidad te da todas las piezas en las 80 primeras páginas, y el resto es pura adrenalina silenciosa, porque vas tratando de montar el puzzle mano a mano con el narrador. Y de pronto una anécdota trivial detona la trama y todo se precipita hasta el final.

Mi prima Rachel

Mi prima Rachel

Cliente: Dicho así, suena bien, sí. Pero, ¿de qué va?

Regina: Verá, es la historia de Philip Ashley, un terrateniente inglés del Cornualles del siglo XIX. Se quedó huérfano y lo crió su primo Ambrose, un solterón empedernido que conoce en un viaje a Florencia a Rachel, viuda de un conde, enigmática y endeudada y, contra todo pronóstico, se casa con ella y se quedan en Italia. Pero las cartas que recibe Philip pasan de rezumar felicidad a inquietarle, y antes de que reaccione recibe la noticia de la muerte de Ambrose. Philip, lleno de dolor por la pérdida y de recelo hacia Rachel, quiere desenmascarar a su nueva prima, porque cree que o lo ha envenenado, o al menos no cuidó como debiera a Ambrose. Pero la joven viuda se le adelanta y se presenta sin más en su caserón de Cornualles, y aquí es donde el joven e inocente Philip, totalmente descolocado por Rachel, irá olvidando su desconfianza y sucumbiendo a los encantos de su nueva prima… Porque Rachel, ¿es buena? ¿es una viuda negra de manual? Amor, secretos, intrigas y un personaje tan manipulador como enigmático que te roba la cartera a cada salto de linea.

Cliente: ¡Uhhhhhh! ¡Hija, dicho así dan ganas de leerlo ya, ja, ja, ja!

Regina: ¡Tal cual!

Cliente: Pues, venga, me llevo Mi prima Rachel. Si es tan bueno como dice quizá vuelva a por Rebeca, que solo vi la película en blanco y negro.

Y así fue. Mi reginaexlibrislandiana esporádica abandonó mis confines ojeando, entre intrigada y ansiosa, su flamante ejemplar de Mi prima Rachel (Alba -Rara Avis) y a mí me dejó rogándole a la Providencia Librera que lo llegue a disfrutar aunque solo sea una mínima parte de lo que yo lo disfruté en su día. Porque solo con eso estoy segura que bastará para dafnedumarierizarla del todo.

Y es que, reginaexlibrislandianos queridos, Dafne du Maurier es mucha Dafne du Maurier. Si os gustó Rebeca leeros Mi prima Rachel, de la que, por cierto, ya en 1953 Henry Koster filmó la primera adaptación, y hace apenas un añoRoger Michell estrenó la segunda, también homónima. Si tenéis oportunidad, ver ambas. 

Hitchcock filmó una versión.

Y si no os gustó Rebeca, o si no la llegasteis a leer porque visteis la adaptación de Hitchcock,  todo un dafnedumarierizado confeso, ¡leer cualquiera de las dos! Me apuesto el pelucón a que, leída una, os abalanzaréis después sobre la otra. Palabra de Regina ExLibris.

«Déjate de moralinas y biblioretoza con Fanny Hill, la gran libertina de novela»

En cuestión de pasiones -altas, pero sobre todo bajas- Fanny Hill del inglés John Cleland es la biblioreferencia indiscutible, querid@s. Todo un clasicazo de la literatura erótica y de la literatura sin más. Y en reginaexlibrislandia rendimos pleitesía a esta criatura irreverente, ligera de cascos, generosa de escote y con amplitud de miras que lleva dos siglos sembrando bibliopolémica y envarando a mojigat@s de boquilla con sus memorias de casquivana sin complejos y con final feliz.

(Fanny Hill, 2007 / BBC)

(Fanny Hill, 2007 / BBC)

Porque las inquietudes, experiencias y aprendizajes de esta gran dama del libertinaje dentro y fuera del catre en el Londres dieciochesco relegan a Anastasia Steele, a su Grey y a todas sus sombras a la categoría de anécdotas de colegiales en plena explosión hormonal.

Os lo digo yo que no solo acabo de releerla, sino que decidí que ya era hora de consagrar un rinconcito de reginaexlibrislandia a Fanny Hill, Memorias de una mujer galante. Así que hice un pedido especial de ejemplares de la edición de Akal, y mientras lo recepcionaba café en mano y sonrisa pícara bajo mi regino pelucón mi atribulado librero no pudo más, y me espetó:

Librero: Oye, Regina, ¿y ESO?

Regina: ¿Qué? ¡ah! Son los ejemplares de Fanny Hill, de John Cleland en la edición de Akal que pedí. Acaban de llegar.

Librero: Pero, ¿por qué la destacamos?

Regina: Bueno, tras nuestro particular San Calentín de novela releí esta edición de Akal y pensé que era hora de reivindicar a Fanny, y de prescribirla es estos bibliolares. ¿La leíste?

Librero: Pues, sinceramente, no. Sé que son las memorias de una prostituta y un referente de literatura erótica, pero poco más, la verdad.

Regina: ¡Uy, querido! Pues sabes muy poco. Aquí donde la ves la buena de la Fanny es un clásico de la literatura erótica y un best seller mundial, y eso que en sus dos primeros siglos se vendió solo de forma clandestina. De hecho y a pesar de haber estado prohibido hasta la segunda mitad del SXX es el libro más reimpreso en inglés, ahí es nada. Y ten en cuenta que, cuando lo publicó John Cleland, la literatura pornográfica estaba en pleno apogeo en la Ilustración porque se utilizaba para satirizar cuestiones peliagudas como la religión, la ideología, a las clases privilegiadas y demás, así que no era fácil destacar.

Librero: Pero, entonces, ¿qué demonios tiene de especial?

Regina: Pues mira, por su enfoque novedoso -es la propia Fanny la que relata su vida encadenando amantes y burdeles sin ningún complejo ni remordimiento- y por esquivar con enorme creatividad los dos grandes escollos del género erótico, que eran y siguen siendo la reiteración y la vulgaridad. Al primero Cleane se lo peina con un despliegue sin igual de metáforas y símiles para citar sin nombrarlos de forma explícita órganos genitales, hábitos y posturas, mientras que la segunda es inexistente. La picaresca, el humor y la interiorización voluntaria y consciente de una forma de vida le dan otra vuelta de tuerca a la desenfrenada actividad de los burdeles.

Librero: Mmmm, no sé, no me interesa, qué quieres que te diga.

Regina: hazme caso, querid@, fue, es y seguirá siendo un novelón revolucionario por muchos motivos. Es Fanny quien termina en un prostíbulo, sí. Pero desde que llega lo asume, experimenta, aprende y saca partido de la situación. Tanto que, y este es otro de los grandes aciertos de Cleland, relata sus memorias sin vergüenza ni arrepentimiento, como un proceso de formación y deleite, y plenamente consciente de quién es y de cómo ha llegado hasta su presente, que, además es todo un «happy ending«. Y lejos de recibir castigos bíblicos o repudia social por ser una casquivana, y más lejos aún de lidiar con la culpa o el arrepentimiento por sus muchos, muchísimos pecados ella tiene todo lo que quiere, buen estatus social incluido.

Fanny Hill

Fanny Hill

Librero: Ya, pero es que a mi el género erótico como que no…

Regina: Te vas a sorprender, porque la clave es la forma: solo por ver el despliegue de recursos de John Cleland para contar, describir y relatar sin hacerlo de forma sórdida, soez o explícita ya vale la pena. Creo que conté hasta 30 maneras de referirse al pene sin nombrarlo, tú me dirás.

Librero: ¡Ya ves! A eso me refiero… ¿qué más me da a mi cómo se le ocurra no-nombrar un pene? ¿o cómo se lo monte con sus clientes? ¡Que no, que no!

Regina: ¡Anda, anda, déjate de moralinas y biblioretoza con Fanny Hill, la gran libertina de novela!

Al final, no sé si por interés o para que le dejara en paz, mi librero se llevó Fanny Hill, memorias de una mujer galante (Akal). No me malinterpreteis, querid@s: no soy una bibliofundamentalista ni tiro de látigo ni de galones para obligar a leer según qué títulos. Es que sé que es una novela que vale la pena y me apuesto el pelucón a que, una vez la empiece, se la va a leer del tirón.

Igual que vosotros si os decidís a biblioretozar con Fanny. No os arrepentiréis porque, después de todo, no soy solo yo, Regina ExLibris, quien os la recomienda. Son legiones de lectores de todo el mundo quienes lo llevan haciendo más de dos siglos. Y aunque hasta bien entrada la segunda mitad del SXX (en España hasta 1977, sí, 1977, y eso después de un tira y afloja legal del fundador de Akal con la censura) seguía leyéndose en la clandestinidad.

Pero gracias a la Providencia Librera y a unos cuantos editores Fanny Hill, memorias de una mujer galante anda suelta por las librerías y es, sin duda, una novela que todo el mundo debería leer al menos una vez. Incluidos Anastasia Steele, su Grey y todas sus sombras. Palabra de Regina ExLibris.

Seis (o siete) gatos de novela para ronronear como lector

En Reginaexlibrislandia somos muy, pero que muy gatunos. Yo la primera, claro. No solo porque siempre parece haber existido un vínculo muy especial entre escritores y gatos (por citaros ejemplos a quemarropa os diré a Lord Byron, Charlotte & Emily Brontë, Mark Twain, Truman Capote, Carson McCullers, Borges, W. Burroughs, Ezra Pound, Bukowski, Ray Bradbury, Julio Cortázar, Philip K. Dick, Hemingway, Hermann Hesse, Aldous Huxley, Neil Gaiman, Edward Gorey, Murakami, y suma y sigue…), ni porque haya memorables felinos de novela, sino porque además la Providencia Librera ha querido que todos los reginaexlibrislandianos tengamos mininos en casa.

Así que sí, el de los gatos es un tema más que recurrente en la librería, tanto por cuestiones literarias como por filias personales. Por eso cuando me he dado cuenta de que a punto hemos estado de dejar pasar el Día Internacional del Gato sin consagrar un rinconcito a prescribir a nuestros bibliomininos favoritos me he metamorfoseado en Catwoman, he sacado las uñas y me he puesto a bufarle a todo lo que se movía y respiraba en reginaexlibrislandia.

(Batman vuelve, 1992 / Warner Bros)

(Batman vuelve, 1992 / Warner Bros)

Por suerte tenemos tan claro cuáles son nuestros bibliofelinos preferidos que en menos de lo que he tardado en afilarme la primera uña ya teníamos la selección libresco-felina desplegada sobre mi escritorio. Así que, aunque obviamente no son todos los que están, hete aquí la selección Regina ExLibris de Gatos de Novela:

1. Soy un gato, Natsume Soseki. Impedimenta. Apostaría mi biblioteca a que tanto quienes hayan conocido a Natsume Soseki vía Botchan como quienes se toparan primero con su Sanshiro comparten conclusión: el indiscutible talento para la sátira de uno de los pesos pesados de las letras niponas, especialista en diseccionar los estratos sociales del Japón del XIX. Si con las citadas obras deslumbra y divierte, con Soy un gato se supera, regalándonos una novela en la que un felino rellenito, ácido e irreverente –en quien muchos verán el referente de Garfield– da buena cuenta de sus impresiones acerca de los grotescos personajes con los que comparte techo. Hilarante.

Soy un gato

Soy un gato

2. El maestro y Margarita. Mijaíl Bulgákov. Debolsillo. Cuando en Rusia imperaba terror burocrático, M. Bulgakov, perseguido por el estalinismo, escribió una gran ópera bufa sobre la miseria humana, el miedo y la indignidad. En El Maestro y la Margarita el diablo y sus acólitos irrumpen en Moscú para reventar la mediocridad de estúpidos burócratas y de artistas vendidos al poder a golpe de disparatadas aventuras y de una extraordinaria exposición de caracteres, que incluyen a uno de los más grandes gatos de novela: Behemoth. Es un enorme gato negro que camina solo con sus dos patas traseras junto a Voland (Satanás en la historia) y que, además de siniestro, está siempre sediento de vodka. Con un par… de bigotes.

El maestro y Margarita

El maestro y Margarita

3. Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carroll. Valdemar. Cuando Charles Dogson improvisó las Aventuras subterráneas de Alicia, no sabía que esa puerta que daba acceso a millones de niños y de adultos lectores a un mundo cargado de personajes irreverentes, sátiras extravagantes, retos lingüísticos y pulsos a la lógica extrema era la misma que le conduciría a él, como Lewis Carrol, y a su novela, como Alicia en el País de las Maravillas, al olimpo de las deidades literarias. Tomar el té con el Sombrerero Loco y la Liebre de Marzo o jugar al croquet con la mismísima Reina de Corazones es una experiencia que nadie, nadie, debería perderse. Como tampoco nadie debería dejar de codearse con el Gato de Cheshire, que con su misteriosa sonrisa, su silueta de ida y vuelta y su derroche de filosofía siempre está a punto de desquiciar y de reconfortar a Alicia a partes iguales.

Alicia en el País de las Maravillas

Alicia en el País de las Maravillas

4. Kafka en la orilla. Haruki Murakami. Tusquets. Una de las novelas más genuinas del escritor nipón en la que los destinos de varios personajes de lo más heterogéneo (un quinceañero que se fuga de casa y va a parar a una pequeña biblioteca; un hombre trastornado que arrastra curiosas secuelas de un accidente bélico que sufrió de niño, una misteriosa mujer) están conectados de alguna manera, y donde, al más puro estilo Murakami, pasado y presente, sueño y vigilia, se funden y solapan en una atmósfera en la que resulta difícil discernir realidad, deseo y pesadilla. En este ecosistema tan particular Murakami introduce un biblioguiño gatuno antológico: su personaje tarado, Satoru Nakata, es incapaz de comunicarse con los humanos y solo conecta con los gatos, que también tienen voz en la trama. ¡Y qué voz!

Kafka en la orilla

Kafka en la orilla

5. El Gato Negro y otros relatos. Edgar Allan. Poe. Libros del Zorro Rojo. Las más altas cimas del lirismo, el horror gótico y el refinamiento literario llevan la firma de quien, con sus relatos, abrió una nueva dimensión en el género de terror. Aparecidas, vampiros, mansiones encantadas, asesinatos, pasadizos, venenos, cuervos, gatos domésticos y extrañas dolencias pueblan las criaturas literarias de un Edgar Alan Poe que aterra e inquieta hasta en relecturas. Y uno de los más sobrecogedores y siniestros es, sin duda, El Gato Negro, en el que el protagonista, tortura y mata a su inocente gato en pleno delirio alcohólico. Más tarde su atrocidad le perseguirá, atormentándole sin tregua, y detonará el principio de su propio final. La grandeza del relato estriba, entre otras cosas, en los dos gatos que siluetea Poe: la fiel e inocente mascota y la criatura tenebrosa cargada de superstición y maldad que vuelve -¿o quizá no? – para vengarse. Brutal.

 

El Gato Negro y otros relatos

El Gato Negro y otros relatos

6. El paraíso de los gatos y otros cuentos gatunos. VVAA. Nórdica. Cuatro cuentos gatunos firmados por cuatro titanes de las letras y gatofílicos confesos: Émile Zola, Mark Twain, Rudyard Kipling y Saki, en una exquisita edición ilustrada de Nórdica. Continente y contenido harán las delicias de todo bibliófilo y gatófilo de pro, porque la vuelta que cada autor le da al mismo protagonista es la muestra del genio literario en estado puro. ¡Miau!

El paraíso de los gatos y otros cuentos gatunos

El paraíso de los gatos y otros cuentos gatunos

7. El gato Garabato (The Cat in the Hat). Dr Seuss. Beascoa. Mítico personaje de la literatura infantil británica que, por desgracia, a España llega (traducido) con cuentagotas y solo algunos títulos de la colección. El protagonista (El gato en el sombrero, o el gato Garabato) es un minino irreverente, creativo y antropomórfico que siembra el caos -y también la diversión- en una familia con la que se topa. A través de sus disparatadas aventuras su creador, el Dr. Seuss, convierte la experiencia lectora en un géiser de diversión para niños y adultos. La combinación de rimas y la mezcla única de ritmo y repetición facilitan el aprendizaje y el reconocimiento de nuevas palabras, y despiertan más de una carcajada.

El gato Garabato

El gato Garabato

Y estos son los seis (o siete, contando la criaturita felina del Dr. Seuss) gatos favoritos de novela en reginaexlibrislandia. Pero por suerte, queridos, hay más. Muchos más gatos literarios agazapados entre anaqueles… ¡miau!

  • Y vosotros, queridos, ¿leísteis alguno de los títulos citados? ¿Qué bibliogato sugerís?
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Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela La isla del Tesoro, de R.L. Stevenson?

(La Isla del tesoro, 1950 / Disney)

(La Isla del tesoro, 1950 / Disney)

Como dijo Borges: «Leer La isla del tesoro es una de las formas de la felicidad». Un muchacho halla en el baúl de un marinero que ha muerto en su posada un mapa que indica dónde está escondido el tesoro de un capitán pirata. Tras la visita de unos turbios personajes que perseguían el mapa, se embarca rumbo a la isla del tesoro en una aventura cargada de emoción, salitre y mucho ron. Lanzaros al abordaje de la novela de piratas por excelencia si aún no la habéis leído porque no encontraréis mejor bibliobotín en estos mares de letras.

Si eres de los que sí leyó el texto original demuestra que conoces el novelón respondiendo al trivial «La Isla del tesoro»de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

Por qué te equivocas (¡y mucho!) si no lees El Club de los Mentirosos, de Mary Karr

Llevamos una máscara y al final la cara se amolda”. ¡ZAS! Si eso no es un bibliobofetón dialéctico que venga la Providencia Librera y lo vea. Es de El Club de los Mentirosos (Periférica & Errata Naturae), de Mary Karr, y es, además, un mandamiento de supervivencia social y emocional. Y desde ya uno de los bibliomantras de reginaexlibrislandia.

(Periférica & Errata Naturae Editores)

(Periférica & Errata Naturae Editores)

Aunque para ser justos, todo en El Club de los Mentirosos rezuma esa sabiduría mordaz. Es una exquisita novela autobiográfica en la que Karr relata con la óptica de la niña que fue su peculiar y nada fácil infancia en los años 60, a caballo entre Texas y Colorado, con ambos progenitores pegados a la botella, divorcios, peleas, amantes, violencia y una hilera de duras y truculentas experiencias, pero narrado todo con un toque profundamente conmovedor y despojado de sentimentalismos.

Por eso la sabiduría que rezuma este libro es esa sabiduría que solo destila quien ha sido capaz de analizar, demoler, rediseñar y levantar su arquitectura emocional a partir de dolor, escombros, traumas, desengaños y soledad.

Y, más aún, de crear después un artefacto narrativo perfecto, liberador, realista, cruel, nostálgico y duro pero, eso sí, siempre aderezado con inteligencia, con humor y con una ternura a prueba de balazos, comas etílicos, medias verdades, huracanes, accidentes caseros, padrastros de quita y pon y toda suerte de carencias.

Sobrevivir a una infancia en la que bregar con lo peor del ser humano, donde quienes te rodean y deben velar por ti son crueles, inestables y viven por y para sus adicciones, apetencias y frustraciones era pura rutina para la pequeña May Karr, y ser capaz no solo de encajarlo con dignidad, sino de encapsular los peores episodios en la memoria para dejarlos enfriar y narrarlos después de una forma hilarante, tierna, cautivadora y mordaz es un logro al alcance de muy, muy pocos creadores.

Y Mary Karr lo ha hecho. Vale que el material del que partía (una infancia no tan común con una familia un tanto sui géneris, especialmente su madre, todo un personaje con mayúsculas, extravagante, confusa, impulsiva y deshidratada a partes iguales) era óptimo, pero la capacidad de Kerr para «oír, ver y callar» entonces, para dejarlo todo en reposo durante décadas y, finalmente, para vomitarlo llegado el momento adecuado en un libro que es una catarsis tierna y no un ajuste de cuentas cargado de rencor, eso, querid@s, es mérito exclusivo de Mary Karr.

El club de los mentirosos

El club de los mentirosos

Por eso estas memorias narradas no son un dramón monumental que se lee con el corazón encogido y las entrañas del revés a pesar de la crudeza que supuran, sino que se empieza y acaba con una sonrisa que por momentos deviene en carcajadas. Y por algo la divertida, agridulce y colosal El club de los mentirosos arrasó en lectores y críticas cuando se publicó por primera vez en 1995, y sigue más que viva por el boca-oreja bibliófilo, que es el mejor de los canales de prescripción de libros.

De hecho es ya uno de los títulos imprescindibles en reginaexlibrislandia, absoluta y totalmente prescribible a discreción en la librería y apto para todo tipo de paladar libresco.

Y no lo es solo por la excéntrica troupe de personajes que poblaron –por suerte o por desgracia– su infancia, ni por la hilera de situaciones atroces, dantescas y disparatadas que relata, sino por la voz que nos narra y describe todo: la de una niña que a pesar de todo y de todos busca su lugar y que se toma la vida como debe tomarse: muy en serio, sí, pero con mucho, con muchísimo humor.

Y para muestra un fragmento del prólogo de Mary Karr, de la edición de El Club de los mentirosos de Periférica & Errata Naturae, con la maravillosa traducción de Regina López Muñoz:

Poco antes de que muriera mi madre, el tipo que le estaba reformando la cocina sacó de la pared un azulejo con un agujerito redondo bastante sospechoso. Se sentó de rodillas y levantó el azulejo de manera que el sol filtrado por las cortinas amarillas y añosas pareció perforar el agujero igual que un láser. Nos guiñó un ojo a Lecia y a mí y a continuación se volvió hacia mi canosa madre, concentrada en su volumen de Marco Aurelio y en un cuenco de chiles picantísimos.
—Señora Karr, ¡esto parece un agujero de bala!
Lecia, que no dejaba pasar una, intervino:
—¿Eso no es de cuando le disparaste a papá?
Y mamá entornó los ojos, bajó un poco las gafas por su
nariz patricia y dijo con displicencia:
—No, eso es de cuando Larry. —Se giró y señaló otra
pared—. A tu padre le disparé allí.

Así que, ¡bravo!, Mary Karr! Regina ExLibris Dixit.

 

«¿Qué novela es esa de la que hablan tanto, la que escribió el de Mad Men?»

Hay novelas que no están a la altura de las expectativas que el ruido mediático que las precede inocula en los lectores. Son tantas que muchos aplicamos de forma inconsciente la biblioregla a mayor maquinaria marketiniana mayor recelo lector. Y viceversa.

(Mad Men, 2007 / AMC)

(Mad Men, 2007 / AMC)

Pero por suerte eso no impide que en ocasiones me trague encantada mi suspicacia al caer rendida a los pies de esa gran novela del momento, de la que todo el mundo habla, y normalmente por motivos tan peregrinos como extraliterarios.

Es lo que me ocurrió hace un par de días, cuando acabé totalmente fascinada por la novelita que empecé a leer cargada de dudas por su vinculación tangencial a la exitosa y megapremiada serie televisiva Mad Men, y que hace un rato me pidió un cliente asiduo a mi librería, a quien a su vez le abrieron el biblioapetito a golpe mediático y de bibliocomadreo:

Cliente: Oye, Regina, ¿qué novela es esa de la que hablan tanto, la que escribió el de Mad Men?

Regina: ¡Ah, sí! Es Absolutamente Heather, de Matthew Weiner

Cliente: ¿Y la tienes? ¿Qué tal está? ¿Tiene algo que ver con la serie?

Regina: Sí, la tengo. A mí me ha encantado y, no, no tiene nada que ver con Mad men, que, por otra parte, es una de mis series favoritas, todo sea dicho.

Cliente: Pero el Matthew ese, entonces, ¿quién es?

Regina: Es guionista, director y productor de grandes series como Mad Men y Los Soprano.

Cliente: ¿Y también es novelista?

Regina: Ahora sí. Absolutamente Heather es su primera novela, y creo que es un novelón. No me la esperaba tan breve, tan abrupta, tan aparentemente simple ni tan sobrecogedora. Es una curiosa mezcla entre Patricia Highsmith, Shirley Jackson, Henry James, y quizás algo de Poe.

Absolutamente Heather

Absolutamente Heather

Cliente: ¡Uy! Pinta bien, ¿de qué va?

Regina: Está ambientada en Nueva York y, de entrada, dibuja dos ecosistemas sociales antagónicos. De un lado están los casi perfectos y adinerados Breakstone (Mark, Karen y su hija Heather). Y del otro está Bobby, un muchacho con una infancia atroz, naturaleza obsesiva y pulsiones psicópatas que tras su paso por la cárcel se reinserta como peón de obra. Y es en esa obra donde ambos mundos convergen, pero cuando saltan chispas es cuando Mark descubre a Bobby devorando con la mirada a su preciosa hija adolescente. Hasta dónde estará ese padre dispuesto a llegar para proteger a su familia de esa amenaza tan difusa pero a la vez tan evidente es el detonante de una trama demoledora que te mantiene agarrotado como lector hasta el punto y final.

Cliente: Mmm, pues es cierto, Regina, poco tiene que ver con Mad Men

Regina: En la trama no, pero sí que es cierto que, además de ser un thriller que se lee rápido y muy bien, tiene ese toque de guión que agiliza y descongestiona toda la trama. Nada sobra y nada falta.

Cliente: Ea, pues no se hable más, ¡me lo llevo y te cuento después!

No os voy a engañar: estoy deseando que mi reginaexlibrislandiano la termine y vuelva a comentarme qué le pareció el debut literario de don Matthew Weiner. Yo, por mi parte, he decidido leerla de nuevo. Sí, de hecho lo haré en un rato, en cuanto eche el cierre de reginaexlibrislandia.

Y lo haré quizás porque, de una forma sutil y deliciosamente perversa, Absolutamente Heather sigue resonando bajo mi pelucón varios días después de haberla acabado. Y eso dice mucho de ella, porque la propia novela ha pulverizado las expectativas que el ruido mediático que la precedía me inoculó en la bibliofilia. Así que, bravo, Matthew Weiner. Regina ExLibris dixit.