Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
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Por qué bibliopatinas (y mucho) si no lees El Secreto, de Donna Tartt

Si buscas un thriller gótico que te mantenga literalmente pegado a tu ejemplar hasta el punto y final (y más allá) deja lo que estés leyendo y hazte con El Secreto, de Donna Tartt. Palabra de Regina ExLibris.

Desde que lo descubrí allá por los noventa no he dejarlo de prescribirlo en reginaexlibrislandia. Y se lo recomiendo a paladares librescos muy heterogéneos.

Por mi experiencia en las trincheras librescas quien empieza El Secreto está irremediablemente abocado a engancharse a una trama de suspense ambientada en una exclusiva universidad y protagonizada por un carismático grupo de estudiantes de clásicas liderados por un magnético profesor, a quienes sus ansias de exprimir la vida y sus privilegios se les va de las manos, hasta que uno muere y se precipita la debacle emocional, moral y personal de todos.

Cuando la pongo sobre el escritorio como potencial lectura y me preguntan por qué, la conversación suele ser del tipo:

Cliente: ¿Y qué tiene de especial El Secreto?

Regina: La arácnida Donna Tartt imprime a su trama el ritmo de un thriller mientras inocula en el texto dosis justas de oscura melancolía que anestesia, paraliza y embota a un lector decidido a llegar hasta el final. Es la marca de la casa. Y eso mientras despliega la crónica de una juventud privilegiada que le pide demasiado a la vida sin saber bien qué entregar a cambio.

Cliente: Pero es un tochaco, ¿no se hace pesada?

Regina: Para nada. Está muy bien escrita, perfectamente ambientada y, desde luego, su punto fuerte es la construcción de unos personajes con los que el lector intima en las más de seiscientas páginas que dura esta experiencia lectora alucinante. Yo siempre que puedo la prescribo, porque es ideal para leer y desconectar.

Cliente: Vale, vale… Entonces, ¿mejor empiezo por esta antes que por El Jilguero, que es de la que me hablaron?

Regina: Mira, El Jilguero es, sin duda, otro novelón y, según dicen, llamada a ser un clásico de las letras norteamericanas del SXX. Por algo se llevó el Pulitzer hace cuatro o cinco años, y convenció a la crítica, que en cambio en su día tachó El secreto de “basura de calidad” tras su exitazo en ventas. Pero yo empezaría por El Secreto.

Suelen hacerme caso, y suelen comentarme de vuelta que El secreto cumple en mayor o menor medida las biblioexpectativas proyectadas sobre la novela. Puede ser o no ser, como dicen, “basura de calidad”. Pero es uno de los títulos que no dejaré de prescribir en la librería, porque vale la pena. Palabra de Regina ExLibris.

NOTA DE REGINA EXLIBRIS

El Secreto. Donna Tartt. Lumen. ¿Qué subyace bajo la sólida capa de armonía y rectitud espiritual de una prestigiosa universidad enclavada en la bucólica campiña de Vermont? Un turbador trasfondo de violencia, degradación moral y sexualidad reprimida que Donna Tartt explora en El Secreto con la caída en picado de cinco estudiantes que, guiados por su carismático profesor, profundizan en los misterios de la cultura griega antigua y afrontan el asesinato de uno de ellos. Colosal crónica oscura de una juventud malograda, disección implacable de ciertos círculos elitistas y lúcida reflexión sobre el carisma en un novelón trepidante e hipnótico de principio a fin.

Trivial: ¿Cuánto sabes de la novela El nombre de la Rosa, de Umberto Eco?

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

(El nombre de la rosa / 20th Century Fox)

En el invierno de 1327 fray Guillermo de Baskerville y su discípulo Adso llegan a una abadía benedictina donde varios hermanos han sido asesinados. Saltándose las estrictas normas de la abadía, resolverán un sangriento enigma relacionado con libros prohibidos. Maravilloso y vívido fresco del medievo en un artefacto narrativo perfecto que mezcla novela histórica, trama detectivesca, relato de iniciación y thriller psicológico aderezado con ironía, humor y lucidez.

Si eres de los que sí leyó la novela original demuéstralo respondiendo al trivial “El nombre de la Rosa” de Regina ExLibris. ¿Listo? ¡Vamos!

 

“¿En qué libro juzgaban a un ricachón pomposo, testificaba una drag queen y un tipo paseaba una correa (sin perro)?”

Adoro ese tipo de libros permeables al carisma de sus personajes.

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

Sin esa cualidad porosa de la trama que posibilita acceder a una historia imbuida del encanto de sus personajes, esos libros no solo estarían constreñidos en un único género literario que obviamente no les define en toda su extensión, sino que no serían historias divertidas, genuinas, excéntricas, imprevisibles ni, por supuesto, tan cautivadoras.

Y ojo querid@s que ese tipo de historias o están más cerca de la realidad que de la ficción o, siendo generosos, en el justo medio. Lo que sí os digo es que todos y cada uno de esos gloriosos artefactos narrativos tan sui géneris han dejado marca en mi bibliofilia.

Y de ahí que, cuando la Providencia Librera se conjura para que algún reginaexlibrislandiano me pregunte por uno de ellos, mi pelucón se ilumina como el Strip de Las Vegas y una enorme nube llena de confeti y purpurina descarga su chaparrón multicolor a ambos lados de mi escritorio.

Y hoy por suerte ha sido uno de esos días. Y, sí, lo celebro a pesar de seguir quitándome confeti hasta de las fosas nasales horas después de la visita. El caso es que estaba yo aferrada a mi tercer café de la mañana cuando un reginaexlibrislandiano se adentró en mis confines y, tras darme los buenos días, me espetó:

Cliente: ¿Recuerdas en qué libro juzgaban a un ricachón pomposo, testificaba una drag queen y un tipo paseaba una correa (sin perro)?

Regina: Mmm, creo que sí. Pero, ¿recuerdas alún detalle más?

Cliente: Es que me hablaron de él hace muchos años y no lo recuerdo bien. ¡Ah, sí, espera! Transcurría en Atlanta, o en el Sur de EEUU. Y no me digas cómo me vino a la cabeza y ahora quiero encontrarlo y, claro, leerlo.

Regina: Pues, querid@, no me digas más. No está ambientado en Atlanta, sino en Savannah, y es Medianoche en el jardín del bien y del mal, de John Berendt. Uno de mis libros favoritos, sin duda. ¡Y no es novela en sí! Pero sí que hay un crimen, una sinuosa drag queen de lengua bífida llamada Lady Chablin y Patrick, el perro al que un caballero pasea cada día, pese a que el pobre cuadrúpedo hubiera fallecido décadas atrás.

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

Cliente: ¿Y lo tienes?

Regina: ¡Claro! Yo estuve bastante cabreada con Random House porque hubo unos años «oscuros» en los que no había ejemplares en circulación. Pero finalmente en 2015 se reeditó en papel y en digital. ¡Brrrr!

Cliente: Espera, espera… ahora que veo la cubierta… ¿no hay película?

Regina: Pues sí, y es una maravillosa adaptación. La rodó Clint Eastwood un par de años después de publicarse el libro a finales de los 90. Y si ya con el libro (que no es una novela en sí, sino que es una mezcla de crónica de un crimen real con retratos de la gente, de las costumbres, de las extravagancias y de los rincones de Savannah, aderezado eso sí con algún toque de ficción), Savannha vivió un boom de afluencia turística, pues luego con la película ya ni te cuento.

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

(Medianoche en el jardín del bien y del mal / Warner Bros)

Cliente: ¿En serio?

Regina: ¡Uy, y tanto! yo misma llevo años queriendo ir a Savannah. Hace años me hablaron de ella, pero es que además la mencionan en La isla del Tesoro y en Lo que el viento se llevó. Con eso ya me picó la curiosidad, pero fue leer Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal y desear echar el cierre para volar a Savannah. Porque encima es que lo que se le da bien a John Berendt es plantarse en una ciudad -normalmente con encanto-, habitarla y narrártela a través de las gentes que la pueblan y que le imprimen carácter. Ya lo hizo con Venecia en su estupenda La ciudad de los Ángeles Caídos.

Cliente: ¡Ah, sí! ¿Eh? Bueno, bueno, bueno: ¡ya estoy deseando leerla!

Y se fue con Medianoche en el Jardín del Bien y del Mal, de John Berend (Random House). Espero que le entusiasme como en su día me entusiasmó a mi, y de paso os las prescribo a todos vosotros, mis reginaexlirbrislandianos de pro, porque es una auténtica delicia que te atrapa y aísla de todo hasta el punto y final… y más allá. El libro es justo como Berendt describe a la ciudad que lo inspira:

Savannah miraba para sus adentros, muy alejada del mundanal ruido y las distracciones de todo lo que ocurriese fuera de sus puertas

 

NOTA DE REGINA EXLIBRIS:

Medianoche en el jardín del bien y del mal

Medianoche en el jardín del bien y del mal

En un punto entre la crónica periodística de un asesinato real, la reconstrucción de un turbio proceso judicial y el relato de las gentes, los lugares, las costumbres, las extravagancias y la historia de la gloriosa y decadente Savannah, Medianoche en el jardín del bien y del mal, es un libro original, ameno, excéntrico, divertido y definitivamente absorbente.

Adéntrate en turbio y sosegado encanto de una ciudad con pasado pirata y presente cargado de añejo esplendor, que es la verdadera protagonista del relato, un auténtico Edén por el que el Diablo campa a sus anchas y poblado por una galería de criaturas excepcionales y genuinas. Piratas, lujosas fiestas, sacerdotisas vudú, tugurios infectos, mansiones coloniales, ríos de alcohol, viejas damas con enaguas, tocado, abanico y pistola, chaperos, pianistas, nuevos ricos, coristas y un entorno perversamente embrujado en que todo lo ordinario resulta ser extraordinario.

 

 

A los pies del Poirot de Kenneth Branagh por Dickensianizarme el Orient Express

Retarme a ir ver una película basada en una novela que adoro y que ya tiene una buena adaptación previa es jugar con fuego valyrio en reginaexlibrislandia.

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

Pero como me tentó uno de mis libreros acepté, y tras echar el cierre en la librería enfilé al cine. La versión oficial en reginaexlibrislandia es que iría a ver Asesinato en el Orient Express (2017) por el bien de la literatura y de mis reginaexlibrislandianos.

Eso sí, en confianza os digo que la verdad es menos filantrópica y pelín más novelesca: ni por cien libros iba yo a desperdiciar la oportunidad de lanzarle mañana al infeliz una biblioperorata agathachristínica post decepción fílmica by Regina Exlibris precedida de un rotundo «Te lo dije, querid@«).

Así que me planté en el cine bien cargadita de prejuicios y con el colmillo afilado, salivando al previsualizar a mi presa atrapada en mis mandíbulas.

Y todo iba rodado, porque ya en los primeros minutos de proyección di con el atuendo perfecto para la escenita que pensaba montar al día siguiente en la librería: iría embutida en la piel de la Sra. Hubbard (Michelle Pfeiffer), una víbora sinuosa dispuesta a merendarse a cualquiera con garras de astracán para escupir después los restos con hiriente elegancia. ¡Ay, NO podía pedir más!

Peeero la Providencia Librera, que sabe que cuando patino lo hago a lo grande y con toda la puñetera pompa regia, me tenía preparada una sorpresita bibliodiabólica que se proyectaría ante mis ojos en 3, 2, 1…

Y es que desde aquí os lanzo la misma pregunta que me hice apuntalada a mi butaca:

¿Cómo demonios iba yo a imaginar que el Poirot de Sir Kenneth Charles Branagh iba no solo a leer y desternillarse con Historia de Dos ciudades de Dickens en varias de escenas con peso propio en el metraje, sino que además y no contento con eso iba a bramar a todo el pasaje del maldito Orient Express eso de ”Oh, mon cher Dickens!”?

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

Llegada a esa escena ya no tuve más remedio que bajar los brazos, quitarme el pelucón dorado, soltar la marta cibelina, reconocer mi derrota y disfrutar de una estupenda adaptación de la novela homónima de Agatha Christie mientras la parafraseaba para auto-recriminarme con venenosa compasión: «Ahh, pobre criatura, es sueca». (Es una de sus frases más memorables, y me venía al pelucón ahora, claro).

Id a ver la película si podéis, querid@s. Porque además de disfrutarla os garantizo que saldréis de la sala con ganas redobladas nos solo de leer (o releer) Asesinato en el Orient Express sino también Historia de dos ciudades de Charles Dickens.

Así que lo hago público ante Reginaexlibrislandia en pleno:

A sus pies, Poirot de Sir Charles Kenneth Branagh (y resto del elenco), por Dickensianizarme el Orient Express al completo

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

(Asesinato en el Orient Express, 2017 / 20th Century Fox)

  • Y vosotros, queridos, ¿visteis la nueva adaptación de Asesinato en el Orient Express? ¿Qué os pareció? ¿Y la que filmaron en 1974?
  • Hazte un bibliofavor y lee Asesinato en el Orient Express
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«¡Muévete y te coso a novelas negras!»

Es un hecho: si alguien pudiera verle el aura a mi bibliofila estoy convencida de que sería negra. Pero negra, negra. O con algún reflejo turbio, si me pilláis en un buen día.

(Columbia Pictures /La Dama de Shanghai)

(Columbia Pictures /La Dama de Shanghai)

Adoro el género policiaco y criminal en toda su extensión, y aunque Reginaexlibrislandia es un reflejo de mi identidad libresca dosifico mis inclinaciones biblio-criminales para que todos los géneros tengan cabida y visibilidad tanto en mi fondo como en mesas y cabeceras.

Hasta ahí todo bien, muy profesional –¡Bravo, Regina ExLibris!-. Pero, claro, otra cosa es que yo siempre tengo títulos de novelas negras cargados en mi recámara, y en cuanto me provocan ¡¡¡PA-PA-PA-PA-PA-PA!!! Desenfundo, apunto y aprieto el gatillo seis veces en una cadencia mecánica para descargar el arma sin pestañear.

Y hoy estaba yo enterrada en papeleo cuando uno de mis libreros, justo el único en mis confines a quien se le resiste lo policiaco y detectivesco, se acerca y me dice con toda su inocencia:

Oye, Regina, esta mañana oí una cosa en la radio que.., bueno, ¿sabes que el viernes arranca la Semana Negra de Gijón?

No había terminado el pobre de cerrar su interrogación y yo ya le había cosido a librazos. Me miró entre dolorido y desconcertado, y antes de que pudiera hablar me adelanté:

Sí, querido, así que montamos una mesa con esos seis títulos, que son de lo mejorcito que he leído últimamente del género. ¡Si Regina Exlibris no puede ir este año a la Semana Negra, que el mítico biblio-evento asturiano venga a reginaexlibrislandia!

Y estos son los 6 novelones de género negro y policiaco que recomiendo en la recién inaugurada Semana Negra Reginaexlibrislandiana.

¿Listos, queridos? ¡Fuego!

1. La sustancia del mal, Luca D’Andrea. Alfaguara. Por suerte este novelón acaba de publicarse en España y ya es carne del boca-oreja, porque es de esos que te corta el aliento, la circulación y hasta las ganas de parpadear para no perder tiempo y leer más. Lo tiene todo: crímenes, secretos, suspense, verdades a medias, celos, giros de órdago, viejos enigmas, personajes poliédricos y un paisaje de una belleza y de un peso en la trama demoledores. Un viaje literario a una localidad alpina donde, décadas atrás, tres jóvenes fueron masacrados sin que se hallara al culpable. Allí se instalan un estadonidense y su familia, y lo que empieza siendo curiosidad por un hecho aislado deviene en obsesión cuando se da cuenta de que allí todos ocultan algo.

La sustancia del mal, Alfaguara

La sustancia del mal, Alfaguara

2. Cualquier otro día. Dennis Lehane. RBA. Hojeándolo el lector puede pensar que, por sus más de 700 páginas, nada se va a desarrollar con prisa ahí adentro. Craso error. El talento narrativo de Dennis Lehane es descomunal y se emplea a fondo en esta trilogía completada por Vivir de noche (RBA) y Este mundo desaparecido (Salamandra), un híbrido perfecto de novela negra e histórica. En ésta, que llegará pronto a las pantallas, el escenario es Boston martilleada por el terrorismo anarquista, la incipiente lucha por la igualdad racial, el boom del béisbol, la corrupción política y una huelga policial en 1919, que desató el caos y marcó las relaciones laborales en EEUU. Sobre ese tapiz se proyectan tres historias: la de un joven policía de origen irlandés llamado a ascender en el Cuerpo, la de un buscavidas negro asfixiado por la segregación, y la un paleto bateador catapultado a superestrella del béisbol. Cada uno de ellos entraña y sufre las contradicciones de una época y un sistema que terminarán por reventar. Hipnótica y fulminante.

Cualquier otro día, RBA

Cualquier otro día, RBA

3. Ángeles en llamas. Tawni O’Dell Siruela Policiaca. Si de lo que se trata es mantenerte en jaque como lector esta novela es rápida y letal. En ella Dove Carnahan, respetada comisaria en una anodina localidad de Pensilvania, se esfuerza cada día para que nada ni nadie perturbe la paz de su comunidad. Lo que nadie sabe es que tras el uniforme y la placa Dove lucha con furia para silenciar unos demonios internos que la atormentan desde la pubertad. Pero el día en que descubren en una zanja el cadáver calcinado de una joven que pertenece a uno de los clanes más poderosos de la zona, la comisaria Carnahan no imagina que no sólo tendrá que atrapar al culpable y apaciguar a la familia de la víctima, sino que las similitudes con su pasado la colocarán cara a cara con la verdad del caso y de su propio pasado.

Ángeles en llamas, Siruela

Ángeles en llamas, Siruela

4. Camille. Pierre Lemaitre. Alfaguara. Si no conoces al Comandante Camille Verhoeven te pierdes a uno de los gigantes del elenco de investigadores del género negro actual. Gigante a pesar de no levantar más allá de metro y medio del suelo. Sí, Verhoeven es enano, pero también es brillante, huraño, nostálgico, meticuloso, impulsivo, tierno, irritable e infatigable. Con Camille concluye la tetralogía protagonizada por este genial y colérico sabueso, y es el broche de oro a cuatro novelas redondas, adictivas y absorbentes de principio a fin. En ella Anne Foster, la pareja de Verhoeven, sobrevive de milagro a una paliza que recibe durante el atraco a una joyería parisina. Además de las secuelas físicas, está aterrada -con motivo- porque vio a su agresor, un hombre que parece tener una fijación feroz por ella. Así arranca un escalofriante juego del gato y el ratón que Verhoeven trata por todos los medios de finiquitar a contra reloj para salvar a su mujer. Y, por cierto: la literatura de Pierre Lemaitre es de tal calibre que cada giro de la trama te martillea las sienes hasta el final.

Camille, Alfaguara

Camille, Alfaguara

5. El Santo al cielo. Carlos Ortega Vilas. Dos Bigotes. Este alocado y frenético thriller psicológico es una de las propuestas más originales y sorprendentes del panorama policiaco actual. Con apenas una mano de tres personajes, un viejo alfiler y un cadáver, Carlos Ortega Vilas gana la partida a un lector que llega sin opciones al punto y final. Aldo Montero, inspector jefe de la Brigada de Homicidios y Desaparecidos y fanático del santoral, está Julio Mataró, su enlace con la Guardia Civil, quien le comunica la identidad del cadáver que les observa con mirada aséptica en un piso también aséptico. Es Orion Dauber. Y poco más. No hay huellas ni más pistas pero, eso sí parece estar relacionado con un adolescente desaparecido que obsesiona desde hace tiempo a Montero. Así arranca un baile al que es también invitada Silvia, una mujer empeñada en anestesiar su propia memoria y apegada a un viejo alfiler de sombrero que resultará crucial en la trama. Pasen, lean y disfruten de una novelita que es una bomba de relojería.

El santo al cielo, Dos Bigotes

El santo al cielo, Dos Bigotes

6. El lagarto negro. Edogawa Rampo. Salamandra Black.  Imagina una novela que combine a la perfección lo mejor de Sherlock Holmes y Auguste Dupin, lo aderece con dosis de acción trepidante y lo espolvoree con humor, bastante irreverencia y algún otro guiño al pulp. Pues esa es la fórmula magistral de Edogawa Rampo, el tótem de la novela policiaca japonesa que ha tenido en vilo a legiones de lectores nipones desde que se publicó en los años treinta. Prepárate para asistir boquiabierto al fascinante duelo a muerte entre Kogorō Akechi, el sabueso de Rampo, y la sinuosa madame Midorikawa, apodada «Lagarto Negro» y con una querencia enfermiza por coleccionar joyas ajenas. El día en que ella pone el ojo en el pedrusco más preciado de todo el país sabe que la partida no ha hecho más que empezar. El pulso Midorikawa- Akechi no deja títere con cabeza. Ni siquiera la del lector.

El lagarto negro, Salamandra

El lagarto negro, Salamandra

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿qué novela negra que halláis descubierto últimamente añadiríais a la mesa temática de la Semana Negra de Reginaexlibrislandia?

De Ágatha Christie ya no busques ‘Muerte en el Nilo’

Por desgracia no todo iban a ser buenas noticias ni para los agathachristiemaniacos del mundo, ni para los que aún no lo son, pero que sin duda lo serán en cuanto lean alguna de sus ochenta gloriosas tramas detectivescas de salón.

Así es, queridos, a las plácidas costas bibliófilas de reginaexlibriandia llegaban, casi a la par, una buena noticia y un trágico descubrimiento librero.

Con respecto a la primera, deciros que se trata de la buena nueva de la reapertura de las puertas de la casa de campo inglesa en la que la Gran Dama del Crimen literario concibió, escribió y leyó para sus amigos más íntimos parte de sus tramas tras un arduo y costoso proceso de rehabilitación:

 

En cuanto al trágico descubrimiento os lo diré sin rodeos: de Ágatha Christie olvidaos de haceros a corto plazo con un ejemplar de Muerte en el Nilo o Poirot en Egipto (según la traducción y edición). Imposible. Por ahora, otra joya impresa que se nos cuela por el desagüe de la descatalogación indiscriminada. Desconozco las razones y tampoco se nada aún sobre el baile de cesiones de derechos que haya podido provocar su desaparcición de las baldas españolas, pero en cuanto lo averigüe os lo contaré. Palabra de Regina.

Me di de bruces contra su vacío en el fondo editorial ‘vivo’ cuando, tras sugerir a una reginaexlibrislandiana asidua que parte para Egipto en diez días que se llevase Muerte en el Nilo como novelita de cabecera para el tramo fluvial del recorrido, emprendí la infructuosa tarea de hacerme con un ejemplar para ella. Imposible, al menos a través de mis canales habituales… Aunque, eso sí, siempre podrá recurrir al préstamo o a las librerías de viejo.

Hasta que se decidan a rescatarla del limbo de los descatalogados al menos los más nostálgicos podremos refugiarnos en su maravillosa adaptación al celuloide de 1978, que contó con un reparto espectacular:

Y para el resto, muy especialmente para todos aquellos que aún no hayáis pasado un ratito con Agatha Christie, éstos son los títulos que de momento permanecen en circulación en España:

Los primeros casos de Poirot; Tres ratones ciegos; Un cadáver en la biblioteca; La casa torcida; Las manzanas; Cita con la muerte; El asesinato de Roger Akroyd; Asesinato en Mesopotamia>; El tren de las 4:50; Asesinato en el Orient Express y Diez Negritos.

 

 

Y vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿os gustan las novelas de Agatha Christie? ¿Cuál es vuestra favorita? ¿Cómo llegasteis a ella?

Stieglarsson-adicta en tiempo récord

«Hola, me llamo Regina ExLibrs, soy librera y estoy enganchada a la trilogía Millenium, del sueco Stieg Larsson. Tienes que leerte Los hombres que no amaban a las mujeres. TIENES QUE LEÉRTELA».

Así de acelerada y estupenda irrumpí esta mañana en mis confines, para desconcierto de otro de los libreros que pueblan reginaexlibrislandia, único testigo de mi delirio. El pobre hombre no supo si darme los buenos días o atizarme un valium en el cafelito para amansar a la fiera que el final de una novela con mayúsculas despertó en mí de madrugada.

Pero es que el primer volumen de la triple saga me ha impactado tanto como en su día lo hizo visualmente su magnífica portada.

Tanto que me siento como si tuviera el pelucón desdoblado entre esta realidad y la que late en las más de 600 páginas de Los hombres que no amaban a las mujeres.

Y ahora quiero más, necesito más, aunque las tres novelas se pueden leer de forma independiente. En unos meses llegará a España La muchacha que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y después La reina en el palacio de las corrientes de aire, que cierra el tríptico colosal de un autor de apenas cincuenta años que literalmente se dejó el corazón en su obra.

Si, Larsson murió fulminado por un paro cardíaco un mes antes de la salida a la venta en Suecia de Los hombres que no amaban a las mujeres, allá por el 2005.

Así me ha dado de fuerte a mi con el Larsson, y especialmente con sus dos protagonistas: la indomable y exótica Lisbeth Salander y el sagaz Mikael Blomkvist, dos de los investigadores más cautivadores de cuantos he tenido el gusto de conocer literariamente.

Ella, de veintipocos, flaca, bajita, sembrada de tatuajes, asocial y hacker nata y él, periodista de mediana edad, quijotesco y bonachón pero con un olfato infalible para detectar la basura a kilómetros, especialmente en el mundillo de las altas finanzas.

Un tándem tan original como inesperado que se topa con la desaparición de una muchacha tres décadas atrás en el seno de una poderosa familia de industriales suecos, mientras hacen frente a una rata engominada y vestida de Armani y luchan por la supervivencia e imparcialidad de la revista Millenium, famosa por destapar escándalos económicos. Y entre medias sexo en todas sus variantes, sádicos, psicópatas, desapariciones, trampas e intereses cruzados.

Larsson hila perfectamente varias tramas mientras Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist hacen frente, cada uno a su manera, a los bajos fondos y el reverso más sórdido de la Suecia actual y comparten, de vez en cuando, cama y algo más.

Un puzzle alucinante que mantiene al lector absorto en la siguiente pieza a colocar, y la fórmula magistral para evadirse de todo y de todos estas vacaciones. Palabra de Regina.

Mi librero reginaexlibrislandiano ha decidio hacerle un sitio a Larsson en la maleta que ya anda ultimando a estas horas.

«En fin, algo tiene que tener si te ha revolucionado así, Regina», dijo mientras se iba con ella bajo el brazo.

Y vosotros, queridos, ¿conocíais Los hombres que no amaban a las mujeres? ¿Qué opináis de ella?

Para los más curiosos aquí os dejo el primer capítulo, cortesía de Destino, su editora en España.

Vuelve Anne Perry: ayer criatura celestial, hoy gran dama del crimen

Hay que ver cuánta inocencia me cabe entre los pies y el pelucón, queridos. El día en que me embutí en esta piel de librera organicé un pomposo y dramático funeral: el último adiós a mis curvas en lo que creí iba a ser el inicio de un ensanchamiento descontrolado de mi corporeidad, nimio precio a pagar por una nueva existencia consagrada en alma y cuerpo a la lectura. Y es lo que yo tengo, amigos, que cuando me equivoco… me Equivoco.

Claro, en mis imágenes mentales con una reginaexlibrislandia rebosante de volúmenes olvidé visualizar el momento en que los tomos entran y salen de mis confines. Obviamente ni aparecen por generación espontánea ni tienen patitas y, lo que es mejor aún, nunca llegan solos.

De ahí que las cajas atestadas de libros sean, junto al polvo, los papelotes, los comerciales, los proveedores y, como no, los clientes, el pan nuestro de cada día.

Y en eso precisamente pensaba yo esta mañana mientras me masajeaba los riñones después de trasladar al mostrador un par de cajas que pesaban como muertos. Pero el dolor se desvaneció cuando descubrí la identidad de ‘mi cadáver’: Las trincheras del odio, el cuarto título de la saga de Anne Perry ambientada en la I Guerra Mundial.

«Divina», me dije, «no todos los días te llevas literalmente puesta a una grandísima dama del crimen, las cosas como son»

Así que abrí las cajas y desparramé todos los ejemplares por el mostrador para verificar, etiquetar y decidir dónde colocarlos cuando entraron dos mujeres -madre e hija-. Venían a recoger un encargo que me hicieron la semana pasada:

Madre: Hola, buenas tardes.Regina: ¡Hola! ¿Qué tal? Venís a por El Guiness de los Records. Un segundo, lo tengo por aquí.

Hija: Tranquila, no tenemos prisa ninguna.

Madre: Uy, pero no me digas que éste es el nuevo de Anne Perry, el que sigue a Las tumbas del mañana, El peso del cielo, y, a ver si me acuerdo. ¿Cómo era el otro¿ Por Dios, pero si es el último suyo que me leí. Era algo de los Ángeles..

R.: Ángeles en las tinieblas. Y, si, este es el cuarto de la saga: Las trincheras del odio, sale ahora a la venta.

H.: Pero, ¿Anne Perry no era la de los vampiros?

M.: Qué va, nena, esa es Anne Rice. Ésta es Anne Perry, y escribe novela policíaca.

R.: Bueno, en realidad se llama Juliet Hulme.

M.: Ah, pues no sabía que utilizaba seudónimo. Yo creo que en las contras siempre figura como Anne Perry, ¿no?

R.: Si, es que se cambió el nombre porque, bueno… ¿Os suena la película Criaturas Celestiales?

M.: Pues no, la verdad

H.: ¿No es una que dirigió Peter Jackson?

R.: Justo, si, esa es. La protagonizaba Kate Winslet.

H.: Si, si, la recuerdo perfectamente. Hacía de colegiala que se enamoraba de otra chica y juntas matan a la madre de una de ellas para que no las separen.

R.: Pues estaba basada en hechos reales, y las dos jovencitas se llamaban Pauline Parker y Juliet Hulme.

H.: NOOOOOOO, ¿qué me dices?

M.: Creo que me he perdido…

H.: Ay, mamá, pues que la Anne Perry se cambió el nombre porque de adolescentes ella y su amiga mataron a la madre de ésta y, según recuerdo de la película, lo hicieron a pedradas en un bosque…

M.: Por favor…

R.: Así es. Ambas fueron a la cárcel unos años y parte de su condena consistía en no verse más. Juliet se cambió el nombre por Anne Perry y se fue a EEUU, donde empezó a publicar a finales de los setenta y ya no paró. Y ahí sigue, dándole a la tecla, solo que ya lleva unos años viviendo en Escocia.

H.: Qué fuerte, ¿y esa mujer escribe novelas de crímenes?

M.: Si, hija, y tiene muchas. Yo las que me estoy leyendo son unas ambientadas en la I Guerra Mundial sobre dos hermanos, los Reavley. Sus descripciones de las trincheras y de todo eso son terriblemente sobrecogedoras, pero ya sabes que yo todo lo que sea la Gran Guerra…

H.: Ay, a mi es que eso no me va mucho.

R.: Yo esas no me las he leído, porque a mi me va más su ‘vena victoriana’. Hace una labor de investigación impresionante, te clava a finales del SXIX a través de detalles como los trucos que usaban las costureras para remendar carísimos trajes de seda, los menús que se servían en grandes casas y tabernuchas y, sobre todo, los conflictos sociales de la época: luchas de clases, la figura de la mujer, la hipocresía moral. Todo eso con crímenes y misterios de por medio, claro.

H.: ¿Y cuál me recomiendas?

R.: Bueno, tiene dos series protagonizadas por sus respectivas parejas: Thomas y Charlotte Pitt en la década de los 80 del SXIX con ventitantos títulos, y

en la de los sesenta, creo que ya con quince episodios. Quizá empezaría por las de Monk…

M.: Yo de momento me llevo ya ésta, la de Las trincheras del odio. Y el libro Guiness que te encargué

H.: Pues yo casi que me vengo con calma el sábado y veo por cuál empiezo, porque aún tengo que terminarme la de Trueba que me recomendaste.

Y ellas se fueron, y me dejaron cercada por los ejemplares del último parto literario de Anne Perry. Allí estaba ella, observándome entre voraz, curiosa y milenaria desde la contra de uno de los ejemplares.

Y yo, como para acallar una vocecilla que me recriminaba el haber aireado como una vulgar chismosa el oscuro pasado de una mujer por entre cuyas líneas me refugio a menudo, solté toda solemne:

A sus pies, grandísima dama del crimen, a sus pies. Esta misma semana mi pelucón y yo nos leemos los cuatro títulos de los hermanísimos Reavley.

 

Y vosotros, queridos, ¿habéis leído algo de Anne Perry? ¿Conocíais su historia?

Aquí os dejo el trailer de Heavenly Creatures, de 1994: