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El efecto camaleón: la imitación no verbal es clave para conectar con otra persona

reptile-316735_960_720Si tu propósito es resultarle atractivo a alguien, actúa como un camaleón. Así lo pone de manifiesto una investigación realizada por los autores Chartrand, TL y Bargh, JA de la Universidad de Nueva York con el título: The Chameleon Effect: The Perception-Behavior Link and Social Interaction.

La técnica es bien sencilla, un punto clave para gustar es imitar ‘sutilmente’ la comunicación no verbal del otro, sus expresiones faciales, sus gestos, movimientos, posturas, incluso su prosodia emocional, su tonalidad, ritmo y velocidad del habla, en algunas ocasiones, hasta nos nace hacerlo con el acento o particularidades varias de pronunciación propias de nuestro interlocutor.

Quizás esto a priori parezca difícil o incluso irreal pero, por ejemplo, ¿os habéis fijado en que Pablo Motos lo hace cuando entrevista a sus invitados en el programa de ‘El Hormiguero’? Observadlo a partir de ahora, le aflora a veces hasta el acento andaluz si su invitado es del sur. Nos encontramos ante un gran imitador (de forma inconsciente o no) para establecer un buen rapport, la conexión necesaria para hacer que el famoso de turno se sienta cómodo y confidente con el entrevistador.

Volviendo a la premisa científica. ¿Cómo se llegó a esta conclusión? Las hipótesis que se planteaban los autores versaban sobre si las personas se copian automáticamente entre sí sin importar si son extraños; si realizar esa acción proyecta más agradabilidad; y si las personas que son más agradables o más abiertas a las opiniones de los demás muestran más este fenómeno camaleónico. Y así resultó, los sujetos eran capaces de mimetizar algunos movimientos con auténticos desconocidos, como tocarse la cara, pero sobre todo, agitar los pies. Así mismo, los participantes que fueron imitados por los cómplices del experimento gustaron mucho más de ellos que los participantes que no habían sido imitados. Por último, también corroboraron que efectivamente existe una fuerte relación entre las personas con comportamientos más imitativos y la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

Estos resultados sugieren que, a través de esta particular mímica, podemos sentir lo que sienten otras personas, esto es, comprender sus estados emocionales. En definitiva, lo que descubrieron Chartrand y Bargh es una intensa correlación entre el grado de comportamiento imitativo que exhibían los participantes de sus experimentos y su tendencia a sentir empatía; a mayor imitación, más preocupación por los sentimientos de los demás y, por consiguiente, mayor empatía.

También podemos observar otro ejemplo práctico, muy claro, de esta copia conductual entre Albert Rivera y Pedro Sánchez, en la firma del pacto entre ambos, y en la que el líder de Ciudadanos utilizaba hábilmente su lenguaje corporal para conectar y sincronizar su comportamiento con la del líder del PSOE

 

 

En Eurovisión la cantante ucraniana Jamala no solo ganó por su voz

Expresión facial de tristeza de la cantante ucraniana en su actuación en Eurovisión.

Expresión facial de tristeza de la cantante ucraniana Jamala durante su actuación en Eurovisión.

Si no quieres perderte detalle de todo lo que ocurrió en la gala de Eurovisión puedes pinchar aquí. Nosotros pondremos el foco en la comunicación, en concreto en la expresión de las emociones en la actuación ganadora. Ya hemos tratado el tema con anterioridad hablando de la comunicación no verbal en el mundo de la música. En esta ocasión, casualidad o no, la cantante que representaba a Ucrania, Jamala, fue una de las intérpretes más expresivas y emocionales en el escenario.

El contenido de la canción, titulada ‘1944’, hablaba de su familia, una historia personal terrible ambientada en un episodio del régimen stalinista que sufrió su bisabuela. Se vuelve a poner en evidencia la máxima en comunicación no verbal: si quieres expresar realmente una emoción solo hay una forma de hacerlo, sentirla de verdad. Jamala supo transmitir un intenso sentimiento de tristeza. De todas las actuaciones que se sucedieron en el concurso, solo ella habló sobre su vida, del horror que sufrieron sus antepasados, no tuvo que interpretar, solo cantar lo que experimentaba en su interior y eso caló en un público que se rindió ante su actuación.

La expresión facial de tristeza, caracterizada por la elevación de la zona interior de las cejas (formando un triángulo), se refleja en el rostro de la cantante en repetidas ocasiones, su ejecución es perfecta e intensa, fiel reflejo de una verdadera aflicción. Esta sinceridad provoca el contagio emocional, el público ‘empatiza’ con la artista y es capaz de sentir también el pesar del relato, nos emociona y cuando hay un gran impacto emocional nuestro cerebro provoca que este tema se fije en nuestra memoria, Jamala afirmaba «quiero que se recuerde», sin duda lo ha conseguido, gracias a su voz pero también a su comunicación no verbal.

 

 

 

La cordialidad no verbal impera en los últimos encuentros políticos: Felipe VI y Puigdemont y la reunión de la izquierda

Carles Puigdemont saluda al rey Felipe VI a su llegada a la cena de bienvenida a los asistentes al Mobile World Congress/EFE

Carles Puigdemont saluda al rey Felipe VI a su llegada a la cena de bienvenida a los asistentes al Mobile World Congress/EFE

No todo iba a ser malo. Después del tenso ambiente político que protagonizó el desdén de Mariano Rajoy con el ‘no saludo’ hacia Pedro Sánchez, encontramos otros ejemplos actuales para ilustrar la armonía y afabilidad en ciertos sectores político-monárquicos.

El primer ejemplo se produjo el pasado domingo en el primer encuentro entre Felipe VI y Carles Puigdemont, después de la investidura de este último en la Generalitat de Cataluña. Observamos como Carles se aleja de las puertas del Liceo y va al encuentro con el Rey que llega en su coche, ambos se topan con una amplia sonrisa del otro, establecen un contacto visual directo que se interpreta como apertura y buena disposición a la comunicación y el apretón de manos es formalmente perfecto, con la duración adecuada y total verticalidad, hay neutralidad y por tanto hay empatía, así mismo, todo esto es congruente con su expresión facial, no se desprende dominancia ni agresividad por parte de ninguno de los dos, se muestran receptivos el uno con el otro.

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Mauricio Macri, un presidente con-tacto

Sergio Goya/EFE

Sergio Goya/EFE

Siempre que me preguntan «¿cómo puedo ser una persona influyente?» mi respuesta siempre es la misma: «Preocúpate más en hacer que otros se sientan bien consigo mismos que hacerlos sentir bien contigo».

Independientemente de su ideología o programa electoral, y fijando el foco exclusivamente en su comunicación no verbal, Mauricio Macri, es magnético, convence, persuade, y mucho. El reciente presidente de Argentina se ha posicionado como uno de los más valorados oradores del panorama político mundial y buena culpa de ello lo tiene, cómo no, su lenguaje corporal.

Mantiene siempre el contacto visual directo con su interlocutor acompañado además de una sonrisa espontánea de alegría, detectándose acción coherente no solo en la parte inferior del rostro (con una amplia sonrisa) sino también en el área orbicular del ojo (patas de gallo) que dan cuenta de la sinceridad de la expresión. En general muestra una alta y continua expresión emocional en su rostro que acompaña al énfasis tanto corporal como de su mensaje. Muestra además empatía emocional con sus interlocutores, incluso en emociones de índole negativo como la tristeza; expresa un semblante real de tristeza cuando la percibe en la otra persona con la que conversa.

Pero sin duda, uno de los aspectos más destacables del personaje es el canal háptico (acciones referentes al sentido del tacto con uno mismo y con los demás) y de cómo se relaciona con su entorno a través del contacto físico. Mauricio realiza continuamente toques en zonas neutrales de sus interlocutores, en brazos, manos y hombros, con una duración ajustada para no incomodar pero sí para hacer sentir que está ahí, cercano y cálido con ellos. Lee el resto de la entrada »